-Disclaimer-

Los Jóvenes Titanes y sus personajes no son de mi propiedad, todos los hechos y relaciones ocurridos aquí serán creados por simple imaginación constructiva.

-Aclaraciones-

Como todos los fanfiction's que hago, si no tienen buena relevancia no los continúo ya que no es necesario desperdiciar tiempo si no se obtiene Reviews.

-Summary-

Una noche normal en la Torre T, Red X se infiltra para robar archivos de los Titanes, sin embargo encuentra uno de los tantos libros que lee Raven. Por pura curiosidad lo lee y para su sorpresa encuentra que Chico Bestia es el editor y aún más para su sorpresa el contenido de éste.

-Opiniones-

Es el primer Fanfiction sobre los Jovenes Titanes que hago, y lo hago porque me gusta como que demasiado la pareja de Raven y Chico Bestia.

-Adfectus-

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En una de las mesas del living de la Torre T, se hallaba un libro de color verde marino en el cual abundaba una gran cantidad de páginas y en su portada decía inscrito en plata: "Adfectus".

Red X; quién se había infiltrado a altas horas de la noche a la Torre Titán, era el único que se encontraba en el living. Su propósito era uno solo y era robar los archivos de los titanes para vendérselos a Gizmo (Para luego robárselos a él) Pero fue para su desgracia que el libro llamó su atención. Pensó que quizás era un objeto valioso de los titanes y lo ojeó para estar seguro, más para su desdicha fue lo que traía su contenido…

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Narrado por mí: ¡El hombre bestia!

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Tras finalizar los acontecimientos registrados en Tokio; Japón, regresamos muy cansados a nuestro hogar en Jump City. Como siempre íbamos en nuestros respectivos lugares de la nave T admirando el paisaje, llevábamos como una hora en completo silencio puesto que el viaje es pesado y largo así que decidí romper un poco ese silencio aburrido con uno de mis populares chistes.

-¡Chicos! –grité por el comunicador. -¿Qué hace una vaca en medio de una tormenta? –esperé varios segundos y hablé. -¡Muuujarse! –como siempre, la única que se rió con mi chiste fue Star.

La verdad es que siempre he deseado que otra persona sea la que se ría con ellos, allí dirigí mi mirada hacia esa persona, hacia ti; Raven. Desde que te conocí como he anhelado poder sacar una sonrisa de tu rostro, como he deseado poder verte feliz, como he querido hacerte feliz.

-Siempre encerrada en tu pequeño y misterioso mundo. –hablé para mí mismo, siempre lo hago cuando apago el comunicador. Ella andaba leyendo uno de sus tantos libros, ¡Qué raro! ¿Por qué siempre anda leyendo? ¿Qué tienen de bueno esos libros?

Estaba tranquilamente rompiéndome la cabeza tratando de descifrar esa costumbre que tiene Raven, pero como es usual fui sacado de ellos por Cyborg.

-¡Booyah! ¡Ya casi llegamos a la Torre T! –sonaba muy enérgico como siempre por el comunicador. -¡Ya no puedo esperar más para probar éste nuevo juego Bestita! –me hizo señales chifladas desde su puesto de la nave.

Como fuimos a Japón aprovechamos comprar el juego más esperado del año. ¡No puedo esperar para jugarlo! Ansioso al recordar nuestro juego, tomé el comunicador y le hablé ligeramente a Cyborg.

-¡Pues más rápido Cyborg! –al parecer para mis dramáticos amigos, el inesperado grito los tomó desprevenidos y casi morían del susto… Dramáticos…

Vi como Raven tomó su comunicador y estaba seguro que me reprendería por eso; pero me equivoqué, ah no, no me equivoqué, si me regañó.

-¿¡Pero por qué gritas!? –fue lo primero que dijo, la culpa es mía por gritar ya que ella estaba por dormirse. O eso creo. –Si tantas ganas tienes de llegar más rápido, quizás te guste que te mande a otra dimensión. Te aseguro que llegarás más rápido. –me amenazó con su típica mirada y regresó a su lectura.

Iba a responderle, sí señor; pero fui interrumpido por Robin. –Chico bestia entiendo tus ansias de llegar lo antes posible a casa, pero aún faltan dos horas. Deberías dormir y verás que llegaremos rápido. –al mismo instante que apagó su comunicador lo vi acomodarse en su puesto, al parecer Cyborg y yo no éramos los únicos que querían llegar cuanto antes.

El muy pícaro seguro tenía planes qué hacer con Starfire. Desde ese besito en pleno Tokio, no han dejado de decir y hacer cosas cursis… La verdad no me imaginaba que Robin fuese tan… Tan cursi… ¿O sí? Es decir, siempre lo imaginé como una versión masculina de Raven pero, ahora parece una versión femenina de Cyborg.

¿No me creen? Solo esperen a que lleguemos a la Torre T.

Me reusé rotundamente a hacerle caso a Robin, pero al parecer los demás optaron por dormir; con excepción de Cyborg… Tenía muchas ganas de llegar así que un sueñito no vendría mal, pero estaba seguro que me costaría mucho, pero ¡Mucho! Conciliar el sueño…

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¡Ese Cyborg! –pensé mientras me desquitaba a puño limpio con el saco de boxeo que había en la habitación de gimnasio. ¡Estaba enojado! ¡Enfurecido! ¿¡Cómo se atreve a ganarme!? -¡Es un tramposo! –grité al momento en que mandé a volar el saco, pero aún no aliviaba mi ira así que me transformé en lobo e instintivamente le caí a mordisco. ¡Rasgándolo por completo!

-¿Se creen que pueden jugar conmigo? ¿¡Me ven cara de mascota domestica!? ¡No! –pensaba frustrado al salir de la habitación. Andaba con ganas de saciar esa sensación de rabia y furia… Tanta adrenalina hirviéndome la ¡Sangre!

Mientras caminaba por los pasillos dirigiéndome hacia mi habitación, vi como venia una típica Raven concentrada en un estúpido libro. -¿Muy concentrada eh? Veamos que tanto lo estás. –fue lo que pensé justo al momento en que le golpeé su brazo derecho con el mío.

"Lo siento" fue lo que me dijo la muy listilla mientras levantaba su patético librito.

Me volteé para restregarle en la cara sus estúpidos errores. –¡Más vale que sea así! ¿¡Por qué no miras por donde caminas!?

Ella coloca una expresión de repulsión y me responde con un "Pensándolo mejor, no lo siento y eres un patán"

-¡Vaya! La fiera salió de la jaula… Pero querida Raven, ¡Aquí la fiera soy yo! –pensé al mismo tiempo en que me colocaba frente a ella, la cual estaba por irse.

Allí le dije claramente lo que sentía. ¡Ya estaba cansado de ser el chico paciente! ¡Esa estúpida siempre me insultaba, criticaba y destruía con todo tipo de negatividad. ¡Ya estaba harto!

-Me cansé de ti… ¡Considéralo una advertencia! –la amenacé seriamente y más vale que acepte esa amenaza porque para la próxima. ¡Lo pagará!

Pero al parecer, la señorita no me hizo caso y me respondió con su típico tono estúpido. "¿Ésta es la parte en la que se supone que deba sentirme intimidada?"

-Lo buscaste. –dije para mí mismo tras decirle. –No, ¡Es ésta! –y me transformé en lo primero que me vino al instinto. ¡Iba a aplastarte! Si no fuera por ese patético de Robin.

Al estar en mi habitación lo primero que hice fue arrojar todo lo que tenía en mano a la pared. -¡Esa estúpida! ¡Siempre riéndose de mí! –arrojé un mono de plástico que encontré por allí. -¡Y cuando trato de defenderme, todos se ponen de su parte! ¡Raven! ¡Raven! ¡Tú eres la grosera! –mientras descargaba mi furia un dolor agudo se apoderó de mi mente y caí inconsciente… No… Inconsciente no… Vivo…

-¡Vivo para acabar contigo! –grité transformándome en una nueva criatura.

Era genial, era como ser un gorila con la fuerza de un dinosaurio. ¡Era estupendamente genial! Pero… … … Pronto empecé a perder esa ira que sentía. ¿Tan rápido dura esta transformación! Ahora que lo pienso… ¿Uh? ¿Qué fue ese ruido?

De repente escuché a Raven gritar.

-¡Raven! –un fuerte nudo en la garganta me impidió hablar, estaba preocupado. ¿¡Por qué gritó así!?

No podía distinguir muy bien lo que ocurría, no sé qué pasó pero algo me atacó antes de oír el grito de Raven. ¿Algo nos atacó o… O fui yo? -¡Imposible! –Jamás lastimaría a Raven, estaba enojado pero no para… -¡Raven! –grité al ver como una cosa extraña la noqueó y se preparaba para devorarla. -¡No te lo permitiré! –me abalancé hacia ellos y de un golpe alejé a esa cosa de ella. -¡No te le acerques! –le rugí muy enojado. ¿¡Cómo se atreve a entrar a mí casa, en mí habitación, tratar de hacerme daño y tratar de hacerle daño a Raven!? –fui hacia esa cosa para embestirla pero subestimé su poder y me derribó lejos de allí.

Al levantarme observé como tomaba a Raven con su boca y salía de la torre por mi ventana rota. -¡Detente! –le rugí colérico al verlo llevársela. –Seas quién seas, o seas lo que seas… ¡No permitiré que dañes a Raven! –fui tras eso.

Tras rastrear su olor supe inmediatamente dónde iba, así que lo embosqué en la alcantarilla y lo ¡Fulminé a golpes! Le quite a Raven e inmediatamente una sensación de huida recorrió mi cuerpo, podía quedarme a enfrentarlo pero no podía con ella inconsciente. La tomé con mi boca y escapé lo más rápido que pude.

-Tranquila Raven, no te hará na…

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-…da? –abrí los ojos muy costosamente, había una luz que me impedía abrir mis ojos. -¿Uh?... ¿Qué…? –preguntaba tratando de saber qué pasaba.

De repente escuché por el comunicador la voz de Cyborg. -¡Despierten dormilones! ¡Ya llegamos a casa! ¡Boooooyaaah! –su voz gritona y molesta me dieron dolores de cabeza.

Me acomodé en el asiento y estiré mis brazos; seguido de un pequeño bostezo. -¡Aaaaaahhh! –me reincorporé y tomé el comunicador para comentar. -¡Eso es genial viejo! ¡Al fin llegamos a casa! –al estacionar la Nave T, bajé de ella corriendo a "abrazar" el suelo de la terraza. -¡Dulce Torre T! ¡Dulce pero dulce Torre T! ¡Cómo te extrañé T-cita!

La voz de Raven sonó detrás de mí y no necesité verla como para saber que estaba con una expresión de "Eres un tonto viejo"

-Menos mal que la torre no tiene vida, ahora mismo estaría enferma. –dijo bajando de su asiento.

Tras bajar nuestras maletas y llevarlas a las habitaciones, nos reunimos en el living para reagruparnos nuevamente.

Encendí el televisor y me acomodé en el sofá, Cyborg se entretuvo monitoreando los sistemas de la torre para saber si hubo alguna novedad. Star y Robin se sentaron juntos con Sedita en el otro sofá y Raven…

Levanté mi cabeza por encima del sofá a ver si veía a Raven. –Chicos, ¿Y Raven? ¿Ya se encerró en su habitación? –pregunté al no verla.

¿Qué le pasa a esa chica? Acabamos de llegar de Tokio, estuvimos sentados durante horas, extrañábamos nuestra casa ¿Y lo primero que hace es encerrarse en su habitación?

Robin fue el único quien no me contestó con un "No sé"

-Creo que dijo que iba a meditar. –fue lo único que dijo para regresar a sus cositas con Star.

Me acomodé nuevamente en el sofá y comencé a cambiar los canales rápidamente… No había nada bueno… Nada de nada… Fue tanto el aburrimiento que dirigí mi mirada hacia la parejita del año.

-Di "ahh" novio Robin. –dijo Star llevando con su mano izquierda un pedazo de dulce hacia la boca de Robin. Éste estaba abriéndola muy alegre y ni hablar de Starfire…

Mientras Robin devoraba el pedazote de chocolate le comentó a Star. –Sabes… Star… fire…-hablaba con la boca llena. –Deberíamos ir a recorrer la plaza. –Star aplaudió muy emocionada y con una expresión de felicidad.

-¡Sí! ¡Vayamos a caminar un rato! –dicho y hecho la parejita se tomó se las manos y salieron por la puerta principal… O bien, la única puerta que está en el living.

-Ahh… -di un fuerte suspiro. Cyborg apenas y lo notó.

-¿Qué pasa Bestita? –preguntó él como si no estuviera esperando algo.

-Pues que ¿¡Qué esperamos para ponernos a jugar el nuevo juego!? –le respondo agitando mis brazos con desespero.

-Lo siento Bestita créeme que yo estoy más ansioso que tú en ponerme a jugarlo, pero Robin me pidió revisar los sistemas y archivos de eventos ocurridos mientras estábamos fuera. –y me respondió con ese tono aburrido y blah blah… Yo creía que la aburrida era Raven.

-Tanto apuro para llegar a la Torre… ¿¡Para nada!? ¡Bah me voy a mi habitación! –dije saliendo de allí muy enojado… ¡Quería jugar! Lo hubiera hecho pero Cyborg no me deja tocar la consola después de ese pequeño incendio…

Me dirigía a mi habitación con el fin de ver cómo me entretenía, pero al pasar por la habitación de Raven no pude contenerme y llamar su atención.

Le toco delicadamente su puerta. -¡Raven! ¿Estás ocupada? –ya sabía la respuesta pero me gustaba molestarla. -¿Raven… Estás… ocupada? –volví a preguntarle al ver que no recibía respuesta. –¿Raeee…?

Estaba por irme decepcionado ¿A dónde estaba metida? Pero antes de darme media vuelta escuché respuesta de allí dentro.

-…¿Qué quieres?... –me preguntó secamente.

-¡Ha! –al escucharla olvidé de inmediato el propósito por el cual la llamé, pero eso siempre pasa así que improvisé. –Vine a ver si querías ir a… A caminar por allí. –no quería salir pero tampoco había mucho qué hacer en la Torre.

-…¿A caminar… por allí?... ¿Acaso tengo yo tus piernas?... -

-¡Vamos Rae! ¡Salgamos a recorrer la ciudad! –le volví a insistir, casi siempre vivo molestando a Cyborg y a ella ya que los considero a los dos mis amigos más cercanos.

Aunque Raven es una gruñona ¡Cómo me encanta molestarla! ¿Ya les dije que me gusta molestarla?

-No. –me dijo secamente sacándome de mis pensamientos. –¡Y deja ya de molestarme Chico bestia! –me aclaró con un tono elevado.

Di un suspiro y me retiré cabizbajo, estaba vencido… ¡No! ¡No me rendiría, ella es la aburrida no yo! Entré a mi habitación, tomé la nueva cámara fotográfica última generación que compré en Tokio y me devolví a su habitación.

Le toco nuevamente su puerta. -¡Rae, vayamos a molestar a Star y a Robin con esa nueva cámara que compré! ¿¡Qué dices!? –estaba seguro que aceptaría no podía negarse a una buena broma.

-¡Qué no! –me gritó desde el interior y pude escuchar que suspiró. –…Si tanto quieres ir por allí y molestar a los demás, entonces hazlo tú solo. –

-No es divertido hacer bromas solo… ¡Vamos Rae, te divertirás! –le aseguré claramente.

Tras varios momentos en completo silencio me di cuenta que me estaba ignorando, así que me regresé a mi habitación.

Al estar allí busqué en mis maletas las demás cosas que compré o que me regalaron mis muchas admiradoras japonesas.

Veamos… -balbuceé mientras colocaba todos los regalos en mi cama y los observaba. Hmm… Estaba muy indeciso, no sabía con cuál empezar. ¿A cuál le gustará a Raven? -¡Ya sé! –tomé el Boomerang con dibujo de Robin y corrí hacia la habitación de ella.

-¡Oye Raven! –tocó la puerta. -¿¡Jugamos con éste Robin-Boomerang que me regalaron en Tokio!? –no escuché respuesta. –¡Tiene una videocámara incorporada! –nada de nuevo.

Me regresé decepcionado a mi dormitorio y busco otro obsequio mío. –Quizá le guste esto… ¡Sí, estoy seguro que le gustará!

Me devuelvo velozmente a su habitación y toco otra vez su puerta. -¡Raven! ¡Sé que te gustará esto! –exclamé aclarando mi garganta. -¡Un billete a control remoto! ¡Molestaremos a mucha gente con esto! –acerqué mi oído a la puerta.

-Vamos… Al menos di algo… -pensé… ¡Vamos!

-…Chico bestia… -¡Eureka! Justo antes de decirle que fuéramos a molestar a Robin y Star, me gritó. -¡Deja de molestarme! ¿¡Qué quieres de mí!? –me preguntó enfurecida.

Yo iba a contestarle con la verdad absoluta; solamente quería salir por allí con alguien y Cy estaba ocupado, pero me interrumpió.

-¿Qué no puedes dejar de molestarme tan solo por un rato? Siempre… ¡Siempre eres tú quién interrumpe mis meditaciones! –tragué saliva instintivamente, al parecer ella estaba un tanto molesta.

Guardé silencio unos minutos y estaba por responderle sí, pero me interrumpió nuevamente.

-Dime algo… ¿Qué ganas con molestar a los demás?... ¿El sufrimiento ajeno? ¿Es eso?... ¿Te gusta el dolor de otros? –quedé en shock… ¿Qué le pasaba? ¿Qué había hecho para que se enojara así? Es decir, siempre es una gruñona pero tampoco es para tanto.

-Por favor Chico bestia… Déjame en paz… -

No sé por qué pero… esa petición fue como una patada en mi pecho… El dolor que sentí en ese momento fue como cuando peleaba contra Cinderblock, ese sujeto era muy duro…

-Rae… Yo… eh… -fue lo único que pude decir antes de irme a mi habitación transformado en perro.

En mi camino hacía allá, me preguntaba… ¿Por qué esa actitud? Ella es gruñona pero ya debería estar más que acostumbrada a que la esté molestando siempre… Es decir, todos los días toco su puerta como diez a veinte veces… ¿Por qué hoy fue distinto?

-Quizás el viaje de regreso la afectó más de lo que creía. –pensé vagamente al entrar a mi recamara.

Me destransformé y me acosté en mi cama, no tenía más nada qué hacer y eran las tres de la tarde… Aún faltaban horas para la cena y Cyborg demoraría mucho en terminar de inspeccionar la Torre.

Levanté mi mano hacia el aire por unos segundos y la observé detenidamente. ¿Por qué me sentía así? No recordaba tanto ese extraño dolor desde la última vez que vi a Terra… Eso fue hace unas cuatro semanas atrás…

-Terra… -balbuceé. –Supongo que tú y yo no éramos para estar juntos. –aclaré recordando tanto dolor emocional que sentí cuando estaba con ella.

Es decir, ella era hermosa, bonita, dulce, divertida y alegre. ¡Era la chica perfecta para mí! Se reía con mis chistes y nunca me pegaba… Pero… Había algo que no encajaba en todo eso…

Coloqué las manos en mi nuca y mantuve la mirada hacia el techo. -¿Por qué cuando me gusta alguien no logro llegar a ser algo más que amigos? –aunque saliera con Terra y le demostrara mis intenciones, siempre estuvimos en una relación de amistad… No pudimos darnos ni siquiera un simple beso… ¿¡Por qué!?

Robin estuvo siempre enamorado de Starfire y al final consiguió ser su novio sin hacer nada… -¿Qué hizo él que yo haya hecho mal? –tras quedarme mirando hacia la nada, recordé algo que dije hace momentos atrás.

-"Por qué siempre que me gusta alguien" –quizás esté confundiendo la atracción y el amor. Robin siempre mantuvo firme sus pensamientos hacia Star, a pesar de que él tenía muchas admiradoras. ¿Será que Robin si estuvo enamorado y yo solamente tuve una simple fantasía por Terra?

-Eso explica por qué no llegamos a nada… -afirmé tristemente. Estaba a punto de transformarme en perro pero inexplicablemente comencé a sentir sueño y algo me llegó a la mente.

-Raven… -susurré aún más triste. -¿Por qué eres tan gruñona? –tras preguntar eso, me acomodé de medio lado y tomé mi almohada.

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Era un día realmente extraño pero no le presté atención… Extraño por el hecho de que Raven se comportaba más extraña de lo normal. ¿Preparando comida? ¿Queriendo salir con nosotros? Ahora si se le perdió una tuerca.

Los chicos y yo andábamos caminando tranquilamente cuando de repente. -¡Alto! –¡grité y la tomé! ¡Era hermosa! -¡Un centavo! –sin duda alguna, es mi día de suerte.

Mientras admiraba la resplandeciente moneada algo abrumador ocurrió. -¡Raven! –vi como ella calló de repente al suelo. ¿¡Qué le ocurrió!?

Cuando supe la respuesta me sentí aterrorizado. ¿El fin? ¿No estarán hablando en serio verdad? Nunca había visto a Raven llorar… Debe ser muy en serio.

Los chicos ya habían planeado todo esto y la encerramos en una habitación especial para protegerla de cualquier cosa endemoniada que viniera a buscarla. Antes de salir de allí me regresé y le di el centavo. –¡Para la suerte! –salí rápidamente ya que no quería ser sermoneado y tampoco tenía mucho qué decir.

Para sorpresa nuestra, Slade encabezaba el grupito de búsqueda de Trigon. ¿Qué ese sujeto no se cansa de molestarnos? Es decir ¡Murió y allí estaba! Vivito y coleando.

-¡No permitiremos que se lleven a Raven! –pensé con mucho enojo.

Ella es nuestra amiga, ¡Nuestra familia! ¡No dejaremos que la toquen! Me convertí en halcón y volé hacia esas cosas de fuego junto a mis amigos. -¡La protegeremos! –pensé nuevamente.

Robin fue derribado y Starfire eliminó a una gran cantidad de esas cosas, aunque estaba convertida en furia, los monstruos de Slade la derribaron al igual que a Robin. Yo estaba peleando contra varios pero al ver como comenzábamos a perder, un escalofrío inundó mi cuerpo. ¿Se llevarían a Raven? ¿La lastimarían? ¿¡La lastimarían!? -¡No! –

Salté hacia esas cosas e inexplicablemente me transformé en esa bestia producida por los químicos del laboratorio, no sé como lo hice pero a voluntad no fue.

¡Estaba vuelto en ira! De dos embestidas derribé a dos cosas de esas sin mucho esfuerzo. ¡Soy más fuerte! Y confiado me abalancé hacia todas ellas, más para mi sorpresa fue que me recibieron con un potente rayo de fuego lanzándome hacia la Torre T.

Recibí un fuerte impacto tanto en mi pecho como en mi espalda, ese golpe fue para dejarme inconsciente pero al parecer esa forma me aumenta impresionantemente la resistencia.

Vi como Cyborg intentaba ejecutar el último ataque que poseía la Torre T, estaba seguro que con esa gran descarga eliminaría a esas cosas… Pero no… Siguieron allí…

-No puede ser… -pensé al ver cómo nos rodeaban, allí nos enrollaron con sus tentáculos de fuego y empezaron a exprimir como si fuéramos naranjas. Creí que en realidad sería el fin, pero de la nada se oyó hablar a Raven.

Ella cedió ir con ellos a cambio de nuestra libertad.

-¡No puedes irte! –dijo Starfire preocupada

A decir verdad, su preocupación no era nada parecida a la mía.

-Debo aceptar mi destino. –afirmó ella bajando la cabeza.

-¡No! –le exclamé para evitar tal cosa.

¿¡En qué estaba pensando!? ¿¡Se iría!? ¡No! ¡No permitiríamos que se fuera! ¡Yo no permitiría que se fuera!

Estaba a punto de hacer algo pero ella se volteó hacia mí y me miró con esos ojos de azules llenos de tristeza y nos noqueó con un extraño rayo negro… Era lo único que recordé antes de ver oscuridad…

La misma oscuridad que vi cuando ella se despidió de nosotros en ese lugar… Nos encerró en un campo de fuerza impidiendo que saliéramos.

-Son los mejores amigos que jamás creí tener. –fueron sus palabras de despedida, Robin imploraba y ordenaba que regresase ahora mismo pero ella simplemente lo ignoraba.

Los chicos comenzaron a golpear la barrera llenos de tristeza, yo ni siquiera podía moverme… Tenía… Miedo… -No Raven… -Cyborg cambió sus puños por su cañón y comenzó a dispararle junto a los rayos de Starfire pero… La barrera era irrompible.

Yo estaba petrificado; apenas y podía respirar, mi cuerpo no me obedecía, veía a Raven subir por las escaleras hacia la mano de su padre. Sabía que esa berrera no se rompería con nada, pero eso no es excusa para evitar que te fueras Raven. -¡No permitiría que te fueras! ¡Robin no es el único que se preocupa por ti! –exclamé en mi mente transformándome en un Tiranosaurio y embistiendo con todas mis fuerzas ese muro que creaste.

Tal y como supuse no le hice ni el menor daño, pero eso no evitaría que no siguiera intentándolo. -¡1000 veces si es necesario! –y comencé a embestirlo una y otra vez sin diferencia alguna.

Esto estaba mal, poco a poco iba perdiendo las esperanzas, Raven… No iba a…

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-¿Ahh…? –dije al incorporarme. -¿Qué es eso? –me llevé mi puño a mis ojos, al parecer me quedé dormido. ¿Qué suena?

Escuchaba unos golpes sin saber exactamente qué era hasta después de unos segundos, comprendí que alguien tocaba la puerta. ¿Quién será? Me pregunté al sentarme en la cama.

Más para mi sorpresa fue escuchar la voz de Raven. -¿Chico… Bestia?... ¿Estás?... –estaba petrificado. ¿En verdad era ella? ¿O aún estaba soñando?

Me puse de pie para ir a abrirle la puerta, pero me detuve al escuchar que ella continuó hablando.

-Entiendo que estés enojado conmigo… Después de lo que te dije… -pausó brevemente. -…Quería decirte qué… Eh… Quería disculparme… -¿se estaba disculpando? Aunque ella ya se había disculpado conmigo varias veces en el pasado, no era muy usual que lo hiciera.

-Yo… Eh… Aparte de eso… -escuché dar un fuerte suspiro desde el otro lado de la puerta. –…También quería decirte… Si querías…que saliéramos a caminar… por allí… -ahora si estaba entrando en la demencia. Y yo que creía que Robin era el demente.

¿¡Estaba escuchando lo que yo creo que estaba escuchando!? ¿¡Aceptó ir por allí después de todo!? ¡No me lo podía creer! ¡Una inmensa felicidad vino a mí!

Abrí velozmente la puerta y me la encontré. No dudé ni un segundo en lanzarme hacia ella y darle uno de mis abrazos especiales para ella. -¡Raven! –le expresé felizmente.

Raven solo dio un suspiro de paciencia y me dijo con su típica voz seca. –Suéltame Chico bestia… No es para tanto…

Seguro se preguntarán "¿Cuáles son esos abrazos especiales?" Pues en realidad solo es uno y solo es para Raven. Se trata de un fuerte abrazo de oso, rodeándole con mis brazos todo su cuerpo y apoyando mi rostro con su barbilla ó mejilla. Lo que Raven no sabe es que sobo mi mejilla con la suya, y ojalá no se entere de eso porque seguro me manda a quién sabe dónde.

Al soltarla, me reincorporo y le hablo felizmente. -¡Pues vayámonos! –antes de darme vuelta para caminar, ella me detiene.

-¿No llevaremos ese billete con nosotros? –tras decir esto, ella coloca una pequeña sonrisa y un gesto de maldad de cualquier bromista.

Mis ojos se convierten en estrellas. ¡En estrellas! ¿¡En verdad estaba despierto!? ¡Despierto! ¡No podía creerlo! ¡No podía!

-¡Enseguida! –fue lo que dije antes de entrar como un rayo a mi habitación, tomar el billete de juguete y regresar donde ella a toda marcha.

-¡Listo! –le afirmé con el billete y el control remoto a mano.

Raven me sonríe y hace ese típico ruido de ella cuando ríe. "Juum"

¡Nos pusimos en marcha! Empezamos a caminar por los pasillos de la torre muy contentos… Bueno, el contento era yo pero ¡Vamos! ¿Qué chica no se pone contenta cuando anda conmigo?... Ésta bien, esa chica es Raven…

De todas formas en el camino traté de sacar conversación, no iba a quedarme callado y en silencio.

-¿Y ese gran milagro que decidiste aceptar mi oferta? –le pregunté con mi sonrisa de oreja a oreja.

-Bueno… Creo que tenías razón acabamos de llegar y hay que recorrer la ciudad a ver cómo está… -me respondió con su "linda" vocecita.

-¿Sabes?... Creí que en verdad estaba en un problema. –comenté bajando la sonrisa.

Ella me observa y me pregunta con extrañes. -¿…En un problema…? ¿A qué te refieres?

-Sí… Creí que tendría que buscar una forma para que me perdonaras. –respondí sonriendo nuevamente.

Raven sonrió y volteó la mirada hacia el frente para hablarme. –Pues sí tienes un problema y tendrás que buscar una manera para que te perdone.

¿¡Eh!? ¿Para que me perdone?

-¿C-cómo? ¿Estás enojada conmigo? –pregunto muy confuso. ¡¿Alguien quiere explicarme?!

-Sí.

-P-pero ¿Entonces porque estás hablándome? –nuevamente le pregunto aún más confuso.

-Tienes razón. –se detiene en seco y da media vuelta. –Entonces me voy, suerte en tu paseo.

-¡Espera! –le grité y la detuve. -¡Olvida lo que dije! ¡Olvida lo que dije! ¡Olvida la conversación! ¿Síii? –le mostré una gran sonrisa, ¡No iba a dejar que se fuera solo por creer que ella estaba enojada!

Ella dio una pequeña risa… Un momento… ¿Una risa? ¿¡Una risa!? ¡Se estaba burlando!

-¿Era una broma? –le pregunté con una mirada amenazante.

-No del todo aún tendrás que hacer algo para que te perdone. –Oh rayos… ¿Ahora qué tendría qué hacer?

-¿Y qué debo hacer? –Raven se cruza de brazos y alza la mirada.

-Uhmm… No lo sé… Pero deberá ser algo bueno. –tras la pequeña charla, la tomé de la mano y me la llevé fuera de la torre. ¡Por Dios! Si seguíamos así llegaría año nuevo.

En camino a la ciudad, Raven me comenta con su típico tonito de voz.

-¿Y…. A dónde vamos?

-Ya había dicho, por allí…

-¿No sabes a dónde no es así?

-¡Lo importante es que nos divirtamos! –afirmé alegremente.

-Sí… Estoy que exploto por tanta diversión… -ya empezó con su sarcasmo… Te habías tardado, eh…

-¿Te cuento un chiste buenísimo que escuché en Japón? –le pregunté muy entusiasmado.

Al parecer a Raven le gusto la idea ya que suspiró como siempre lo hace.

-Supongo que si lo cuentas ya no lo contarás después…

-Solo si te gusta y créeme que te gustará, solo prométeme que no te reirás mucho para no malgastarlo.

-Trataré de esforzarme… -sarcasmo barato…

-¡Aquí va! ¿Cómo se llama la madera que nace en China? –no pude evitar reírme, ¡Era un chiste muy bueno!

-…

-Tienes que preguntar "¿Cómo?" –le aclaré amablemente.

-…¿Cómo?...

-"Made in China" ¡Jajajaja! –solté la carcajada en verdad ¡Era muy bueno! No paraba de reírme, un poco más y me explotaba el estómago.

Al parecer a Raven no le pareció gracioso… Gruñona…

-¡Vamos Rae! ¿No te gustó? ¡Es muy bueno!

-Es casi tan bueno como Slade…

-¿Slade? ¿Qué tiene que ver Slade aquí? Él es malo y no bue… -ya vi su punto… Muy graciosita Raven, muy graciosita.

-De cualquier forma si te gustó, vi como sonreías… -mentí dándome unas palmaditas en los brazos.

-¿No te han dicho que eres un poco mentiroso? –me preguntó nuevamente con ese tono.

-No.

-Lo suponía, poco no lo eres…

Tras diversas pláticas muy platicadoras, llegamos a la ciudad donde inmediatamente fuimos a la plaza. Allí inicié mi plan maestro.

-¡Aquí vamos! –digo mientras suelto risas macabras, perversas y atroces antes de colocar el billete en el suelo.

Tomo a Raven por los hombros y me la llevo hacia un árbol que había por allí.

-Ahora verás como caerán los tontos. ¡Jijijiji! –no podía aguantar las ganas de soltar una carcajada.

-Descuida, no dudo que caigas en tu propia trampa.

-¡Shh! –la callé colocando mi dedo en su boca. –Allí viene la primera víctima.

Preparé el control remoto y me alisté para el momento.

Era un chico cualquiera quien se acercaba muy sigilosamente al billete, justo antes de tomarlo moví la palanca hacia adelante y el billete avanzó. ¡Jajaja! El muy tonto lo siguió y lo siguió y comenzó a seguirlo.

-¡Jajaja! ¿¡Qué opinas Rae!? –no paraba de reírme al ver al chico perseguir como idiota al billete de juguete.

-Debo admitir que ese chico es casi tan tonto como tú. –dijo mirándolo a escondidas detrás del árbol.

-Vamos Rae, no seas aguafiestas. ¡Es divertido! Nomás mira cómo anda tras el billete. ¡Hahahaha!

-Sí… Cuánta emoción…

Después de molestar a varias personas, decidimos tomar un descanso. Aproveché que había un heladero cerca y caballerosamente le compré un helado a Raven. Claro que yo también me compré uno pero principalmente para ella.

Nos sentamos en una banca de por allí y admiramos la descomunal fuente de agua que había en la mitad de la plaza.

-Está delicioso el helado. ¿De qué sabor es el tuyo? –ya sabía la respuesta ya que yo fui quién se lo compró, pero me gusta molestarla.

Ella me miró con una expresión de rareza y me contesta. –Tú fuiste quién me lo compró… Idiota…

-Jejeje sí, pero olvidé de que era. –mentí.

Raven da un fuerte suspiro y me responde con algo de paciencia. –De menta…

-Deberías probar éste de hierbabuena. –era uno de los sabores que más me encantaban, superado solo por el de chocolate. –Di ahhh.

-Ummpp… ¿¡Pero qué haces!? –me pregunta irritada al momento en que le ponía mi helado en la boca.

-Tratando de que lo pruebes. ¡Vamos! Te gustará. –insistí.

-¡Deja ya chico bestia! –me dijo después de embarrar su mejilla de helado.

Me dio mucha risa ver su mejilla cubierta de hierbabuena, parecía Santa Claus. ¡Jajaja! Pero se veía muy bien.

-Eres un tonto… Me embarraste de ésta cosa verde… Lo peor es que me recuerda a ti. –dijo limpiándose con mi guante.

-Oye, mi guante no es servilleta. –le aclaré algo indignado.

-No me limpiaré con mi capa si es lo que piensas.

Luego de limpiarse, dejar sucio mi guante y acabarnos los helados, nos quedamos sentados contemplando la fuente y a los ciudadanos que caminaban por allí.

Puede observar dos cosas, una que Raven comenzaba a aburrirse y apoyó la barbilla en su mano dejando salir un suspiro. Y la otra es que vi el reloj de la plaza y me di cuenta de que no dormí absolutamente ¡Nada! Me había quedado dormido a las tres en punto y ya eran las cuatro apenas.

¿Cuánto dormí? ¿2 minutos? Olvidé mirar mi reloj antes de salir a abrazar a Raven… Como sea, decidí romper ese silencio que había.

-¡Rayos…! –exclamé como un suspiro y llamé la atención de ella.

-¿Qué? –me pregunta observándome.

-Me había dado sueño así que me quedé dormido, pero viendo éste reloj me doy cuenta de que no dormí nada.

-Suele pasar… Lo siento… -al decir que lo sentía lo hizo con una voz arrepentida.

-¿Uh? ¿Por qué? –traté de buscar una respuesta pero no hallé ninguna.

-Porque fui yo la quién te desperté ¿Recuerdas? Cuando toqué tu puerta y te llamé.

Es cierto ella me había despertado, pero tampoco era para tanto ya que yo realmente no quería dormirme.

-No tienes por qué disculparte ¡Hiciste bien! Yo no quería dormir ¿Acaso soy un vago? –dije moviendo rápidamente mis brazos.

-Aún así… -miró hacia un lado y regresó la mirada hacia mí. –Y sí, eres un vago.

-¡No soy un vago! –le exclamé agitando aún más los brazos y a pesar de que ya le tenía una clara discusión en mi mente, lo pensé un poco mejor. Ella tiene razón, soy un poquito flojo ¿A quién engaño?

-Tienes razón chico bestia, no eres vago. -¿Uh? ¿Se retractó? Por un momento le creí pero continuó su comentario. –Eres un holgazán. –su comentario me dejó decepcionado. Muy graciosita Raven, muy graciosita.

-¿Holgazán, eh? ¿Y quién fue el hizo casi de todo para salvarte cuando tu loco padre casi nos mata?

-Robin.

¿Robin? ¿¡Robin!? Ha pues sí… Él fue quién la salvó pero… ¡Pero cómo deber suyo por ser el líder por supuesto!

-Pero yo también hice de todo para protegerte. –dije orgullosamente. –Y fui el único quien no se cansó. –otra vez dije con algo de egocentrismo.

-¿Ah sí? –me preguntó con una ceja levantada.

-Por supuesto, Cyborg tuvo que recargarse después de usar su ataque, Robin apenas y podía moverse después de la paliza que le metieron esas cosas de fuego y Star quedó adolorida a tal punto que no podía ni lanzar rayos. –pausé para levantar mi pecho y barbilla como todo un hombre. –Pero yo por el contrario ¡Allí estaba! Peleando ferozmente y aunque me superaban en número, yo era mejor que ellos cuerpo a cuerpo. –aclaré firmemente con una bandera de Estados Unidos ondeando a mi espalda.

-¡Oh!... ¡Eres todo un héroe…! -vaya sarcástica eres Raven…

-Aunque no lo creas. –me acerqué a ella y le apunté con mi dedo. –Hubiera dejado todo eso e irme a dormir, pero no. ¿Y sabes por qué no? –le pregunté mirándole fijamente.

-…¿Por qué… no?...

-Porque estabas en peligro y no iba a dejar que tu loco padre te dañara. –sí, lo dije. Y no me arrepiento. Me cruzo de brazos para mantener lo omnipotente.

No la estaba mirando ya que había cerrado los ojos para escuchar una respuesta de ella, pero no hablaba. ¿Se había quedado muda o qué pasa? Así que abro un poquito mi ojo para ver si aún seguía allí, más para mi sorpresa es que estaba pensativa.

-¿Uh? ¿Sucede algo Raven? –le pregunto sentándome nuevamente.

Ella bajó un poco la cabeza y luego me observó, se quitó su capucha y me sonrió. –Gracias… Gracias por preocuparte por mí.

Yo solo sonreí. –Es lo que hacen los amigos. –hable casi como un susurro.

Ya estaba oscureciendo así que nos regresamos a la Torre. En el camino el silencio intentó invadir nuestro momento pero yo me le interpuse y conté un chiste.

-"Habían dos amigos hablando y uno le dice al otro, me siento solo" ¿Sabes lo que le contesta el amigo? –le pregunté aguantando las ganas de reír a carcajadas.

-… -como siempre Raven no dijo nada.

Di un suspiro y le dije "Tienes que decir ¿Qué le contestó?"

Ella voltea los ojos y me responde tras un suspiro. -…¿Qué le contestó…?

-"Yo también, sentarse es fácil" ¡Jajaja! –y solté la carcajada. ¡Era uno de los mejores chistes que tenía! Pero como siempre a Rae no le gustó.

-Sigue participando chico bestia… -me dijo con su voz monótona.

Antes de salir de la ciudad, tuve una gran idea de la cual no me arrepiento.

-Oye Raven ¡Compremos comida! –le dije tomándola de la mano y llevándomela hacia un puesto de comida rápida.

-Espera chico bestia… -me detuvo antes de siquiera tocar la loza del puesto.

-¿Qué sucede? –le pregunté temiendo que me dijera que no.

-Es que… No traje dinero… Y tampoco la tarjeta… -me susurra muy bajito, casi no le entendía pero gracias a mis buenas orejas le escuché perfectamente.

-¡Descuida! ¡Yo traigo la mía! –le digo volteándome nuevamente, pero nuevamente me detiene. -¿Ahora qué?

-¿No creerás que me vas a brindar… O sí? –como la vez anterior me dice en un tono de susurro.

-¡Pues claro! ¿Para qué son los amigos? –le digo con los brazos abiertos. -¡Venga, pide lo que quieras! –la tomo de la mano y me llevo al puesto, allí nos sentamos en las banquillas y observamos el menú.

Pff… La mayoría es carne… ¿Aunque qué esperar en un puesto de Hamburguesas? Me resigné y le pedí al señor que atendía, una Hamburguesa vegetariana y un refresco de cola.

Por parte de Raven, ella no sabía exactamente qué pedir o eso creía yo, me puse a deducir mejor y noté que más bien parecía… ¿Timidez? ¿¡Timidez!? Sé que Raven ahora es libre después de que matamos a su lunático padre, pero… ¿¡Timidez!? ¿Es en serio? Bueno, con ella todo es posible… ¡Es lo que me encanta de ella! Nunca se sabe lo qué pasará.

-¡Vamos Rae! ¡No tengas pena, pide lo que quieras! –le expresé muy felizmente.

Noté como bajó la cabeza y empezó a mover los hombros de arriba hacia abajo, parecía que tenía ¿Frío? O estaba… ¿Llorando? ¿¡Llorando!? ¡¿Llorando!? ¿¡Raven estaba…

-¡No tengo pena! –me gritó muy fuerte, aunque no tanto como la otra vez en que Cyborg y yo entramos en su loca mente pero tampoco fue un susurro.

-Bueno, bueno, Rae tampoco es para que te enojes. –traté de calmarla moviendo mis manos.

-Deja de llamarme Rae chico bestia si no quieres que te mande a otra dimensión… -me amenazó como siempre suele hacerlo, pero con calma en su voz.

-Bueno, ¡Venga! ¡Pide algo! –le volví a insistir.

-Hmm… -medita un poco el menú hasta que finalmente se decide. –Quiero una hamburguesa con todo y un té de hierbas por favor. –

El empleado asintió y fue a preparar nuestros pedidos.

Mientras esperábamos aproveché y le conté otro chiste a Raven.

-Oye Raven, aquí va otro chiste. "¿Qué le dice un tres a un treinta?" –me tapé la boca para evitar reírme.

Nuevamente ella suspira y me pregunta. –…¿Qué le dijo?... –y volteó los ojos a quién sabe dónde.

-"Para parecerte a mí, debes ser sin-cero" ¡Jajajaja! –no pude evitar reírme y me quité la mano de la boca.

-Hmm… ¿No te cansas de contar tantos chistes?...

-¡Para nada! Es mi escancia de vida. –le respondo muy elegantemente admirando la nada.

-Espero que siempre te desempeñes como héroe porque como comediante no durarás ni medio segundo en un teatro… -me comenta al mismo tiempo en que recibe su taza de té.

Yo también recibo mi bebida y aprovecho para darle un pequeño sorbo, claro antes de ser reprendido por Raven.

-Terminarás por acabarte la bebida antes de que llegue la comida.

-Descuida, después de todo puedo pedir otra ya que es mi dinero. –di otro sorbo y la miré de reojo. –También has lo mismo, pagaré todo lo que pidas. –le sonreí amablemente.

-Hmm… ¿Por qué haces esto? –me pregunta como si fuese algo extraño.

-¿Qué tiene de malo? –le pregunto dando otro sorbo.

-Es que… Bueno… -ella bajó un poco la cabeza y se colocó la capucha. –Siempre haces esto… -su mirada estaba hacia mí, pero luego la dirigió al centro.

Yo andaba confuso, ¿Qué tiene de malo? Sí siempre que puedo le invito algo, un helado, una comida, un tofu… Aunque el tofu nunca me lo acepta… Aguafiestas… ¿Por qué ahora se pone así?

-No entiendo… ¿No te gusta? –le pregunto algo entristecido mientras doy otro sorbo.

-No… -esa respuesta hizo que mis orejas cayeran de decepción y tristeza, siempre le invito algo porque ella es como mi mejor amiga, y una de las personas más importantes para mí.

Ella notó mi expresión y me miró algo extraña… Parecía ¿Arrepentida o confusa? Realmente no lo sé, pero yo comenzaba a sentirme extraño… Como si me doliera la cabeza, garganta y faltara saliva…

-…No es lo que quería decir chico bestia… -ella me hace señales de "no" con las palmas de sus manos. –Es solo que… Eres la única persona que hace todo esto…

Raven tenía completa razón, Cyborg era un gran amigo de Raven y de hecho se consideraban hermanos, pero él nunca andaba brindándole cosas a cada rato. Starfire era su mejor amiga y posiblemente en la única que la que Raven confiaba, pero en lo que yo recuerde jamás ella le compraba algo… Y por último estaba Robin, él y Raven tenían una relación de amistad mayor de lo que creía, Raven siempre le guardaba respeto y confianza, incluso cuando el loco padre de ella salió e intentó matarnos a todos, fue Robin quien arriesgó todo por ella… Y nunca perdió las esperanzas hacia Raven…

Ella parece admirarlo mucho ya que no dudó ni un segundo en abrazarlo cuando todo volvió a la normalidad… Je! Mis orejas instintivamente cayeron de nuevo...

Hubiera deseado realmente ser yo quién la salvara pero… El deber de todo líder es cuidar de su grupo… Aún así me esforcé en protegerte cuando nos atacaron Slade y esas cosas de fuego… Fue en vano pero yo no quería que te fueras… ¿Qué sería de nuestras vidas sin ti, Raven?

-¿Chico bestia? –me sacó de mis pensamientos su voz.

-¿Uh?... ¡Je! Lo siento, estuve algo pensativo. –respondí dando otro sorbo.

-¿Tú piensas? –me preguntó sarcásticamente.

-Jeje muy graciosa Raven… -di otro sorbo… -¿Eh? ¡Rayos! Ya se me acabó… -dirigí la mirada hacia el empleado y le pedí otra bebida de cola.

-Te dije que se te acabaría antes de que te trajeran la comida. –me sermoneó como es de costumbre.

-Total, ¡Hay que disfrutar! –nuevamente miré al empleado y dije. –Tráigale otra hamburguesa con todo a ella, por favor. –ella me mira con enojo y me pregunta por qué lo hice, yo le respondo que para que tuviera listo su desayuno mañana.

-Eres un tonto… -dijo llevando la mirada a sus manos.

Al cabo de unos momentos nos trajeron las hamburguesas.

-¡Bueno!... ¡Buen provecho Raven! –le deseé antes de darle un mordisco a esa hamburguesa tan deliciosa y tan suculenta.

-Igual… Chico bestia…

Tras terminar de cenar nos dirigimos hacia la Torre, antes de emprender el caminito a ella, se me ocurrió una buena idea.

-¡Oye Raven! ¿Una carrerita? –le pregunté maliciosamente.

-¿Ehh? –dice colocando esa expresión de "¿Qué demonios dices viejo?"

-¡Vamos, te reto! –exclamo haciendo una pose competitiva. -Volaremos hacia la torre, el primero que llegue ¡Gana!

-Estás loco si crees que… -la interrumpí.

-¡Vamos Raven! –la miré con ojitos de gato. –Por favor… ¡Vamos! –dije convirtiéndome en halcón.

Raven dudó un poco así que me destransformé para hablarle. -¡Vamos! ¡En sus marcas, listos…

-¡Fuera…! -¿Eh? ¿Pero qué? Cuando volteo a verla ésta ya había emprendido el vuelo.

-¡Tramposa! –grité transformándome en cuervo y siguiéndola.

Naturalmente hubiera ganado, pero la muy tramposa empezó antes que yo y desgraciadamente me ganó.

-Eres una tramposa Raven… -le comento de brazos cruzados mientras subíamos por el elevador de la Torre T.

-No soy tramposa, lo que pasa es que tú eres muy lento. –me responde colocando una sonrisa.

Al llegar al pasillo en el cual estaban nuestras habitaciones, yo la detengo al ver cómo ésta iba directo a su habitación.

-¡Espera, Raven!

-¿Qué pasa? –me pregunta mirándome confusa.

-Hoy pasarán por la televisión una película muy buena, ¡Tienes que verla! –le digo muy alegre.

-No, gracias… -me responde en seco.

-¡Vamos! ¡Es muy buena!... ¡Por favor! –le suplico con ojitos de gato.

Raven da un fuerte suspiro y me pregunta -Ehh… ¿Y… A qué hora la pasarán?

Yo miro mi reloj y veo que son las ocho y veinte. –¡Dentro de diez minutos! –le respondo enérgicamente.

-Muy bien… Pero iré al baño un momento, te veo allá… -dicho y hecho, Raven entró a su habitación y yo a la mía, yo también tenía ganas de ir a orinar ¡Llevaba horas sin hacer pis!

Tras salir de mi habitación me encuentro con Raven saliendo de la suya. Yo sonrió por la notoria coincidencia y nos dirigimos al living.

Al llegar allí nos encontramos con un Cyborg peleándose con la nada mientras jugaba videojuegos en el sofá, con una sedita que comía como yo en las mañanas y con una Starfire persiguiendo a un Robin por toda la sala.

-Ehhh… ¡Hola chicos! –saludo yo sacando a todos de sus cosas…

-Vaaaayaa… -dice Cyborg con un tonito molesto. –Hasta que por fin llegan.

-¿A dónde estaban? –nos preguntó Robin algo agitado, al parecer andaba corriendo de Star durante un largo rato… Jueguitos de enamorados…

-Andábamos recorriendo la ciudad. –le responde Raven mientras bajaba por las escaleras, yo también iba a comentar algo pero Cy me interrumpe con un silbido.

-¿Ya andan en la luna de miel? –pregunta él partiéndose a carcajadas, la verdad ese chiste no fue para nada gracioso.

-Qué gracioso eres Cy… ¡Oye! ¿¡Ya estás probando el nuevo juego sin mí!? –le pregunté enfadado al ver que ese juego no lo había jugado antes.

-Así es bestita, después de acabar de revisar el lugar fui a decirte que jugáramos, pero como te habías ido con Raven decidí no molestar su sociedad. –explicó soltando unas risas de burla.

-Que bueno, ahora vete a jugar en tu habitación porque vengo a ver una película. –le aclaré mientras le hacía señas con la mano de que se fuera.

-Vete tú a verla en tu habitación, yo llegué primero. –me afirmó mientras apretaba rápido los botones del control.

-¡Qué te vas tú! ¡Ya es mi turno de usar la televisión! –exclamé moviendo rápido los brazos. –Además Raven también va a verla así que… -fui interrumpido por Cyborg.

-¡Uuuhhh! ¡Ya veeeo! –dijo apagando el juego y poniéndose de pie. Creí que se había enojado por la postura que colocó, pero estaba equivocado… El muy gracioso se puso a reír como loco. -¡Toma! –me lanza el control remoto. –Que disfruten su película de amooor… ¡Jajajajajaja! –y le dio un ataque de risa robótico.

Cuando le da estos ataques de risa, Cyborg empieza a perder movilidad notoriamente y comienza a caminar como un robot oxidado. Así anduvo hasta llegar a la puerta y se desapareció por los pasillos.

Ya con Cy fuera del camino… ¡Ha disfrutar el televisor! -¡Vamos Rae! –exclamé sentándome de un tirón al sofá.

-Ya te dije que no me llames así. –me regañó mientras levitaba de la cocina con una taza de té en manos.

Ella se sentó al lado mío, bueno, no tan pegada pero sí al lado.

Antes de hablar, Star nos pregunto alegremente. -¿Qué película van a ver, amigos? –

-¡Atlantic Rim! –exclamé al colocar la película. –Se trata de que un monstruo gigante ataca una ciudad y mata a miles de personas, luego de destruir varias ciudades el gobierno logra destruirlo, pero es solo el comienzo. Pronto se dan cuenta de que cientos de monstruos empiezan a atacar uno por uno las ciudades y la única forma de detenerlos es creando sus propios monstruos. ¡Los Jeagerts! –exclamé más duro. -¡Robots gigantes que funcionan con dos pilotos conectados al cerebro! ¡La película es genial! –afirmé muy entusiasmado.

-Yupi… -dijo Raven antes de darle un sorbo a su té de hierbas.

-¡Suena genial amigos! –exclamó Starfire. -¡Vayamos a verla novio Robin! –le pidió con brincos en el aire a un Robin dudoso.

-Bueno… Este… ¿Por qué no? –antes de acercarse al sofá, Star lo detiene y le comenta.

-¡Pero en tu habitación novio Robin! –para asombro de todos, Robin estaba como un tomate, yo estaba confundido y Raven parecía como que no le importase.

-Ehh… ¿Estás segura… Star? –la voz de Robin parecía algo nerviosa.

-¿Qué eso no hacen los novios? En Tamaran los novios hacen muchas cosas juntos… -preguntó ella algo triste.

Robin solo sonrió y le asintió. –Está bien Star, vayamos a verla. –y se fueron los dos tortolos por la puerta.

¡Al fin! No iban a dejar ver la película en paz.

Así que saqué de la nada las cotufas y refrescos y los coloqué junto a Raven, soné mis dedos y estiré los brazos a los lados del sofá. Ohh síii… Un poco de comodidad para variar.

Raven me miraba como "Oye, eres patético viejo" pero eso me encantaba de ella.

-Ya comenzó, te gustará mucho Raven. –le aseguré con una sonrisa.

-Espero que no sea como lo son tus chistes… -nuevamente, sarcasmo al aire.

Y allí nos quedamos los dos solos, observando la película.

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¿Continuará?

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Bueno gente de fanfiction y fanáticos de ésta pareja, como dije desde un principio. Si éste fiction tiene Reviews y buena crítica, lo continuaré, de lo contrario lo dejaré así.

Espero realmente que les haya gustado, me tomó varios días hacerlo.

Cualquier error ortográfico o falla de guión, avísenme y lo repararé en seguida.