Disclaimer: Los personajes de Príncipe del Tenis (Prince of Tennis) no me pertenecen, sino a Takeshi Konomi. No hago esto con ningún fin lucrativo.


Capítulo especial

Tal como pensó, lo encontró en la azotea. Esta vez no tuvo que dar rodeos para ir a buscarlo, lo que suponía que era un avance, o al menos eso quería creer.

Lo único diferente fue que en esta ocasión Ryoma no estaba durmiendo como de costumbre, sino apoyado en el barandal mirando al horizonte.

«La frase sonaría demasiado romántica para él si esto fuera un libro o una historia», pensó Sakuno.

—Hola, Ryuzaki.

—Ry-Ryoma —dijo ella, deteniéndose de golpe cerca de la puerta por la impresión; estaba bastante segura de que no había hecho ruido al entrar, pero él no solo sabía que alguien acababa de hacerlo, sino quién era—. ¿Cómo supiste que era yo?

El chico sonrió, pero como estaba de espaldas, Sakuno no pudo verlo.

—Algún día te lo diré —contestó—. ¿Me buscabas para algo?

—Sí, creo que tenemos que hablar.

—De acuerdo, tengo unos minutos.

Sakuno se acercó y se apoyó en el barandal a su lado. La brisa era agradable y mecía su cabello hacia atrás. A pesar de que había crecido lo suficiente para trenzarlo de nuevo*, no quería hacerlo, sentía que sería retroceder a pesar de que tampoco tenía la sensación de haber avanzado realmente. De hecho, las últimas semanas parecían un sueño, como si solo hubiera soñado todo para luego despertar y darse cuenta de que no habían pasado semanas y que seguía en el mismo lugar de siempre, a la sombra de un chico que no la veía. La idea resultaba dolorosa de aceptar.

Por otra parte comenzaba a entender por qué a Ryoma le gustaba tanto ese lugar en el que podías llegar a sentirte ajeno al mundo entero solo si cerrabas los ojos y pretendías que estabas solo. Lo hizo por unos segundos hasta que la voz del chico la sobresaltó.

—¿Y bien? Pensé que tenías algo de que hablarme.

—Ah, sí. Todo el mundo sigue hablando de lo que sucedió en la cancha. Hay rumores bastante… exagerados al respecto —dijo sonrojándose, Ryoma se preguntó sobre qué serían para ponerla así pero no manifestó su duda—. Me preguntaba si deberíamos hacer algo.

—¿Cómo que?

—No lo sé. ¿No te molesta?

—No particularmente. ¿Y a ti?

Que dijeran que era su novia, desde luego que no, aunque era un poco cruel ya que si Ryoma tuviera intenciones de pedírselo a esa altura habría encontrado un momento para hacerlo, cosa que no había sucedido. Ella ya se había deshecho de esa ilusión.

También estaba el asunto de que se había ganado un par de enemigas celosas, pero aquello no le importaba tanto, pues las personas que la conocían de verdad y la querían seguían a su lado.

Y por último, que dijeran que lo había embrujado o algo así era un poco molesto, pero tampoco en demasía. Podía vivir con ello. Al fin y al cabo la gente en algún momento se aburriría de hablar de lo mismo o encontraría algo nuevo.

No, Sakuno no había subido para hablar de los rumores precisamente. Pensándolo bien, puede que no se hubiera deshecho bien de esa ilusión que habló antes.

—No, tampoco.

—Bien, entonces vamos a dejar las cosas así hasta que se calmen por su propia cuenta.

Sakuno asintió con la cabeza y se volteó, segura de que esa era su señal de salida, tal como en una obra teatral, el: «ahora vete» que Ryoma no había llegado a pronunciar, pero seguro estaba implícito.

—Oye, Ryuzaki.

—¿Si?

Se volvió a mirarlo. Él no la miraba, seguía con la vista en el cielo, mirando a saber qué.

—¿Quieres ser mi novia?

Dejó caer la pregunta con una ligereza impropia de su contenido. La mayoría se habría mostrado nervioso o al menos habría mirada a la chica, esperando ansioso una respuesta, pero seguramente pedirle a Ryoma que actuara de aquel modo sería mucho esperar de alguien como él, que en su lugar lo dijo como si preguntara algo tan intrascendental como la hora o qué día es.

Sin embargo, a Sakuno no le importó, pues ni siquiera lograba darle sentido a las palabras del chico dentro de su cabeza. Sentía como si su cerebro acabara de desconectarse o le hubieran sumergido la cabeza en agua. Sus oídos no debían estar funcionando bien.

—¿Qué dijiste? —preguntó para asegurarse.

—No sé mucho de rumores, pero sí sé esto. La forma más efectiva de terminar con uno es convertirlo en realidad —dijo mientras se volteaba hacia ella con las manos en los bolsillos—. ¿Así que qué dices? ¿Realmente no te molestan esos rumores?

Sakuno calló, sin saber qué decir.

¿Iba en serio?

¿Ryoma real…realmente iba en serio?

—Ya todos creen que lo somos de todos modos, pero si no quieres está bien. Como dije…

—Sí quiero —tendría que haber sido tonta para no querer después de todo el tiempo que lo quiso en silencio, a pesar de que sus sentimientos fuesen un secreto a voces.

Ryoma sonrió de lado y caminó lentamente hacia ella, deliberadamente lento, como si estuviera probando su paciencia.

Cuando se inclinó sobre ella, Sakuno pensó que iba besarla. Era lógico, ¿no? La gente se besaba después de una petición como esa. Así que cerró los ojos y esperó. Esperó, pero todo lo que llegó a sentir fue que Ryoma apoyaba el mentón en su hombro y con una de sus manos tomaba un mechón de su cabello.

—Ya creció —fue lo próximo que dijo, y lo hizo en un susurro en su oreja que logró estremecerla por completo.

Fue inevitable pensar en su fiesta de cumpleaños y en lo que le había dicho: el cabello crece.

—Diría que lo suficiente para trenzarlo. ¿Me equivoco?

Y se apartó, mirándola a la cara. Cuando Sakuno abrió los ojos, lo descubrió con una mueca burlona en los labios, seguramente porque había sido lo suficientemente ingenua de pensar que la besaría y debió verse como una tonta ahí de pie con los ojos cerrados, esperando algo que no sucedió ni sucedería, por lo visto.

—¿Quieres que lo trence? —preguntó perpleja—. Pero si tú siempre te quejabas de mis trenzas…

—¿Siempre tengo que decírtelo todo? Supongo que no tengo opción. Ryuzaki no tiene remedio…

—Lo siento.

—Presta atención porque no lo diré dos veces.

Ella asintió, poniéndose recta como haría en una clase importante, con los ojos muy abiertos para no perderse de nada.

Ryoma se acercó una vez más con movimientos lentos, pero ella no se permitió caer otra vez y siguió con los ojos abiertos hasta que él tuvo la boca junto a su oreja, logrando erizarle los vellos de la parte más baja de la nuca.

¿Es que acaso estaba jugando?

—No me molestaban tus trenzas, solo me distraían. Aunque pensándolo bien, tal vez esté siendo un poco injusto, tal vez eras toda tú la que me distraía y yo necesitaba encontrar un culpable.

No, definitivamente no era un juego.

Sakuno pasó saliva, sintiendo que el corazón casi se le salía por la boca. Tuvo la tentación de cerrar los ojos, pero no lo hizo. Definitivamente no volvería a caer, se repitió. Y fue por esa razón, por esa terquedad rezumada y recién descubierta, que cuando el chico se apartó de golpe y la besó inesperadamente en la boca, ella los tenía abiertos a toda su capacidad y pudo ver con toda claridad la forma en que el mundo perdía color a su alrededor, desdibujándose como un cuadro diluido por el agua, lo que hizo que por fin la sensación de los labios de Ryoma sobre los suyos se tornara real.

Solo entonces permitió a sus párpados bajar con pesadez como la cortina de un teatro que anuncia el fin de una obra. En su caso, el fin de una etapa que marcaba el inicio de una nueva.

FIN


Notas finales:

De acuerdo, ya he releído este capítulo como cinco veces y sigo cambiándole cosas así que creo que llegó la hora de publicar o puedo seguir haciéndolo eternamente, me conozco.

Con esta pequeña escena doy por concluido el fic. Han sido un par de semanas publicando, pero se han sentido como mucho menos y de verdad voy a extrañarlo.

Estoy feliz de haber podido cumplir este proyecto que surgió mucho antes de que siquiera pensara en publicar el primer capítulo, por allá por mis días de escuela, y en esto mucho tuvieron que ver las personas que comentaron, ya que con sus palabras me alentaron a seguir.

Muchas gracias a todos, a los que comentaron en los primeros capítulos, animándome a seguir cuando comencé, a quienes siguieron leyendo y comentando incluso después de todo el tiempo que me tardé en regresar, y por supuesto, también a quienes se unieron en el camino.

Espero haber conseguido sacarleS más de alguna sonrisa con esta historia como ustedes hicieron conmigo dejándome sus impresiones y ánimos para continuar.

Antes de irme, no sé si quedó claro o no, pero lo digo por si acaso. Esta escena transcurre un par de días antes de la última escena del capítulo anterior. Iba poner el cartelito al principio, pero no me gustaba cómo se veía.

Ya es todo, así que me despido.

¡Gracias por leer! :)


Aclaración:

*El cabello de Sakuno. Sé que en su momento dije que Sakuno no se cortaba tanto el pelo y que en la misma imagen que elegí de portada de este fic aparece bastante largo, pero en realidad siempre lo imaginé más corto y para efectos de la historia es necesario entenderlo así porque de lo contrario habría podido trenzarlo igual. Me disculpo por no haberlo aclarado antes.