Aclaración:

Como mencioné en el resumen, este es un proyecto de traducción. Ni Daiya ni esta historia me pertenecen.

FF Original: The Trajectory of Laughter - PK Samurai.

Advertencia:

SPOILER de los capítulos del anime y manga.

Este fanfic se desarrolla (mucho) después del juego en el Torneo de Verano: Inashiro


Capítulo Uno


Pant… pant…

Al levantar sus hombros con esfuerzo, una gota de sudor se deslizó lentamente hacia la punta de su nariz. El calor se había intensificado, y resultaba tan agobiante que casi podía tocarlo. La multitud lanzaba gritos que no alcanzaba a comprender; el equipo de animadores golpeaba sus cornetas; las trompetas de la banda fueron alzadas hacia el cielo mientras el sonido descendía claramente hacia el montículo.

Sus ojos buscaron el marcador en un rápido vistazo. Baja de la novena, la Preparatoria Seidō lideraba por 4-3. Dos outs, pero las bases estaban llenas. Cuenta llena. No por nada Inashiro era un equipo de nivel nacional, y lo había demostrado al presionar intensamente a los pitchers de Seidō. Furuya había hecho su mejor esfuerzo pero sus lanzamientos habían empezado a ser bateados a partir del segundo ciclo, y luego de ceder dos hits y dos boletos consecutivos en la baja de la sexta entrada, Furuya había sido cambiado.

Desde que lo reemplazó se las había arreglado para que no les anotaran ninguna carrera, pero debido a un error de fildeo, un bateador había conseguido llegar a base. El siguiente bateador había hecho un toque, avanzando así un corredor; y luego la alineación hacía reiniciado con los primeros bateadores, quienes habían estado a la altura de las expectativas al batear rolas y conseguir llegar a base. Si lograba eliminar al actual bateador – era el limpiador, y se encontraba mirándolo furiosamente desde la caja de bateo – Seidō ganaría y avanzaría a las Nacionales en Kōshien. Si resultaba un boleto – o peor aún, si le anotaban un hit – Inashiro igualaría el marcador, e incluso si no anotaban nuevamente, tendrían que jugar entradas extra.

Era casi como vivir su primer año de nuevo. En ese entonces se había enfrentado a Shirakawa y había sucumbido ante la presión. Al golpear al bateador con la pelota había permitido que un corredor de Inashiro llegara a base, dándoles así el impulso que finalmente condujo a Seidō hacia la derrota.

Sin embargo… Ahora era diferente de quién solía ser dos años atrás.

Podía sentir las miradas agudas de sus compañeros, el peso del número 1 en su espalda y la mirada penetrante de cierta persona que, sabía, debía de estar observando desde las gradas…

Respiró profundamente y luego intercambió miradas con Okumura, quien sostuvo el guante fuera de la caja del catcher.

"Dame tu mejor lanzamiento," señaló Okumura. Asintió con la cabeza y alzó su guante hacia su rostro, concentrándose en el bateador parado frente a él. En todo caso, al menos las bases llenas significaban que no tendría que preocuparse de que alguien tratara de robar una base.

Sólo estaban él y el bateador. Ese bateador que se interponía en el camino entre él y Kōshien. Entre él y…

Encorvó su cuerpo, levantando su pie delantero.

Como si fuera a permitírselo.

Golpeando su pie contra el montículo, lanzó la pelota.

El bateador abanicó.

Y…

STRIKE! ¡BATEADOR FUERA!"

La multitud se puso de pie de un salto y estalló en aplausos y vítores. Sus compañeros de equipo gritaban mientras corrían hacia él con desenfreno y gloriosa alegría reflejada en sus rostros. Al regresar a la caseta, para su sorpresa, lágrimas se deslizaban por el rostro de la asistente del director.

"¡EL JUEGO TERMINA CON UN GRAN LANZAMIENTO DE LA ESTRELLA DE SEIDŌ! COMO EL GANADOR DE LA FINAL DEL 120 TORNEO DEL OESTE DE TOKYO, ¡SEIDŌ AVANZA A KŌSHIEN POR PRIMERA VEZ EN 8 AÑOS!"

Incluso cuando fue rodeado por sus compañeros de equipo, sus ojos recorrieron las gradas de animadores buscando el rostro de la persona que más le importaba: la persona para la cual había lanzado la pelota – la persona que debería haber estado ahí para atraparla.

Pero antes de que pudiera encontrarlo, sus compañeros lo habían cubierto, bloqueando su mirada. Encogiendo los hombros – y consolándose en el hecho de que podrían celebrar juntos más tarde – se permitió deleitarse en la pura y dulce alegría de la victoria.

Después de alinearse y darse la mano con los abatidos jugadores de Inashiro, y luego presenciar la sofisticada ceremonia de clausura, corrieron de regreso a la caseta para recoger su equipo. Riendo y gritando entre ellos, estaba por retirarse junto a los demás cuando la asistente del entrenador lo llamó. Agitando la mano hacia Haruichi para que se adelantara, se volvió hacia ella.

Ella había dejado de llorar, pero sus ojos seguían enrojecidos.

"Oiga, oiga, ¿Por qué estaba llorando?" preguntó, sonriendo. "¡Ganamos!"

"Sawamura…" dijo Rei con seriedad. La sonrisa se desvaneció de su rostro.

"¿Qué sucede?"

"Lo siento. No quiero arruinarte este momento, pero sé que querrías saber"

"¿Qué…?"

Ella habló, y por un largo minuto que pareció extenderse por toda una eternidad, él no respondió. Y luego –

"Debe de estar bromeando," dijo con voz monótona.

"Lo siento," repitió ella con impotencia.

Todo estaba en silencio a excepción del distante rugido de la multitud, el cual empezaba a oírse como una broma de mal gusto. Un sonido metálico resonó cuando el bate que había estado cargando en su espalda se deslizó fuera de sus hombros, golpeando ruidosamente contra suelo. Con un golpe seco, le siguió su gorra de béisbol al deslizarse de su mano. Lo último en irse fue la pelota ganadora que había estado apretando fuertemente en su otra mano, la cual también cayó al suelo.

Y luego, girando sobre sus talones, Eijun abandonó la caseta sin mirar atrás.


Haruichi estaba empezando a sentirse bastante mareado debido al humo que provenía del incienso, sin embargo, no se movió de su postura seiza.

Si miraba alrededor, todos, incluyéndose, vestían de negro. Y a excepción del ocasional murmullo silenciado y de los sollozos reprimidos, el recinto se encontraba en silencio. Y si observaba las flores ubicadas en el centro de la habitación…

Resultaba irreal mirar el rostro en el retrato y luego comprender que sí había sucedido. Haruichi casi esperaba que el mayor apareciera repentinamente a la vuelta de la esquina con una sonrisa socarrona en su rostro, revelando que todo aquello sólo parte de un elaborado truco. Simplemente resultaba imposible de creer que alguien así de talentoso e inteligente como él se hubiera ido para siempre.

Pero, por otro lado, también resultó imposible para Miyuki-senpai el saber que no podría jugar béisbol nunca más…

A su derecha, Kuramochi se movió y se puso de pie. Con los ojos enrojecidos, se inclinó una vez en dirección al retrato de Miyuki y luego abandonó la habitación.

De entre todos los del equipo de béisbol de Seidō, Kuramochi había sido uno de los más afectados por la noticia. Él había sido vice-capitán en el tiempo en el que Miyuki fue capitán, y después del accidente de Miyuki en el Torneo de Otoño, había asumido su cargo. Además, antes de eso, siempre habían sido los más parecidos en personalidad y con frecuencia solían pasar el rato juntos en el salón de clases.

Sin embargo, si tuviera que opinar al respecto, el que había sido más afectado debía de ser Eijun.

Al haber estado sentado al otro lado de Kuramochi, Haruichi pudo ver a su amigo sólo después de que el ex–vice capitán de Seidō se hubiera retirado. Él se encontraba exactamente en la misma posición desde que el velorio había empezado, dos horas atrás. Sus manos estaban sobre su regazo; su espalda, recta; y sus ojos, clavados justo frente a él – la perfecta postura seiza de un libro de texto, que de por sí, era inusual en Eijun.

Su rostro estaba vacío e inmóvil, y si Haruichi no hubiera sabido, habría pensado que era la muerte de Eijun por la que estaban de luto ese día. Pero no – siempre tan imperceptiblemente, su pecho subía y bajaba con cada lenta respiración que daba.

Para ser honestos, Haruichi no comprendía del todo la relación entre Eijun y Miyuki.

Claro, Eijun había dicho en el pasado que inicialmente había venido a Seidō con la esperanza de formar una batería con Miyuki, quien además había reconocido el potencial de Eijun de vez en cuando, dándole consejos y ayudándolo a practicar sus lanzamientos. Pero en su mayor parte, Miyuki había sido el catcher de Furuya, pues este había sido la estrella del equipo en el otoño de su primer año. Y, obviamente, después del accidente de Miyuki, ellos no habían podido formar una batería de nuevo.

Sin embargo, Eijun había sido uno de los visitantes más frecuentes mientras Miyuki estaba en el hospital. Cuando Miyuki regresó a la escuela, de vez en cuando había pasado por el campo de béisbol para darle consejos a Eijun. Y a cambio, Haruichi usualmente había visto a Eijun practicar sus lanzamientos hasta altas horas de la noche, motivado para mejorar incluso más que antes. Claramente, algún tipo de vínculo se había formado entre los dos en algún punto – un vínculo lo suficientemente fuerte para impulsar a Eijun por encima de sus límites.

Para sorpresa de todos, el crecimiento de Eijun superó incluso las más salvajes expectativas, incrementando significativamente la rapidez y control en sus lanzamientos mientras mantenía su natural movimiento errático. A finales del Torneo de Otoño, todos en la región Oeste de Tokyo conocían su nombre. Ellos habían empezado a llamarlo 'el mejor zurdo de la región' y 'el segundo Narumiya'; de los cuales el último molestaba en extremo al pitcher.

Y finalmente, hace sólo unos días, Seidō había derrotado al que había sido su rival durante mucho tiempo, Inashiro, en la Final del Oeste de Tokyo, para avanzar a Kōshien…

Pero a juzgar por la expresión fría y sin emoción que parecía tan fuera de lugar en el rostro de Eijun, Haruichi no estaba seguro si el pitcher estrella estaba listo para poner un pie en el diamante tan pronto.


Sólo después de que se hubiera metido dentro de la ducha y hubiera encendido el agua caliente, fue que Eijun dejó de contenerse. Tan pronto como el agua empezó a golpear sobre él, sus hombros empezaron a temblar y un fuerte sollozo se rompió en sus labios, haciendo eco a través del recinto. Las lágrimas que se deslizaban por su rostro se mezclaron con el agua que caía de la ducha. Levantando una mano, se limpió los diversos fluidos que salían de su nariz sin importarle cómo debía de verse en ese momento.

Si Miyuki hubiera estado ahí, probablemente se habría reído con su particular forma sarcástica y le habría dicho que se veía absolutamente lamentable.

Pero el sólo pensar en lo que podría haber sido – en lo que debería haber sido – lo hacía peor, así que lloró y lloró hasta que no quedara nada más por salir; y luego sólo estaba el agua, el cual se había tornado fría hace un buen tiempo.

Toda la fuerza en sus piernas se había ido, y se dejó caer en el suelo de la cabina de la ducha. Desnudo y helado, se acurrucó en posición fetal, tiritando y sintiendo el agua golpear bruscamente contra su espalda.

"Vendrás a vernos jugar, ¿cierto?"

Había llamado a Miyuki la noche anterior al juego final contra Inashiro. Había transcurrido una breve pausa. Y luego –

"Por supuesto."

Eijun había soltado un suspiro que ni siquiera sabía que había estaba conteniendo. A pesar de lo relajado y despreocupado que había lucido Miyuki cada vez que iba al campo a darle consejos, sabía cuán difícil había sido para el ex-cátcher. Debió de haber sido agonizante el ver a todos trabajando duro para cumplir sus sueños de ir a Kōshien, y a la vez saber que nunca más podría ser parte de ese grupo.

"¿Puedes hacerlo?" la voz de Miyuki lo había interrumpido a mitad de su ensoñación "¿Puedes llevar a Seidō hacia Kōshien?"

"Sí," repuso Eijun, sin dudar.

"Bien."

"Yo- Desearía que estuvieras atrapando para mí." Sabía que no era justo decirle eso, pero no podía evitar sentirse de esa forma. Y quería que Miyuki lo entendiera.

Una larga pausa.

"Okumura es un buen cátcher."

"Lo sé."

Otra larga pausa.

"Estaré observando mañana. Haz tus mejores lanzamientos."

"Lo haré." Eijun dudó, y luego agregó con voz entrecortada, "Estaré lanzando para ti en mi mente."

Entonces, Miyuki había reído, y luego había colgado. Y esa había sido la última vez que habían hablado – y esa sería la última vez que hablarían.

Y eso lo atormentaba– el recuerdo de la última risa de Miyuki. No importaba cuán duro tratara, Eijun no podía saber si esa había sido la risa usual de Miyuki. O si había habido algo más, algo oculto en ella.

Por favor, Dios.

Empezaba a sentirse cada vez más débil. Su cuerpo estaba tan frío como el hielo, aunque en algún punto había dejado de tiritar.

Si existes, esta es la primera y última vez que te pediré algo.

Aturdido, observó el flujo de agua continuar golpeando el charco alrededor de su rostro. La luz empezaba a desvanecerse.

No puedo lidiar con esto. No necesito nada más. No me importa qué suceda. No me importa Kōshien. Sólo quiero escuchar una vez más


Los ojos de Eijun se abrieron de golpe.

Estaba oscuro, y por un segundo se preguntó si acaso estaba echado sobre alguna de las bancas de la caseta, pero luego se dio cuenta de que se encontraba demasiado cómodo para que eso fuera cierto.

Levantándose, las cobijas cayeron frente a él. Débiles rayos de luz fluían a través de las cortinas a su izquierda, y mientras sus ojos se acostumbraban a la poca iluminación, se dio cuenta que estaba en su habitación.

Confundido, se puso de pie – e inmediatamente tropezó con un control que estaba en el suelo. Siseando de dolor, se dejó caer. ¿Por qué había un mando de juegos en la habitación? Okumura no jugaba videojuegos, ni mucho menos tenía una consola. ¿Había vuelto a venir Seto y lo había olvidado ahí?

Levantándose de nuevo, lo pateó hacia un lado con rencor. En todo caso, ¿Cómo había regresado a su cuarto? ¿Se había desmayado en algún partido y lo habían traído de vuelta a su habitación? Había estado entrenando demasiado últimamente, sin embargo, esa sería la primera vez que se desmayaba en el campo.

Eso era malo. Él era la estrella después de todo; y con el Kōshien de Verano acercándose, tenía que asegurarse de estar en buenas condiciones. Dependía de él dirigir a Seidō hacia Kōshien, pues había hecho esa promesa.

Es cierto. Una promesa con… ¿Con quién había sido?

Sacudió su cabeza tratando de eliminar el dolor sordo que había sentido desde que despertó. No sería bueno afligirse con detalles innecesarios – eso sólo conseguiría afectar negativamente sus lanzamientos. Se vistió rápidamente con su uniforme de béisbol y dejó la habitación, cerrando la puerta detrás de él con un gran bostezo.

Debía de haber llovido durante la noche pues la niebla era espesa, lo cual hacía difícil ver el suelo. El sol recién empezaba a alzarse, dejando la mayor parte del campo sumergido en una sombra gris.

Tiritando, Eijun apresuró su paso a través de la niebla. Se le había hecho tarde, pero si tenía suerte, el entrenador entendería. Cuando finalmente divisó a una gran cantidad de siluetas en formación, espabiló y aceleró el paso.

"¡...Hiroshi de la Liga Mayor de Miyagawa!"

Eijun alzó una ceja. ¿No era esa la voz de Ōshima? ¿Sobre qué estaba hablando?

"¡Espero jugar como parador en corto! ¡Confío en mis habilidades defensivas!"

Tan pronto como su mente procesó las palabras, se detuvo en seco. Instintivamente, se agachó detrás del cobertizo. ¿Qué estaba sucediendo? ¿No estaba Ōshima ya en el primer equipo? ¿Por qué estaba hablando como un novato de primer año que competía por un puesto en la alineación? ¿Estaba el entrenador combinando los equipos o algo así?

No estoy a punto de ser reemplazado, ¿cierto?

Repentinamente, algo duro tropezó contra su espalda.

"¡Ow!"

Molesto, miró detrás de él, un ácido comentario en la punta de su lengua. Sin embargo, se congeló cuando un muchacho de negras gafas rectangulares y gorra de béisbol girada hacia un costado le devolvió la mirada mientras se frotaba la cabeza.

Las manos de Eijun cayeron a sus costados. Los acontecimientos de los últimos días, que de alguna forma había conseguido bloquear, súbitamente pasaron por su mente, terminando en el recuerdo de unos intensos humos de incienso que hicieron que sus ojos se llenaran de lágrimas…

Un brillo de reconocimiento llenó los ojos del otro muchacho y lo apuntó con el dedo.

"Sawamura… ¿cierto?"

Eijun continuó mirando al muchacho, su corazón empezaba a latir fuertemente contra su pecho. Su boca se abrió, y un sonido ahogado escapó de sus pulmones.

¿Qué estaba sucediendo? ¿Por qué se veía más pequeño? ¿Y mucho más joven? Y lo más importante –

¿Cómo es que está…?

"¿Qué pasa contigo?"

"… ¿Miyuki?" preguntó débilmente.

El muchacho arrodillado frente a él asintió con la cabeza a modo de respuesta, y repentinamente, su expresión se llenó de entendimiento.

"Oh, ¿así que al final decidiste unirte a esta escuela?"

Por favor, Dios. Sólo quiero escuchar una vez más… su –

El rostro de Miyuki se torció con alegría y soltó una fuerte y desagradable risa que sacudió sus nervios.

"Tarde en tu primer día, ¿eh? Tratando las cosas importantes de la misma manera que siempre, ¿no?"

"¡No quiero escuchar eso de ti!"

"¡Haha!"


Notas del Autor: Acerca de este fic –

+ Ya que empezó como un fic de viaje en el tiempo, Sawamura seguirá siendo un muy increíble pitcher estrella. El canon existe para mostrar su crecimiento, por lo que las personas pueden leer el manga/ver el anime para eso.

+ Este es un fic de SawamuraxMiyuki, pero si son de los que esperan confesiones de amor eterno o buttsecks para el segundo capítulo, han venido al fic equivocado. Esto será, en gran medida, una lenta acumulación de pequeños sucesos que espero los guíe a través de la historia. Además, amo Daiya no Ace debido a la camaradería entre el equipo y los emocionantes juegos, y este fic tratará de mantener mucho de eso.

+Estoy al día con los raw del manga, el cual está adelantado de los scanlations por más de 100 capítulos. Sin embargo, no tienen que leerlos para entender esta historia, ya que principalmente me aparté de ellos.

Al final de cada capítulo, estaré compartiendo algunos términos de béisbol/estadísticas de jugadores/notas de interés, para aquellos fans de Diamond no Ace que no conocen ciertos detalles acerca del juego, pero que le gustaría saber más. Aclaración: Nunca he jugado béisbol. Si algunas cosas en el transcurso de los juegos están equivocadas… lo siento.


-Glosario-

Full count – Cuenta llena = Cuando la cuenta está en 3 bolas y 2 strikes. Esto significa que el siguiente lanzamiento resultará en un pasaporte/boleto (walk) o en un strikeout (cuando acumula 3 strikes y queda fuera). Si desean evitar un boleto, el pitcher usualmente querrá lanzar hacia la zona del strike, lo que limita sus lanzamientos y facilita al bateador la predicción de su lanzamiento.

Hit-by-pitch - Base por golpe = El pitcher (accidentalmente) golpea al bateador con su lanzamiento, lo que proporciona al bateador un pase libre hacia base. También llamado "bola muerta - dead ball" en el béisbol japonés.

Kōshien = En el béisbol japonés de preparatoria, los torneos más grandes son los Kōshien de primavera y verano. Se denomina Kōshien debido al famoso estadio en el cual se desarrollará. El Kōshien de primavera es por invitación, y usualmente es determinado por los resultados de los torneos regionales de otoño. El Kōshien de verano es similar pero sin invitaciones; el derecho a unirse está determinado por los resultados del torneo regional de verano.

Reglas de Kōshien

*Hay 9 entradas en el juego que sólo tendrán entradas extra si el marcador está empatado.

*El juego puede terminar luego de 7 entradas si el clima es lo suficiente malo, a excepción de juegos de campeonato en los cuales deben jugar todas las 9 entradas

*En los torneos regionales (los que no son de campeonato), los juegos pueden terminar si un equipo lidera – por lo menos – por 10 carreras luego de 5 entradas, o 7 carreras luego de 7 entradas.

Loaded Bases - Bases Llenas = Hay un corredor en cada base, lo que significa que un hit o un pasaporte/boleto permitirá al equipo contrario anotar un punto. Los corredores no pueden robar una base cuando están llenas.

-Notas de Interés-

*Sawamura Eijun fue probablemente llamado así, debido a Sawamura Eiji, un jugador japonés profesional de béisbol en los inicios del siglo 20 – quien es considerado como el primer gran pitcher de Japón. Incluso existe un premio que lleva su nombre – The Sawamura Award – que es otorgado al mejor primer pitcher en el béisbol profesional de Japón, cada año. Famosos ganadores de este premio son: Yu Darvish (Texas Rangers) y Masahiro Tanaka (New York Yankees). *


N/T: Espero que hayan disfrutado el inicio de esta hermosa historia. Como ya lo mencioné, le pertenece a PK Samurai. El fic original lo encuentran bajo el nombre The Trajectory of Laughter.

*Editado para empezar a usar la palabra "caseta," haciendo referencia al "dugout," así como también para corregir uno que otros - en realidad varios, oh dios -errores. Poco a poco iré revisando los siguientes caps. - 11/06/15