Hola hola simples mortales mundanos bueno debo decir que esta historia me había tenido algo frustrada pero por fin después de mucho quedo como quería o sheee bebes.
Bueno tarde exactamente un año y cinco dias pero ahhh digan que acabe xD.
Disfrutenlo.
UNA TRISTE HISTORIA DE AMOR.
En el presente
No cabe duda que se pueden cometer muchos errores cuando eres joven, para mí no es la excepción, pero no errores irremediables, o eso pienso en este momento mientras me miro en el espejo, con el ostentoso vestido blanco que cubre mi cuerpo.
Una lágrima traicionera resbala por mi mejilla, ha pasado mucho desde entonces desde que escape de la casa de Bora, desde que corte todo vínculo con mis padres y desde que Gray y yo…
Ahora estoy consciente de mi vida y de lo que estoy a punto de hacer creí estarlo hasta que alzo la mirada y veo a Gray sentado en el marco de mi ventana, su sexy sonrisa ahora se tensa hacia abajo. Mi corazón late inquietante, solo cruzo miradas con él a través del espejo, me es imposible voltear y sostenerle la mirada.
-¿Qué haces aquí?- pregunto con temblor en mi voz, porque creo que está a punto de repetirse la historia, solo que esta vez él no está cediendo.
No me responde está de pie observándome, mi maquillaje es ligero, solo cuelgan de mis orejas un par de pendientes de oro que el acaricia con una expresión neutral en su rostro.
Está muy guapo, casi como la última vez que lo vi, hay una ligera capa de bello que cubre su mentón, se nota que lleva días en mal estado, por lo menos sin dormir.
-Así está bien…- susurra mientras me abraza.
Nos quedamos así en silencio un minuto, mientras mi mente viaja a ese día en que nos internamos en los muros del imperio Fernández, donde nos dirijamos a la victoria, a nuestra propia derrota.
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En el pasado
Se llevaron a Lucia, el plan fue un fracaso, no tenemos dinero, no tenemos a Levy, no tenemos a Erza y por si fuera poco la policía nos está buscando.
Oigo la sirena de las patrullas resonar mientras sostengo mi cabeza con ambas manos. Natsu y Gray llevan casi dos horas discutiendo la ubicación exacta de la mafia Fernández pero no parecen llegar a nada, me siento inútil y estresada. Mi cara aún está sucia de maquillaje que se ha corrido por las lágrimas, estoy agotada física y emocionalmente.
-Vamos tranquilízate mujer vamos a encontrar a esos hijos de puta y a recuperar a las chicas- Gajeel el tipo fuerte de persing en el ochenta por ciento de su cara parece tan sereno que me contagia su positividad.
-Si vamos a encontrarlas…- respondo con una leve sonrisa.
-Chicos…- nos llaman, Natsu y Gray encontraron una posible entrada en el territorio de Fernández. Ubicada cerca de una montaña completamente deshabitada ese complejo tenía más vigilancia que el palacio de Inglaterra.
-Pues vamos…- esta noche estamos más sincronizados que de costumbre, tenemos que estarlo.
Gajeel y Natsu viajan en una camioneta pequeña mientras yo voy montada con Gray en la motocicleta, en el camino me aferro a él, lo huelo, lo abrazo. Quiero sentirlo mío para sentirme segura.
-Tranquila… -susurra – Todo va a salir bien-
Quiero creerle pero mi corazón revolotea en mi pecho, Lucia… Lucy debe estarla pasando muy mal. Con Fernández quien seguramente ya descubrió su verdadera identidad.
-Es aquí…- aparcamos cerca de una propiedad más o menos grande. Parecía mas una estancia con alberca y jardín en la parte trasera, estaba llena de hombre con pistolas al frente.
Atravesamos la piscina en la intensidad de la noche, sin que nos noten Natsu y Gajeel se esconden detrás de los arbustos Gray y yo nos agachamos y terminamos dentro de un gran almacén con costales apilados desde el suelo hasta el techo.
-Menudo arsenal tienen estos aquí- Dice ante mi inocente mirada mientras me acerco. Es droga. Tienen aquí por lo menos una tonelada de cocaína.
Sabía que estos hombres se dedicaban a algo grande pero no me imagino entonces porque robarle a Bora, aquí hay mucho más en droga que el dinero que él y mis padres podrán poseer jamás.
Escuchamos un ruido y de inmediato nos escondemos detrás de los costales.
Entran a la habitación dos personas, un hombre y una mujer. Ella es pequeña pero parece muy profesional, tiene los ojos azules y el cabello rosado, el otro tipo es bien parecido, tiene el cabello azul y la mirada gacha. Cuando alza la cabeza lo noto rápidamente él es Jerall.
Claro tiene que ser, es justo como lo describieron, su cicatriz es inconfundible incluso para alguien que jamás eh visto.
-En dos horas vendrán los camiones a llevarse esto- dice Jerall dándole instrucciones a la chica- Deben darte el dinero que acordamos, yo estaré ocupado hasta la mañana creo que podrás hacerte cargo de esto Merdy-
Sin contestar la chica asiente con la cabeza mientras salen de la bodega, volteo la vista a Gray y de inmediato me doy cuenta de sus intenciones, el plan saldrá mejor de lo esperado, no solo volaremos la casa, este cargamento también.
-Vamos…- dice en tono firme y suave. Salimos de ese extraño almacén y nos adentramos en la casa al cruzar un pasillo escuchamos ruidos extraños de pisadas y entonces nos escondemos por separado, entro a una habitación extraña esta obscuro, pero alcanzo a distinguir cadenas y una jaula, dentro la habitación hay otra puerta de donde se comienzan a escuchar ruidos.
-Vamos preciosa solo tienen que cooperar y entonces las dejaremos ir…- La voz de Fernández se escucha por debajo de la puerta y deduzco que está interrogando a mis amigas.
-Suéltalas, si lo haces entonces puedo considerar ayudarte- la voz de Erza se escucha sin titubeos y sin titubeos, sin miedo, justo como es ella.
-Perdón pero no puedo hacer eso, tu estratega también es útil para mí, y en cuanto a Juvia pues basta decir que siempre se necesita el experto en cerraduras adecuado, me encargo de hacer trabajos grandes linda, y ustedes son perfectas para ello. Además que las caras bonitas siempre sirven para cerrar tratos-
Escucho a Erza cuando raspa su garganta para aclárala, no está de acuerdo porque sabe que ello implicaría traicionarnos.
-Además no te has olvidado de lo que paso entre nosotros cierto- mi ojos se agrandan y mi boca se seca, Erza conocía a Jerall –Nuestras noches de pasión, los días que pasamos en Francia lo recuerdas cierto-
-Si también recuerdo aquella redada, me abandonaste y caí en prisión… eso es lo que recuerdo con más claridad- su voz áspera y llena de odio provocan un silencio aterrador en la habitación. –Y cuando conocí a Lucy supe que no era la única ingenua que había caído en tu trampa-
-Yo te amaba…- reclama el en voz alta- pero siempre preferiste arriesgarte por los demás. Siempre íbamos nosotros al último- suspira hondo y continúa.
-En cuanto a Lucia, ella no fue nada para mí, solo una niña tonta dispuesta a dar todo por mí, pues solo hice que lo probara.-
-¿Y por eso la prostituiste?- mi garganta se hace nudo, mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas al pensar en mi hermana, delicada y herida siendo objeto de este tipo.
-Solo fue una vez…- admite con descaro- Cortez es mi cliente más apreciado y se fijó en ella, que querías que yo hiciera, después de eso desapareció, lo cual es un gran alivio debo admitir.-
-Hijo de….- la voz de Erza se siente en ira, pero por el ruido que se escucha la tiene encadenada a algo, impidiéndole moverse. Jadea. La está besando a la fuerza, sé que tengo que hacer algo, pero ese hombre de verdad me aterra.
Salgo cuidadosamente de la habitación, y entro en la que Gray esta… Lucy y Levy están ahí. Gray lucha por quitarles las ataduras sin mucho éxito.
-Juvia…- susurra Lucy con alegría, me acerco y la abrazo. –A Erza se la llevaron- dice sollozando.
-Está en la otra habitación con Jerall Fernández.-
Gray se estremece, pienso que tal vez él sabe de la relación entre ellos, pero aún se ensimismado tratando de desatar a Levy.
-Esta inconsciente….- declara mientras sostengo su cabeza para posarla en el suelo.
-Donde esta Natsu.- pregunta Lucy preocupada.
-Está bien, está poniendo los cargamentos en el techo junto con Gajeel- contesta Gray mientras al pronunciar a Gajeel, Levy hace el pequeño ademan de despertar.
Gray desata a Lucy y ambos sostenemos a Levy, tenemos que sacarlos de aquí y volver por Erza después, pero cuando abrimos la puerta Jerall Fernández está ahí, junto con muchos de sus hombres. Nos miran y arrodillan a Natsu y a Gajeel ante nosotros. Los atraparon. Esto estaba muy mal.
-Así que tú eres la verdadera Juvia…- dice Jerall mirándome con un cordero a punto de ser sacrificado. –Y tu Lucia… que ironía las enigmáticas hermanas Loxar en mi humilde casa-
Nos miramos, nos mira. Por un fragmento de segundo estoy segura que pretende conservarnos pero a los chicos no.
-Desháganse de estos tres estorbos…- dice con voz demandante y toda mi sangre se va a mi cabeza.
Toman a Natsu del cuello y le apuntan a la cabeza.
Lucy está en shock parece no reaccionar.
Natsu sonríe y le lanza una mirada tranquilizadora.
-Te amo…- y es lo último que se le escucha decir. El eco de la bala que acaban de cruzan en su cabeza resuena sordo sobre todos los presentes.
Lucy grita, yo aprieto los ojos y de repente un silencio sepulcral nos inunda. Erza a golpeado a Jerall y de alguna manera está en el suelo. Nos se de quien la sangre que está en el suelo, pero tampoco quiero saberlo.
Tomo a Lucia, Gajeel levanta a Natsu y Gray toma a Levy.
-Váyanse…- dice Erza mientras pelea. Veo la mirada de Gray resistiéndose a dejarla, pero tampoco quiere declinar una posibilidad de que Natsu este con vida
Llegamos hasta la camioneta Gajeel se mete en la cabina del conductor y Lucy se agacha buscando señal de vida en Natsu.
-Está muerto…- susurra con dolor.
Gray da media vuelva y va de regreso a la casa.
-Gray…. Gray…- no responde pero voy tras él. Lo tomo de la mano rogándole que regrese, que nos vallamos. Erza es fuerte seguro saldrá por sí misma.
-No… no voy a dejar a Erza haya dentro.- me mira con tanta ira que me da miedo.-
Lo suelto y lo veo alejarse. Tengo que volver a la camioneta, tengo que volver. Pero no lo hago voy de vuelta.
Pero cuando entro no veo a nadie, no está Erza, no está Gray pero si esta Jerall Fernández.
-Debiste largarte pequeña Juvia…- me toma del brazo, no soy como Erza, no soy como Lucy ni como Levy no tengo idea de cómo defenderme. -Ven acá…-
Me está llevando al techo de esta mansión. En algún momento creo el detonador de las bombas de Natsu en su cinturón. No tengo idea de lo que está pasando. Jerall parece estar más que molesto.
-Vamos.-
Llegamos a la terraza, Gray y Erza se dirigen corriendo a la camioneta. Si me hubiera quedado ahí no habría pasado nada pero ahora estoy aquí, siendo presa del enemigo. Mis lágrimas se juntan en mis ojos y veo el mismo desconcierto en Gray cuando voltea y me mira.
Esta frustrado, Erza tiene una expresión seria.
-Voy a volarla, tal como querían pero esta niña morirá conmigo- Lo miro con miedo, siento que este es el final para mí.
Aprieta el primer botón y vuela la parte trasera de la casa. Aprieta el siguiente y las barreras de la entrada vuelan. Gray y Erza están en el suelo cubriéndose de los restos de metal que los alcanza.
Sé que el tercer botón volara los cimientos de la casa y entonces será el final para él, será el final para.
-Un momento…- dice Erza poniéndose de pie – Tus hombres también están en la casa y no permitiré que muera nadie más-
-Y que propones….- resuena ya sintiéndose vencedor.
-Yo a cambio de ella, me quedare contigo y ayudare a todo lo que quieras pero a ellos los dejas ir-
-Es justo, una vida por una vida-
Me lanza de mala gana y caigo en la piscina, entonces Erza sube y ordena que nos vallamos.
-No, no pienso dejarte- resuena Gray ayudándome a salir de la piscina y cubriéndome con su gabardina.
-Es una orden…- Jerall le da una pistola a Erza y ella dispara rosando a Gray en el brazo.
Jerall nos mira como si de alguna forma hubiera ganado. Erza comienza a disparar de nuevo y no nos queda más que correr a la camioneta.
Huimos, estamos incompleto y heridos, era la primera vez que fallaban y todo parecía ser mi culpa.
Al llegar a la guarida yo me quedo petrificada, ellos se encargan de quemar todo, desmantelar el lugar. Se deshacen hasta del más pequeño detalle de su existencia.
Cada quien se va por su lado prometiendo reunirse después. Prometiendo despedirse de Natsu como es debido.
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-Se han ido…- Dice Gray mostrándome unos trozos de papel, han pasado escasos cuatro días desde que aquello desapareció pero todo parece haber cambiado desde entonces. El primero es de Levy y Gajeel, se han ido siguiendo su propio destino, tratan de comenzar de nuevo supongo. El segundo es de Lucy, de nuevo trata de reparar sola su corazón, negándose a decir su paradero.
Nos quedamos solos, solos y con el corazón roto.
Al pasar los días todo es más tranquilo pero Gray, el parece estar enojado, no me ha dirigido la palabra en días y esta mañana está aún más distante, al principio creí que solo era el dolor de la perdida de Natsu pero es más que eso. Enciende la motocicleta y me ordena subir, sostiene una maleta en su hombro no sé qué tenga pero me da miedo. Conduce por algunos minutos y cuando llegamos al destino el miedo parece extenderse por mi cuerpo.
-No me voy a ir…- Estoy llorando en la entrada del aeropuerto. Estoy desesperada, mi garganta esta irritada y mis piernas cansadas pero aun así no me pienso ir. Extiende un boleto y me obliga a tomarlo.
-Tienes que hacerlo, tú no perteneces aquí…- la mirada de Gray es firme, baja y vacía. Y aun solo quiero creer que es para protegerme me duele, me duele muchísimo.
-¿Tú quieres que me valla?-
-Es lo mejor, no me puedo dar el lujo de volver a fallar por los sentimentalismos de una niña caprichosa, No volveré a dejar morir a mis amigos nunca más-
Creí haberle demostrado que no era así pero sus ojos no daban pie a otro pensamiento, y me siento culpable por ello, me pasa la maleta y recorro el pasillo hasta que lo pierdo de vista.
-¿es tu última palabra?- dije pero no me miró pero asintió con la cabeza –Esta bien pero recuerda que tú lo quisiste así-
Lo último que articularon sus labios fue un "no regreses" y aun no puedo procesarlo. Estoy en el asiento del avión, aún no hemos despegado pero mi vista esta fija en la ventana.
-Increíble vista no es cierto…-
Una dulce y profunda voz masculina me saca de mis pensamientos, al voltear la mirada un apuesto chico albino me está mirando.
-Si bastante…- contesto con ironía.
-Pues no sé qué haya podido pasar que una chica tan linda tenga una mirada tan triste pero de seguro no es nada insuperable-
Sonrió, este chico no tiene la más mínima idea pero tampoco quiero hablar de ello.
-No debo hablar con extraños…- suelto como si fuera una niña de 6 años, el ríe.
-Bueno entonces- extiende su mano y toma la mía para darle un suave beso en finos modales europeos –Lyon Bastia un gusto- tiene un exquisito acento italiano y me mira con dulzura
-Juvia Lo… Fullbuster- dolorosamente aun le pertenezco a él.
-Bien Juvia, ya no somos extraños puedes contarme ahora-
No sé porque pero siento confianza y una increíble necesidad de desahogarme. Pasamos todo el viaje hablando de mí, de él y de la visita que le hace a su madre en Roma. El chico de nombre Lyon me da su número cuando llegamos a Italia. Ahora él sabe mi historia y lo sola que estoy. De vuelta besa mi mano y se despide.
-Recuerda que las cosas pasan por algo Juvia…- dice mientras se aleja
Camino perdida por las calles cuando mi teléfono suena y el nombre de Gray aparece en la pantalla. Lo lanzo rompiéndolo en mil pedazos, solo quiero olvidarme de todo y de todos, olvidar esa vida que nunca debí conocer.
Y PASO UN AÑO
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PASARON DOS
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TRES
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CUATRO
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CINCO.
En el presente.
Estoy sola en la inmensidad del cuarto, Gray se ha ido, de nuevo, no sé cómo me encontró en primer lugar, pero yo aún estoy aquí pensando en si no me arrepentiré en seguirle de nuevo. Él no me pedio que lo hiciera.
Las campanas de la Iglesia resuenan en mis oídos, aliso mí vestido con las pocas fuerzas que pudo reunir y reviso una vez más mi maquillaje.
Al llega a la iglesia camino sola con mi gran ramo en las manos, atravesando la puerta al compás de la marcha nupcial y cuando miro al altar adornado con oro y marfil veo a Gray esperándome con su hermosa sonrisa, pero entonces vuelvo a la realidad y es Lyon quien me espera en su traje militar de gala.
En todo el trayecto volteo solo una vez para encontrar a Gray recargado en un árbol viendo y sonriendo con amargura mientras el "Si acepto" sale de mi boca para verle desaparecer a él después.
Nunca lo volví a ver después de ese día, se convirtió en un fantasma del pasado que regresa debes en cuando para atormentarme, pero debí predecir eso cuando me escape con él, cuando decidí vivir su vida, cuando le entregue mi cuerpo y mi corazón.
Debía recordar que el seria siempre un Criminal.
FIN.
PUBLICITY TIME: les comento mortales que acabo de crear una pagina en facebook pueden buscarme como Noriko Ishida escritor para mandarme sus comentario y es mas probable que les conteste xD
Igual dejenme comentarios recuerden que de amor vivo x3