Era una noche cualquiera en ese muy animado reino de Fiore. Fairy Tail había ganado gran fama no solo por haber ganado los juegos mágicos si no también por la fama que varios de los magos de ese gremio se habían hecho a lo largo de las ciudades que visitaban para hacer los trabajos que la gente les solicitaba así que sonaba en boca de muchas personas.

(En un bar de una ciudad un tanto alejada de Magnolia)

-Ya te enteraste de nuevo los magos de Fairy Tail vinieron a un trabajo y destruyeron gran parte de la Catedral central- decía uno de los tantos hombres que allí se encontraba bebiendo con sus compañeros ignorando que un hombre de capa negra atendía su conversación desde la barra de la cantina mientras tomaba un tarro de cerveza.

-No me sorprende, escuche en una ciudad que esta al oeste de aquí casi quedo completamente destruida- le contestaba otro de los que estaban con el.

-no me sorprendería que un día de estos Magnolia quedara completamente destruida- añadió riendo y dando un sorbo a su cerveza.

-si así es pero no se porque vienen puros magos sin importancia me encantaría que viniera Erza, esa si es una mujer- dijo otro de los tipos que ahí se encontraba

-Jajá morirás antes de acercarte a ella, yo prefiero a la buenota de Lucy, aun que no dio mucho de que decir en los juegos- le rebatió el primero.

-Pero que me dicen de Juvia, esa si es una hembra, y vieron como peleo en la final de los juegos- rebatía el segundo dando otro trago a su cerveza.

-O si me gustaría ir a Magnolia solo para verla- se imaginaba otro de ellos- aun que luego me mate morirá feliz- reían todos por el ultimo comentario.

-Así que en Magnolia he…- repitió para si mismo el hombre de la barra que salió sigilosamente sin que nadie le prestara atención.

El hombre comenzó a caminar mientras hacia la gorra que cubría el rostro hacia atrás.

-Creo que es hora de volver a vernos Juvia Loxar-

-Y de nuevo en Fairy Tail-

-¿Juvia te vas tan temprano ni siquiera has desayunado?- Resonó la voz de una adorable albina que miraba a la ya mencionada maga de agua desde la parte posterior del mostrador.

-Si Mirajane- san Juvia debe aprovechar este magnifico día para hacer algunas compras- Le dijo la Loxar con una enorme sonrisa e imaginando para si misma ropa nueva con la que de seguro impresionaría a cierto mago de Hielo que ella tenía en su pensamiento la mayor parte del tiempo.

-entonces Juvia regresara en mas tarde Mirajane-san- dijo Juvia corriendo hacia afuera del gremio y con dirección a la plaza central de la ciudad.

-Cuídate mucho- le grito Mirajane como costumbre ya que solía decírselos a todos los del gremio.

La plaza central esta plagada de tiendas de ropa y locales de todo tipo, es bastante grande de recorrer pero a Juvia no le importaba ya que sabía directamente hacia donde se dirigía, un pequeño local de vestidos en el que ella había hecho antes un encargo.

Aun así caminaba lento disfrutando la vista que ese hermoso día le aportaba, se paro enfrente de un vitral y se acomodo la ropa y el peinado, a pesar de no tenerlos desarreglados solo como un pequeño detalle femenino.

La gente del pueblo pasaba y saludaba a Juvia a quien conocían después de participar en los juegos mágicos, además de que la revista del "Hechicero semanal" se había encargado de dar a conocer muchos detalles de la joven maga y todos le tenían gran respeto.

-Buenos días Señorita Juvia- le decía un vendedor de gorros.

-Buenos días Juvia-san - decía una viejita que paseaba a un perrito.

Juvia sonreía y respondía a los saludos hasta que llego al local y se adentro a la tienda.

-A Juvia le queda perfecto- se diría la maga de agua con una gran sonrisa a la encargada y modelando un hermoso vestido azul marino que casi podía confundirse con negro, sin mangas pero con un cuello bastante elegante, que se aferraba a su piel dejando ver su esbelta figura, recto y abierto de una pierna además de que le llegaba apenas a la rodilla.

-Si señorita la verdad le queda perfecto se ve usted preciosa- añadió la encargada para cerrar la venta mientras Juvia se veía en un espejo de cuerpo completo que ahí se encontraba.

-La verdad Juvia no esta del todo convencida, después de todo esta muy cubierto igual que siempre. Me pregunto si Juvia debería ponerse algo más destapado- se preguntaba la chica de cabello azul así misma mientras se convencía de pagar la prenda.

La encargada ya la conocía así que solo espero detrás del mostrador con una sonrisa.

-Esta bien Juvia lo comprara- dicho esto saco el dinero y se dispuso a regresar a su gremio.

-Que tenga un buen día- le dijo la encargada feliz de que hubiera comprado el vestido.

La cara de Juvia tenia una enorme sonrisa lo que la hacia resplandecer, con un sol completamente encendido en medio del cielo lo que hizo que ella llevara una mano a su frente para tapar un poco sus ojos del sol, y con la otra mano sujetando el paquete con el vestido.

-Juvia-sama – Escucho la chica con una voz varonil y que le resultaba bastante familiar por lo que bajo su brazo y vio directamente a la cara a aquel hombre que estaba ya enfrente de ella.

-Bora-sama- Pronuncio con gran asombro pero intentando no decirlo demasiado alto.

-A pasado ya mucho tiempo no lo crees Ju-chan- se acerco y miro a la chica quien de inmediato intento irse, por lo que la tomo de un brazo para evitar que escapara.

-Que es lo que quiere aquí Bora-sama- le dijo casi intentando escapar en cuanto él le dijera la razón.

-No es extraño, estoy aquí viendo a la inigualable Juvia Loxar pero el sol resplandece eso si es digno de celebrarse- le dijo algo irónico.

-Juvia tiene prisa así que si tiene algo que decirle a Juvia dígalo rápido- le decía la Loxar sin voltear

-Tengo que decirte algo, es acerca de Lain- al decir esto la maga de agua se dio la vuelta para mirarlo directamente, abrió los ojos lo mas que pudo con una mirada de incredulidad.

-Lain-chan…