Inuyasha y sus personajes no me pertenecen, si no a la grandiosa Rumiko Takahashi, si fueran miso, Rin y Sesshomaru se habrían casado.
PARA SIEMPRE
UN DIA MÁS
Esa mañana, cuando abrió los ojos, Rin comenzó a recordar todo: cuando Sesshomaru la dejo al cuidado de la anciana Kaede, su amistad con Inuyasha, Miroku y Sango, el descubrimiento de su poder, cuando Kagome regreso a la aldea, las visitas de Sesshomaru en sus cumpleaños y en momentos inesperados, y finalmente…la ausencia. La despedida extraña e imprevista. Él acariciando su cabello, dándose la vuelta con este cayendo de su mano. Él en el cielo, una figura de blanca lejanía. Él mandando a Jaken y un regalo en su cumpleaños número dieciséis. Y un terrible vacío en su cumpleaños diecisiete. Sin avisos, sin palabras de consuelo. Sólo una cruel despedida. Recuerdos superpuestos a otros, recuerdos encajando en lugares erróneos, como las piezas de un puzzle terrorífico.
Sacudió la cabeza y dejo de recordar "Solo me hago daño". Se levantó del futón y tomo sus cosas. Tenía suerte de que la cabaña, que la anciana Kaede compartía amablemente con ella, hubiera crecido en ocho años. Ahora ella tenía su propia habitación:Era un espacio pequeño, pero lo suficientemente grande para ella. Antes de salir se cercioro de que la anciana estuviera dormida: La vieja miko descansaba de espaldas a ella, en su futón. Tenía puesto un roído yukata blanco de dormir, y su respiración era lenta y acompasada. Con esa imagen, Rin se animó a salir definitivamente de la cabaña, dirigiéndose con toda seguridad al río.
Mientras caminaba su mente divago en trivialidades, como que solo faltaban tres días para su próximo cumpleaños, por unos instantes se emociono, todavía albergaba en ella la esperanza de que su amo apareciese y la llevara nuevamente con él…pero esa esperanza se veía inmediatamente reducida por la realidad. Aquella que le recordaba que habían pasado tres años… ¡tres años sin verlo!
A veces, tenía la sensación de que él estaba cerca. Podía sentir su presencia en el aire, la tranquilidad y seguridad que solo él le trasmitía. Sentía que en cualquier momento aparecería, pero por más que esperase eso nunca sucedía. Sus labios liberaron un suspiro. Había llegado a orillas del río, el agua se extendía por delante de ella, como un enorme espejo. Por un momento, la sensación de desasosiego nació en ella, también estaba ahí una repentina rabia, la desesperación…y el miedo. Tuvo ganas de ser un tornado y arrasar con todas las hojas, los árboles y las cabañas. Rin se detuvo. Había sentido que sus pies se movían, pero en realidad estaba quieta. Seguía de pie en la orilla del río, sin moverse.
-Tal vez me estoy volviendo loca-pensó asustada. Nunca había sentido algo como eso. Jamás se había visto así misma como una destructora…y de pronto, una parte de ella quería serlo.- Tal vez deberías lanzarte ahora mismo de cabeza al río-.a esa hora nadie estaba despierto, la villa era un sitio fantasma alejado de la realidad, si ella decidiera poner fin a su vida nadie iría a salvarla. Nadie. El miedo la inundo por completo, y aun así, a una parte de ella en lo profundo de su alma, le seducía la idea de morir, el éxtasis de zambullirse en el agua, el ahogo, la sensación de sus pulmones hinchándose, llenándose del líquido…
-¡No, Rin!-y se cubrió la boca inmediatamente con la mano.- ¿Qué diablos estás pensando?-una risita la asalto. Risa nerviosa y escurridiza.-Todo va bien. Ahora entra al agua. A bañarte-recalco-no pienses mas en eso-.y como la aldea era un sitio fuera de la realidad, no sintió la necesidad de averiguar si había alguien cerca Aunque..., y desecho la idea. Prosiguió a desvestirse para poder entrar al agua.-No esta tan fría como pensé voz sonó igual de dulce que siempre. Eso le gusto. Poco le había cambiado, en ocasiones sonaba con algunos matices maduros, pero nunca los suficientes para borrar aquel tono infantil.
Entro por completo al agua, su cuerpo se movía como si fuera un pez mas, había dedicado gran parte de su tiempo en desarrollar sus habilidades físicas, en alguna ocasión fue arrastrada por la corriente de un río y de no haber sido por su amo quien sabe que hubiese pasado Fue cuando decidió practicar un poco para no serle ningún estorbo a Sesshomaru, sin embargo no tubo esa oportunidad hasta hace algunos años, cuando Kagome regreso a la aldea y comenzó a impartirle "lecciones de natación", como la miko decía.
"De poco me sirvió- se sumergió en el agua-no importa que tantos poderes espirituales tenga, no importa si poseo fuerza física, no importa nada porque él no va a regresar- seguía sumergida en el fondo del rió-.Han pasado tres años y no lo he vuelto a ver…se olvidó de mí, y yo…yo debería hacer lo mismo…"
Salió a la superficie de pronto, y quedo paralizada, ¿Cómo olvidarse de el? ¿Cómo olvidarle si en el momento en que decidió hacerlo, sintió su presencia? Ella no tenía el gran olfato de Inuyasha, pero no era necesario para reconocer ese aroma. La imagen de la persona a quien pertenecía paso por su cabeza como rayo, instintivamente volteo la cara a todos lados…pero no vio nada.
"Otra vez tu imaginación Rin, debes darte por vencida." Decidió salir del agua, era muy temprano como para torturarse con el recuerdo de alguien, que seguro, no pensaba en ella. Tomo el camino que la llevaría de vuelta a la aldea. Llego hasta la villa aun con aquel aroma y la imagen del yokai a quien pertenecía, el único ser capas de poseer aquella esencia tan deliciosa y a la vez seca. Bufo molesta. Quería olvidarse de eso, y para hacerlo prefirió comenzar con sus deberes.
-¡Rin!-nada más escuchar su nombre se dio vuelta
-¿Qué pasa Kagome?-hacia mucho que dejo de llamarle "Kagome-sama" lo mismo había pasado con Inuyasha, Sango y Miroku. Crecer tenía algunas ventajas, y cuando se crecía rodeada de personas, esas ventajas eran más notables. A Rin le embargaba de una deliciosa sensación de calidez el comprobar que podía confiar en la gente...en-los-humanos. Había pasado tanto tiempo…
-¡Estoy tan emocionada!-la miko tenia una expresión radiante en su rostro.
-¿Y eso?-Rin la miro sorprendida y sin entender nada.
-¡Solo faltan tres días para tu cumpleaños!-grito Kagome, emocionada.
¡Ah, era eso!
-Bueno…-no pudo terminar de hablar.
-¡Sera una fiesta grandísima! ¡Todos en la aldea vendrán a felicitarte! ¡Ay, te arreglaremos hermosa!
-Kagome…no exageres-la chica se gano una mirada llena de indignación por parte de Kagome…estar rodeada de personas tampoco era tan perfecto, claro.
-¡No puede ser que este más emocionada yo que la cumpleañera!- Kagome junto los puños frente a su cara.
-Sí que puede…-murmuro Rin.
-¿En verdad no te emociona?-Kagome miro expectante a Rin-Antes te emociona…-no termino de hablar, cerro la boca de golpe, pensó lo que iba a decir y…-¿Es por que Sesshomaru no se ha aparecido por aquí desde hace tres años?- eso sonó más a afirmación que a pregunta
-No tiene nada que ver con eso-Rin giro sobre sus talones
-Yo creo que si. Es por eso que no quieres fiestas ni nada de ó a retar a la chica-Como Sesshomaru no se ha dignado a parar por aquí, dejaste de arreglarte para alguien, perdiste la emoción de…
-¡Ya dije que no es nada de eso!-Rin se volvió bruscamente con un grito
-Aja, como tú digas-hablo con sarcasmo, la pelinegra mas joven se enfurruño
-En verdad Kagome.
-Demuéstralo-la reto.
-¡Quiero una fiesta grandísima!-y Rin cayo en la trampa, Kagome dio brincos de felicidad una vez logrado su cometido, paro cuando recordó su condición, sin embargo no quito la expresión de felicidad.
-Bien…ya que tu lo pides haré el sacrifico de preparar una fiesta grandiosa-volvió a exagerar en los ademanes, Rin solo suspiro resignada, le gustaba que se interesasen en ella, que la hicieran sentir cómoda. En la aldea la habían demostrado que no todos los humanos eran malos, le enseñaron a confiar de nuevo en su especie, la acogieron, la enseñaron el valor de la amistad, le demostraron que les importaba, que había más personas a quienes les interesaba, ellos nunca la dejarían sola…Aquel aroma conocido volvió a hacerse presente, ya no molesto en girar el rostro, ya no quería alimentar sus ilusiones.
"Donde este…espero que este bien"
Los dos días siguientes hizo exactamente lo mismo, levantarse antes que nadie, ir al río a bañarse, repartir su tiempo entre sus quehaceres y el entrenamiento…pero no volvió a percibir ningún aroma que le recordara a Sesshomaru.
Bueno, este es oficialmente mi primer fic "en forma". Soy muy nueva en esto, así que con toda confianza lances las criticas constructivas xD Le quisiera dedicar el fic a ciertas señoritas que me animaron a seguir con él, no diré nombres, porque no se pasan por aquí. Y de alguna manera debo agradecer a todas esas personas que crean Fanfiction, porque leer sus historias me hicieron querer crear una propia.
Muchas gracias por leer :3