Autor/a: Ella

Género: Romance, drama, acción.

Clasificación: +16

Advertencias: Lemmon. Lenguaje altisonante. Muerte de personajes. OoC.

Serie: Naruto

Publicaciones: + MSS (Próximamente)

Mensaje del Autor: ¡Hola gente! Soy Ella. He vuelto con un fanfic corto para ustedes que consta de 10 capítulos. La temática es ligeramente agresiva y puede que el avance les parezca un poco lento pero el desenlace es lo que la hace verdaderamente importante~ Quiero aclarar que dependiendo del resultado que tenga esta historia tomaré una decisión en cuanto a cómo continuaré mis trabajos por lo que no deberán sorprenderse si se encuentran una noticia especial al final del fanfic. Siempre agradezco que se pasen a leerme y sus reviews son la mejor cosa del mundo mientras sigan existiendo críticas constructivas. Cabe mencionar que yo acepto todo tipo de crítica para trabajos futuros, yo solo publico trabajos terminados así que no puedo prometer hacer semejantes configuraciones tanto como cabe mencionar que mis tramas son planeadas con anticipación y desarrolladas a detalle conforme las escribo.

Esperaré sus hermosos comentarios~


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Todos se habían tomado incontables fotos desde que entraron a esa organización, pero ella era de las personas que más las atesoraban y, en este especial caso, la fotografía era una cosa sumamente importante para ella.

Estiró la mano derecha con mucho cuidado antes de tomar el retrato, entonces pudo parpadear suave y lentamente para dejar este sobre el mueble. Pero estaba bocabajo, justo como lo dejaba cada noche para salir a trabajar y, así, cerró la puerta dejando la habitación oscura mientras se acomodaba los guantes.

Silencio.

Todos la observaban mientras se preparaba con esa tranquilidad. Tomó un par de espadas gemelas y las guardó en la funda que estaba amarrada a sus hombros, sosteniéndose en su espalda. Luego tomó un par de revolver plateados que los dejó a los costados de cada pierna, su trabajo empezaba en diez minutos pero ella estaba muy tranquila.

Se giró una última hacia el espejo: pantalones de piel, oscuros y ajustados al cuerpo, luego lo que parecía ser un simple chaleco de piel, sin siquiera algo debajo, aquél cinturón que sostenía su pantalón, las armas, los guantes sin dedos y, entonces, decidió que estaba total y absolutamente para salir. Entonces recordó que su reflejo no existía y un hombre se limitó a acercarse y entregarle un largo abrigo negro que cubriría la evidencia de sus armas.

—Es hora —informó él, a modo que ella solo pudo asentir, emitiendo un suspiro, para ponerse rápidamente el abrigo mientras emprendía camino.

—A por ellos, Kakashi.

Capítulo Uno

Había una luna muy reluciente en Detroit. Se escuchaba un escándalo por todos lados puesto que era sábado, a modo que las personas estaban embriagándose y armando algunos alborotos por el barrio. Debido a la violencia en esta zona era por lo que nadie se sorprendía cada que se encontraban a un muerto aunque, a últimas fechas, las víctimas perdían bastante sangre antes de ser asesinadas por completo.

Hacía tanto frío que el albino apenas y podía tolerarlo pese a la mascarilla en su rostro, cubriendo boca y nariz. La verdad era que trabajar en fechas frías no era su mayor placer, pero ahora estaba muy distraído en el techo de un almacén mientras leía por enésima vez aquél libro que no soltaba por razón en la vida. Gracias a que era de noche no se volvía evidente su presencia ahí y, debido a la habilidad especial de ese ojo anormal, podía leer sin problema alguno pese a tal oscuridad.

—Va a ser muy divertido cuando te quedes ciego —acusó un rubio mientras que el vapor se hacía presenta a cada palabra que decía—. ¿Cómo puedes estar tan tranquilo con este frío? —quiso saber entonces.

—No hay mejor cosa que distraerse, Naruto —espetó el otro, antes de mirarle de soslayo con ambos ojos—. Chico zorro… ¿puedes saber dónde está?

—Dale unos segundos —pidió el ojiazul, antes de poner un cigarrillo en sus labios, sacando un encendedor de gasolina de su bolsillo antes de encender el tabaco, para darle una profunda calada—. ¿Gustas?

—Parece que no se preocupan por ocultar su presencia —murmuró entonces una voz femenina, sentada en el suelo detrás de ellos, a modo que ambos reaccionaron.

—¿Cuándo llegaste aquí? —cuestionó el rubio, sorprendido.

—Tú eres quien los huele y ni te diste cuenta de su presencia, ¿eh? Vaya cretino —se burló el mayor, a lo que la chica sonrió.

—Nuestra agrupación no tiene mucho sentido después de todo, Kakashi —le recordó ella, antes de ponerse de píe—. Tú puedes verlos a kilómetros, él los huele, yo ambas cosas y hasta los siento.

—Bueno, enfrentamos todo tipo de enemigos —comentó el otro, con una sonrisa que apenas era evidente.

—Aquí viene —murmuró ella, poniéndose seria.

—¿De verdad? —Preguntó el otro antes de girarse sobre su hombro, para no ver a nadie y, entonces, girarse al frente—. Yo no lo…

—Ella se fue —interrumpió el muchacho—. Está por dar la vuelta en la esquina.

—¡Suéltame, maldición! —gritó una mujer mientras un tipo alto, afroamericano, la llevaba casi a rastras por la muñeca.

—Cierra la boca —gruñó él, antes de empujarla contra la pared del almacén—. Pagué por ti y te tendré completa te guste o no, perra —masculló, a lo que la chica dio un respingo y, entonces, el tipo abrió la boca, tornándosele las pupilas rojas.

Un disparo. La chica parpadeó dos veces antes de notar que le habían dado justo en la muñeca de la mano con la que él la sostenía. Entonces se giró a ver a su derecha y se encontró con una mujer, volvió su rostro a la izquierda y miró aquella mano destrozada, a par de que el tipo se había quedado inmóvil, mientras que el rostro de ella tenía unas manchas.

Empezó a temblar sin saber qué hacer realmente mientras que el tipo recobraba la quietud y, entonces, volvió a abrir la boca, escuchándose un gruñido algo salvaje que haría a la prostituta gritar con terror poco antes de que aquellos colmillos animales se afilaran y la otra mano la tomara por la cabellera, poniéndola de frente a la otra mujer, mostrándole cómo la devoraría ya mismo.

El segundo disparo dio en el hombro del brazo sano, a modo que soltó a la mujer sin más remedio, por lo que terminó sobre el frío suelo de pavimento, dejándola arrastrarse buscando salida a lo que, le parecía, era una auténtica pesadilla. Se limitó a ver, atónita, a la bestia ante sus ojos y, luego, a la mujer de negro.

—Largo —ordenó la del arma, a modo que la chica tan solo gateó para alejarse y luego salió corriendo, mientras que el monstruo reaccionaba de ambos disparos, con la cabeza gacha, antes de levantar el rostro y soltar un gruñido feroz—. Cierra la boca —disparó.

—Púdrete en el infierno, zorra asquerosa —entonces se abalanzó hacia ella, con esa mirada tintineante de color rojo, por lo que ella se limitó a soltar otro par de disparos.

Cuando se dieron cuenta el cuerpo estaba en el suelo, más frío que antes. Un disparo justo entre los ojos y otro en el pecho, terriblemente penetrantes. Ella solo se guardó el arma antes de que sus dos compañeros la alcanzaran, parándose a sus costados antes de mirar el cuerpo del sujeto, el albino se cubrió entonces el ojo con la banda que usaba.

—Últimamente pareces más independiente, Sakura —admiró el hombre, a lo que la chica suspiró cansada.

—Bueno, he estado entrenando mucho tiempo —admitió ella, mientras que el rubio sacaba un teléfono y hacía una llamada—. Lo lamento si no los divierte tanto, Kakashi, pero ya no puedo depender tanto de ustedes.

—Por supuesto que no —apoyó él mientras sonreía, una vez más—. Has crecido de verdad, pequeña —bromeó, poniendo una mano sobre su cabeza.

—El equipo de limpieza está de camino —informó el rubio—. Ya podemos seguir con el trabajo, según el localizador lo encontraremos en la maquiladora, el otro está vendiendo drogas en una fiesta, habrá que esperar a que salga.

—Entonces a continuar —contestó la chica, para regalarles una sonrisa muy tranquila antes de que dieran la espalda.

—Vale, parece que esta visita a Detroit no durará tanto como la anterior —comentó el rubio, muy animado—. Tal vez lleguemos temprano —estaban emprendiendo camino, dieron un par de pasos tan solo antes de que una sombra se levantara detrás de ellos.

—Naruto, ¿tienes hambre? —preguntó la chica, a lo que él suspiró antes de negar con la cabeza, haciendo una leve mueca.

—Adelante, Hinata ha servido mucha cena…

—De acuerdo. Que aproveche —murmuró, antes de dar media vuelta con una patada alta que empujó al tipo hasta la pared del almacén.

La figura grotesca salió de entre el polvo y los escombros, antes de notar a la chica caminar tan tranquilamente, con unos ojos de un tono verde radiactivo ahora, brillantes como un par de focos al estilo neón, con las manos en los bolsillos.

—Demonio —acusó aquél, pero ella sonrió.

—Mi amigo es un demonio —empezó, antes de quitarse el abrigo y dejarlo caer, a la par de que se acercaba peligrosamente—. Pero, cariño —la tonalidad de sus ojos cambiaba a una rojiza—, yo soy mucho peor.

—Últimamente Sakura-chan está muy hambrienta —comentó Naruto mientras la esperaban ambos caballeros—. Aunque tomando en cuenta que no bebe mucho…

—Sakura no bebe sangre humana, eso la desgastará —contestó el mayor.

—Dejen de hablar de mí como si no estuviese aquí —se quejó, antes de tomar su abrigo del suelo—. Naruto, avisa al servicio de limpieza que solo tienen que ver lo de la reconstrucción y las cenizas.

—Como digas, Sakura-chan —entonces hizo otra llamada.


Ella apenas y abrió los ojos con violencia, sentándose en la cama, con el pecho subiendo y bajando agitadamente. Su habitación era muy oscura pese a que apenas era alrededor de las 10:00 am.

Se llevó una mano a la frente antes de encontrar algo de sudor frío… no era usual que siendo una vampiresa pasaran cosas como esas, pero en vista de que pocos vampiros duermen como ella se vuelve más normal, además ella era de los pocos vampiros cuya dieta se reducía a sangre robada por uno mismo.

Pese que era temprano conforme sus horas de sueño, pese a que estaba desnuda y en su habitación tan oscura, algo le decía que permanecer durmiendo por mucho tiempo haría que las pesadillas volviesen cada vez más intensas.

Deslizó entonces su vista color jade por la habitación, misma en la que podía ver mejor gracias a sus habilidades anormales, luego notó cierto detalle… No habían hecho la limpieza la noche anterior, todo por el simple hecho de que ese cuadro estaba recargado de frente contra la madera del mueble.

El asunto la hizo estirar la mano para tomar su bata y luego levantarse. Caminó entre la oscuridad hacia el mueble y lo tomó, acomodándolo como era debido. Luego miró a su alrededor y, sin considerarlo mucho más, emitió un bostezo para caminar hacia la ducha, dándose un baño frío puesto que tenía muy malos antecedentes cuando se duchaba con el agua caliente.

Tras el baño se puso cómoda y muy temprano salió de su habitación, faltando aún 20 para las 12:00 am. Muchos reaccionaron algo sorprendidos al notar que se había levantado tan temprano, pero siguieron su camino conforme ella avanzaba hacia la cocina, abandonando el complejo habitacional.

—Buenos días, Sakura —saludó Hinata—. Me sorprende que estés despierta tan temprano, recién estoy haciendo el almuerzo.

—Buenos días, Hinata —contestó ella, pretendiendo entrar, pero se detuvo.

—Lo lamento, tengo ajo —la chica hizo una mueca—. Sé que detestas su puro aroma, así que sería mejor que no entraras.

—Te apoyo —dijo ella—. Imagino que Naruto y Kakashi estarán durmiendo… veré cómo despertarlos —avisó, saliendo de ahí, llevando paso tranquilo pero deteniéndose frente a la puerta del rubio unos segundos.

—Puedo olerte —escuchó desde dentro, a modo que sonrió para sí misma—. Pasa, Sakura-chan, está abierto.

—Buenos días, Naruto —dijo ella, entrando por la puerta con mucha naturalidad.

—Tú olor siempre es muy fuerte por las mañanas —se quejó él, con el torso descubierto y tallándose la nuca con suavidad.

—Lo lamento. Son las pesadillas —aseguró, encendiéndole la luz que no le molestaba y buscando entonces servirse un vaso con agua fría—. Inclusive sudé —dijo levantando las cejas, a lo que él bostezó estirándose.

—Es como si fueras mitad humana, debe ser una secuela de tu mala alimentación —lo dijo casi para sí mismo—. La organización te brinda sangre humana, sin embargo tú…

—No seré como ellos —respondió inmediatamente—. Soy lo suficientemente fuerte sin tener que beber de humanos, no me importa. Puedo sobrevivir con esto, ¿lo sabes? Como sea, deberíamos despertar a Kakashi.

—El sacerdote no necesita eso —dijo él, tomando un cigarrillo de su mesa de noche y encendiéndolo con un chasquido—. Mnh… Sakura-chan, no podrás alcanzarlos si sigues así.

—Ah, sí que puedo —contestó ella, yendo a quitarle el cigarrillo de las manos y poniéndolo en sus propios labios—. Después de todo, soy una Draculina —el rubio la miró con seriedad, mientras ella dejaba escapar el humo de sus pulmones—. Esto te matará.

—No eres ninguna Draculina, no eres su mujer —espetó él, a lo que ella sonrió divertida ante sus palabras—. Como sea. ¿Qué deberíamos hacer?

—Tsunade-sama tiene algo para nosotros.

—¿Hn? —él la miró confuso—. ¿Te ha llamado? —pero ella negó con la cabeza, a lo que él abrió un poco los ojos—. Ya veo… está acelerando. Inclusive sin la sangre de humanos.

—Apresúrate y vístete, Naruto —dijo ella, consumiendo el cigarrillo.

Tras aquellas palabras el muchacho se vistió inmediatamente. Ambos salieron listos de la habitación mientras andaban de camino al segmento dedicado a los humanos, donde Kakashi esperaba por ellos pacientemente. Ambos se detuvieron al verlo, con sus rostros sorprendidos e incrédulos, a lo que él les miró de vuelta.

—Venga, no es tan raro que yo esté aquí antes…

—¡Es completamente imposible! —exclamaron al unísono, ante lo cual él sonrió con bastante gracia, haciéndoles un gesto para que lo siguieran.

—¡Tsunade-sama! —llamó él a la puerta, abriéndola sin más preámbulo—. Buenas.

—Toca la puerta antes de entrar, Kakashi —bufó la mujer, con una botella de sake a su costado desde tan temprano—. Puedo ver que van mejorando. Ni siquiera tuve que llamarlos, ¿lo predijiste, Kakashi?

—Algo así, pero Sakura vino por sí misma con Naruto.

—Ya veo —empezó la mujer, volviéndose hacia ellos antes de suspirar—. Está avanzando más pronto de lo que creí —sonaba a queja, mientras ella cerraba el libro que estaba en sus manos—. Sakura, he escuchado que las pesadillas continúan. Infórmame.

—No hay nada nuevo —empezó ella—. Todos los síntomas apuntan a que se acerca el momento, maestra. Pero es usted quien tiene información al respecto, diferente a los sacerdotes o los oráculos no puedo tener una pista del futuro excepto por el predestinado.

—Ciertamente —dijo ella de forma intranquila—. Prometí que este caso en específico sería para ustedes, pero tendré que darles apoyo si las cosas se ponen serias. Es un hecho que tenemos avistamientos del sacerdote oscuro que está protegiendo al Drácula, pero aún no hemos tenido información certera de él. Sin embargo algunos de sus vampiritos han estado perturbando los pueblos llevándose a mujeres jóvenes, pero dudamos que sean para él.

—Un Drácula solo crea una Draculina, se limita a una sola —comentó Kakashi, mientras observaba silenciosamente a Sakura—. ¿Para qué las querrá?

—No es él —respondió Naruto en su lugar—. A él no le interesan las mujeres, después de todo… deben ser sus súbditos —se talló la nuca—. Si es así, entonces él no debería estar ahí, pero sigue siendo un problema.

—Es raro escucharte hablar con sensatez —burló Sakura—. Rebela tus sentimientos.

—Tsk —soltó él, antes de sonreír y ver a la rubia ante ellos—. Vieja Tsunade… ¡Deja que vayamos a atraparlos, obtendremos información! —se emocionó por completo.

—Sabía que dirías eso —se quejó ella—. Pero me temo que ya envié a dos sacerdotes y dos Hércules a encargarse de ello —la expresión de Naruto se agravó de inmediato—. No me mires así, muchacho. Incluso si quisiera, ellos tienen a un sacerdote extremadamente poderoso… uno de los tres grandes que podría derrotarme, aunque batallara. No puedo poner a Sakura en riesgo, menos si las cosas van de esta forma. Ella está creciendo como Draculina.

—¡Sakura-chan no es su Draculina! —gritó él, molesto—. ¡Dejen ya de llamarla de esa forma! ¡Ella no es su mujer!

—Para tu carro ahí, Naruto —interrumpió la aludida, dejándolos en silencio pese a la tranquilidad que todos habían mantenido hasta ahora—. Comprendo la situación, maestra. Me abstendré de ponerme en peligro innecesario.

—Aplaudo tu comprensión, Sakura —contestó ella—, pero sí les tengo una misión para esta noche: después de que los Hércules limpien el área del peligro deberán ir allá. Él no está ahí, no se expondría de esa manera, pero ellos no podrán en totalidad con los vampiros menores. Te pediré que limpies el área y aproveches para alimentarte. No podemos permitir que te atrapen en un mal estado.

—Como usted diga, maestra.

—Naruto, Kakashi: Su misión es la de siempre. Bríndenle apoyo y no permitan que caiga en manos enemigas. Viajarán allá después del almuerzo. Prepárense.

—¡Sí, señora! —emitieron los tres al ritmo, antes de retirarse.

—Shizune.

—Lady Tsunade —contestó una castaña, quien se había mantenido al margen en el interior de la habitación todo ese tiempo.

—Que no te noten. No puedo permitirme un error de cálculo.

—"Si un Drácula crea a una Draculina es para crear una nueva generación, más poderosa que la anterior" —recitó ella en voz alta—. Sakura Haruno fue traicionada por el vampiro que trabajaba como su compañero ocultando ser un Drácula y la convirtió en su Draculina aprovechándose del amor que ella sentía por él. ¿Teme que ella lo siga amando?

—No le temo al amor, Shizune —empezó ella, mientras daba un trago a su sake, tomándose unos segundos para digerirlo—. Le temo a su odio. Lo peor que puede pasar del amor es que exista un nuevo Drácula.

—Pero, en estos tiempos, un nuevo Drácula sería…

—Tampoco cometeré semejante error —espetó ella—. Un hijo Drácula no despierta hasta que la sangre combinada de sus progenitores lo obligan a hacerlo, además ningún embarazo de ninguna especie depende de un encuentro. Pero una lucha entre un Drácula y una Draculina podría afectar más al balance que cualquier cosa… no se ha contado jamás una historia así, porque no ha existido. Vamos a prevenirlo.

—Lady Tsunade…

—¡Shizune! —ella reaccionó a su voz alta—. ¡Asegúrate de proteger a Sakura Haruno y evita mostrar tu presencia mientras no sea necesaria! Es una orden.

—Sí, Lady Tsunade...


Las historias de vampiros siempre fueron cuentos de terror. Los seres sobrenaturales no abarcan mucho más que el mundo ficticio de la mayoría de los humanos, que son inconscientes de su real existencia en el mundo, porque no conocen las profundidades de la oscuridad como muchos otros. Esto es porque existen organizaciones que procuran el equilibrio y la supervivencia del ser humano en cuanto a estas razas que podrían fácilmente desaparecerlos de la faz de la tierra. Pero nadie, aún, comprende las bases de su oscura existencia y mucho menos el por qué estos seres son tan agresivos.

Pero así son los seres humanos. Les aterroriza cualquier aspecto que amenace su existencia sin importar que esta sea la cadena alimenticia, la supervivencia del más fuerte: la realidad del mundo animal al que creen que no pertenecen. Y ellos se defienden de esos "monstruos", arrinconándolos hacia la extinción. Hay más de un Drácula y Draculina en el mundo, pero no todos son iguales. Ellos temen al más grande poder. Ellos temen a la divinidad.

—Es chistoso —el monólogo de una bestia. De un aquél que sería considerado un monstruo por su naturaleza inhumana—, que ellos adoren a estas formas divinas, pero quieran asesinar a la representación más cercana que existe de su Dios.

—Los humanos tienen una perspectiva demasiado pura de lo que ser un ser divino representa —un vasallo que se creía la gran cosa y hablaba de más—. Son soñadores que creen en la luz más que en la oscuridad.

—No existen semejantes diferencias —antepuso la divinidad—. No es que yo sea malo o que sea bueno. He dicho que no existen semejantes diferencias —reafirmó—. Es instinto animal. Todos somos animales en este mundo, después de todo, Orochimaru.

—Por supuesto que lo somos, solo hay que recordárselo a la humanidad.

—¿Y has decidido tomar la responsabilidad volviéndome más poderoso? —su tono incrédulo se evidenciaba—. No creo en ti. Sé que en cualquier momento me morderás y me inyectarás tu veneno, pero es natural. Es lo que una serpiente hace.

—Agradeceré tu honesta comprensión.

—No será necesario, Orochimaru —sus ojos rojizos destacaron entre la oscuridad, mirándole de pies a cabeza—. Te mataré en el acto —pero sus palabras solo provocaron una sonrisa retorcida en el sacerdote oscuro que le había estado apoyando.

—Será una batalla excitante.

—No te emociones tanto, me enfermas —sus palabras eran rudas y frías—. Cuando el momento llegue, puedo asegurarlo, será una masacre unilateral. Te mantendré vivo para que sufras la agonía y comprendas lo que has hecho.

—Suena maravilloso, mi Drácula. Pero, ¿qué planea hacer con la Draculina?

—¿Hn? —él había atrapado un poco su atención, haciendo que de ignorarlo sus ojos volviesen a mirarlo—. ¿Sakura?

—Así es. ¿No sería su exterminio inmediato lo más pertinente? Está acabando con la población vampírica inclusive si ella es uno de ellos ahora. Es imperdonable, ¿cómo podríamos pasarlo por alto?

—En eso te equivocas. Matarla sería lo más impertinente que podrías hacer. Después de todo soy yo quien la ha vuelto así. Ella demuestra perfectamente la fuerza del orden de la cadena alimenticia: una reina puede consumir lo que sea y acabar con los más débiles de la especie es la forma más rápida de fortalecerla. Incluso si no son sus intenciones.

—Incluso si es así, podemos limpiar la raza nosotros mismos… además, una vez ella haya muerto podría crear una nueva Draculina.

—¡Basta de tus impertinencias! —su voz resonó en la oscuridad—. ¿No comprendes nada? ¡Quiero verla hacerlo! Enloquecer por las pérdidas, venir a mí y utilizarla a mi antojo. Tendrá a la nueva generación en su vientre y no podrá vivir con ello mientras los vea destruir a sus adorados humanos. Será mi más entretenida batalla y más gloriosa victoria. La Draculina indomable no podrá contra mí. Así que fortalécela para mí. Si de verdad quieres ver un mañana lleno de oscuridad bajo mi reinado, hazla más poderosa para mí y no te atrevas a matarla, ¿te ha quedado claro?

—Me es claro hasta cierto punto, pero cumpliré tus deseos. Solo porque será divertido de ver, eso es todo.

—Eres repugnante. Hacer esto por diversión.

—Pero si es exacto lo que haces con esa Draculina —contestó él, con una enorme sonrisa—. Solo quieres torturarla por diversión, pues así eres tú… ¿No es así, Sasuke-kun?


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Mensaje del Autor: No estoy muy segura de qué tipo de efecto pueda tener el primer capítulo en los lectores~ En realidad todos los capítulos son bastante densos admitiré que es un aspecto que me preocupa bastante, pero sinceramente no se me facilita modificar ese hecho. Revisé el trabajo y en muchas ocasiones se me escapar algunos dedazos así que suplico que me disculpen. En serio espero sus comentarios y les agradezco muchísimo por leer!

Ella~