-Kageyama. ¿Soy lindo?.

Esa pregunta había caído como una bomba en los oídos del peli negro.

Por su parte, Tanaka estaba escondido riéndose de los chicos. Hoy había despertado con ganas de molestar al equipo así que le había dicho a Sugawara que fuera con Daichi, a Noya que fuera con Asahi y a Hinata que fuera con Kageyama y le hicieran esa pregunta.

Kageyama miro fijamente al chico sintiendo como su rostro iba tomando color. Apretó los puños en un intento de parecer duro y miró a otro lado.

-Si, eres lindo.

Hinata, que hasta ahora no había entendido el por qué Tanaka lo había mandado a hacer eso, sintió que su corazón se disparaba, golpeando con fuerza en su pecho y se avergonzó.

-Ah..Jajaja…Gracias- Dijo torpemente mirando a otro lado sin saber que más agregar, repentinamente cohibido.

Tanaka mientras tanto se reía para sus adentros observando la escena. Si que era todo un maestro de las bromas.

Kageyama miró a Hinata sintiéndose extraño por lo que estaba a punto de decir.

-¿Y yo? ¿Te parezco lindo?

El peli naranja se sorprendió por la pregunta, olvidando la vergüenza y pensando seriamente sobre como responder eso.

-N…¡No tienes que pensarlo tanto! No iba en serio la pregunta- Frunció el ceño avergonzado, en el fondo sintiéndose un poco herido.

-Si, eres lindo- Respondió de todas formas Hinata.

-Eso no es cierto. Tú me tienes miedo-Se quejó.

-Es que siempre pones esa cara de Grrr y cuando te enojas es como Rawrrr- Hizo un movimiento de manos como si fueran garras e hizo una mueca como de un monstruo.

Kageyama se sintió tentado a golpearlo pero el chico continuó.

-Pero luego, cuando estas jugando o cuando hablas de los partidos, tienes una mirada en tu rostro bastante linda. Me gusta mucho.

Tanaka, que hasta ahora había estado riéndose de la situación, sintió repentinamente un ambiente extraño. Un ambiente como de…¿Confesión?

Kageyama observaba a Hinata sin saber bien que responder. Soltando en un impulso.

-¡A mi me gusta la confianza que me tienes cuando levanto el balón para ti!

Hinata sintiendo un extraño impulso por sus palabras confesó también.

-¡Me gusta cuando levantas el balón para mi!

-¡Me gusta tu resistencia y tu agilidad!

-¡Me gusta tu fanatismo por el vóley!

-¡Me gusta tu determinación a ganar!

-¡Me gusta tu rostro cuando ganamos!

Tanaka miraba asombrado la competencia de "¿Quién tiene más cosas que le gusta del otro?".

-¡KAGEYAMA! ¡Me gustas! –Grito con fuerza Hinata a todo pulmón.

-¡HINATA! ¡Sal conmigo!- Le respondió de la misma manera Kageyama.

-¡Si! – Y de esta manera, terminó la competencia.

Los chicos jadeaban intentando recobrar el aliento después de hablar sin parar, mirándose. Hinata se sonrojó cayendo en cuenta de lo que acababa de pasar y de cómo se habían dejado llevar, confesando todo lo que tenían en mente. Bajó la mirada totalmente avergonzado.

Kageyama, que no estaba muy diferente al peli naranja, colocó su mano en su cabello y lo atrajo a su pecho, escondiéndolo en él.

-Entonces…¿Eres mío?- Preguntó mirando hacia la pared como quien no está diciendo nada.

Hinata asintió en silencio, manteniéndose escondido en su pecho, aferrándose a su camisa, sintiendo los latidos del corazón de Kageyama acelerados. A pesar de la vergüenza, alzo el rostro un segundo besando fugazmente sus labios, volviendo a su escondite.

Tanaka sentía su rostro arder con fuerza de lo rojo que estaba. Sus ojos estaban abiertos de par en par. No podía creer lo que había presenciado y todo empezó por una simple broma suya. Realmente, era todo un cupido.