Porque los divorcios existen y la terapia de pareja no funciona
Chicos, acá esta finalmente el epilogo de esta historia… Siendo sincera nunca había escrito un epilogo, por que nunca termine de escribir mis historias, lo cual es un poco decepcionante para mi, pero Venatus ha hecho que mis ganas de escribir, incluso profesionalmente hayan aumentado. Les agradezco a cada una y uno de ustedes, quienes se han tomando la molestia de esperar cada capítulo, de sufrir y reir, inclusive de enamorarse con esta historia. Este epilogo está dedicado a cada uno de ustedes.
Disfruten…
- VENATUS AMORIS-
Sumary
Hermione abandona Reino Unido, dejando pasado, presente y buscando un futuro, lejos de las traiciones, y los malos amores. Pero el pasado, lo puedes dejar atrás, pero nunca se olvida, y vuelve, aunque no lo quieras. Luego de seis años vuelve, y en Londres continúa lloviendo, es la misma lluvia, el mismo llanto, y la misma ciudad.
Por mucho que uno intente, con todas sus fuerzas dejar el pasado atrás, es imposible, este vuelve, y muchas veces en forma de avalancha, y somos incapaces de medir las consecuencias que deja, por más que lo intente, nos volvimos a encontrar.
15. Epilogo
-H&H-
—Te odio, maldito Harry Potter— gritaba fuertemente Hermione —esto es tu maldita culpa— la castaña apretaba fuertemente el brazo de su marido, mientras se quejaba de las contracciones. El buscador a diferencia de su esposa, se encontraba rebosante de alegría, no le importaba que su brazo estuviera ya morado, con el fuerte agarre de una desesperada Hermione.
—Amor debes calmarte— le pidió Harry, con voz calmada. El cómo pediatra, había asistido a varias veces a los partos, como asistente, principalmente para controlar los signos vitales de los menores, luego de nacidos. — Respira hondo— sugirió tranquilamente, lo que provoco mayor irritación en su mujer
—¡Claro, como tu imbécil hiciste él trabajo fácil, y yo estoy acá tratando de traerlo al mundo!— gritó, mientras seguía las instrucciones de la matrona, quien pedía que siguiera pujando —¡AHHH!— exclamó con dolor. La castaña estaba roja por toda la fuerza que estaba haciendo, su cabello pegado al rostro y con el ceño fruncido por el dolor. Pero Harry, aunque se llevara los retos, no podía dejar de verla.
—-Lo está haciendo bastante bien señora Granger— hablo la doctora
—Es Potter — corrigió el buscador con un dejo de arrogancia —amor, sigue pujando, no importa si termino con un brazo menos, eso no va equiparar el gran trabajo que estás haciendo— dijo, mientras depositaba un beso en su frente
—Con Leah fue una cesárea— habló, repentinamente, mientras respiraba profundamente. Las palabras de su esposo la habían ayudado a calmar levemente el dolor. Harry, de pronto bajo la mirada, no pudo evitar sentir remordimientos nuevamente. Por su culpa, la etapa de Hermione embarazada de Leah fue más delicada. La ojiambar a pesar de su dolor, noto el cambio de ánimo del peliazabache.
—¡Amor!, ya dejamos todo eso atrás— dijo, gritando esas últimas palabras con un fuerte quejido
—Lo sé…— iba a continuar pero se vio interrumpido por un desgarrador grito de su esposa. Lucas James Potter, había nacido.
La emoción que lo embargaba era incomparable. Hermione, mucho más tranquila sonrió, con lágrimas en sus ojos al ver que su segundo hijo había nacido.
—¡Es hermoso!— señaló Harry al ver al pequeño, mientras este lloraba. Los médicos lo estaban limpiando para entregárselos— ¡Gracias Mione!, no sé qué hacer, recompensarte todo esto, Leah y Lucas son los mejores regalos que me has dado en la vida…
—Tú también participaste en este regalo Potter… pero si quieres recompensarme, sigue amándonos, como lo has hecho hasta hoy, porque yo te amo cada día más —habló la castaña con lagrimas en los ojos, por la emoción de haber traído al pequeño Potter al mundo. El ojiverde sonrió emocionado ante las palabras de la castaña, se acerco hasta su mujer para depositar un delicado beso en los labios de su mujer.
La enfermera interrumpió, para entregarles a Lucas ya vestido, con un pequeño traje que le había comprado especialmente para esa ocasión en una tienda mágica de bebes. Y era un pijama escarlata y dorado, con su apellido bordado en la parte trasera. Imitando las camisetas de Quidicht de Gryffindor.
—¿Crees que tenga tus ojos al igual que Leah?— preguntó Hermione, mirando con ternura al pequeñp entre sus brazos. Se había acomodado para poder sostenerlo, mientras las enfermeras se retiraban del lugar, luego de haber ordenado.
—a mi me gustaría tener una pequeña versión tuya, Mione— sonrió, mientras con cierto temor, tomaba la mano de su pequeño— ¿crees que mis padres estarían felices?— interrogó con lagrimas en los ojos
—Estarían más que orgullosos de ti Harry, de todo lo que hemos logrado como familia, al igual que lo estoy yo— dijo sonriendo. Ella era la más orgullosa de Harry y todo lo que había luchado para que volvieran a estar juntos. Cerró los ojos cuando sintió que Harry la besaba nuevamente, con mayor pasión. Amaba los besos de Harry, amaba todo de su esposo y lo que habían logrado juntos.
-H&H-
Harry observaba dormir a Hermione, mientras él se encontraba en el sofá de la habitación de la clínica con Lucas entre sus brazos, sabía que el menor no podía ver hasta algunos meses, pero el pequeño tenía sus ojos abiertos, como si pudiese observar todo alrededor, como si estuviese reconociendo todo. Harry, se encontraba atraído por la curiosidad de su bebe, y por el color poco definido, pero que al parecer iban a ser como los del.
Todos los días agradecía su ADN impulsivo, porque de no ser así, no se hubiese atrevido a viajar hasta los Estados Unidos, persiguiendo a Mione y Leah y mucho menos ahora tendría a Lucas James Potter entre sus brazos. Solo Remus y Sirius, se habían enterado de sus planes, ya que era conocido que Draco no podía guardar secretos. Desde que sus sentimientos habían despertado, el ojiverde había comenzado a planear todo y cada uno de los detalles para seguir a Hermione, hasta Timbuctu, si fuese necesario. Estaba plenamente consciente de que ella no iba a querer volver a estar con él tan sencillamente, pero el buscador siguió los impulsos de su corazón y lucho con todo por el amor de Hermione y Leah
—Pequeño Potter— sonrió, mientras le hablaba— Mione, es la mejor mamá que te ha podido tocar, ella te va a proteger con todo su corazón, ella puede verse seria y puede que nos regañe por jugar Quiddicth, pero eso no se compara con todo lo que te va enseñar, apoyar y amar, ella me enseño tantas cosas pequeño, y sé que al igual que lo hizo conmigo y Leah, lo hará contigo Lucas, eres un pequeño muy afortunado— susurró con ternura, mientras el pequeño envolvía uno de los dedos de Harry entre su pequeña mano, como si entendiera todo lo que le estaba contando —tu hermana mayor, está ansiosa por conocerte, ella es la princesita de siete años más traviesa, dulce y alegre que existe y aunque seas menor que ella, me vas a tener que ayudar a espantar a los magos que estén detrás de ella, porque va ser tan hermosa como su madre y no quiero que la hagan sufrir.
Harry suspiro, mientras observaba embelesado a su hijo hacer distintos gestos. Era un recién nacido muy activo, pero al mismo tiempo tranquilo, no lloraba mucho y permitía que Hermione pudiera descansar tranquilamente. —Pequeño Potter, cuando me despedí de Mione, tu mamá en aquel aeropuerto, yo solo tuve que aguantar mi sonrisa, no sabía que me podía deparar al seguir a tu mamá a Nueva York, ella con su carácter bien podría haberme dado de calabazas y hubiese estado en todo su derecho, pero me dejo pasar, y luchamos por nuestra amistad, por nuestra familia y por nuestro amor, no te voy a mentir pequeño, tu mamá lo puso difícil y ten por seguro que me lo merecía, pero lo intentamos. Aunque de todas maneras aun éramos marido y mujer, y yo no la iba a dejar irse de mi lado nuevamente…—le explicó al pequeño, que empezaba a cerrar los ojos lentamente —Te puedo asegurar Lucas James Potter, que junto a Leah y los demás hermanos que de seguro tendrán son lo mayor regalo de mi vida.
—Te amo Harry James Potter —habló Hermione, con voz tranquila desde su cama, mientras veía al buscador con Lucas entre sus brazos dormido. La castaña había despertado hace algunos momentos, lo suficiente para escuchar como Harry le hablaba de ella al pequeño. El buscador se sorprendió al escuchar las palabras de su mujer, pensaba que aun dormía, miro hacia abajo con cierta vergüenza, el todavía tenía ese problema para poder expresar sus sentimientos, aunque con Mione siempre había sido más sencillo, no por ello era menos vergonzoso —Lucas y Leah también tienen suerte de tenerte como papá Harry, te conozco desde los once años y se en el hombre que te haz convertido, a pesar de todo, ellos van a estar orgullosos de ti y se que los vas a cuidaar, y van a espantar a los novios de Leah,
—Ni lo menciones— dijo Harry sonriendo, mientras acomodaba al pequeño en una cuna al lado de Hermione, lo observo largamente, antes de sentarse en la cama junto a Hermione— a Leah aun no se le quita ese enamoramiento por Teddy, quien por cierto parece ser muy amigo de Victorie Weasley
—Harry— lo llamó Hermione divertida por la cara de frustración de su esposo— a Leah le quedan muchas cosas por vivir y tu pareces más pendiente de esa posible relación futura que todos, pero para que sepas, si eso en un futuro llegase a suceder, los apoyaría completamente
—Ya te quiero ver cuando una novia aleje a Lucas de su mamá— sonrió Harry, juntando su frente con la de Hermione
—Siempre y cuando ella sea buena y lo ame, no tendré problemas— contesto.
—Te amo Mione— El buscador tomo el rostro de la castaña entre sus manos, acariciando sus mejillas mientras la acercaba a él, uniendo sus labios en un beso suave, casi como el primero que se dieron aquella tarde en los jardines de Hogwarts, reconociéndose lentamente, no queriendo separarse. Harry sonrió en medio del beso, que poco a poco se fue volviendo más apasionado, disfrutando del estar juntos. El cansancio venció nuevamente a Hermione, quedándose dormida en los brazos de Harry, quien acariciaba su cabello, mientras el vigilaba el sueño de su mujer e hijo.
—H&H— 11 años después —H&H—
El andén 9 3/4 estaba repleto de magos y brujas ansiosos por volver a Hogwarts o bien ingresar a su primer año a la Escuela de Magia y Hechiceria más importante de Europa, ese era el caso de Lucas Potter, quien ansioso observaba a los demás alumnos, esperando ver si encontraba sus primos. Los Potter habían decidido volver a Londres cuando Leah cumplió los 11 años. Querían que sus hijos estudiasen en esa escuela al igual que ellos.
—Lucas— lo llamó una pequeña de risos negros y ojos castaños— ¡llévame contigo!— pidió con lágrimas en los ojos
—Te puedes hacer pasar por mi lechuza y así entras de infiltrada Kay —Sugirió el chico entre risas. Lucas era una copia de su padre, solo que sin lentes y su cabello aún más desordenado.
—¡Lucas!— no le des esas ideas a tu hermana— le reprendió Hermione, sin poder evitar sonreír. La pequeña Kayla Potter de 8 años, le rogaba a su hermano que la llevase, pese a los retos de su madre, ansiaba conocer Hogwarts y hacer uso de su magia, a pesar de que sus padres ya le habían enseñado lo más sencillo, era quería aprender más, principalmente para inventar bromas, sus tíos Fred y George la habían nombrado como su aprendiz, cosa que a su madre le provocaba en muchas ocasiones dolores de cabeza,
—Es que debes entender que no voy a tener a nadie para jugar
—y ¿Qué hay de mi?— reclamó un chico idéntico a ella, bastante molesto porque su hermana lo olvidaba con gran facilidad.
—Tú no eres divertido Thomas— se quejó, mientras se cruzaba de brazos y fruncía sus labios.
—bueno, pero somos hermanos y vamos a tener que jugar juntos— sentenció el pequeño molesto. Thomas Alexander Potter tenía un carácter más similar a Hermione, mientras que Kayla había heredado el temperamento de su abuelo James.
—Chicos, no discutan ahora— pidió Harry hablando tranquilamente, mientras sonreía feliz al ver a sus hijos. Estaba feliz por Lucas en su primer año, sabía que le esperaban grandes cosas.
—Los voy a extrañar— Expresó Lucas mientras abrazaba a sus hermanos fuertemente al mismo tiempo.
Los pequeños se largaron a llorar, mientras su hermano los abrazaba. Mientras que Harry abrazaba a la castaña, a quien se le estaba haciendo muy difícil ver partir a su segundo hijo.
—¿Leah donde esta? —preguntó de pronto Hermione, quien la última vez que la había visto había sido hablando con Dominique en la estación.
—H&H—
Leah se había escondido, en el momento en que vio a Teddy llegar a la estación 9 ¾ acompañado de la perfecta Victorie Weasley. La chica tenia la edad de Teddy, era rubia y parte Veela, además de ser una de las mejores en su carrera de Leyes Mágicas, ella podía tener a todos los hombres que quisiera, pero tenía a Teddy, cosa que disgustaba a Leah, quien creía que su fascinación de niña por Teddy acabaría al ingresar a la escuela, pero todo se derrumbo, cuando sus malditas hormonas despertaron y Teddy había llegado a celebrar navidad con ellos luego de su viaje por el mundo, más sexy que nunca. Estaba definitivamente perdida.
—¿Que tan perfecta tiene que ser Victorie?— Le preguntó Leah a Dominique, apesadumbrada, mientras veía a lo lejos como Victorie buscaba estar abrazada a Teddy en todo momento.
—Me encontraría en problemas si respondo eso— contestó divertida, ella había sufrido parte de su adolescencia por la perfección de su hermana, las comparaciones que hacia Fleur acerca sobre ellas la agotaban, por lo que de un tiempo a esta parte, había optado por lo sano, ignorarlas. —Pero, querida Leah para que te quedes tranquila yo soy del Team Leddy— le guiñó un ojo, mientras le sacaba la lengua.
—¿Qué es eso?— interrogó, no muy segura de querer saber la respuesta.
—El nombre que le puse a Teddy y a ti cómo pareja… Leddy, suena bien— Sonrió
—Ambas sabemos que eso no va a pasar nunca…—respondió la mayor de los hermanos Potter con tristeza en su voz
—Esa es tu voz negando el futuro cercano— Indicó, mientras observaba a la pareja— Ted se va a cansar de mi perfecta hermana y vera a la imperfecta Leah que ha estado como una acosadora tras el todos estos años— finalizó con una sonrisa ladeada, muy propia de ella.
—Gracias por la parte que me toca… —señaló con ironía
—Quizá… solo quizá… debieses interesarte en alguien más — sugirió la chica de cabello de un color rubio rojizo muy particular— no deberías mostrarte tan disponible siempre
—Teddy nunca se va a fijar en mi cómo algo más que cómo su hermanita pequeña…
—Bueno, demuéstrale que ya no eres una niñita que le prepara galletas — Dijo al ver el paquete de galletas que su amiga llevaba en sus manos
—¿y qué hago con estas?— Dijo entre risas, ya que de verdad parecía aquella niña de cinco años ansiosa por prepárale galletas al hijo de Lupin.
—Dámelas a mí, yo no tengo problemas en ser la niñita que le regala galletas a el nuevo profesor de defensa— Rió tomando las galletas de la mano de su amiga.
—H&H—
Cuando Leah, vio que Teddy se alejaba de donde se encontraban sus padres, se acerco hasta ellos, era el primer año, desde que había comenzado Hogwarts, que no se despedia de Teddy y a pesar de que sentía como una mala persona, sabía que Dom tenía razón, se debía distanciar un poco de él, para que viera que no era chica de 16 años con un enamoramiento adolescente.
—¿Dónde estabas Leah?— preguntó Hermione preocupada. El tren ya casi partía, y no le quedaba mucho tiempo para despedirse de su hija.
—Estaba... Estaba con Domi, mamá— señaló Leah, con una sonrisa.
—vas a tener nueve meses para cotillear con tus amigas, ahora es el momento de despedirte de tus hermanos y tus padres— indicó la castaña con voz severa. Harry observaba a su mujer divertido por lo cual la abrazo por la espalda, para tranquilizarla.
—Madre no te pongas así— pidió Leah suspirando.
—Si déjala— Habló Harry, quien apoyo su rostro en el hombro de su mujer, Mione giro el suyo para observar a su esposo —Leah se estaba escondiendo de Teddy—señaló el buscador repentinamente serio. Lo que provoco la risa de los demás Potter.
—Yo… no…— la adolescente titubeó antes de contestar— No me escondía, estás loco Potter
—¿Aún sigues con eso Potter?— Interrogó su esposa
—Es la verdad— Afirmó Harry, buscando ayuda en sus otros tres hijos, quienes asintieron.
—Nop…
—Ted pregunto por ti— dijo Kayla para picar a su hermana. Mientras Lucas y Thomas asentían. La chica estaba tentada a preguntar si era verdad, pero desistió… sabía que era verdad, todos sabia que ella era como una hermana pequeña para el pequeño Lupin, así que no sería extraño, que le llamase la atención el no verla.
—Bueno, yo me quiero despedir de mi pequeña— indicó Hermione, separándose de su marido, para abrazar a su hija, dándole un fuerte abrazo —Hija cuídate y cuida a tu hermano que no se meta en problemas y que no haga sus locuras jugando— le pidió, pero al separarse la miro y miro a Lucas —Pero que digo si tú eres igual o peor que él todos ustedes Potter son iguales, es que no pude tener un hijo que solo le gustase leer— Se quejó entre risas.
—Amor, a ti también te encanta el Quiddicht— Señaló el buscador, mirando seductoramente a su esposa
—Eso es mentira Potter y lo sabes —Reclamó, mientras lo apuntaba, haciendo caso omiso de la mirada de su marido
—Te encantaba verme jugar…— Aclaró Harry, mientras la tomaba de la cintura con una sonrisa y le plantaba un beso de película que la castaña no tardo en responder con las mismas ansias de su esposo. Habían pasado once años, pero el amor entre ellos seguía tan vivo como el primer día en que se besaron en el patio de Hogwarts.
—¡Qué asco!— se quejón los cuatro Potter al unísono al ver la demostración de afecto de sus padres.
— Suban al tren que los demás los están esperando — apresuró Hermione, al ver que el tren ya iba a partir.
—Adiós mellizos — Los abrazó Leah, besando la cabeza de cada uno. Quienes miraban con tristeza a sus hermanos.
—Adiós— se despidió Leah de su mamá dándole nuevamente un gran abrazo. Al separase de la ojiambar, abrazó fuertemente a sus padre.
—no te preocupes princesa— murmuró, causando extrañeza en Leah, no sabía a qué se refería el medimago— Victorie no es para Teddy, lo sé —afirmó sorprendiendo a su hija.
—papá, no me siento cómoda hablando de esto contigo —Dijo Leah, avergonzada.
— Pero soy yo el que siempre te ayuda con sus galletas— señaló Harry distanciándose de su hija.
Leah rió ante las palabras de su padre —si gracias por eso papá — ¡nos vemos pronto!— se despidió, mientras tomaba a Lucas de la mano, para dirigirse al tren en donde sus primos los estaban esperando
—así será pequeña princesa— susurró Harry al ver partir a su hija, mientras su mujer lo abrazaba por la cintura, siempre era difícil ver partir a sus hijos. Agradecían a Merlín que Kayla y Thomas aun no asistieran a Hogwarts. No querían separase de sus hijos.
—Chicos— llamó Harry a los mellizos, mientras el tren se alejaba —A ustedes no se les ocurra seguir creciendo… — dijo, provocando la risa de sus hijos. Los Potter se retiraron de la estación, entre risas, mientras Harry mantenía su brazo aferrado a la cintura de la castaña y la besaba. Hermione sabia agradecía cada día el hecho de haber dejado pasar esa tarde a Harry, no podía pensar en un futuro distinto, sin sus hijos y sin Harry a su lado. Él se había encargado de reconstruir su corazón pieza por pieza y protegerlo como prometió en alguna ocasión y lo amaba más por ello.
- VENATUS AMORIS-
GRACIAS!, aunque esto no alcanza para agradecer todo el apoyo que me han dado a través de la historia. Llegamos al fin.
Keniee Masen, AngieCassio, Yomii20, Angely04, Drys-1,Mabethaniap, Usuario865, Rosana, KIRAXLARLATA, Pauli Jean Malfoy, no respondí sus ultimos Reviews, pero les agradezco desde acá todo el apoyo que le han dado a la historia, y no solo ustedes, si no a todas quienes han comentado, a quienes han agregado mi historia a sus favoritos. Sin duda ha sido un gran viaje.
Aclaraciones: Arthur no estaba hechizado, la avaricia de Molly surgió después... cuando se dio cuenta de ella a pesar de tener un buen matrimonio, no era completamente feliz. Todos, o una buena parte se burlaban de su situación económica en el mundo mágico. Se burlaban de su esposo, de que usaban ropa y cosas de segunda mano, entre otras cosas... Y no quería eso para su hija y vio en Harry esa oportunidad.
Otra punto: La amortentia no funciono, por que se supone que su antídoto es el verdadero amor, que es más poderoso que una poción preparada por estudiantes, a diferencia del hechizo, por que ahí se involucra una modificación en la mente de las personas afectadas.
Por otra parte, no va a ver segunda parte... La historia de Harry y Hermione esta completa y es feliz... Ahora si, habrán Spin-Off... Lexi y Mark... y por que se que pueden haber quedado intrigados... Si!... habrá otro Spin-Off... Adivinen de Quien...
Pronto tendrán noticias mías...!
GRACIAS! MIL Gracias!
Porque los divorcios existen y la terapia de pareja no funciona