ARC 1: MASTER OF THE MONSTER
(Part 1)

El joven sacerdote miró fijamente a los ojos del vampiro, quien sonreía irónico ante este imprudente. Sin más, el chico tomó su estaca y corrió contra Alucard, que riendo como demente comenzó a disparar contra el muchacho. Pero el chico no temió, él había sido entrenado para enfrentarse a todo tipo de monstruos por ellos… la sección trece del Vaticano, una secta de monjas y sacerdotes asesinos entrenados especialmente como exorcistas profesionales y para acabar con herejes y monstruos. La Organización Iscariote, el lado oscuro de la Iglesia Católica.

Sin más el miembro de Iscariote recibió varios disparos por parte del arma del vampiro, pero él era más que un sacerdote, era un arma biológica creada con lo último de la biotecnología humana, un sucesor del que fue el rival más grande de este señor de la noche llamado Alucard. Alucard por su parte soltó el arma ya vacía y con sus poderes demoníacos hizo aparecer una sombra oscura alrededor del joven, una sombra cubierta de ojos rojos que veían expectantes al Iscariote, quien sacó una pequeña botella y saltando dando un giro en el aire soltó el contenido sobre los ojos.

Alucard rugió de dolor ahora que estaba ciego mientras que el joven saltaba clavando su estaca en su corazón.

—Miserable perro, esto no basta para acabarme. Además… sólo los humanos pueden matar a los monstruos, ¡NUNCA LOS PERROS!

El muchacho sacó de su sotana una espada de plata y cortó la cabeza de la bestia. Inmediatamente el cuerpo y la cabeza separada se tornaron en una gran nube de murciélagos que se lanzaron contra el sacerdote, quien sacó una biblia de la sotana la cual se abrió violentamente lanzando un torrente de páginas contra Alucard, quien separado por la barrera espiritual creada por el joven, volvió a ser uno solo mirando a su joven rival con un recién encontrado respeto.

—Jajajajajaja… excelente… ¡por fin un rival digno! ¿Cómo te llamas mi joven adversario?

El muchacho se persinó.

—Mi nombre es el padre Faría y terminaré el trabajo del legendario Alexander Anderson, el último de los grandes Iscariotes, el que estuvo a punto de acabarte.

Alucard sonrió complacido.

—El único hombre que puedo llamar mi digno rival además de Van Hellsing hace tantos años. Sí, tal vez tú puedas hacerlo… tal vez cuando nos encontremos más adelante será cuando mi extenso pasado finalmente aplaste mi eterno futuro.

—¿De qué hablas monstruo sin amo? Hoy será el día en que…

Alucard se iba transformando en neblina poco a poco, poco a poco…

—Serás tú el que me mate, eso ya está decidido. Pero no hoy ni aquí humano. Primero tengo una misión que cumplir. Prepárate, porque cuando llegue el día no entregaré mi no-vida así de fácil… padre Faría.

Dicho esto, se alejó dejando solo al sacerdote, quien como entendiendo volvió a su iglesia.

—Amén…

Alucard voló en forma de neblina hasta un tejano cercano, en donde ya lo esperaba una joven vampira; la última no-muerta creada por él. Una chica muy bien dotada de cabello rubio, ojos antes azules ahora rojos; y un uniforme rojo sangre en donde todavía llevaba las insignias de la desparecida Organización Hellsing: en la primera se leía su nombre SERAS VICTORIA y en la segunda se leía el lema de Hellsing, WE ARE IN A MISSION FROM GOD.

—Amo…

—No me llames más así, mujer policía. Dentro de muy poco será mi hora.

—Amo, ¿qué dice?

El monstruo miró hacia la luna con una sonrisa nostálgica en su rostro.

—Hace miles de años yo era un niño idiota con un temor enorme a la muerte; y con tal de no enfrentarla jamás le di la espalda a Dios y a la vida mortal. Renací como este ser y me dediqué a infringir terror en los vivos hasta que fui vencido por el maldito de Van Hellsing y fui obligado a limpiar al mundo de los monstruos que yo mismo creé.

Seras asintió, su amo, antes conocido como el Conde Drácula fue transformado en Alucard por la gente de Hellsing; y parecía que estaba de humor nostálgico, algo que pasaba con cada vez más frecuencia.

—Temer a la muerte fue una estupidez y desde entonces estoy condenado a esta existencia sin sentido, mi aburrimiento sin fin terminará cuando mi extenso pasado logre aplastar mi eterno futuro. Y ese día ha llegado, Seras, este joven Faría será el que logre destruirme al fin.

—¡Pero Amo!
—Silencio Seras — dijo Alucard con un tono triste y aburrido. — Desde que mi ama murió mi existencia no tiene más sentido. Integra era mi razón de vivir, la única Ama a la cual serví por mi propia voluntad y no por aquel pacto que hice con Van Hellsing. Mi querida Integra Fairbrook Wingates Hellsing.

Seras calló, se dio cuenta que su amo acababa de tomar una decisión extrema.

—Seras, tú fuiste la última que creé, y con el tiempo te has convertido en mi mejor amiga; la única que me queda. Gracias por tu compañía Seras.

—Amo, yo lo acompañaré siemp…

Alucard negó con la cabeza.

—No Seras, tú me sigues llamando Amo a pesar que hace mucho que eres un vampiro completo, con la libertad de surcar la noche por tu propia voluntad sigues unida a mí; no por obediencia sino por tu cariño.

Seras calló, era cierto.

—Gracias por todo amiga mía, mi querida Seras — dijo Alucard acariciando la cabeza de la joven. — Pero ha llegado el momento de separarnos. Una vez extermine a los demás de nuestra calaña, dejaré que Faría acabe conmigo… y quién sabe, tal vez me vea con Integra en el Infierno…

—¡Amo!

—Cuando acabe, serás la última de los no-muertos mi bella Seras. Haz de tu existencia lo que desees que sea, yo me voy para siempre.

Dicho esto, Alucard saltó dejando a Seras sola y por completo confundida. Sin más le dio la espalda a la luna y regresó a su féretro, en las ruinas de lo que fue la Mansión Hellsing en las afueras de Londres.

Seras tenía todo el tiempo del mundo para reflexionar, desde el significado de su eterna existencia hasta la decisión de Alucard. Ahora que lo pensaba, la soledad era algo inevitable cuando se era inmortal, o bueno un no-muerto. Todos aquellos que compartieron un vínculo con ella, ella los vio irse. Uno a uno. Algunos asesinados como sus padres y el único hombre que amó, Pip Bernadotte; los primeros en sus días de humana y el segundo cuando ya era esa criatura. Otros de viejos como lo que fue de Lady Integra y otro montón de humanos a los cuales pudo llamar amigos. Pero al final estaba sola.

El único que compartiría siempre con ella, el único que pensó que no la dejaría jamás acababa de irse: Alucard su Amo, el único que entendía su soledad. Al final, si se lo pensaba bien, no era tan difícil entender el por qué de esa resolución. Pero Seras no se rendiría, rendirse significaba morir y por eso decidió seguir adelante.

Sin más se metió en su ataúd y cerró los ojos, dormiría. No sería el sueño eterno pero sí un largo sueño esperando su momento, esperando encontrar algo que llenara el vacío de su muerto corazón. No supo cuánto tiempo había pasado ni tampoco le llegó a importar gran cosa, para ella sólo importaba el sueño y su despertar, el cual sería en su debido momento no antes.

Finalmente los humanos fueron extinguiéndose junto con su legado y una nueva especie dominó sobre la tierra. Los ideales humanos de Codicia y Autodestrucción le dieron paso a la Magia y a la Amistad. Y durante todo aquel tiempo Seras dormía, esperando su momento.

—¡Vamos por ti cariño! — Gritó uno de los Perros Diamante que perseguían a Fluttershy.

La joven pegaso le dio más velocidad a sus pequeñas alas, pero se daba cuenta que no había salida. Tarde o temprano los perros la alcanzaría y quién sabe qué cosas le harían. Todo por ver a un animalito indefenso al cual ofrecer su ayuda, ¿por qué no se dio cuenta que se acercó demasiado al territorio de los perros? Ahora todo estaba perdido. Ponyville estaba demasiado lejos, sólo un área poco conocida del bosque Everfree se erguía a lo lejos.

Sin pensarlo mucho se internó en el bosque, no sin antes arañarse los cascos en un zarzal.

Los perros detuvieron la persecución.

—¿Y ahora qué, jefe? — Preguntó el más enano al más fornido.

El perro sonrió y aspiró el suelo.

—Se ha cortado, la pobrecita se ha cortado. Su rastros será fácil de seguir, pero tengamos cuidado. Somos rudos y todo pero este es el bosque Evefree, no un campo floreadito.

Los otros dos de la banda asintieron y se adentraron al bosque. El olor de la sangre de Fluttershy los guiaba.

Mientras tanto la pequeña pegaso seguía corriendo, esperando hallar un lugar dónde esconderse. Finalmente vio una pequeña cueva a lo lejos. No lo pensó dos veces y entró.

Dentro estaba bastante oscuro, no podía ver ni su propio casco frente a ella, pero al menos estaba a salvo. No la hallarían dentro, la oscuridad sería su aliada, ¿o no?

Se dio cuenta que le dolía un caso, lo revisó y descubrió con horror una espina bastante bien hundida en éste. Tembló, si todo ese tiempo había estado sangrando, el olfato de los diamante la delataría dentro de nada. Tragando saliva se adentró más en la cueva esperando hallar un buen escondite. Pronto se tropezó con algo.

Miró, era una especie de… ¿caja? La oscuridad le impedía ver lo que era pero al menos se sentía como una gran caja de madera. La abrió y trató de meterse, pero se dio cuenta que algo ya estaba dentro. Olía como a cadáver y a encierro; y el contacto de la cosa que estaba dentro era frío y…

Fluttershy ahogó un grito cuando sintió aquello, una especie de momia disecada, pero se asustó más de las voces que le llegaban desde la entrada de la cueva.

—¡La muy boba se ha acorralado sola! Adelante compañeros, vamos a…

Fluttershy soltó de golpe la tapa de aquella caja causando un gran estruendo. ¡Demonios! Se había delatado. Y estaba tan asustada que no se dio cuenta cuando la sangre que goteaba de su casco cayó sobre el rostro de la extraña momia.

—Te hallamos — dijo el perro. — Nuestros ojos ya se han adaptado a la oscuridad; pero aun sin eso, podemos olerte pequeña. No hay forma de escapar.

Fluttershy tragó saliva, de hecho sus ojos ya estaban adaptándose a la oscuridad también.

El líder de la banda se acercó amenazadoramente mientras que Fluttershy retrocedía asustada, dándose contra algo sólido, la caja.

La pegaso estaba perdida… ojalá no hubiera sido tan despistada, ojalá…

Un rechinido de ultratumba llamó la atención de todos. Pronto los tres perros levantaron la mirada hacia la caja… cuya tapa se había abierto lenta y escalofriantemente. Fluttershy sintió el aire agitarse tras ella, como si algo se moviera detrás suyo. Los perros retrocedieron con prudencia cuando vieron las dos luces rojas posarse sobre ellos. No eran luces, eran ojos, lo comprobaron cuando una sonrisa blanca llena de colmillos brilló en la oscuridad. Y Fluttershy estaba demasiado aterrada como para voltearse.

El que estaba más cerca de Fluttershy fue el primero. A una gran velocidad la sombra saltó sobre él tomándolo del cuello y acercando éste a su boca. Fluttershy vio claramente cómo los colmillos de la cosa se hundían en el cuello del perro mientras éste aullaba aterrado; pero sus aullidos se fueron haciendo más y más débiles hasta que dio el último suspiro. Pero no por eso la cosa lo soltó, no, siguió sosteniéndolo hasta que estuvo por completo seco.

Los otros dos perros habían huido horrorizados, la única que se quedó fue Fluttershy la que estaba demasiado asustada como para hacer un movimiento y vio todo el horrible espectáculo. Pero una vez seco el perro, la cosa se movió a gran velocidad tratando de atrapar a los que se le escaparon.

Los perros ya veían la luz del día, pero una sombra oscura con un débil resplandor rojizo los detuvo. Esa masa de energía extraña era aterradora, más cuando varios ojos rojos se abrieron sobre ella y se fijaron en los perros. Ellos gritaron y trataron de retroceder pero se toparon con la cosa, quien los tomó a ambos con sus manos y…

Los aullidos lejanos de los perros hicieron temblar a Flutterhsy quien comenzó a llorar mitad por el miedo mitad por la pena de la suerte que corrieron sus perseguidores.

Entonces vio los dos ojos rojos en la lejanía, emitían un débil resplandor que le permitieron apreciar el rostro de la criatura. Era una especie de simio sin pelo (sólo un poco en la cabeza), una chica a juzgar por lo fino del rostro y sus mamarias bien desarrolladas, cabello rubio y la sangre aun rezumando de su boca.

Ella se limpió la sangre de ésta y luego miró a Fluttershy, que se retrajo lo más que pudo temblando y llorando del miedo.

—No me hagas daño. Por lo que más quieras no me hagas daño.

—¿Te encuentras bien? — Preguntó la cosa con un sincero tono de preocupación.

Fluttershy tardó bastante en asimilar lo que le había dicho, ¿le estaba preguntando si estaba bien, acaso?

—¿Estás bien? ¿No pude llegar a tiempo? — Volvió a preguntar la cosa más preocupada que antes.

—Este sí… estoy bien… — dijo Fluttershy aun temblando.

La cosa sonrió, sus colmillos resplandecían en la oscuridad.

—Me alegro, me alegro mucho, mi Ama.

Eso desconcertó a Fluttershy.

—¿A… A… Ama? — Preguntó temblando.

La cosa se inclinó ante Fluttershy y tomó su casco frontal, besándolo. Un símbolo tan antiguo como el mundo.

—Sí, Fluttershy. Durante mucho tiempo he estado durmiendo esperando, siempre esperando; pero no sabía qué. Hoy lo he descubierto, te esperaba a ti Fluttershy. Tú eres mi Ama, mi nueva Ama. Yo, Seras Victoria, sólo existo para servirte.


Y una pequeña serie de Hellsing, mi primera serie de manga y anime. Dividiré esta saga en tres arcos: Master of the Monster, Balance of Power y Kill Zone, nombres de tres arcos de la serie que me abrió las puertas al mundo Otaku. El título está en inglés porque bueno, la historia de Hellsing se desarrolla en Inglaterra. Espero les agrade y:

Chao; nos leemos!