Vida nueva.

Capitulo 1.

Tokaku despertó justo cuando el ruido de la alarma del despertador llego a sus oídos interrumpiendo su tan preciado descanso, ¡y aun siendo sábado!, día en el cual no tiene que trabajar. Irritada por el infernal sonido de aquel aparato del demonio extendió el brazo fuera de la comodidad de su cama y lo apago antes de que el ruido la hiciera querer lanzarlo por la ventana en dirección a la calle para que lo aplastara el primer carro que pasara, y es que escuchar el mismo pitido todas las mañanas a la misma hora la estaba empezando a hartar. Bostezo mientras se pasaba una mano por la cara y el cabello en su intento por acostumbrar su visión a la tenue luz que entraba por las cortinas de la habitación. Miro al otro lado de la cama, una ligera sonrisa se asomo en su rostro cuando vio a su querida novia, Ichinose Haru, dormida a su lado con sus manos aferradas a su brazo y la cabeza escondida en su hombro. Desde que Haru se graduó de la Clase Negra y les entregaron los diplomas a cada una de las asesinas las dos comenzaron a vivir juntas en un departamento que Kaiba, su antiguo maestro, les otorgo con la condición de que Tokaku continuara trabajando para él, pero ahora como asesino a sueldo, y aunque la peli azul hubiese preferido otra cosa, si lo pensaba bien, era lo único que sabía hacer y por nada del mundo dejaría que Haru saliera a buscar trabajo dentro de los interminables peligros de la ciudad. No señor, ella debía terminar sus estudios y dedicarse a algo que la hiciera feliz en el futuro, como toda persona normal haría. De hecho estaba estudiando para maestra o algo así junto con una clase adicional de biología, curso que ella quiso tomar porque le recordaba y quería hacerle honor al pobre profesor de Myojo, Mizorogi-sensei.

Se levanto de la cama con cuidado de no despertarla y se dirigió al baño para darse una ducha, la noche anterior tuvo que cumplir otro pedido de Kaiba y cuando llego a casa estaba que se moría de cansancio y apenas si alcanzo a quitarse el saco del traje, la corbata y los zapatos para luego desplomarse en su cama junto a Haru, quien como siempre la recibió con cariño nada mas entro al departamento. El trabajo era pesado y a veces complicado, pero por lo menos Kaiba le daba un sueldo decente además de que la dejaban con los fines de semana libres y así podía pasar más tiempo con su pareja quien por cierto aun no estaba del todo de acuerdo con que Tokaku siguiese dedicándose a asesinar. De repente a la mente de la asesina llego el recuerdo de una vez durante sus primeras misiones, se había enfrentado a un ladrón que intento robarle información a la organización para la que ella trabajaba, creyó que sería fácil enfrentarlo pero el desgraciado había ido armado hasta los dientes y llego al departamento con su traje manchado en sangre, un ojo morado, heridas por todos lados y una gran herida en la cabeza, y por supuesto que Haru casi se la come viva en cuanto la vio llegar en esas condiciones diciéndole que lo que estaba haciendo era muy arriesgado, que debía dejarlo porque no quería perderla o que le daba miedo que terminara con heridas más graves que le provocaran la muerte. Al final tuvo que calmarla diciendo que todo estaría bien, y nada más, después de todo Azuma Tokaku nunca fue buena con las palabras de consuelo.

Salió del baño vestida con una blusa holgada, un par de pantalones y una toalla sobre su cabeza, después su nariz no tardó en captar el delicioso olor proveniente de la cocina e inconscientemente la hizo sonreír, reconocería ese olor en cualquier parte: curry. Y no era cualquier curry.

Entro a la cocina guiándose por el tararear del desconocido canto proveniente de aquella zona. Sus desarrollados sentidos de asesino le permitían escuchar hasta el más mínimo ruido emitido por su pareja. Entro sigilosamente a la cocina asegurándose de no ser escuchada, y ahí estaba ella, tan linda, tan dulce, tan radiante y alegre ¿Cómo es si quiera posible que un asesino como ella tuviese tan linda relación con aquel ángel tan inocente que ni siquiera debería saber lo que significa la palabra asesinar? No importaba. De hecho, nada le importaba cuando estaba con ella, a ella que en nombre de todos los dioses juro proteger con su propia vida, porque para Tokaku eso significaba amar a alguien; proteger a esa persona importante con todas tus fuerzas y dar hasta la última gota de sangre para su bienestar era su definición perfecta de "amor".

Con cautela el asesino se acerco a su pareja por detrás, el silencio era una de sus especialidades y no le fue problema llegarle a la chica de sorpresa abrazándola por detrás provocando que diera un saltillo de la impresión para después dejar salir un par de risillas provocadas por la acción de su amante.

-Buenos días, Tokaku-san –Dijo la pelirroja estirando un poco el cuello para darle un beso en los labios al asesino.

-Buen día, Haru –Respondió la aludida recargando su mentón en el hombro de la menor.

-¿Dormiste bien? – La otra asintió, sin decir palabra— Me alegro, te veías muy cansada cuando llegaste a casa en la noche. Por cierto, no tienes heridas graves, ¿verdad? —Agrego la pelirroja, visiblemente preocupada.

-Solo un par de moretones sin importancia. No es nada de qué preocuparse —La peli azul entonces libero a la otra chica de su agarre para dirigirse al pequeño comedor cubierto por un mantel blanco.

La pelirroja suspiro, su novia nunca le daba importancia a sus heridas y le preocupaba que solo dijera eso para que no se preocupara más de lo que ya lo hacía cuando la veía irse a una misión. Tenía en cuenta que era un asesino elite, casi nadie podía herirla a tal punto de que necesitara una atención medica profesional, pero no por eso su trabajo dejaba de ser un peligro para las dos.

-¿Paso algo interesante en mi ausencia? –Inquirió Azuma.

-Oh no, nunca pasa nada interesante cuando Tokaku-san no está en casa conmigo. Me gustaría que pasáramos más tiempo juntas — Decía la chica mientras colocaba dos platos de curry a la mesa y un par de tazas de café para sentarse a comer.

-Si quieres podemos hacer algo hoy, Haru –Sugirió mientras se llevaba una cucharada de comida a la boca— Es fin de semana, tenemos tiempo para todo.

-¿¡De verdad!?

-Sí, ¿por qué no? Creo que hoy estoy de humor para soportar a la sociedad, además tienes razón, hace mucho que no salimos y no quiero escuchar rumores inventados de que te tengo secuestrada o alguna de esas patrañas sin sentido que la gente inventa.

Haru sonrió. El ligero desprecio que Tokaku sentía por la sociedad siempre le había parecido "tierno" y propio en ella.

-Lo haces por mi seguridad, y lo entiendo. Tokaku-san siempre se preocupara por el bienestar de Haru –Expreso sonriente— Aunque sería buena idea que ya no lo hicieras, ya nadie ha intentado matarme desde que me gradúe de la Clase Negra.

-Ya lo sé, pero si algún enemigo de la organización se entera de nuestra relación intentaran secuestrarte para perjudicarme y por eso… – Hizo una pausa esperando que la chica terminara la frase que tantas veces le había repetido.

-Por eso nadie debe saber que trabajas para Kaiba y su organización.

Azuma asintió concentrándose de nuevo en su comida sin percatarse que la pelirroja quería seguir conversando. Ichinose quería hablar con Tokaku acerca de un tema que habían analizado hace mucho, un tema especial que a ella le emocionaba pero su pareja no compartía ese mismo interés. Era algo delicado y eso lo tenía en cuenta, pero en verdad deseaba compartir eso con su amada novia, sobre todo ahora que vivían juntas, en una casa propia, sin ningún tipo de problemas –a excepción de los peligros que corría Tokaku, pero eso era otra cosa— Suspiró tratando de reunir el valor que necesitaría para hacerle frente a su pareja, ya juraba oír la orquesta de palabras que se le vendrían encima nada mas abriera la boca, aunque no perdía nada intentándolo.

-Etto… Tokaku-san –Le llamo mientras jugueteaba con los cubiertos a causa de los nervios.

-¿Si? –Respondió, más concentrada en el plato de curry que en otra cosa ¡Demonios! ¿Por qué su Haru cocinaba tan bien?

-Me preguntaba si ya habías pensado en lo de hace unos días.

-¿Sobre qué, exactamente?

Un leve rubor apareció en las mejillas de la pelirroja quien de pronto se arrepintió por haber sacado ese tema, pero ya no había vuelta atrás y si se atrevía a pedirle a Tokaku que lo olvidara de todas formas tendría que hablar a sabiendas que ocultarle un secreto era toda una misión imposible ¿En verdad no se acordaba? Bueno eso era de esperarse, su empleo no le daba mucho tiempo de pensar en otra cosa que no implicara apuñalar o dispararle a alguien, pero no le molestaba en lo absoluto, lo entendía y al mismo tiempo la preocupaba.

Respiro hondo y lo soltó de golpe evitando por completo la profunda mirada azul clavada en ella.

-¿Has pensado en tener un hijo conmigo?

Lo siguiente que vio fue a su novia escupiendo el café que apenas si había probado yéndose para atrás con todo y silla haciendo temblar la mesa.

-… ¿Tokaku-san?

Mientras tanto en el suelo el asesino todavía estaba tratando de procesar la pregunta que acababan de hacerle. Había olvidado que hace unos meses Haru había estado muy rara, y cuando le pregunto si algo andaba mal ella le contesto que quería tener un hijo. En ese momento la pobre Tokaku tuvo que hacer uso de todas sus fuerzas para no terminar como ahora. Nunca le pasó por la cabeza la idea de comenzar una familia así de repente, por lo mismo pensó que Haru estaba acelerándose mucho en ese aspecto, ¡si todavía ni se casaban! –aunque no faltaba mucho— En fin, luego de salir de ese shock no tuvo otra opción mas que decirle que se lo pensaría más adelante. También estaba el asunto de que todavía eran muy jóvenes para asumir tanta responsabilidad, y por fortuna Haru lo entendió; sin embargo, nuevamente la misma idea le volvía a cruzar por la cabeza. Eso, para Tokaku, significaba un problema.

Recuperándose del mini-infarto que su pareja le dio se levanto del suelo, acomodo la silla y volvió a sentarse percatándose de que su amada pelirroja aun esperaba su respuesta. Azuma suspira, pensaba que se había librado de esa pero al parecer tendría que decepcionar a Ichinose una vez más, no le gustaba hacerlo, pero por el momento eso era lo correcto.

-Haru, creo que ya habíamos hablado de esto – Dijo mientras limpiaba con una servilleta los rastros de café que escupió de la impresión.

-Lo sé, pero en verdad quiero saber si lo has considerado, solo eso. Tu opinión es muy importante para mí, Tokaku.

-No entiendo porque adelantarnos tanto. Apenas vas a la mitad de tus estudios y ni siquiera somos un matrimonio.

-Dudo que eso importe mucho, para formar una familia solo es necesario amarse los unos con los otros, quererse y cuidarse. Protegerse, pero por sobre todo amarse…, y yo te amo, Tokaku– Una amplia sonrisa acompaño cada palabra que salió de la boca de Haru, y Tokaku, conmovida, opto por también sonreír ligeramente para ella, para expresarle sin necesidad de palabras que ella también la amaba con locura.

Los cinco años, y poco más, que llevaba relacionada con ella han sido definitivamente los mejores de su vida. La experiencia de amar y ser amado era algo tan maravilloso que ni siquiera un asesino a sangre fría, como lo fue, y como lo era ella podía negar. Decidir pasar el resto de su vida a lado de la pelirroja fue la mejor decisión de su vida, aun si lo hizo consciente o inconscientemente. Amaba a Haru tanto como adoraba comer curry –y vaya que era mucho decir—, y cuando llegara el momento seguramente amaría a su hijo o hija tanto como a ella.

Tokaku se levanto de la mesa y camino al otro lado, más específicamente a donde se encontraba su pareja, y antes de que la pelirroja dijera algo Azuma la había besado. Ichinose sonrío y correspondió a Tokaku, quien puso una mano en la mejilla de ella para mantener el contacto un momento más y Haru para entonces había pasado su mano a la nuca de la peliazul para profundizar el beso. Paso alrededor de un minuto y por fin separaron sus bocas para recuperar un poco el aliento, acto seguido el asesino abrazo a su novia recargando su cabeza en el hombro de esta, meciéndose ligeramente de izquierda a derecha al mismo tiempo en que susurraba al oído de su amada:

-Haru, te prometo que si todo sale bien en un año, nos casaremos y tendremos un hijo.

Ichinose, casi instantáneamente, se aparto para mirar a su pareja con los ojos brillando de esperanza y alegría.

-¿¡En serio, Tokaku-san!?

Azuma sonrió. Al final de todo, la felicidad de Haru era lo único que le importaba

-Te lo prometo.

Y de pura alegría, Haru se lanzo sobre ella para volver a besarla.

¡Hola gente!

Ok, llevo desaparecida de esta página mucho tiempo y declaro oficial mi regreso con la publicación de este fanfic. Espero que lo disfruten conforme se vaya desarrollando y dejen sus comentarios, porque eso seria HER-MO-SO. Bueno, tal vez me digne en continuar la historia. Nos vemos. Cuidense. Adios.

Riux, Chaitooo.