CAPÍTULO TRES:
Llegó a su apartamento justo en el horario que había planeado; a pesar de haber desperdiciado algo de tiempo –que, por cierto, había sido bastante en vano- al intentar deshacer aquel pleito, el regreso a casa había transcurrido sin problemas y, cabe destacar, con muy poco tránsito, haciendo así que pudiese recuperar el tramo perdido. Una vez que abrió la puerta principal y no encontró rastro alguno de su tía, simplemente decidió tomar una ducha e ir directo a la cama, a pesar de que era viernes, sus horarios eran bastante estrictos, los cuales eran acompañados de la propia naturaleza corporal, la cual dictaba que después de las diez ya comenzaba a tener sueño, y después de las nueve de la mañana ya no podía continuar durmiendo. Por lo tanto, aunque se acostase a las dos de la madrugada, a la mañana siguiente no sería capaz de quedarse dormido durante un par de horas más para recuperar el sueño perdido. No, nada puede modificar al reloj biológico que rige sus normas más allá de las circunstancias en las cuales uno puede encontrase. ¿Para bien o para mal? No se podría decir; por un lado era beneficioso levantarse temprano, puesto que de esa forma el día de aprovecha más ampliamente, logrando también un tiempo libre algo más extenso luego de haber finalizado exitosamente sus obligaciones. Pero, por otro lado, si tenía que hacer excepciones horarias –como la de ese día, aunque no lo hubiesen perjudicado en demasía-, tendría que pensar en un "espacio" para tomarse una siesta en la tarde, lo que podría reducir su tiempo libre –teniendo en cuenta que la siesta no cuenta como tiempo libre, ya que uno no está consciente de sus acciones-. Tal vez gracias al evento tendría que plantearse la idea de una siesta, mas en ese momento no era lo más importante, después de todo, no se puede pensar demasiado en los planes de otro día si siquiera había llegado a la cama, situación en la cual se encontraba actualmente. ¿Podría tal vez obviar la ducha? No parecía una buena idea, puesto que pasó un buen tiempo fuera de casa y, para colmo, en un lugar que podría llegar a considerarse poco higiénico a pesar de la limpieza periódica del lugar, después de todo, ¿quién sabe si las personas que interactuaron con él –la vendedora, en su caso- se había bañado recientemente? Esos eran temas personales, y nada podía hacer para confirmarlos, no es como si fuese por la vida preguntándole a la gente si se lavó correctamente los dientes, eso era simplemente demente.
Una vez finalizado su baño, ya estaba listo para irse a la cama. Primero se dirigió a la habitación de su tía y le deseó las buenas noches, aunque ésta se encontrase dormida y no fuese capaz de escucharle. Luego, tomó un vaso de agua, una pastilla para la alergia, y se adentró en su habitación. Al fin la calma y el silencio reinaban en su cabeza. No había nada más por hacer, nada más en qué pensar, era hora de poner su mente en blanco y entregarse al sueño…, si es que podía. No obstante a toda la fatiga que le había causado la salida, el sueño parecía no querer llegar. Tan sólo era capaz de pensar en las últimas horas recorridas, las últimas acciones realizadas, y es que era imposible no detenerse a pensar en lo ocurrido, ya que había entablado conversación –aunque hubiesen sido dos palabras- con un personaje que pensaba nunca volvería a cruzarse. ¿Qué habrá hecho la vida con él? Claro, además de ser el vocalista de una desafortunada banda de rock contemporáneo, existían más factores que podían marcar el recorrido realizado por Kevin una vez que abandonó su hogar. ¿Se habría ido hace mucho? Obviamente Edd no estaba al tanto de los sucesos ocurridos en su viejo vecindario, y era algo imposible ya que ni siquiera se molestaba en llamar a sus viejos amigos, pero ahora el insecto de la curiosidad lo había picado; claramente una picadura difícil de tratar. En el caso de que se hubiese ido hacía poco tiempo, ¿A qué universidad asistiría? Sinceramente, Kevin no parecía el tipo de joven que disfrutase de los estudios, y era probable que hubiese abandonado los mismos por seguir un sueño con resultados poco fructíferos, sin embargo, nada podía hacer para averiguarlo. Es más, no tenía planeado volver a encontrárselo, y dado a que, en todo el tiempo que llevaba estudiando en Chicago, era la primera vez que se cruzaban, era probable que hubiese sido un único encuentro. Pero…tal vez se lo volvía a encontrar, podía aparecer el lunes siguiente con algún pretexto, o citado por el decano. En ese caso -y esperando que Kevin le prestase atención-, le preguntaría qué había sido de su vida y de la de sus antiguos compañeros y amigos. Tan sólo esperaba que no fuese tan grosero con él la próxima vez.
Lástima que estaba solo en aquél momento. Le habría encantado compartir sus pensamientos con un amigo, reírse y charlar un rato de la situación ocurrida, mas para su desgracia, tenía bien entendido que eso nunca pasaría, puesto que sus amigos eran nulos. Claro, podría hablar con Susan al respecto, pero nunca será lo mismo compartir hazañas con un familiar que con un "compadre", siempre se tiene un mayor respeto hacia los que comparten la misma sangre, simplemente no se puede llegar y decirle a un padre "oye viejo, estuve con la panadera". ¡Impensable! Pero no con amigos, a esos puedes contarles con lujo de detalle y no te juzgarían. ¿Podría Kevin, tal vez, convertirse en su amigo? No parecía muy probable; primero, su relación nunca había sido muy amigable, segundo, las posibilidades de reunirse nuevamente eran casi nulas, y tercero, si llegase a ocurrir un reencuentro, no parecía muy probable que desarrollen una buena relación, no había espacio para un borrón y cuenta nueva.
Después de una buena media hora de reflexiones que no llevaron a ningún lado, por fin concilió el sueño.
El resto del fin de semana transcurrió sin pena ni gloria, puesto que se había dedicado a terminar sus trabajos pendientes e ir preparándose para algunos exámenes que, aunque aún no los habían planificado, no tardaría mucho para que los anunciasen. En ese aspecto, mucho mejor era ser precavido, no vaya a ser que algún día un profesor se digne a tomar un examen sorpresa, pero en el hipotético caso de que eso sucediese, él estaría totalmente preparado. ¿No era eso una gran ventaja? Una mala nota –o en todo caso, una nota intermedia- podía arruinar su desempeño académico en cualquier materia, y a la hora de conseguir un buen trabajo, siempre era bueno tener un promedio constante, al mismo tiempo que alto. Sabía que el mercado laboral era algo cruel para algunos estudiantes, y además de tener un buen desempeño académico, se necesitaba el suficiente coraje como para encarar una buena entrevista laboral, sin importar mucho para qué agencia se tratase. También cabía la posibilidad de que intentase ir a por un puesto estatal, y claramente tendría más posibilidades si mantenía sus notas –claro, que un examen sorpresa y una nota diferente al resto no afectaba demasiado en un año entero de buen estudio, pero nuevamente, era mejor prevenir-. Otra ventaja para conseguir un buen puesto era armar un pequeño currículum desde los primeros años de estudio, sin importar que se tratase de un simple puesto de verano, tal vez en una cafetería o una gasolinera. Se podría decir que, en ese aspecto, Edd se sentía algo inseguro, puesto que no tenía muchos contactos para conseguir un trabajo de medio tiempo, además de que no sabía en qué podría gastar el dinero que ganase. ¿Tal vez para comprar libros y ayudar con la renta? Era una buena idea, aún así debía pensar en alguna forma de conseguir alguna fuente de trabajo.
Por suerte, tenía alguna idea de dónde podía buscar una fuente económica: la universidad. No había forma de que, en un ambiente rodeado de gente que aspira al progreso, no se presentaran buenas ofertas de trabajos de medio tiempo, cabía también la posibilidad de encontrar empleos que requieran la utilización de sus conocimientos adquiridos en leyes, lo que también podía servir para repasar todo lo estudiado.
También había pensado en un empleo que implicase matemáticas o manejo de recursos económicos. Debido a la escasez de matemática en su carrera, nunca venía mal repasar los conocimientos adquiridos en una vida y ponerlos en práctica una vez más, aunque no fuese de manera oficial. Después de todo, nunca venía mal tener una buena base en álgebra u otras ramas de la matemática. Perfecto, estaba decidido, ese mismo lunes comenzaría averiguar sobre un buen trabajo, aunque eso implicase comenzar una conversación extensa con algún otro alumno.
Y del dicho al hecho, esta vez no hubo un gran trecho. La mañana del lunes, Eddward Marion Anderson se preparó un poco mejor frente al espejo, colocando esta vez una corbata de lunares blancos, la cual combinaba perfectamente con sus calcetines, aunque estos no estuviesen visibles. Su gorro seguía opacando un poco su figura de "gente seria", pero no importaba la situación, no se lo sacaría. ¿En qué podía molestar un gorro? Además de romper con su estilo, no intervenía en ningún aspecto tanto personal como laboral o estudiantil. Una vez que había finalizado de analizar su aspecto físico, se dispuso a tomar el desayuno y seguir la rutina matutina, terminando en la realización de una nota que dictaba "Pon las cortinas a lavar" y su correcta colocación sobre las susodichas.
Tomó entonces su taxi, pagó contando minuciosamente las monedas de propina que le otorgó al taxista, y se adentró en el salón B de la Universidad de Leyes, preparado para un nuevo día en el ámbito estudiantil. Sin embargo, su mente se hallaba algo dispersa esa mañana. Tenía la esperanza de volver a encontrarse con Kevin y poder entablar una conversación menos accidentada, al mismo tiempo que esperaba escuchar la noticia de que no hubieron mayores complicaciones con la pelea del viernes. ¿Y si, efectivamente, habían iniciado un conflicto físico? Era una probabilidad, y en el caso de que fuese cierta, sus peores temores –acerca de los fondos estudiantiles para el mejoramiento de la institución- podrían volverse realidad. Obviamente no quería que dejasen de hacer eventos caritativos, independientemente de que él no asistiese. ¡Ni siquiera sabía para qué se había destinado lo recaudado el viernes pasado! Ojalá fuese para la biblioteca, eso sí que era una necesidad mayor.
Por otro lado, estaba algo nervioso por la posibilidad de conseguir alguna fuente de trabajo, o por lo menos alguna persona que le recomendase algún puesto en específico, o tal vez que conozca un empleador necesitado de jóvenes estudiantes que aún no hubiesen recibido su título. ¿Cuántas posibilidades de tener suerte había? Podría decirse que un cincuenta por ciento, teniendo en cuenta el factor "época del año", debido a que no siempre se emplean estudiantes en pleno año estudiantil. La mayoría de los trabajos de medio tiempo se desarrollaban en las vacaciones de verano, cuando tanto el clima como el turismo local eran propicios para aumentar el capital de una empresa –ya sea mediana o pequeña-, y que, por ende, éstas tuvieran más dinero para pagar sueldos a empleados de medio tiempo. Claro que estaban los que no necesitaban depender de las vacaciones de verano, y eran esos los que conformaban la mitad positiva del porcentaje ideado en su mente, a pesar de las pérdidas y obligaciones que conllevan el hecho de emplear un individuo, más aún cuando éste tiene limitaciones horarias –además de que es probable de que este trabajador X tuviese que hacer uso de sus veinte días libres para concentrarse en sus estudios-.
Finalmente, el momento más esperado por el joven llegó. La clase se dio por finalizada y, gracias a su genial escudo de invisibilidad –también llamado asocialidad-, pudo enterarse, para su desgracia, que efectivamente habían terminado golpeándose.
Se sintió algo impotente al enterarse. Él podría haber parado la pelea, podría haber evitado que terminase en golpes. ¿Por qué le había hecho caso a Kevin? Cierto, podría haber terminado bastante mal para su persona si no seguía ese consejo –amenaza, mejor dicho-, mas no podía dejar de pensar cómo podría haber transcurrido el resto de la noche si tan sólo hubiera tenido la valentía suficiente para plantarse firme y terminar con la discusión. ¿Y si habían cancelado los eventos…? Era una posibilidad, aunque también podía tratarse de un suceso de menor gravedad y, por lo tanto, ninguna autoridad tuviese la necesidad de ponerle un alto a la organización de tales reuniones. No podía saberlo con exactitud, claramente no se pararía a preguntar por los detalles de lo ocurrido, podría quedar mal ante sus compañeros, sin importar que no le prestasen atención en el resto de la jornada. Debido a la falta de información, se concentró más en la búsqueda de un posible nuevo jefe, por lo que, en su tiempo libre, se dedicó a recorrer cada rincón de la Universidad en busca de algún puesto, algún folleto o aunque sea una persona que esté dispuesta a informarle acerca de las posibilidades laborales.
Para su desgracia, no halló nada. ¿Cómo era esto posible? Bueno, él mismo había calculado las posibilidades, y aunque cincuenta a cincuenta se podría tomar como un resultado positivo, las probabilidades quedaban más que nada en manos del azar, cosa que no le agradaba para nada a Edd. Se había preparado como para una entrevista, por lo que le resultaba totalmente injusto –desde su punto de vista- el hecho de no encontrar absolutamente nada. ¡Se había colocado una corbata! ¿Quién va a la universidad con camisa y corbata? Aparentemente, sólo él, y había resultado en vano. ¿Debería buscar por internet? No era muy afín a ese estilo de búsqueda, sobre todo por las grandes estafas que se pueden llegar a encontrar en determinados sitios web, y no quería arriesgarse a caer en un trabajo ilegal o algo por el estilo. ¿En el periódico? Tal vez, era una idea bastante razonable debido a la situación en la que se había metido. Aunque también podía simplemente esperar hasta las vacaciones de verano, cuando las ofertas crecieran rápidamente.
El resto de la jornada fue bastante aburrida para su gusto, no por el contenido de las clases que le tocaron, sino por el sentimiento de derrota que había quedado impregnado en su mente; tanto la pelea como el empleo habían terminado mal, y temía que él tuviese parte de la culpa. ¿Qué más podría pasar? Aún le quedaban bastantes horas al día y tenía miedo de que su suerte siguiese yendo en picada. ¿Y si su taxi nunca llegaba? ¿Y si se quedaba sin dinero? ¿Y si alguien le retaba? En ese momento las posibilidades parecían infinitas, además de que no podía dejar de pensar en ellas.
Aún había posibilidades de arreglar su día, y tal vez el hecho que le sucedió a sus infortunios podía ser la chispa que cambiase el color de su día.
— ¿Edd? ¿Eres tú?—una voz perturbadoramente conocida resonó en sus tímpanos justo en el momento que salió por la entrada principal de la Universidad. Aquella inconfundible tonada parecía alegrarse de su presencia, pero no podía siquiera imaginar quién podría estar contento de encontrárselo.
— ¿Disculpe? —giró sobre su cuerpo para encontrarse frente a frente con aquella persona. Santo cielo, el mundo realmente era pequeño. —, N-Nazz.
— ¡Sí que ha pasado tiempo!—aclaró la muchacha con una amplia sonrisa en sus labios. Primero había sido Kevin, ahora era Nazz. ¿Acaso había regresado a su antiguo hogar y no se había percatado de ello?—, no puedo creerlo, Kevin me había dicho que estabas por aquí, pero quería verte personalmente. ¡Cómo has cambiado!—se acercó e intentó darle un pseudo-abrazo, mas, por instinto, Edd intentó evitarlo.
—También es un gusto verte—y sí que lo era, aunque no sabía cómo reaccionar ante tan sorprendente –e inesperado- encuentro—, ¿Qué haces aquí?
—Arreglaba algunos asuntos con Kev—la sonrisa aún en su rostro, los brazos cruzados bajo su pecho—, ven conmigo, una reunión entre ex amigos nunca viene mal, ¿eh?
"Ex amigos". No podía decirse que ellos hubiesen compartido el título de "amigos", y le sorprendía la actitud que había adoptado la joven ante su presencia. ¿Tal vez ella lo había extrañado? No podía negar que él había pensado un par de veces en la muchacha, pero tampoco era la persona con la cual deseaba platicar durante unas horas. Además, según sus palabras, se dirigían a un encuentro en el cual Kevin estaría presente, ¿Debía seguir su plan e intentar amigarse con él? ¿O debía ser firme ante la persona que, hacía un par de días, le había tratado mal? Nuevamente se encontraba ante una probabilidad de cincuenta-cincuenta, aunque ésta vez era él el factor que modificaría estas cifras tanto para bien como para mal.
Se decidió por aceptar la invitación de Nazz, por lo que se dispuso a seguirla a dondesea que se dirigían. Lo único que sabía hasta el momento era que había una motocicleta involucrada, debido a que, mientras más se alejaban del Campus, más visible se hacía la figura del vehículo, el cual estaba aparcado a una cuadra del lugar. Le sorprendió no ver a Kevin, por lo que supuso que éste se encontraba en "el lugar" en el cual llevarían a cabo la reunión. Por cierto, ¿por qué querría la joven rehacer lazos? ¿Será que realmente estaba interesada en tener una amistad…? La idea no le desagradaba del todo, pero hubiese preferido mil veces reencontrarse con los viejos Ed y Eddy. A ellos sí que los extrañaba, mucho en ciertos momentos. Tal vez encontrara la posibilidad de preguntarle por el paradero de sus amigos cuando se hallase a sí mismo charlando con la pareja –bueno, por la forma de hablar de la joven, suponía que eran pareja-.
No le gustaba mucho el hecho de tener que subirse a una motocicleta –las cuales sabemos que tienen un índice de accidentes mayor al de los automóviles-, pero dudaba que la joven lo dejase ir en taxi o le consiguiese algún otro medio de transporte, por lo que esta vez simplemente se tragó sus inseguridades y se subió al vehículo, intentando ocultar el miedo que éste le provocaba. ¿Ella se daría cuenta de cómo se sentía ante la idea de no tener un casco? Si se percataba, no creía que le importase en lo más mínimo. Seguramente ella estaba acostumbrada a pasear sin protección, por lo que poco le interesaba si los demás se quejaban de eso. Además, y aunque le dijera que se sentía inseguro sin la seguridad que brindaban los cascos, la joven no podía simplemente sacar uno mágicamente o ir a comprarlo sólo para él. De nuevo, sólo le quedaba tragarse sus quejas.
Llegaron al fin al lugar de destino. No era un ambiente muy amigable, sino que se trataba de un apartamento ubicado en el quinto piso, sobre una avenida que terminaba en un callejón. Las luces estatales no estaban muy bien cuidadas, incluso había un par que ya no funcionaban o tenían los vidrios rotos. Los contenedores de basura estaban descuidados, y la mitad de su contenido de hallaba desparramado por el suelo, incluyendo bolsas de residuos con agujeros en los costados, seguramente provocados por algún perro callejero o un recolector de cartones. ¿Ellos vivían ahí? Bueno, con la calidad de la música que tocaban, y aceptando ya el hecho de que no asistían a una universidad ni tenían dinero suficiente como para sustentar una vida de mejor calidad –la carrera de la música casi nunca terminaba en éxito-, era casi seguro que ese era su lugar de residencia.
Cuando Nazz abrió la puerta principal del apartamento, un poco de humo se escapó y desintegró en el ambiente. Era simple tabaco, pero una vez que éste entró en los pulmones de Edd, logró que éste tosiera con intensidad, seguramente era alérgico al componente. A pesar de todo, el interior se encontraba bastante ordenado. La mesa del comedor estaba tendida, un mantel a cuadros rojos sostenía sobre sí un jarrón con flores, las cuales ya estaban un poco viejas, pero le brindaban un aspecto femenino al lugar. Las paredes, aunque cubiertas por humedad en las esquinas, parecían haber sido pintadas recientemente de un color rojo oscuro; un gusto bastante desacertado, puesto que sólo lograba quitarle iluminación a la habitación. En la esquina derecha se encontraba un sofá de tres cuerpos, y frente a él, en la pared contraria, una televisión de 32" colgaba de un soporte. En la parte derecha de la habitación había una división que daba hacia la cocina, cuyas luces se encontraban encendidas y, desde la ublicación de Eddward, se podía escuchar cómo el agua corría, probablemente porque la canilla del lavado estaba abierta, lo que significaba, por descarte, que había alguien lavando la vajilla o cocinando.
— ¡A que no adivinas a quién traje!— exclamó la joven dejando las llaves sobre la mesa—, siéntate donde quieras, no hay problema—prosiguió, esta vez dirigiéndose a Edd y señalando con un gesto el sofá de tres cuerpos.
El agua dejó de correr. Unos pasos de hicieron más y más sonoros hasta que por fin la figura de Kevin se hizo visible, deteniéndose justo en el umbral de la puerta y brindándole una mirada tanto a Nazz como a Edd, quien para esas instancias, no tenía ni idea de qué hacer.
—Vaya, un doble tonto dos veces en la misma semana, ¿significa algo?—se notaba un dejo irónico en la voz del joven, el cual se dirigió hacia la contraria y dejó un corto beso en sus labios; acto seguido, volvió a postrar su visión en Eddward—, ¿Ahora qué te trae por aquí?
Holi (?) Perdón por la tardanza, pero en serio, estoy llena de exámenes y trabajos, malditos sean los últimos tiempos de clase.
Bueno, antes de despedirme voy a proceder a contestar los reviews, porque yo pensé que se podía directamente pero al parecer no, soy una noob con FanFiction uvu
Oresama Honda: Aw, muchas gracias, fuiste mi primer rev y me alegro de que te haya llamado la atención, teniendo en cuenta de que en ese entonces era bastante pobre de contenido (?).
FranChessK: Hohoho, no saben todo lo que tengo planeado para esta historia, pienso jugar con los sentimientos de todos -risa malvada de fondo(?)-, muchas gracias por el rev, y me alegro que te haya gustado /corazón.
Kun-Cun: Cuando vi tu review quería darte un gran y fuerte abrazo. ¡Muchas gracias por tu revisión y por tu apoyo! Y sí, la verdad que los primeros dos pedazos que subí estaban bien meh (?) Y acerca de la continuidad actualización, y aprovecho aquí para dejarlo aclarado, voy a tomar un ritmo de un capítulo por semana, o tal vez medio dependiendo tanto mi estado de ánimo y mi disponibilidad horaria, puesto que me tardo como tres horas en escribir cada wea. Voy a tratar de hacer lo posible para no abandonar esta historia.
SkinnyBunny: Dude, amo la historia KevEdd que tienes uvu, y gracias por el cumplido, aunque sinceramente creo que aún tengo que mejorar un montón de aspectos de mi narración, pero bueno, para eso existe el tiempo, todos mejoramos /corazón.
Y bueno, gracias a todos los lectores anónimos también (?) y a Agustina, que ESTA VEZ SÍ ESTUVO PARA ACLARAR MIS DUDAS (y encontró mis errores).
En fin, gracias a todos por leer y nos vemos en la siguiente actualización, que espero que sea el viernes que viene. ¡Adiós!
EDICIÓN: Corregidos mis dedazos.
