¡Hola gente linda! He vuelto con un nuevo capítulo de este fanfic, (junto con cambiarme el nombre de usuario bueno a eso a nadie le importa)

Gracias por los reviews, los follows y los favoritos, muchas gracias.

K-ON! y sus personajes le corresponden a Kakifly. Excepto Romi y un nuevo personaje que sale ente capitulo, ellos son míos.

Un pequeño rayo de sol atravesaba la ventana de la habitación de la segunda guitarrista del club de música ligera. La chica de coletas maldijo mentalmente a aquel rayo. El dolor de su cuerpo, el de su garganta y la mucosidad en su nariz le decían que aún estaba enferma. Se levantó de su cama para ir al baño, en unos minutos regreso a refugiarse en su cama otra vez. Miro al techo sin preocuparse de nada y sin querer se le paso por la mente su infantil senpai, se preguntaba si se habría comportado, si le habría dado problemas a las demás senpais. Cerro los ojos y pensó "quisiera ver a Yui-senpai" para luego volver a dormirse.

La castaña despistada estaba ya en pie a pesar de ser temprano aun, incluso intento preparar el desayuno pero aquello termino en desastre sino hubiera aparecido Ui de seguro terminaba con toda la vajilla hecha trizas en el suelo. Comía nerviosa, hablaba nerviosa, en fin se sentía nerviosa. Le emocionaba que dentro de unas horas vería a Azusa y eso la hacía aún más torpe de lo que era.

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Mio se despertó algo nerviosa, ahora se sentía cobarde y quería renunciar a la idea de decirle sus verdaderos sentimientos a Ritsu. Se levantó de su cama y ordeno esta y también su pieza en general antes de bajar a desayunar para hacer tiempo ya que había despertado muy temprano.

Durante el desayuno su madre la noto muy nerviosa pero no le pregunto nada, en cambio su padre fue quien hablo pero por suerte de la bajista no era por su estado anímico.

-hija, ayer llame a un amigo para pedirle si su hijo pudiera ayudarte en los estudios.

-no es necesario papá, yo puedo sola.

-eso lo sé, pero a lo mejor lo dejas al saber quién es- dijo el padre enarcando una ceja.

-¿Quién es?- pregunto Mio algo desinteresada.

-Makoto- dijo el con una sonrisa.

-¿Makoto?, hace tiempo que no lo veo ¿Cómo está?- pregunto ahora un poco más animada.

-está bien, el su padre se han venido a vivir a la ciudad, están aquí desde hace un mes.

La morena se alegró de escuchar el nombre de aquel chico, él era un amigo muy querido para ella le quería como hubiera querido a un hermano de haberlo tenido. Se habían conocido ya hace mucho tiempo atrás, en un hermoso lugar en donde los Akiyama pasaban las vacaciones de verano. Pero ya hace más de seis años que habían dejado de visitar aquel lugar por lo cual había perdido total comunicación con él.

-¿entonces lo dejaras?- pregunto el señor Akiyama.

-lo dejo- respondió Mio con una sonrisa. De pronto recordó otra vez lo que la aquejaba y a la vez también recordó las palabras de su padre el día anterior acerca de los premisos.

-padre, debo pedirte algo.

-¿Qué cosa hijita?

-me das permiso para salir con Ritsu a las cuatro.

-por supuesto Mio, ayer no quise dejarte salir porque ya era muy tarde- respondió el hombre con una expresión cariñosa en el rostro.

La morena después de aquel comentario se relajó, si se daba la oportunidad aquel día lo haría, sobre todo esperaba que su cobardía no se hiciera presente en el momento.

Ritsu al abrir los ojos y examinar su propia habitación, el sol daba justo en la única ventana que había en el cuarto. Se dio cuenta que hacía mucho calor para ser alguna hora de la mañana, miro la pantalla de su celular y vio que eran las dos y media de la tarde, se exalto y de inmediato bajo hasta la sala de estar de su casa y se dirigió hasta la cocina para preparar arroz y con algunas verduras. No demoro mucho en tener ya listo el almuerzo, el olor de la comida hizo que su padre aun somnoliento bajara con el propósito de alimentarse.

El señor Tainaka comía bastante tranquilo, nunca se imaginó que su hija tuviera tan buena mano para la cocina. "En eso salió a mí", pensó divertido el hombre aun sabiendo que él y la cocina eran enemigos naturales. Mientras disfrutaba de la comida de su amada hija, la observaba algo distante como si su mente y su alma no estuvieran, comía lentamente sin ganas parecía que algo la preocupara.

-¿Ritsu ocurre algo?

-no papá ¿Por qué lo preguntas?

-te noto rara hoy

-no pasa nada, en serio

El hombre no estaba convencido de las palabras de su hija, sabía que algo le pasaba y también sabía que aquello era a causa de esa tímida amiga de su primogénita.

-en la mañana me llamo Satoshi, me dijo que te habías quedado porque saldrías con Mio-chan.

-si fue por eso- dijo Ritsu algo avergonzada.

-Ritsu… ¿a ti te gusta esa chica?

Ricchan al oír eso se quedó en silencio. Silencio que al señor Tainaka le pareció eterno.

-si… me gusta – hablo Ritsu un poco asustada por la reacción de su padre.

-entonces por qué te demoras comiendo tan lento, no pensaras en dejar esperando a tu cita- hablo el hombre y Ritsu se sorprendió e hizo caso a las palabras de su padre, termino de comer y subió para prepararse para salir ya que faltaba bastante poco para las cuatro.

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Yui salía de su casa luego de haber almorzado, llevaba en su espalda su guitarra y también una pequeña mochila en donde llevaba los apuntes y otras cosas que Ui le mandaba a su amiga.

Ritsu antes de salir de su casa estando ya lista para salir, aun no se decidía como llevar su cabello, pues ya Mio le había dicho la noche anterior que se le veía bien sin el cintillo pero ella aún no se acostumbraba y a demás hacía mucho calor y el flequillo en la frente le molestaba, por lo cual salió con la diadema amarilla que tanto le gustaba.

Al llegar a la casa de los Akiyama tocó el timbre y en unos segundos salió la madre de Mio quien dijo:

-hola Ricchan, si vienes a buscar a Mio, ya se fue, me dijo que te esperaría en la tienda de música.

-entonces iré, adiós- dijo con una sonrisa Ritsu antes de ir a la tienda.

La ojimiel caminaba ansiosa hacia su destino despreocupada de lo que a su alrededor pasaba, "Quizá Mio quedo con alguien más, tal vez es una de las chicas" pensaba Ritsu sin dejar de continuar con su camino cada vez más rápido para poder descubrir si sus sospechas eran ciertas.

-Ricchan espera- dijo alguien mientras le seguía.

-Yui, ¿Qué paso?- pregunto algo aturdida la castaña de diadema.

-no pasó nada, solo quería alcanzarte- dijo Yui con una sonrisa infantil.

-¿no has visto pasar a Mio?- pregunto seriamente Ritsu.

-no, la he visto- dijo Yui negando con la cabeza- ¿Por qué lo preguntas Ricchan?

-nada, solo que quedamos de ir hoy al centro comercial, fui a buscarla a su casa y su madre me dijo que ya se había ido- dijo algo decepcionada.

-quizá tenga novio- dijo Yui sonriendo.

-no creo que sea eso, soy su mejor amiga me lo contaría- dijo la ojimiel molesta.

-no es imposible, ya sabes Mio-chan es muy bonita y no sería sorpresa que los chicos gustaran de ella- dijo la ambarina.

-sé que es hermosa- dijo Ritsu un poco roja.

Ricchan, a ti… ¿te gusta Mio-chan?- pregunto inocentemente la ambarina.

-este… yo… -balbuceo Ritsu.

-¡chicas!- grito Mugi saludándolas con la mano, gesto que las otras dos devolvieron, "gracias Mugi" pensó en su interior la castaña.

-Mugi-chan, ¿vas a alguna parte?- pregunto Yui.

-voy al cine, ¿vayamos juntas?- pregunto alegre la rubia.

-yo debo encontrarme con Mio, lo siento Mugi- dijo una.

-yo voy a casa de Azu-nyan – agrego la otra.

-será mejor que no me entrometa, adiós chicas nos vemos- dijo Tsumugi perdida en su mundo con una extraña sonrisa en su rostro.

Las otras dos se miraron algo confundidas por la actitud de Mugi para luego seguir cada quien su camino.

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Yui caminaba sonrientemente, de pronto al estar cerca ya de la casa de Azusa, comenzó a sentirse nerviosa y quiso devolverse pero tampoco podía fallarle a Ui.

Al llegar al hogar de la gatita, Yui tocó el timbre de la residencia y salió una mujer de rostro amable, los ojos eran del mismo color que el de Azusa por lo cual Yui dedujo que él debía ser la madre de la niña de coletas.

-vengo a dejarle los apuntes de ayer que me dio mi hermana a Azu-nyan… digo a Azusa- dijo Yui nerviosa.

-tú debes ser Hirasawa Yui-san ¿o me equivoco? – dijo la mujer con una sonrisa maternal.

-sí, soy yo- dijo risueña.

-mi hija habla mucho de ti, ella está en su habitación cuídamela mientras voy de compras – dijo la señora Nakano antes de salir.

Yui entro a la casa de los Nakano, se encamino a la escalera y subió hasta el segundo piso. La puerta de la habitación de Azusa tenía una calcomanía tamaño real de una guitarra eléctrica. Por lo cual Yui pudo saber cuál de las puertas correspondía a la habitación de su amiga.

La ambarina al entrar a la ordenada pieza de Azusa, la noto profundamente dormida. Dejo en el suelo la mochila y a Guitah la dejo apoyada en la pared.

Se acercó hasta la cama, y observo a la azabache dormir. Se veía tan tierna a los ojos de Yui que esta quiso abrazarla, pero trato de controlar su impulso, pero no del todo. Con su mano derecha delicadamente acaricio la mejilla de la menor, el tacto de su mano contra la suave piel de Azusa hizo que se sonrojara. La castaña no lo pensó mucho y se acomodó en la cama también, se puso detrás de la menor y la rodeo con uno de sus brazos para luego sentirse embriagada por el aroma de Azusa y quedarse dormida.

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La castaña baterista estaba ya a punto de llegar al centro comercial y más específico a la tienda de música. Tenía dando vueltas por la cabeza las palabras de Yui "quizá tenga novio", no quería pensarlo pero una posibilidad muy probable de ser real, y eso la desquiciaba.

Cuando estaba ya entrando en el centro comercial, diviso a Mio conversando con alguien de lejos no podía ver quien la acompañaba. Al acercarse más, vio a un chico de cabello negro de contextura delgada que conversaba animadamente con Mio y ella se veía de igual manera. No quiso seguir observando esa escena y dio media vuelta para salir de ahí, si Mio tenía un novio pues ella no se entrometería en nada.

Cuando ya iba de salida sintió una mano que se posó en uno de sus hombros y la jalo.

-¿qué crees que haces?, ¿huyendo otra vez?

-¿Romi? – dijo sorprendida Ritsu.

-ayer me dejaste muy preocupada, pero luego hablamos de eso, ve y reclama lo tuyo- dijo Romi antes de empujar a Ritsu en dirección de donde estaba Mio.

La castaña avanzo sin darle tantas vueltas al asunto, al llegar Mio la recibió con una sonrisa.

-Makoto, esta es mi mejor amiga Tainaka Ritsu.

-mucho gusto Tainaka- san, Mi nombre es Endo Makoto- hablo Makoto con una sonrisa.

-hola- dijo Ritsu sin más tratando de sonar lo más amable posible.

-bueno yo las dejo- dijo el muchacho antes de decirle algo al oído a Mio, esta se sonrojo un poco. Aquella escena hizo que la baterista comenzara sentir celos y ganas de matar a Makoto.

La ojimiel le tomo una de las manos a Mio y se la llevo a una helaría que había en el lugar, la morena protesto pero al final cedió ya que Ritsu fingía que no la escuchaba, solo para hacerla enojar.

Ambas en la heladería tomaba cada quien un rico helado, estaban sentadas una frente a la otra. Charlaban amenamente aunque Ritsu se sentía bastante mal por lo del muchacho aquel, pero a decir verdad ella no sabía si era el novio de Mio o solo un amigo, tenía miedo de preguntar pero debía hacerlo. Por su salud mental.

-Mio… ¿Qué es de ti Makoto?

La morena la quedo mirando un rato, pensó "le dio celos verme con él". Aquello podría ser una buena señal para que se pudiera declarar.

-él es un amigo, ¿Por qué la pregunta?

-por nada importante solo quería sabe quién era, tengo derecho- dijo Ritsu sonriendo evidentemente menos tensa que hace unos minutos.

-bueno ya lo sabes- dijo Mio también feliz por la reacción de Ritsu.

Durante toda la tarde luego de salir de la heladería, pasaron por varias tiendas, de películas, ropa, calzado, juegos. Lo más importante es que estaban juntas.

Por ultimo pasaron a la tienda de música en donde se suponía vendrían en primer lugar, Mio quedo paralizada en frente de los bajos para zurdos, otra vez se sentía en el cielo y decía que quería comprarlos todos. La castaña solo la observaba, no podía creer que fuera tan tierna, tan asustadiza y a la vez tan fuerte, era perfecta, tan ella.

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Azusa se despertó y sintió un extraño calor en su espalda y también en su cintura. Se asustó y no supo que hacer, se levantó de golpe y lo que sus ojos veían no lo creían. "¿Por qué Yui-senpai está aquí?", le sorprendió de manera positiva aunque no entendía porque estaba durmiendo abrazada a ella, no era que le molestara solo que era bastante raro. Pero viniendo de Yui todo podría pasar.

-Azu-nyan te quiero- susurro bajo entre sueños, pero lo suficiente como para que Azusa lo escuchara.

Yui la quería, ¿pero de qué forma? Ya le había insinuado cosas, siempre la abraza y se preocupa por ella a pesar de su infantil personalidad. Aun Azusa estaba algo indecisa sus sentimientos eran algo que no comprendía y no quería darle importancia, pero algo provocaba Yui en ella pero no sabía que nombre ponerle.

No quiso darle tantas vueltas al asunto e intento despertar a Yui quien por primera vez abrió los ojos sin tantos problemas. La castaña se asustó puesto que tenía miedo de lo que le dijera Azusa por haber estado dormida abrazada a ella.

-Yui-senpai ¿Qué haces aquí?

-vine a dejarte los apuntes de las clases de ayer que me dio Ui.

-¿Por qué no vino ella?

-porque eres tan fría Azu-nyan, vine yo porque quería verte- dijo sonriendo.

-entonces Yui-senpai pásam…

-Azu-nyan eres tan linda – decía Yui abrazando y flotando su mejilla contra la de Azusa, quien estaba quieta sin expresión alguna, algo cohibida.

Yui luego de muchos regaños por parte de su kouhai, le pasó los apuntes y también saco unos pastelitos y Galletas que le había mandado Ui a su amiga. Comieron mientras conversaban del club y de demás banalidades, al rato se les había unido la señora Nakano que contaba anécdota de su juventud con la banda que había formado junto a sus amigos en la preparatoria. La hora paso volando tanto así que Yui se quedó a cenar en casa de Azusa, la castaña quería aceptar la invitación de la señora Nakano a quedarse a dormir pero fue Azusa quien le dijo que se fuera a su casa por Ui, cosa que la chica Hirasawa comprendió y no le quedó otra que irse.

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El padre de Mio interrumpió la emoción que abordaba a su hija en ese momento con un llamado, para decirle que ya era tarde y que volviera a casa. Las chicas no se habían dado cuenta que ya estaba oscuro y eran más de las ocho de la tarde. Ambas se dirigieron a la casa de Mio la castaña se ofreció en acompañarla ya que no le agradaba la idea que se fuera sola estando ya de noche.

Estando ya fuera de la casa de la bajista, Mio aprovecho un momento en el que Ricchan estaba distraída para quitarle la diadema, Ritsu intento quitársela pero la bajista evadió todos los intentos de la más pequeña.

-me lo guardare un recuerdo del hermoso día de hoy- dijo Mio mostrándole el cintillo, Ritsu la miro con una expresión entre tierna y divertida. Mio disfrutaba ver a su Ritsu sin esa molesta banda amarilla en la cabeza. La ojigris se acercó a Ritsu, quien solo la observaba caminar hacia ella.

-y esto también – dijo Mio depositando sus labios en los de la baterista quien correspondió el beso. Aquel beso fue delicado, suave pero con una gran carga de amor acumulado por parte de ambas. Al separase ambas se miraron con ternura, Mio pensó en hablar algo pero al final se acercó hasta la puerta principal de su casa y la abrió.

-Adiós Ritsu- le dijo con una sonrisa completamente roja antes de entrar a su hogar.

La castaña se quedó en shock por unos instantes antes de volver a su morada con una sonrisa, nunca pensó que aquel día sería tan especial. Quería gritarle al mundo entero lo feliz que estaba.

Quise incluir algo de YuiAzu porque me parecen adorables. Ricchan y Mio por ahora están bien, solo por ahora jejeje.

Bueno déjenme un review para decirme que les pareció (solo si quieren no obligo a nadie)

Hasta el próximo capitulo chauuuuu…