Capitulo 1: La partida.

¿Nunca habéis tenido un sueño en el que huíais de alguien que te quería hacer daño? ¿No habéis sentido esa mezcla de miedo a mirar detrás de vosotros y ver que se acerca tu perseguidor y sientes exasperación por ver que avanzas muy lentamente?

Eso es lo que sentía Hermione Granger en esos momentos. Por culpa de Voldemort y su grupo de seguidores llamados mortífagos.

Hermione estaba huyendo de los mortífagos corriendo detrás de Harry y Neville pero la nube de polvo que tenía delante le impedía ver bien hacia donde corría.

¿Por qué estaba huyendo? ¿Qué había pasado antes de ese momento?

Ella y sus dos mejores amigos, Harry Potter y Ron Weasley, habían acudido al Ministerio de Magia al tener Harry una visión sobre su padrino, Sirius Black, en poder de Voldemort en una sala del departamento de Misterios dentro del Ministerio de Magia. En el camino se les unieron otras tres personas, Ginny Weasley, hermana de Ron, Neville Longbottom y Luna Lovegood.

Los seis muchachos consiguieron entrar en el ministerio sin ser detectados (Hermione seguía sin explicarse cómo el Ministerio de Magia no tenia medidas de seguridad contra intrusos y en cambio perdían el tiempo imponiendo al colegio Hogwarts a la Suma Inquisidora, Dolores Umbridge) y cuando llegaron a la sala donde Sirius supuestamente estaba siendo torturado, no había nadie excepto un grupo de una docena de mortífagos que parecían dispuestos a matar con tal de que Harry les hiciera entrega de una profecía que había cogido minutos antes.

Mientras los mortífagos se burlaban de la ingenuidad de Harry acerca de la naturaleza de esa profecía, ellos consiguieron hacer un potente embrujo reductor que tiro las estanterías de la sala contra los mortífagos, lo cual ellos aprovecharon para huir. Y eso precisamente estaba haciendo Hermione al comienzo de nuestra historia.

En medio de la polvareda causada por el derrumbe de las estanterías de la Sala de las Profecías, Hermione vio una puerta hacia la cual se dirigían tanto Harry como Neville. Y allí se encamino ella también en medio de toses y con los ojos llorosos por el polvo. Pero cuando apenas le quedaban una veintena de metros para llegar a la puerta cinco mortífagos encapuchados le salieron al paso, bloqueándole la entrada. Hermione se giro rápidamente en medio de su carrera. Había otras salidas, seguro. Luna, Ginny y Ron habrían encontrado otra salida. Nada más darse la vuelta otros seis mortífagos se alzaron sobre ella, cortándoles el paso de nuevo. Estaban rodeados.

-Ay, mierda, ya podían haberse perdido…-pensó Hermione.

Pero no se iba a dar por vencida. Aunque ella muriera se iba a llevar por delante tantos mortífagos como pudiera.

-Desmaius-gritó.

Un mortífago cayó al suelo, desmayado.

-Petríficus totalus-gritó el compañero del mortífago.

-Protego- grito Hermione-Talantalegra- grito a continuación apuntando a otro.

El mortífago empezó a mover las piernas a un ritmo frenético, como si estuviera bailando.

En ese momento todos los mortífagos gritaron algo que Hermione no comprendió. A continuación empezó a sentir una docena de hechizos impactar contra su cuerpo, quemándola. Empezó a gritar. El dolor era insoportable… pero solo duro un segundo. Al momento siguiente se desvaneció de la Sala de las Profecías.

En la sala se hizo un silencio inquietante.

-¿Qqque ha pasado?

Todos miraron el sitio en el que segundos antes había estado si víctima.

-Este donde este ahora la sangre sucia no debe importarnos. Lo que si debe importarnos es esa profecía que se ha llevado Potter- dijo Bellatrix Lestrange.

Al oír esas palabras, todos recuperaron su atención y corrieron hacia donde se había ido Potter con ese Longbottom.

Mientras tanto, en 1976, veinte años atrás, una Hermione Granger desmayada, con múltiples quemaduras en su torso y brazos, apareció en el suelo de la Sala de las Profecías del Departamento de Misterios.