Hola, hola.
Aquí vengo yo con una nueva historia. Lo sé, lo sé. Aún no termino mis otros fics pero bueno… No pude resistirme a esta idea
Esta historia es Naruhina y solo tendrá máximo tres capítulos. Es una promesa x). En realidad tenía la idea de hacerlo solo como un one shot, pero uff me quedaba híper larga y pues decidí hacerlo en tres.
En fin ya me contarán que les parece en los RR, Sí, esos RR. Los que pueden dejar haciéndole clic al botoncito que sale debajo, que dice Reviews ;)
En verdad los leo y respondo todos porque aprecio un montón sus opiniones
Naruto le pertenece a Masashi Kishimoto, yo solo me divierto haciendo historias alternativas
**Importante
***La clasificación de esta historia es M. habrá lemon y limes #NoActoParaSuceptibles
Me disculpo por cualquier falta ortográfica que se encuentren por allí. Me voy en la emoción y ni me doy cuenta D:
—Yei— = Diálogos
"Yei"= Dichos de otros en las palabras de narrador
Líneas horizontales son cambios de escena
****Los recuerdos están en cursiva
Sin más, a leer (:
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A Pesar De Todo
Capítulo 1
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Sus besos no paraban de acariciar mi cuello. No pude evitar que un gemido saliera de mi boca al sentir sus dientes, en un suave mordisco que desencadenó múltiples sensaciones en mi vientre.
—Espera… u...n momento.
Mi voz salió forzosa por atención, me encantaba lo que me hacía, sus manos, su lengua y sus labios se estaban encargando de llevarme a la locura entre cada caricia.
—Entremos prime… ro—gemí.
Puso su rostro a mi vista, permitiéndome detallar su sonrisa torcida y como esos ojos de un azul cielo, ahora eran adueñados por una oscuridad excitante.
Las llaves temblaban en mis manos en cuanto intentaba abrir la puerta del departamento. Esa tarea tan común en mi vida, parecía ahora imposible, con este sexy rubio lamiendo como le venía en gana mi cuello.
—Uhm.
Gemí victoriosa al escuchar el clic del cerrojo a juego con su ronca sonrisa. Estaba demasiado excitada por lo que voltee mi cuerpo a su encuentro y bese con urgencia sus labios, encontrando su lengua y jugando con ella a mi gusto.
Entramos al departamento y el cerró la puerta de una ligera patada.
—Hinata.
Su ronca voz acrecentó el cosquilleo de mi vientre. ¡Ah, cuanto lo deseaba!, comencé a desabrochar los botones de su camisa. Logre mi objetivo en segundos, me encontraba tan ansiosa, ¡nunca había necesitado tanto a alguien!, saqué sin delicadeza la prenda y con la misma falta de pudor acaricie cada marcado musculo de su torso.
—Eres tan… ¡Ah!
Gemí al sentir como alzaba mi cuerpo, como si de una pluma de se tratara, sus manos apretaban mi trasero fuertemente y con esa posición su sexo quedaba totalmente expuesto en un contacto íntimo con el mío. Tan delicioso…
—¿Tan… que?
Mis bragas se humedecieron todavía más, al escuchar lo gruesa que se había tornado su voz.
—Tan… uhm … sexy, ¡Ah!
¡Ay mi Dios!, este chico era espectacular, su proporcionado miembro se balanceaba suavemente a mi centro en una hipnotizante caricia.
—Eres deliciosa, Hinata.
Acerco sus labios al lóbulo de mi oreja y lamio de él, ganándose múltiples gemidos de mi parte.
—Exquisitamente húmeda y sensible.
Estaba totalmente entregada a él y a esa delirante y muy ronca voz. Mis gemidos no paraban, en cuanto también sentía como mis fluidos descendían de mí, no me extraño ni un poco de hecho. Después de todo, esa diminuta tanga no me cubría absolutamente nada, pero encajaba perfectamente con ese ceñido vestido.
Ain't this what you came for
Don't you wish you came, oh
Girl what you're playing for
Esto era totalmente perfecto, aumente la velocidad de mis movimientos, escuchando un sonido ronco salir de él. Definitivamente esto era el cielo, hasta música de fondo tenemos. Y por si fuera poco ¡me encanta esta canción!.
—¡Naruto! —gemí, sintiendo el orgasmo muy cerca.
Come on, let me kiss that
Ooh, I know you miss that
What's wrong, let me fix that
Twist that
Esperen un segundo, abrí mis ojos y busque a lo lejos el lugar de donde provenía la música. Encontrando su origen a la distancia con un tiriteo de luces en la habitación oscura. ¿En qué momento mi bolso había llegado tan lejos?
—¡Ay demonios, mi celular!
—¿Qué?
Puse mis pies en el suelo, apoyándome de momento, en el fornido rubio al sentir mis rodillas flaquear. ¡Estaba demasiado excitada!.
Baby, tonight's the night I let you know
Baby, tonight's the night we lose control
Baby, tonight you need that, tonight believe that
Tonight i'll be the best you ever had
Corrí con esfuerzo al aparato tecnológico, muy consciente de que la música estaba a punto de terminar.
—Soy Hyuga—conteste por poco— ¿Sakura?, que oportuna.
—Hina, sé que es tu día libre. No me mates—escuche sus "disculpas"—Solo puedo hablar dos minutos, por eso, préstame mucha atención. Ino necesita que la cubras, ya sabes cómo está la cerda, con eso de la intoxicación. Te pide que por favor, cambies de turno con ella está noche y ella te reemplazará por la mañana.
—¿Las náuseas, otra vez?
—Sí, no para de maldecir al vendedor de la calle por enfermarla—rió— Yo también creo que lo mejor es que vaya a descansar.
Me tensé y deje de escuchar por un segundo a mi amiga. Sus fuertes manos envolvieron mi vientre.
—Ah, bueno. Yooo…—incline mi cuello por la presencia de sus besos en el— estaré allí, entonces.
—Oh perfecto, te convencí en medio minuto.
La escuche reír del otro lado de la línea pero francamente no le estaba prestando cuidado. El miembro erguido de Naruto en mi espalda se llevaba mi total atención y ¡por mucho!. Su lengua se paseaba por el punto sensible de mi cuello, ese que él mismo había descubierto minutos antes y dio un mordico en el preciso lugar.
—¡Ah!
Abrí mis ojos, ¡¿Acababa de gemir al teléfono?!
—¿Hinata?, ¿estás bien?
—Sí, claro… yooo… solo estoy algo…—mordí mi labio— Algo…
¿En qué momento subió mi vestido?. ¡Mi Dios!, apoyé mi cabeza su hombro al sentir su mano dentro de mi ropa interior.
—¿Algo qué Hinata?
—Nada… frente. Allá… esta…ré.
—¿Estas segura?, no quiero que luego digas que soy yo la que te obliga a —¿No había mencionado que tenía poco tiempo?— renunciar a tus días libres.
—Ahm… —sentí sus dedos paseándose por mi centro— ¡Sí!, allá estaré, allá estaré.
—Oh, bueno. Te dejo, tengo una cirugía.
Deje caer el móvil sin saber si mi amiga había colgado al sentir como dos de sus dedos entraban a la misma vez en mi interior.
—¿Tienes que irte?
Escuche su penetrante voz algo atontada.
—Aja…— dije apoyándome sobre él, en tanto separaba mis piernas— Pero… ¡Uhm Naruto!
Ahora las estocadas de sus dedos tenían una mayor velocidad, en cuanto su otra mano, se adentró al ajustado vestido e inicio un juego con mi muy sensible pezón. Este hombre era increíblemente perfecto, su miembro se frotaba con mi trasero y su pulgar masajeaba mi clítoris suavemente.
—¿Sí, cariño?— susurro en mi oído.
Me humedecí mucho más.
—Ahm es… uhm...
De mi boca no paraban de salir gemidos.
—¿Es?— sonrió.
¡Santo cielo!... ¿Estaba torturándome?, mordí mi labio intentando acallar un poco mis suspiros.
—A las… once. Me tengo que… ¡Ah!. Para un… poco.
—¿Segura?, estas muy húmeda y… —lamio mi lóbulo— ya te siento apretada.
—¡Sí!, lo estoy yo... ¡Ah!, ¡Naruto!, yo… ¡AH!
Me sostuve fuertemente con mis manos y clave mis uñas en sus brazos, mientras el orgasmo me azotaba.
—Eso, preciosa —sentí como el me sostenía por la espalda—Eres hermosa
Respirando agitadamente fui alzada en sus brazos y al abrir los ojos, vi su rostro estudiando el mío.
—¿Dices que tiene que irte a las once?
—Sí —conteste atontada.
—Cariño… son las diez y media.
—¿Eh?... Ahm, puedo—lleve mi mirada a sus labios— puedo vestirme…. en cinco minutos.
Una sonrisa torcida se dibujó en ellos.
—Me alegra saber eso.
Con una de sus manos elevo mi barbilla y en cuestión de segundos, sus labios llegaron a los míos. Abrí mi boca recibiendo su lengua gustosa y devolviendo con la misma maestría sus caricias. Lleve mi mano a sus pantalones. No podía creer que aun siguieran allí. Desabroche el botón y baje el cierre.
—¿Tienes condones?
Me separe un poco, para verlo asentir y sonreí al sentir como Naruto, sin quitarme el vestido, bajaba mi pequeña y mojada tanga.
—Quiero ponértelo, ¿puedo?
Vi un destello de inseguridad en sus ojos, pero a pesar de ellos asintió con la cabeza a mi proposición. ¿Le habré parecido atrevida?
Baje sus pantalones y su bóxer a la vez y lo que vi me dejo petrificada. ¡Tenía que ser una broma! Abrí mis ojos sin poder creerlo.
—Tú…
Busque sus ojos y estos esquivaron mi mirada.
—¡¿Tienes herpes?!
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Mi nombre es Hinata Hyuga, tengo 23 años y soy médica interna. Pero no una practicante común de medicina, no. Gracias a mis altos créditos en la universidad pude clasificar para un beca a miles de kilómetros de mi familia, amigos y hogar. Parece una locura, ¿cierto?
En realidad lo és, pero esta locura, era una gran oportunidad que no pude dejar ir.
Verán ya tengo unos tres meses, trabajando en uno de los mejores hospitales de Francia y mi motivación para elegir un lugar tan alejado de mi país, va más allá de lo que muchos de mis amigos, pudieron entender. Amo la medicina y postule para esta beca para aprender de los mejores en estos tiempos.
Pero no me malentiendan. La medicina de mi país es muy buena, miento, no tan solo es "buena". La medicina japonesa es una de las mejores pero decidí mudarme aquí, porque en Francia se está dando un movimiento masivo, en nuevos proyectos de investigación que se presentan en las portadas de las mejores revistas de medicina.
Todos insistieron en convencerme de mi locura, al querer abandonar por tres años las comodidades que poseía en Tokio junto al apellido Hyuga. Y ahora entiendo el por qué de su preocupación, sin mentirles estos tres meses han sido los más difíciles de mi vida.
Acostumbrarme al idioma, a las costumbres y las nuevas personas, me ha costado lo mío. Pero cualquier molestia que podía tener en estos meses, había sido curada, día tras día por la sonrisa de cada paciente que recuperaba su salud. Para mí, eso era lo más gratificante. El verlos mejorar es lo único que me mantiene firme en mi decisión.
—Sweety Hina—tomé el folder de metal que me era extendido— paciente de la camilla 22.
—Vale, ¿Su historia clínica?
—Trauma —mencionó la rubia sin más.
Ino, era una de mis compañeras de habitación. La norteamericana había dejado el relajante ambiente de Miami para aventurarse en esta "locura". Ella y Sakura se habían convertido en mis confidentes durante este tiempo. Es decir las tres éramos extranjeras y las tres pasábamos por lo mismo. Además fue casi imposible no llevarnos bien al conocernos y eso para mí era un gran alivio.
—Sasuke Uchiha, 25 años— leí en voz alta.
Cerré el expediente y camine hacia la camilla de mi paciente.
—Buenas tardes—saludé— Uchiha-san…
Al levantar la mirada, vi a un hombre sumamente atractivo de cabellos azabache, mirada distante y al parecer también, una fractura. Mire a un lado a sus acompañantes, entre ellos un rubio con la cabeza vendada y un hombre de edad avanzada, bien disimulada.
—¿Uchiha-san?
—Oh.
Comprendí mi error. Las costumbres eran difíciles de dejar.
—Disculpe, Señor Uchiha. Yo seré su doctora, mi nombre es: Hinata Hyuga y en este momento procederé a hacerle el examen físico.
—Solo me rompí el brazo—señalo lo obvio.
—Puedo verlo, pero necesito examinarlo como se debe, más que todo por prevención— contesté con una sonrisa—Los analgésicos, le darán un poco de sueño, por lo que seré breve para que descanse un poco.
—Jovencita —el mayor, llamó mi atención—Este chico de aquí, recibió un fuerte golpe en la cabeza. Los paramédicos, trataron la herida, pero yo no me quedare tranquilo hasta que no se le haga una resonancia.
—Comprendo, para ello el señor debe llenar unas formas y registrarse en recepción.
Conteste, mientras continuaba con mi tarea de examinar al azabache.
—Naruto, llenare esos documentos por ti— hablo por segunda vez el mayor— Doctora Hyuga.
—Necesito que inhale suavemente, por fav… ¿Si, diga?
—Este chico es realmente terco. Le pediré de favor que se asegure de que se haga el examen.
Mire al rubio que no había levantado la cabeza en ningún momento.
—Está bien, déjelo en mis manos —sonreí.
Examine debidamente al joven y pude notar, la buena condición física en la que se encontraba. Por suerte se trataba de una persona entrenada, asique probablemente la recuperación podría ser más pronto de lo normal.
—Bueno, terminamos. Te haremos los laboratorios de rutina pero tu examen físico se encuentra dentro de los rangos normales.
Apunté los resultados en su expediente, en tanto veía como los analgésicos ya hacían su efecto. Justo a tiempo.
—¡Hinata!
—¿Sakura?
—El doctor Sabaku no, te solicito para una cirugía.
—¿Qué?—abrí mis ojos— pero si terminamos de rotar en cirugía general ayer.
—Pues yo tampoco lo entiendo pero mejor corre.
—Espera. Este paciente debe tomarse una placa, recibió un golpe en la cabeza —hablé apresurada— Por favor encárgate.
—Vale, te cubro.
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Desabroche el uniforme quirúrgico y quite el gorro de tela que cubría mi cabeza, dejando caer mi largo cabello a lo largo de mi espalda. La puerta del vestidor fue cerrada, avisando que no estaba sola.
—Hyuga, ¿estás en cirugía hoy?
—A decir verdad, estoy rotando en urgencias—suspire— pero como justo ayer termine en cirugía. El doctor Sabaku no, me solicito.
—Oh, vaya suerte—se burló—Aunque, que te soliciten siendo interna, también es bueno. ¿no te parece?
Me coloque la bata blanca y el estetoscopio en el cuello.
—Supongo que lo es.
Había entendido la intención de su comentario. Después de todo Gaara era conocido por su habilidad para "iniciar" a las internas y el ser extranjera, me convertía en un blanco fácil para el cirujano.
—Ya sabes que siempre puedes hablar con tus superiores Hyuga.
Karin con una sonrisa me extendió el expediente, que estaba a punto de tomar.
—Y en cuanto esos "errores". No vuelvas a quedarte callada, eso le demostrará que además de no estar interesada, tienes una voz y que no estas dispuesta a olvidarte de eso.
Respondí a su gesto con una sonrisa.
—Gracias, lo tomare en cuenta.
Salí de los vestuarios y corrí prácticamente a la planta baja, donde quedaba el servicio de emergencias. Miré mi reloj que marcaba la una de la tarde, eso explicaba el sonido de mí estómago. Había pasado exactamente cuatro horas, en el salón de operaciones.
—Mi paciente—suspire y vi a Sakura— ¿Cómo ha estado?
—Vaya, ¿qué fue?
—Una hernia inguinal, pero se complicó un poco.
—Uff e imagino que no pasaste a comer…—un sonrojo paso por mis mejillas—Bueno, dale las gracias a tu hada madrina que te compró un emparedado con muchos vegetales.
—Oh muchas gracias, Sakura— la abrace, recibiendo la comida con gusto— entonces eso quiere decir que, ¿ha estado calmado hoy?
—¿El qué?
—Pues esto—señale el servicio— Si hasta tuviste tiempo de ir por comida
—Oye, bastante ahora que lo mencionas, aun así Ino prefirió ir donde el señor de la esquina que acompañarme por los emparedados, nunca se le quitara la ansiedad con lo del tiempo. ¿No vas a comértelo?
Señalo el paquete de mis manos.
—Claro que sí, pero primero debo ir a la camilla 22.
—Hinata, tu salud también es importante.
Levante la mano ya a distancia, demostrándole que estaba de acuerdo con lo que decía. Abrí las cortinas suavemente y vi que el joven aún seguía dormido pero ahora ya tenía un yeso en su lesión.
—Vaya, que extraño, el efecto del medicamento, tenía que haber pasado hace horas.
—Doctora Hyuga.
Reconocí de inmediato, al rubio que antes había dejado al encargo de Sakura.
—Aquí está mi resonancia.
—Oh vaya, ¿estuvo esperando por mí?—asintió con la cabeza—bueno, veamos.
Observe detenidamente, el examen.
—No hay nada fuera de lo común. Puede estar tranquilo, no hay hemorragia.
Sonreí.
—Ya—no parecía alegre por la noticia— ¿En cuánto tiempo se podrá ir Sasuke?
—Bueno—leí la hoja que habían dejado delante de su camilla—Tomara un poco de tiempo porque aún no han salido los laboratorios. Pero no se preocupe, seguramente hoy mismo podrá irse a casa.
Le sonreí por segunda vez e introduje la hoja a la historia clínica del Uchiha.
—Sabe…
Por primera vez puse atención a los ojos azules de este hombre.
—Usted es muy linda.
Un sonrojo se adueñó de mi rostro por sus palabras, mucho más porque no me había percatado de su atractivo, hasta este momento. Y ahora que lo pienso, es la primera vez que lo veo a la cara. Su piel por unos tonos más oscura que la mía y unas marcas muy tiernas en sus mejillas. Unas cejas rubias, enmarcaban unos hermosos pozos azules. Unos ojos hipnotizantes a mi parecer.
—Muchas gracias, usted es muy amable—conteste con una sonrisa.
—Por favor, no crea que lo digo por amabilidad. Realmente lo digo porque es la verdad. Es usted muy hermosa.
—Muchas gracias —volví a sonreír.
—Sé que podría ser muy inapropiado de mi parte, pero me gustaría invitarle a comer algo.
Nunca creí que en mi trabajo podría ocurrir algo como esto. Mire su rostro, buscando algo que me indicara las intenciones de este apuesto chico. Pero lo que encontré fue entretenerme en sus labios y un impulso por besarlos llego como una revolución en mi interior.
—Pues a mí, me gustaría pero me temo que no podré—miré hacia un lado en un intento de calmarme— Tengo que pasar la noche aquí hoy.
—Es una lástima.
Me miro a los ojos y con solo eso, provocó que mi sonrojo se hiciera más intenso. No podía negar la atracción que había nacido de repente en mí. Y esto era algo que nunca antes me había sucedido con ningún otro chico.
—Aun así, me gustaría verle otra vez. ¿Querría darme su número?
—Esto… yo.
Es que soy idiota, me gusta. ¿Qué problema habría en darle mi número?
—Se lo pido como su paciente—me guiñó un ojo— por cualquier emergencia.
Una risa salió de mí y busque en mi bolsillo mi teléfono. Acerque mi celular al suyo e intercambiamos números.
—Muchas gracias, esto me tranquiliza mucho. El mundo está tan peligroso hoy en día, que los accidentes no paran de suceder.
Su comentario me sacó una sonrisa, mucho más por el sexy gesto que se adueñó de su rostro mientras me guiñaba un ojo. ¿Podría ser más encantador?
—Hasta pronto, Hinata.
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—¿Y?, le diste tú número, espero.
—Sí, lo hice Ino pero…
—¿Pero?
Una sonrisa traviesa se formó en su rostro.
—Pero, me hubiera gustado salir con él. Me parece muy interesante.
Mire hacia otra parte, en un intento de ocultar mis mejillas sonrojadas.
—¡Y no te culpo, es sumamente guapo! —Sakura intervino— Dios los crea y ellos se juntan. ¿Viste a su amigo? Uff Hinata, tienes mucha suerte.
—Sí que tiene suerte…
Ino codeo suavemente a la Haruno, que de un momento a otro, había comenzado a darse aire con su mano.
—¡Pero de no pensar como tú, frente! O más bien sus pacientes tienen suerte, porque seguro contigo y terminan violados.
La Yamanaka presiono el botón de ascensor.
—¿Y ahora yo soy la culpable, de que sean tan violables aquí en Francia? Es más, aun se me hace imposible creer que con tres meses aquí. No haya conocido a nadie.
Reí fuertemente, por los dramas de mi nueva amiga. Sakura provenía de latino américa y eso explicaba muchas cosas. En mí país, su manera de ser podría malinterpretarse. Bueno por lo menos en la familia Hyuga sucedería eso. Aparte de que también explicara esos rasgos tan llamativos. Los latinos siempre serán la etnia más exótica
—Me temo que el elevador se dañó otra vez.
Recalque, notando como aun no descendía.
—Típico—dijeron a unísono ambas chicas.
—Pues algo de ejercicio hay que hacer de buena mañana y después de un turno de veinticuatro horas.
—Eres demasiado positiva Hinata Hyuga— Ino toco mi cabeza—Y déjame decirte que no te recomiendo tomarlo como un cumplido.
—Ay ya déjala, lo más sano es rodearnos de personas como Hinata—Sakura intervino en mi defensa.
—En realidad trate de que sonara sarcástico.
Las tres reímos sonoramente.
—¡Santo cielo!— Ino comenzó a correr por la escaleras— ¡Creo que me han envenenado!
Grito después de abrir la puerta de nuestro departamento y encerrarse en el baño.
—Eh ves lo que te ganas por no querer acompañar a tu amiga por comida.
—Qué mala eres Sakura.
Reí un poco, en tanto me iba deshaciendo de la ropa del trabajo. Llegue a mi habitación y busque unos shorts de algodón y una blusa ligera.
—¡Hina!, ¿quieres café?
Mi amiga de cabellos llamativos grito desde la cocina.
—No gracias, voy a dormir todo el día, ¡estoy muerta!
Me arroje sin delicadeza a la cama, que no sé si fue por el cansancio pero sentía como si me sedujera.
—¡Dios que delicia!
Cerré mis ojos, me envolví en las sabanas y el sueño me venció a los pocos segundos.
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Come on, let me kiss that
Ooh, I know you miss that
What's wrong, let me fix that
Twist that
Tantee sin mucha suerte en la mesita de noche, en un intento por encontrar el móvil.
Baby, tonight's the night I let you know
Baby, tonight's the night we lose control
Sin más remedio, abrí los ojos y conteste el celular antes de que dejara de sonar.
—¿Si?
Me acomode bajo las sabanas, con un bostezo.
—Rayos, ¿te desperté?, discúlpame no pensé que estuvieras dormida.
—¿Quién me habla?
—Soy Naruto, ¿recuerdas?. Ayer en el hospital.
¿Naruto?, hice un repaso mental, intentando espabilar un poco.
"Sé que podría ser muy inapropiado de mi parte, pero me gustaría invitarle a comer algo"
"Aun así, me gustaría verle otra vez. ¿Querría darme su número?"
Me levante dela cama de un brinco, ¡Como podría olvidar esos ojos!
—¡Oh!, sí disculpa, estaba algo atontada.
—No, discúlpame tú a mí por despertarte.
—Que va no te preocupes.
Tome el reloj de la mesita de noche y forcé un poco la mirada "6:30 pm".
—¿Segura?
Sonreí, su voz es tan gruesa y sexy…
—Sí, pierde cuidado. Ya venía siendo hora de que me levantara o entraba en coma— reí.
—Vaya, que linda sonrisa.
Sentí mi rostro caliente y golpee mi frente. ¿Cuándo seria el día que no me sonrojara por todo?
—Gracias, sí que eres adulador.
—Bueno, que puedo decir. Me educaron para decir la verdad.
—Jaja, ya vale, que me sonrojo.
Mentí, hace mucho que lo estaba.
—Me gustaría verte.
—¿Sonrojada?, creo que ya lo has hecho.
Fue su turno de reír y Uff… Dios este chico realmente me gustaba y mucho.
—También me gustaría verte sonrojada, pero me refería a que me gustaría invitarte a cenar.
—¿Ahora?
—¿Qué te parece como en una hora?
—Perfecto—sonreí.
—Entonces paso por ti a las ¿ocho?.
—Vale.
—Por cierto —rió por segunda vez—¿Dónde paso por ti?
—Ahm, pues vivo cruzando la calle del hospital.
—¿En serio?
—Pues sí, es muy práctico.
—Que sorpresa, Justo estoy visitando a su paciente doctora. Aunque debo aceptar, que tenía la esperanza de encontrármela aquí.
—Ya ves y luego dicen que los médicos no tenemos vida. Cuando son los pacientes los que quieren que estemos todo el tiempo en el hospital.
—Pues me ha desarmado, doctora.
Reímos a la vez.
—Bueno voy colgando. Debo alistarme para no hacerte esperar.
Encendí las luces de la habitación.
—Tiene razón, nos vemos guapa.
—Hasta luego.
Colgué el móvil y salí corriendo a la ducha, debía apresurarme. Estuve lista en unos cuarenta minutos y estudie mi reflejo en el espejo. Llevaba un vestido blanco bastante ajustado, que dejaba ver mi curvilínea silueta.
Modelé de lado frente al espejo esperando no verme exageradamente provocativa con mi atuendo, especialmente por mis senos, siempre renegué de ellos en mi adolescencia pero a medida que fui creciendo, me fui aceptando tal cual era y descubrí que de hecho el tenerlos tan prominentes no era precisamente una maldición.
Mi cabello estaba arreglado en una media trenza, llevaba unos pequeños pendientes de puntos, un maquillaje ligero y adornaba el escote corazón de mi vestido con un delicado collar con forma de ave.
Abroché mis zapatos de tacón nude y tome mi bolso de sobre, rojo. Solo faltaba mi reloj y ya estaría lista.
Me perfume un poco y salí de la habitación. Encontré sobre la mesa un nota de Sakura, encima de lo que supuse era mi cena.
"La cerda y yo tenemos turno, duerme mucho suertuda"
Guarde la comida en el refrigerador y justo a tiempo, un mensaje hizo tiritar mi móvil.
—¿Edificio Lune?, estoy abajo.
—Si
Respondí el whatsapp, tome mis llaves y fui a su encuentro.
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¿Qué onda?, esto definitivamente tenía que ser una mala broma, intente verlo a los ojos. Pero el mantenía la mirada lejos de la mía.
—Naruto…
—Yo sé que esto se puede malinterpretar fácilmente.
Se dispuso a darme la cara.
—¿Malinterpretar?…
Tenía que estar bromeando. Sí esto seguramente era una mala broma y de algunas parte saldría la cámara escondida. Porque ¡qué rayos!, esto no podía ser en serio.
—A ver… —respire profundo— intentas decirme que no sabías que tenías una infección de transmisión sexual. Porque en serio, esa es la única forma de creer, que fue una mala interpretación de mí parte.
—Hinata.
Vi sus ojos y algo en ellos, hizo que todos mis pensamientos se esfumaran. ¿Qué era esto?, ¿Qué tenía este chico?
—Yo realmente lo siento. Yo no quiero que pienses que yo…
Suspire. Puse dos de mis dedos en sus labios, ¿Qué es esto? Definitivamente me he vuelto completamente loca.
—No te preocupes.
Sus orbes se abrieron mostrando sorpresa a mis palabras. Y es que yo también me sorprendía pero no tengo ni la menor idea de lo que me hace este chico, hay algo en él que me hace confiar en lo que dice. Una sensación que me hace confiar ciegamente en él. Ay Dios… ¿Qué te está pasando Hinata Hyuga?
—No, como me dices eso. Te debo una explicación, te la mereces. Hinata yo nunca te haría daño. Yo solo…
Escuchaba atenta sus palabras. Él me miraba a los ojos, pero de pronto bajo la mirada, ocultándome su cara.
—Solo que contigo de repente no me pude controlar. Tú… me hiciste perder la lucidez. Perdí el control completamente.
Lleve mi mano a su mejilla acariciándola lentamente y levantando un poco su rostro, encontrándome un alucinante paisaje frente a mí. Este chico tenía un tenue sonrojo y unos ojos brillantes. ¿Qué era esto?, mi corazón comenzó a latir rápidamente y una sonrisa adorno mis labios.
—Me gustas mucho Naruto…
Me eleve, hasta alcanzar sus labios. Al sentirlos, los acaricie con los míos lentamente. El respondió de la misma manera. Pase mi lengua por sus labios y el deseo se hizo presente en mi cuerpo, Delicioso…
Sus labios son absolutamente deliciosos.
Cruce mis brazos por su cuello y sentí sus manos en mi cintura.
—Hinata.
Naruto introdujo su lengua dentro de mi boca y una oleada de calor me azoto de pronto. En movimientos circulares que acrecentaban mi deseo, acariciaba mi nuca y mi espalda baja. Sin poder resistirlo succioné su lengua y un gemido lo llevó a pegarme junto a la pared. Acorralándome entre su cuerpo y el frío pavimento.
—Naruto… tengo que irme.
Solté con los ojos cerrados y aferrándome a sus cabellos.
—Lo sé.
Se separó un poco y yo acorte la distancia una vez más.
—Hinata, me lo haces más difícil.
Repartí pequeños besos en sus labios y sus mejillas.
—Es que me gustas mucho.
Sentí como una sonrisa torcida se formaba en él y como su lengua se abría paso en mi boca otra vez, lamí y succione de ella con solo sentirla. El mordió mi labio inferior llevándose un gemido consigo. ¡Rayos, me gustaba demasiado!. Este chico sabía lo que hacía y era genial en ello.
—Tengo que… —susurre, mientras tomaba aire— trabajar.
—Sí y se te hace tarde.
Abrí los ojos y lo vi a él, aún sin camisa y con la respiración acelerada.
—Debo irme…
—Sí.
Él se separó con esfuerzo y fue recolectando sus ropas, que estaban esparcidas en el suelo. No deje ni un minuto de detallar como se las colocaba.
—Nos vemos, hermosa.
Se despidió con un beso en mi frente, a lo que yo respondí con una sonrisa.
—Hasta luego, Naruto.
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¡Aquí está el primero!, ¿Lo continuo?, ¡Ustedes deciden! :D
Sorpresa, sorpresa O: Hinata es muy valiente (':. Bueno me cuentan que les pareció en los RR, ya saben que me vuelven loca.
Canción: John Legend – Tonight (Best you ever had)
RR = Yei