Hola criaturitas del señor! Les traigo el capítulo final de este demente fic! Y no, esta vez, no tardé un mes en escribirlo! Alábenme! Bueno, mil gracias por todos sus comentarios de apoyo que me han inspirado a lo largo de todo este fic! No se que haría sin ustedes! 3 Bueno, llegó el momento de la verdad! Pueden ir en paz y leer el próximo capítulo!
TMNT no me pertenece.

"Masacre"
El silencio inundaba la carpa. Las tortugas, Mio, Jin y Kira sabían que pronto llegaría su hora. Llevaban ya varias horas ahí. Estaban asustados. Rafa llevaba llorando desde que había llegado ahí. Leo le había dejado bastante claro que ido había sido su culpa y que sin él habrían estado mejor desde el principio. Leo y Donnie estaban con Mikey, quien moría de miedo, ya que se había enterado de que lo mutilarían para ver de que estaba hecho. Mio, Kira y Jin estaba separados de los demás. Ninguno hablaba. Sólo lloraban.
De pronto, Mikey se cansó de los consuelos de sus hermanos. Lo único que hacían era recordarle lo que le iban a hacer esa noche. Mikey se levantó y se fue a sentar junto a Rafa, quien, sentado en una esquina de la jaula en posición fetal, no podía dejar de llorar.
- Rafa...- Dijo.
- ... ¿Qué quieres Mikey?- Respondió, levantando la cara y limpiándose las lágrimas antes de hacerlo.
- Ayúdame.- Le dijo.
- ¿A que?
- A sacarnos a todos de aquí. Hay que escapar y salvar a la gente, como siempre lo hacemos.- Dijo con una sonrisa.
- Mikey, Donnie, que por cierto es el genio sabelotodo, ya trató de abrir el candado. Necesitamos una llave. Este no se puede romper con una piedra, como rompí los otros.
- Y que tal si...
- ¡Mikey! ¡No se puede!- Lloró. - Créeme que daría mi vida por sacarlos a todos de aquí, pero no puedo. Soy el único que merece morir, pero nos matarán a todos y todo es mi culpa.- Dijo, sin poder evitar que las lágrimas salieran.
- ... No es tu culpa.
- Claro que sí. ¿Leo no te lo dejó suficientemente claro?
- Rafa, Leo solamente está estresado. Te apuesto a que nunca quiso decirte esto.
- Mikey, lleva dos días diciéndomelo. Y además, aunque no me lo estuviera recordando cada dos minutos, créeme que yo sé que todo esto es mi culpa. No lo culpo porque vaya a morir enojado conmigo.
- Pero Rafa... - Dijo Mikey.
- No quiero hablar de eso Mikey...- Dijo, volviendo a poner su cabeza entre sus piernas.
Mikey dejó de hablar. Sabía que no era buena idea seguir insistiéndole a su hermano para convencerlo de que Leo no estaba tan enojado con él porque sabía que Leo estaba muy enojado con él, pero él se iba a encargar de eso.
Mikey volvió a donde estaban Leo y Donnie.
- Leo... ¿Puedo hablar contigo un minuto?
- Uh... Si Mikey.
Donnie decidió levantarse e ir a donde estaba Kira, ya que sabía que alguna vez en el pasillo ella lo había ayudado bastante.
- Leo, habla con Rafa. Está muy deprimido y yo sé que tu no eres así y se que aunque mucho de esto haya sido su culpa... Si es que vamos a morir, lo vas a perdonar antes de hacerlo.
- Mikey, me duele mucho pero, hay algo en mi que no me deja hacerlo. Yo sé que nada de esto lo hizo a propósito, pero no puedo creer que te vayan a mutilar por su culpa.- Dijo. Las lágrimas escaparon de sus ojos y cayeron el la sucia tierra del suelo de la jaula.
- Leo, deja de hablarme de eso. A mi no me importa lo que me vayan a hacer con tal de que hables con él y lo perdones. Está demasiado deprimido. Odio verlo así...- Terminó.- Piénsalo...
Así, Mikey dejó sólo a Leo, quien se quedó pensando en las palabras de su hermano menor. Era cierto. Iban a morir y, por más que Rafa hubiera ocasionado todo eso, Leo sabía que no lo había hecho a propósito, él obviamente nunca planeo matar a sus hermanos. Todo había sido un accidente y Rafa los amaba a todos más que a nada en el mundo.
Leo se levantó y caminó hacia donde estaba Rafa, quien aún seguía sollozando el la misma posición.
- Rafa...- dijo Leo apenado.
De inmediato, Rafa levantó la cabeza y comenzó a llorar mucho más de lo que antes lo hacía.
- ¡Perdóname Leo! ¡Perdónenme todos por favor! ¡Te juro que nunca quise hacer esto! ¡Todo esto es mi culpa!- lloró.
- Rafa, sé que no lo hiciste a propósito. Además, el que tiene que pedir disculpas aquí soy yo. Jamás debía haberte hablado de esa manera y menos en frente de Mikey y de Donnie. Lo siento mucho.
- No, tienes razón. Sin mi, ustedes nunca hubieran sido secuestrados y no estaría pasando esto.
- No es tu culpa. Sé que nunca quisiste esto. Todo lo que pasó solamente fueron accidentes. Tu nunca quisiste esto.
- Leo, nos van a matar en muy poco tiempo y todo es por mi culpa.
- No lo es y si no lo aceptas, no me dejarás morir en paz porque sé que tu morirás deprimido por mi culpa. Por favor, perdóname y acepta que todo esto no es tu culpa porque no lo es.
Rafa se quedó callado por un momento, luego, se levantó y abrazó a Leo lo más fuerte que pudo. Lo habían perdonado. Leo le devolvió el abrazo. Los dos hermanos soltaron muchas lágrimas junto con Mikey y con Donnie, quienes los veían desde el otro lado de la jaula.
Después de más o menos una hora, la carpa se abrió, dejando ver la fuerte luz del sol que alumbraba el bosque obscuro. Junto con ella, entró Ryo con Shun, cargando pistolas de toques y varias esposas.
- Es hora del show fenómenos.- Dijo Ryo.
Shun abrió la jaula.
- Vayan saliendo de uno por uno por favor. - Dijo Shun.
Ninguno se movió.
- Vamos, no nos hagan ir por ustedes.- Dijo Ryo con una sonrisa maliciosa.
Mikey se levantó y caminó hacia Ryo, quien estaba esperando en la puerta de la jaula con una esposas listas para usarse.
- No, tu no naranja. Tenemos otros planes para ti.- Le dijo Shun empujándolo de nuevo a la jaula, haciendo que se golpeara la cabeza con una roca y que quedara inconsciente.
-¡No lo toques!- Le gritó Rafa, acercándose a donde estaba su hermano tirado.
- ¡Ya me cansé de tus jueguitos!- Le gritó Ryo, jalándole bruscamente el brazo lastimado a Donnie, quien era el más cercano a él.
Donnie gritó al sentir el fuerte tirón en el brazo donde le habían disparado. Ryo de inmediato le puso las esposas y Rafa se quiso acercar a ayudar a su hermano, pero Shun lo jaló igual que Ryo a Donnie y le puso otras esposas.
- Entones, ¿van a salir solos o quieren que nosotros les ayudemos?- Dijo Ryo enojado.
Leo no tuvo de otra y salió de la jaula. De inmediato, Ryo lo jaló como a sus hermanos y le puso otras esposas. Kira, Jin y Mio salieron también.
Una vez que Ryo y Shun ya habían esposado a todos, se los llevaron, amenazandolos con las pistolas de toques. Ninguna de las tortugas tuvo oportunidad de despedirse de su hermanito.
Salieron de la carpa que, antes de que lo culparan, era de Kaito. Cuando salieron, todos sus amigos, quienes iban a matarlos, los miraron con tristeza. Yuuki lloraba. Siguieron su camino a la carpa principal, donde Shun y Ryo los amarraron a todos a diferentes postes. Después, los dejaron ahí.
Minutos más tarde, Abril y Casey llegaron al poste donde estaba Leo con varias llaves en las manos.
- No te preocupes. Los sacaremos de aquí.- Dijo Abril.
- No, no lo hagas. Se meterán en problemas ustedes y además ¿que hay de Mikey? Necesito que nos dejen morir, pero en la noche, se deben de encargar de que Mikey salga vivo. Ahora está inconsciente en la jaula. Se golpeó con una piedra en la cabeza. Díganle que nos perdone por no despedirnos, pero que lo amamos.- Dijo, sin poder seguir conteniendo las lágrimas.
- No Leo. Estás loco si crees que te vamos a hacer caso. No lo haremos. Los sacaremos a todos. - Dijo Casey.
- No, lo único que lograrán será que los maten también. No lo hagan por favor. Sólo, cuiden a Mikey.
De pronto, Ryo y Shun entraron a la carpa.
- Fenómenos, llegó su hora.- Dijo Ryo.
- Casey, Abril, ayúdenos a llevarlos.- Dijo Shun.
Los dos obedecieron. Cuando las tortugas, Kira, Jin y Mio salieron, se sorprendieron al ver que todas las bancas donde debería de haber gente estaban vacías. Los únicos que estaban presentes eran sus amigos, Sayuri y el presentador del circo.
- Pensé que esto iba a ser un acto.- Dijo Rafa.
- Lo es, sólo que no abierto al público. ¿Qué crees que nos harían si vieran que estamos matando a unos de los nuestros? Obviamente no soy tan tonto como para matarlos en un verdadero acto con gente y toda la cosa. De hecho, más que nada, esto es una prueba para sus compañeros. Matar o ser matado. Si no son lo suficientemente valientes como para encajar un cuchillo en su corazón, no lo serán para continuar con el circo y morirán como ustedes.- Concluyó el presentador.- Les hemos asignado una persona para matar a cada uno. Kenta, vas a matar a Jin. Kouki, tu a Kira. Yuuki, espero que puedas encargarte de Mio. Akira se va a encargar de Donatello. Rin y Len, acabarán con Leonardo y finalmente Miku con Rafael. Espero que todos pasen la prueba, a menos de que quieran morir.
Mientras tanto, Casey y Abril hablaban con Sayuri.
- Piénsalo. Esto es injusto. Ayúdanos. Sabemos que tu no estás a favor de esto.- Le decía Casey.
- Harán que nos maten. A todos.
- No sí los matamos primero. Ha llegado la hora de salir de aquí.- Dijo Abril.
- ... ¿Qué quieren que haga?
- Mikey está inconsciente en la jaula. Ayúdanos a despertarlo. Él ayudará bastante, pero hay que darnos prisa. Nosotros tenemos las llaves. - Contestó Casey, enseñando el montón de llaves que llevaba en el bolsillo.
De la forma más discreta posible, Casey, Abril y Sayuri salieron de la carpa principal y entraron a la carpa donde Sayuri tenía todas sus medicinas. Sayuri tomó una jeringa y la llenó con un medicamento.
- Bueno, esto lo despertó la última vez. Vamos a ver si funciona de nuevo.
Los tres muchachos corrieron hacia la carpa donde tenían a Mikey enjaulado. Abril abrió el candado rápidamente, dejando a Sayuri entrar con el medicamento mientras que Casey vigilaba la entrada. Sin titubear, Sayuri inyectó el medicamento. De inmediato, Mikey comenzó a moverse.
- Mikey, levántate rápido. Tus hermanos están en peligro. - Dijo Sayuri.
Mikey se levantó corriendo, al principio se cayó, ya que aún estaba mareado por el golpe que se había dado en la cabeza, pero luego logró ponerse de pie y siguió a Casey, Abril y a Sayuri.
Mientras tanto, el dueño había terminado de dar las instrucciones. Era la hora.
- ¿Alguien gusta comenzar?- Preguntó.
De inmediato, Rafa levantó la mano. Miku lo miró sorprendida y a punto de llorar.
- Muy bien. Pasen al frente por favor.
Rafa les dio un fuerte abrazó a Donnie y a Leo.
- Estamos a punto de ser libres.- Les sonrió. - Los amo. Perdón por todo lo que les hice pasar.
Los tres comenzaron a llorar.
- No importa. Lo importante es que Mikey va a estar bien y nosotros estamos juntos.- Dijo Leo. Donnie no pudo decir nada. No podía parar de llorar.
Rafa pasó al frente, donde Miku lo esperaba llorando, con una daga en la mano.
- ¿Lista?- Le preguntó Rafa.
Miku negó con la cabeza.
- Sólo cierra los ojos y hazlo. No lo pienses.
- ¡Hazlo ya! ¿Qué esperas?- Le gritó el dueño del circo.
- Perdón.- Le dijo Miku con lágrimas corriendo.
Rafa miró a sus hermanos. Leo tenía la cabeza apoyada en sus manos, que le tapaban los ojos y Donnie lo abrazaba, tapándose la cara. Después, cerró los ojos al ver a Miku levantando la daga, esperando al fuerte dolor y luego, la gran tranquilidad. Un segundo pasó, luego otro. Después, hubo un gritó ahogado, pero no era de él. No sentía nada. Abrió los ojos lentamente. Vio a Miku sonriéndole. Luego, puso más atención y vio una daga encajada en su pecho. Ella ya no tenía su daga en la mano. Estaba arrodillada en el suelo. Vomitó sangre.
- Sabes, siempre me gustaste.- Le sonrió.
Rafa estaba sorprendido. No podía hablar. Volteó a ver a sus hermanos, quienes también miraban con sorpresa lo que estaba pasando en el escenario. Miku cayó al suelo y Rafa se arrodilló llorando.
- ¡Miku levántate! ¡Debías matarme a mi!- Sollozó. - ¡Levántate!
Después, se dio cuenta de que ya no parpadeaba. Tampoco respiraba.
- ¡Miku!- Lloró.
- ¡Quiero que sepan que, el que se atreva a hacer otra idiotez como está, además de que quien tenía que matar se va a morir, yo mismo voy a matar a alguien más! ¿Entendido? Ahora, Ryo, ve por el cuerpo de Miku y sácalo. Shun, ayúdale y lleven a Rafael también. Mátenlo de un balazo y dejen los cuerpos en la carpa de las jaulas.
- ¡No!- Gritó Leo llorando.- ¡No lo maten!- Mientras veía que se los llevaban. Rafa luchaba por soltarse, pero sólo recibió una descarga eléctrica. En cuanto salieron de la carpa, pararon de caminar.
- Ya, mátalo aquí. Corre que creas o no, esto pesa.- Dijo Ryo, quien iba cargando a Miku.
Shun empujó a Rafa y lo puso de espaldas. Rafa escuchó que Shun cargaba la pistola. Cerró los ojos de nuevo. ¿Porqué no podían matarlo ya? La espera era devastadora. Solamente quería que todo terminara. Todo pasó como en cámara lenta. De pronto, escuchó un balazo. Espero uno, luego dos segundos. No sentía nada. Miró atrás. Había sangre saliendo de la cabeza de Shun. La pistola que traía Shun en la mano de pronto cayó al suelo, justo como él. Detrás de Shun, pudo ver a Sayuri, Abril, Casey, pero el que lás impresionó a Rafa fue Mikey. Lo habían sacado de la jaula. Casey sostenía una pistola. Tenía cara de que estaba asustado. Sabía lo que había hecho. Abril, Sayuri y Mikey sólo miraban asustados.
- ¡Mataron a Shun! ¡Van a pagar por eso!- Gritó Ryo, tirando el cuerpo muerto de Miku.
Ryo corrió hacia donde estaban sus amigos, sacando una daga en la acción. Rafa actuó rápido y noqueó a Ryo.
- Ah, llevaba días queriendo hacer eso...- Dijo sonriendo.
Después, Rafa corrió. Corrió a abrazarlos a todos.
- Gracias.- Decía mientras se le salían las lágrimas. - Ahora vamos a salvar a los demás.
Casey tomó las llaves y le quitó sus esposas.
- ¿Porqué Miku está muerta?- Preguntó Mikey.
- Larga historia...- Dijo Rafa, al ver el cuerpo de su amiga tirado. Luego, tomó la daga que ella tenía encajada y Mikey tomó un cuchillo y una pistola de toques que tenía Shun. Dejando los cuerpos tirados, los cinco se dirigieron a la carpa. Entraron sigilosamente. Rafa y Mikey se quedaron afuera, mientras que Sayuri, Abril y Casey entraban con las llaves a liberar a todos.
Los tres se fueron a sentar a donde estaban Donnie, Leo, Mio, Kira y Jin.
- ¿Dónde están Ryo y Shun?- Les preguntó el dueño.
- Uh... No se. No los vimos.- Dijo Sayuri.
- Argh, deben de estar en la carpa de las jaulas. Ustedes también tienen llaves ¿no?
- Uh... Si.- Dijo Casey.
- Bueno, ahora si, ¿quien quiere morir ahora?
Por un momento, todos tenían sus manos abajo, luego, alguien la levantó. Era Leo.
- Casey, tráelo para acá.- Dijo el dueño del circo.
Leo se levantó junto con Casey. Rin y Len lo esperaban tristemente en el escenario.
- Leo no llores.- Le susurró Casey.- Mikey está afuera de la jaula y ya despertó. Rafa está con él, vivo. Maté a Shun y Ryo está inconsciente. Díselo a Rin y a Len. Sólo acabemos con el dueño y podemos salir todos de aquí. Abril y Sayuri están diciéndole esto a los demás y les están quitando las esposas.
Leo lo miró con sorpresa. Luego sonrió y asintió con la cabeza. Casey puso a Leo frente a Rin y a Len. Luego se fue.
- Oigan, Ryo está noqueado y Shun muerto. Casey, Abril y Sayuri están con nosotros. Este es el plan. Encajen la daga en mi hombro izquierdo así el dueño pensará que estoy muerto. Sólo tenemos que acabar con él y podemos salir de aquí. Cuando vuelvan, díganselo a los demás.
Rin y Len sonrieron.
- ¿Estás seguro de que quieres que te encajemos la daga?- Preguntó Rin.
- Si, necesitamos que piense que estoy muerto.
- Ok... Respira profundo...- Dijo Len.
De pronto, Leo sintió el fuerte dolor de la daga penetrando su hombro. Soltó un fuerte gritó de dolor, luego, volteó a ver a sus amigos. Donnie, Abril, Casey y Sayuri lo miraron asustados, luego, Leo les sonrió y les guiñó el ojo. Leo se tiró al suelto e hizo un esfuerzo por dejar de respirar tan notoriamente.
Casey corrió al escenario y tomó su cuerpo, cargándolo, salió de la carpa. En cuanto salieron, Rafa y Mikey corrieron hacia donde estaba su hermano con Casey, quien le estaba quitando las esposas.
- ¿Que te hicieron?- Preguntó Rafa.
Leo no contestó. Sólo lo abrazó.
- Tenían que pensar que estaba muerto y darles tiempo a los demás de saber lo que estaba pasando. Rin y Len deben de estarle avisando a los demás.- Dijo Leo.
De pronto, Sayuri salió de la carpa.
- Casey, ve con Abril y ayuda a los fenómenos a escapar mientras que yo curo a Leo.
Casey asintió con la cabeza y corrió de nuevo a la carpa.
- Chicos, quítenle el cuchillo del hombro mientras yo voy por unas vendas.
Rafa y Mikey asintieron con la cabeza.
- ... Te va a doler.- Le dijo Mikey.
- Deja de asustarme y hazlo.- Dijo Leo.
Rafa se acercó a su hermano y tomó el mango de la daga.
- ¿Listo?
Leo asintió con la cabeza.
- Trata de no gritar o se darán cuenta de que estás vivo.
De forma rápida, Rafa sacó la daga del hombro de su hermano que, al intento de no gritar, soltó varias lágrimas. Luego, Sayuri llegó con unas vendas y le vendó el hombro.
Una vez que había acabado, los cuatro se dirigieron a la carpa, donde ninguno de los fenómenos a los que iban a matar tenían esposas y los demás fenómenos sabían lo que estaban por hacer.
- ¿Quien va a ser el siguiente?- Preguntó el dueño del circo.
Nadie levantó la mano, pero todo el circo lo volteó a ver. Los fenómenos que se suponía que iban a matar a los otros fenómenos se sentaban detrás de el dueño del circo. Rápidamente, Rin, Len y Akira se levantaron de sus asientos y sujetaron bruscamente al dueño del circo. Luego, Mikey, Rafa, Leo y Sayuri entraron a la carpa y se pararon en el escenario.
- ¡Nadie más va a morir!- Gritó Leo.
- Uh... ¡Abril! ¡Casey! ¡Hagan algo!- Les gritó el dueño.
- Lo siento, estamos con ellos.- Respondió Casey.
- ¿Sayuri? ¿Tu también?- Le preguntó.
- Si, lo siento, pero no puedo seguir con esto.
- ¿Y dónde están Ryo y Shun?
- Muertos. - Respondió Rafa.
- No... No puede ser...
- Nos vamos de aquí.- Dijo Akira.- Y esta vez, no vas a evitarlo.
- ¿Y que va a pasar con todo lo que hemos formado juntos? La gente los ama. Tiene un lugar en donde dormir y les doy comida.
- ¿Hablas en serio? ¡Querías matarnos! No creo que te afecte mucho que nos vayamos.- Le contestó Mio.
- Si, yo los quiero, y créanme que me duele matarlos, pero lo hago por su bien. Mato a los que creo que no podrán continuar con el circo.
- Bueno, eso se acabó. Nos vamos. Estás sólo. - Le dijo Donnie.
- Suéltenlo.- Ordenó Rafa.
- ¿Que? ¿Lo vamos a dejar vivir después de todo lo que nos hizo pasar? ¿Después de que nos deformó?- Preguntó Akira asombrado.
- Si, no quiero cometer el mismo error dos veces.
- ¿Que error?- Preguntó el dueño del circo.
- Vera, yo maté a el tipo que estaban buscando la noche en la que vinieron los policías. Quería violar a Miku. Al parecer, lo que hice no trajo muy buenos resultados. No quiero volver a cometer el mismo error. Pero, si alguno de nosotros se entera de que comenzó otro de sus psicópatas circos en algún otro lado, iremos por usted.
- Akira, Rin, Len, suéltenlo. Mejor vamos por nuestras cosas porque hoy nos vamos a casa.- Concluyó Leo.
Akira, Rin y Len obedecieron, mientras que todos los fenómenos siguieron a las tortugas, quienes tiraron las pistolas y los cuchillos que llevaban y salían de la carpa.
- ¡Lo lograron!- Gritó Yuuki, corriendo a abrazar a las tortugas.
- Si, porfín nos iremos de este basurero.- Dijo Mikey.
Al salir, Rafa no pudo evitar mirar al cuerpo muerto de Miku, que estaba tirado en el pasto del bosque.
- ... Créeme, es lo que ella hubiera querido. Piensa que ahora está en un lugar mejor...- Le dijo Jin, al notar la mirada de Rafa.
- Si... Es sólo que... No me gusta la idea de dejar su cuerpo aquí.- Contestó.- Aunque sea, quisiera sacar su cuerpo del circo...
Rafa se acercó al cuerpo y lo levantó. Caminó hasta estar lo suficientemente lejos del circo y luego, con mucha delicadeza, puso el cuerpo de su amiga recargado en un árbol. Luego, cerró sus párpados y se despidió de ella. Se dio la vuelta y caminó de vuelta al circo, donde sus amigos estaban recogiendo todas las cosas que les pertenecían, pero que el dueño del circo había guardado. Llegó. Sus hermanos estaban sacando todas las cosas de una pequeña carpa y dándoselas a los fenómenos, quienes estaban listos para partir.
- ¡Oye Rafa!- Escuchó que Mikey le gritaba.
Mikey tomó sus Sais y se los aventó. Rafa los tomó. Se sentía tan bien tener sus armas de vuelta. Una vez que se habían puesto sus cinturones y rodilleras y encontrado sus teléfonos, cuando todos los demás habían tomado sus cosas, estaban listos para partir a casa. Después de esas duras semanas, porfín iban a volver.
- ¿Todos tienen todas sus cosas?- Preguntó Leo.
Antes de que alguien pudiera contestar, el sonido de un disparo se esparció por el bosque.
- Ay no...- Dijo Donnie.
- ¿Todos están bien?- Preguntó Rafa.
- ... ¿Donde está Kira?- Preguntó Jin preocupado.
Mikey decidió asomarse a ver que estaba pasando del otro lado de la carpa donde habían encontrado todas sus pertenencias. Luego, el pánico inundó su cara y se tapó la boca para evitar gritar.
- Le disparó.- Susurró.- El dueño del circo la mató.
- Corran. Todos corran hacia la ciudad. Que no los vea.- Ordenó Leo.
Todos comenzaron a esconderse en las carpas y a correr hacia la ciudad. Abril, Casey y Sayuri fueron a buscar armas.
Las tortugas se escondieron juntas, cerca de la carpa.
- Hay que darles tiempo de huir.- Dijo Leo.
- ¿Cómo quieres que...?- Respondió Donnie.
De pronto, escucharon otro disparo. Esta vez, Rafa fue quien se asomó a ver a quien le habían disparado.
- Ay no... Fue a Jin. - Susurró.
- ¿Está muerto?- Preguntó Leo.
- ¿Cómo que si está muerto? Le dispararon Leo. En el corazón.- Contestó Rafa.
- Quiere matarnos a todos...- Susurró Donnie.
De pronto, escucharon un gritó. Era la voz de Kenta, quien seguramente estaba con Kouki.
- ¡Espera! Espera... Podemos ayudarte.
Era la voz de Kenta ¿Los estaban traicionando?
Donnie se asomó. Kenta estaba con Kouki. Los dos habían salido de su escondite y Kenta tenía una bala en su brazo.
- Oh, ¿ahora quieren ayudarme?- Preguntó el dueño del circo, aún apuntando les con la pistola.
- ... Si, piénsalo. Estás sólo. Ryo y Shun están muertos. Nosotros podemos ser los nuevos Ryo y Shun.- Dijo Kouki.
- ¿Y cómo sé que no me mienten?- Preguntó.
-Te ayudaremos a matarlos. Acabaremos con todos ellos. - Dijo Kouki.- Sólo que, necesitamos armas.
- No les creeré hasta que maten a alguien.- Dijo el dueño del circo, sacando otra pistola de su saco y entregándosela a Kouki, quien fue el primero en tomarla. Kouki la cargó, luego, sin aviso alguno, apuntó a Kenta, quien trataba de parar el sangrado que salía de su brazo.
- Lo siento, pero no quiero morir.- Le dijo, antes de apretar el gatillo.
Kenta cayó muerto al suelo y Kouki recibió una sonrisa de el dueño.
- Muy bien. Tu eres el ejemplo de los "fenómenos fuertes" que yo quería.
Kouki sonrió.
Las tortugas miraban aterradas lo que pasaba afuera de la carpa donde estaban escondidos. Kouki los había traicionado y había matado a Kenta. El dueño del circo y Kouki se separaron. Kouki se quedó cerca de conde estaban las tortugas escondidas. Rafa sacó sigilosamente su Sai del cinturón y se preparó para lanzarlo hacia Kouki. Ahora, todos sabían muy bien que, si querían salir con vida, debían matar a Kouki y al dueño del circo. Rafa estaba a punto de lanzar el Sai, cuando vio que Akira se abalanzó hacia Kouki, tirándolo al suelo y haciendo que Kouki tirara la pistola que traía en la mano.
- ¿¡Cómo te atreves a traicionarnos!?- Le gritó, mientras los dos luchaban por alcanzar la pistola, que yacía tirada en el suelo.
Sin pensarlo dos veces, Rafa salió corriendo de la carpa y tomó la pistola que estaba tirada en el suelo. Después, apuntó hacia la cabeza de Kouki, estaba a punto de disparar, pero no pudo. Se detuvo a pensar sobre el momento cuando había matado a ese hombre.
- ¡Dispara!- Escuchó que gritaba Akira.
De pronto, Kouki dio una patada, logrando quitarse a Akira de encima y tirando a Rafa al suelo. Kouki tomó la pistola. Rafa vio a Leo salir corriendo de la carpa donde se escondían, pero antes de que llegara a tirar a Kouki al suelo, Kouki le disparó a Akira, pero no alcanzó a dispararle a Rafa, ya que Leo lo tiró al suelo y, sin pensar en lo que hacía, encajó una de sus Katanas en el pecho de Kouki. Llorando, Leo miró asustado a Rafa.
- Lo maté...- Susurró.
- No tenías de otra. Me salvaste.- Le sonrió Rafa-... Así cómo, si yo hubiera disparado y hubiera matado a Kouki, Akira seguiría vivo...
Mientras que Leo se levantaba y sacaba su Katana del cuerpo de Kouki, Rafa fue a avisarles a Donnie y a Mikey que era hora de cambiar de escondite. Uno más cercano a la ciudad. Mientras que Rafa y Leo estaban distraídos, la voz de Yuuki salió de algún escondite cerca de donde estaba Leo.
- ¡Leo! ¡Cuidado!
Leo levantó la cabeza del cuerpo de Kouki y vio al dueño del circo acercarse a él, con la pistola en la mano y apuntándola a él, lista para disparar. Luego, escuchó el disparo. Lo próximo que vio fue a Yuuki saltar al frente suyo y una bala penetrando el cuerpo de la niña. Leo vio a Rafa, Mikey y a Donnie correr hacia donde estaba el dueño del circo, pero no le puso atención a eso. Lo único que podía hacer era contemplar impotente la escena de horror que se desarrollaba delante de sus ojos. Yuuki lanzó un grito y se desplomó al suelo. Una saliva roja escurrió de sus labios.
- ¡Yuuki!- Gritó.
Leo se levantó corriendo a ver el cuerpo de la niña, que se tambaleó y cayó al suelo. Yuuki respiraba agitadamente y lágrimas caían a la tierra del bosque.
- Estás bien... Vas a estar bien. Vas a llegar con tu familia y...
- Leo, sé que no voy a salir de esta.
- No... No. No digas eso. Te voy a llevar al hospital y vas a estar bien.- Le decía Leo, soltando varias lágrimas.
- Me duele...- Lloró Yuuki
- ... Se suponía que todo iba a salir bien.- Dijo Leo desesperado.- ¿Porqué nada puede salirnos bien?
- Leo... Busca a mi mamá...- Susurró, casi sin fuerzas. - Dile que...
No terminó la frase. Su cuerpo se aflojó, dejó de parpadear y respiró por última vez.
No. Pensó. Yuuki no. Cualquiera menos ella.
Leo se quedó mirando la figura sin vida de la niña. Luego, miró hacia el frente y vio a sus hermanos, siendo lastimados por el dueño del circo. Leo se puso de pie tembloroso. El dueño golpeaba con un palo sin compasión a sus hermanos, que estaban tirados en el suelo, junto con la pistola, que al parecer, todos se habían olvidado ya de ella. Leo corrió y recogió la pistola del suelo, la cargó, apunto y apretó el gatillo. La bala penetró la cabeza del dueño del circo quien, sin algún sonido, cayó sin vida al suelo.
- Yuuki murió.- Lloró Leo. - Yo se lo prometí. Le prometí que la llevaría de vuelta a su casa.
- No pudiste hacer nada Leo. Ahora, vámonos de aquí.- Le dijo Donnie.
- ¡Abril! ¡Casey!- Gritó Rafa.
Caminaron por el circo. Todo estaba lleno de cuerpos muertos y sangre corría por la tierra. El lugar soltaba un olor a muerto.
- ¿A dónde se fueron?- Preguntó Mikey.
Volvieron a gritar sus nombres. Luego de un momento, Mio, Rin, Len , Sayuri, Abril y Casey llegaron corriendo. Todos se abrazaron.
- ¿Dónde están los demás?- Preguntó Rin.
- ... Muertos.- Contestó Leo, con la mirada hacia el suelo.
- ¿Que? No puede ser. ¿Sólo sobrevivimos nosotros?- Dijo Sayuri.
- ... ¿Yuuki también?- Preguntó Mio.
-... El dueño del circo me iba a disparar. Ella saltó y se puso en frente de mi. No pude salvarla.- Lloró Leo.
- Entonces.. Sólo quedamos nosotros...- Dijo Casey.
- No podemos dejar este circo así. Hay que meter los cuerpos a la carpa donde estaban las jaulas. Por lo menos pasarán varios días sin que la policía se entere.- Sugirió Abril.
- Si, buen punto. Sino, obviamente nos culparán a nosotros.- Len dijo.
- Son... Nueve cuerpos en total. El de Miku lo llevé a un lugar mejor...- Dijo Rafa.
- Oye Leo, ¿no quieres que mientras ellos recogen los cuerpos te cure bien la herida que tienes en el hombro? Está volviendo a sangrar. - Preguntó Sayuri.
Leo miró a su hombro izquierdo. Era verdad. Las vendas blancas que cubrían la herida ahora estaban llenas de manchas rojas de sangre fresca.
Leo asintió con la cabeza. Además de todo, le dolía bastante.
- Si, ustedes vayan a hacer eso. Nosotros nos encargaremos de recoger los cuerpos.- Dijo Abril.
Sayuri y Leo partieron hacía la carpa donde Sayuri solía curar a los fenómenos, mientras que los demás decidieron recoger los cuerpos de los fenómenos primero. Fueron a buscar los cuerpos.
Abril arrastró el de Jin, quien era el más pequeño, ya que no tenía piernas. Abril encontró a Jin tirado frente a la carpa donde el circo tenía toda la utilería. Una parte de su cara aún reflejaba miedo, la otra, había sido destruida por la bala.
Mio se dirigió hacia el cuerpo de Kira, quien había sido una gran amiga suya, pero ahora estaba tirada en el suelo, con sangre saliendo de un hollo que había sido hecho por una bala al entrar y salir por su cabeza. Mio, llorando, levantó el cuerpo de su amiga. Sus ciegos ojos azules miraban hacia el cielo. Mio llevó el cuerpo a la carpa.
Casey fue con Mikey, Rafa, Donnie y con Rin y Len al pasillo donde habían muerto Kouki, Kenta, Yuuki, Akira y el dueño del circo. Casey llevó el cuerpo de Kenta, quien tenía dos disparos. Uno en el brazo y otro en la cabeza. Su cara aún estaba pacífica. Cuando Kouki le disparó, él nunca se lo esperó.
Rin y Len llevaron el cuerpo del dueño del circo, quien estaba tirado junto con el palo con el que había estado golpeando a Rafa, Mikey y a Donnie.
Donnie tomó el cuerpo de Akira. Al levantarlo, su brazo, en el que le habían disparado en el pasillo le dolió, lo que le hizo recordar que justamente Akira había sacado la bala y hecho un intento de curación en su brazo.
- Gracias por todo amigo...- Le susurró, mientras cargaba el flojo cuerpo hacia la carpa donde días atrás, ellos dormían.
Rafa se dirigió hacia el cuerpo de Kouki, quien tenía un hollo en el pecho, donde su hermano Leo había enterrado su Katana antes de que Kouki le disparara. Aún no podía creer que los había traicionado.
Mientras tanto Mikey, tomó el pequeño cuerpo de Yuuki. Como tenía afecto por esa niña, como todos los miembros del circo.
- Gracias por salvar a mi hermano...- Susurró.- Fuiste una niña muy valiente. Hubieras sido una buena ninja...
Todos regresaron a la carpa con los cuerpos de sus amigos y enemigos cargando. Una vez que los dejaron ahí, decidieron ir por los dos cuerpos que faltaban. El de las personas que sin duda, habían despreciado más. Ryo y Shun.
- Bueno, si quieren, pueden irse. Nosotros acabaremos con el trabajo mientras esperamos a Leo y a Sayuri.- Le dijo Rafa a Rin, Len y a Mio.
- ¿Seguros?- Preguntó Mio.
- Si. Está bien. Vallan a sus casas. Ha sido un día largo.- Contestó Casey.
Los fenómenos se despidieron.
- Gracias por todo. Espero volverlos a ver. Sin ustedes, no lo hubiéramos logrado.- Agradeció Rin.
Mio, Rin y Len se dieron la vuelta y caminaron hacia la ciudad.
Las tortugas, Abril y Casey regresaron hacia la carpa principal, donde en frente de ella estaban los cuerpos muertos de Ryo y Shun.
- Uh... Oigan... ¿Que no dijeron que los cuerpos de Ryo y de Shun estaban juntos?- Preguntó Donnie, que era quien iba caminando más adelante de ellos.
- ... Si. ¿Porqué?- Preguntó Abril.
- Uh... Porque yo nada más veo el cuerpo de Shun aquí tirado...- Respondió Donnie.
- ¿¡Qué!?
Todos corrieron hacia donde Donnie estaba parado. Era verdad. El cuerpo de Ryo ya no estaba.
-... ¿Qué no los muertos deben de quedarse quietos y no poder moverse?- Dijo Mikey.
- Uhu...- Respondió Casey.
- Rafa... ¿Qué no sólo lo... Noqueaste?- Preguntó Abril.
- ¡Caminen!- Escucharon.
De pronto, vieron a Sayuri y a Leo, con las manos en alto, Leo tenía el vendaje de su hombro puesto a medias. Detrás de ellos, Ryo iba apuntando con un arma. Ryo, al ver a las tortugas, Casey y Abril, empujó a Leo y a Sayuri hacia donde estaban ellos.
- Así que también ustedes siguen aquí... ¿Dónde están los demás?- Preguntó Ryo, apuntando hacia ellos con la pistola.
- Muertos.- Contestó Casey.
- ¿Y el dueño?
- Muerto, justo como los demás.
- ... ¿Qué?
- Mira Ryo, todo está destrozado. Los cuerpos están en la carpa de las jaulas. Si quieres que no te hagamos daño, puedes tirar esa pistola, irte y dejarnos ir.- Ofreció Rafa.
Ryo, en lugar de actuar menos violento, cargó la pistola.
- No... Ustedes me pertenecen ahora. Pertenecen al circo.
- Ryo, piensa bien las cosas...- Dijo Leo.
- No. Mataron a Shun. Por sí no sabían, era mi hermano.- Dijo con lágrimas en los ojos.
- Lo sentimos Ryo, pero él iba a asesinar a Rafa. No tuvimos opción.- Dijo Abril.
- Oh, y dime, ¿porqué la vida de este mutante vale más que la vida de mi hermano? ¿¡Porqué!?- Gritó.
- Ryo, baja la pistola y podemos hablarlo...- Dijo Donnie.
- Escucha... Lo sentimos... No tienes idea de como lo sentimos. Porfavor perdónanos.- Se disculpó Sayuri.
Ryo no bajaba la pistola. Estaba muy enojado, pero además aparentaba nerviosismo. Le temblaba todo el cuerpo. Leo, sin estar seguro de lo que Ryo iba a hacer, sacó discretamente una daga que había guardado en su cinturón, sólo por si acaso. Leo la sacó lentamente y se preparó para lanzarla en cuanto viera intenciones de disparar de Ryo.
-Van a pagar por eso...- Fue lo último que Ryo dijo, antes de jalar el gatillo.
Rápidamente, Leo lanzó la daga, que cayó en la cara de Ryo, quien muerto, cayó al suelo.
-... Vámonos.- Dijo Casey.
Todos se dieron la vuelta, menos Rafa, quien se quedó ahí parado, mirando hacia abajo.
- ... ¿Qué te pasa?- Preguntó Leo.
Rafa no contestó. En lugar de eso, se dejó caer al suelo, pero Leo atrapó su cuerpo.
Al verlo de frente, vio que mucha sangre salía de su pecho izquierdo, justo en el corazón.
- ¡Rafa!- Gritaron.
- Ay no... Ryo le dio.- Dijo Abril.
- ¡Rafa! ¡Levántate!- Le gritó Leo.- ¡Vamos a llevarte con Spliter! ¡Él sabrá que hacer!- Lloró Leo.
Sayuri corrió a buscar algo con que detener el sangrado.
- ¡Hermano! ¡Aguanta un poco!- Le decía Mikey, quien le daba la mano a Rafa.
- Rafa, necesito que te quedes con nosotros ¿Ok? No te des por vencido. - Apoyaba Donnie.
Rafa apenas podía escuchar lo que sus hermanos estaban diciendo. Sentía un fuerte dolor en su pecho. No podía soportarlo. Podía ver que, a los costados de su cuerpo, sangre se tiraba al suelo del bosque.
- ¡Todo esto es mi culpa! -Lloró Leo. - ¡Si hubiera aventado esa daga antes...!
Rafa juntó todas las fuerzas que le quedaban y con ellas, dijo sus últimas palabras.
- N-No fue... Tu... c-culpa.- Dijo.
Rafa cerró los ojos. Luego, escuchó el llanto de sus hermanos. De pronto, recobró todas las fuerzas y, volvió a abrir los ojos. Luego, se levantó del suelo.
- ¡Estoy bien! ¡Ya no me duele!- Dijo.
Nadie le hizo caso. Sus amigos, Mikey, Donnie y en especial Leo, aún lloraban. Luego, Rafa miró hacia el suelo y, ahí estaba. Su cuerpo estaba tirado, lleno de sangre y encima de él, estaban sus hermanos llorando.
- ¡Rafa! ¡Levántate!- Escuchaba que lloraba Leo.
- ¡No te mueras hermano!- Decía Mikey.
Donnie no decía nada. Estaba abrazando su cuerpo.
Abril y Casey trataban de consolarlos, pero ellos no querían sus consuelos, querían a su hermano de vuelta. De pronto, Rafa vio a Sayiri, quien llegó corriendo con un trapo. Luego, Abril le hizo una señal. Sayuri sabía lo que había ocurrido.
- Ay no...- Pudo escuchar que dijo ella. Dejó de correr. Ya no tenía caso.
- ¡Rafa!- Gritaba Leo. Mientras que Mikey y Donnie lo abrazaban, pero Leo abrazaba el cuerpo de Rafa.
De pronto, Rafa se dio cuenta de lo que estaba pasando. Estaba muerto. Ninguno de sus hermanos podía ni verlo ni escucharlo. Rafa levantó la mirada y, ahí estaban todos sus amigos a los que habían matado, pero ahora, ya no eran fenómenos. Eran humanos de nuevo. Justo como los había conocido en el pasillo.
Miku corrió a abrazarlo, pero Rafa no podía quitar la mirada de sus hermanos llorando sobre su cuerpo lleno de sangre.
- Leo, vamos a casa...- Le dijo Abril.
- ¡No! ¡No quiero! ¡Quiero quedarme con él! ¡Últimamente lo traté muy mal y ahora está muerto! ¡Yo le dije que todo esto había sido su culpa, pero ahora entiendo que todo fue mi culpa desde el principio! ¡Yo soy su hermano mayor! ¡Se supone que debo cuidarlos y les fallé! ¡Le fallé a Rafa! ¡Está muerto!- Lloraba.
- Leo, tienes que dejarlo ir.- Le dijo Casey.
Mikey y Donnie se levantaron del suelo, llorando sin parar. Abril abrazó a Donnie y Casey a Mikey.
Rafa deseaba ir y poder abrazarlos también, pero no podía. Leo se levantó del suelo, luego cargó el cuerpo de su hermano. Rafa vio como Abril, Casey, Sayuri, Mikey, Donnie y Leo se perdían en el bosque, cargando su cuerpo, pero, aunque dejó de verlos, aún podía escuchar sus sollozos.
Rafa le devolvió el abrazo a Miku. Estaba devastado.
- ... ¿Y dónde están Ryo, Kouki, el dueño del circo y Shun?- Preguntó Rafa, limpiándose las lágrimas.
- Donde pertenecen, en el infierno. Es hora de irnos.- Contestó Miku.
- ¿A dónde?
- Es hora de descansar en paz.- Sonrió Miku.
- No, no puedo hacer eso. ¿Qué hay de mis hermanos?
- Rafa, no pueden verte ni escucharte. Créeme que lo superarán. Son fuertes.
Y en ese momento, Rafa supo que, el día en que fueron a buscar a su Sensei, el día en el que sólo Mikey entró y lo abrazó, él debió seguir sus instintos y correr a abrazarlo por última vez.

Bueno, así es, ese es el fin. Me siento como una asesina en serie después de haber escrito esto. Y si, Rafa murió. Verán, la historia pasada, la de Ghost, al final muchos de ustedes me comentaron que sabían que las tortugas iban a vivir porque nunca habían visto que murieran en un fic así que, decidí cambiar un poco las cosas y ver como salía. ¿Qué dicen? ¿Les sorprendió? ¿No les sorprendió? ¿Les gustó? Porfa díganme que les pareció en los comentarios. Díganlo todo. Lo que les gustó y lo que no. :)
Bueno, ahora, como prometí, aquí está un pequeño fragmento de la próxima historia que voy a subir. Aunque no estoy segura de cuando, pronto lo haré! Oh y quiero avisar que este próximo fic, será situado cuando las tortugas tenían cuatro años y, si, de nuevo de terror. Disfruten!

- ¡Sensei! ¡Me duele la cabeza!- Gritó.
El niño esperó la respuesta de su maestro, pero no reaccionó. Mikey corrió a agitar a Splinter, pero no despertó.
- ¡Chicos! ¡Por favor! ¡Alguien despierte!- Le gritó a sus hermanos. Ninguno hizo caso. Mikey comenzó a llorar. El dolor era muy fuerte y ninguno de sus hermanos parecía notarlo.
- ¡Chicos!- Gritó de nuevo. Nadie reaccionó. Mikey apretó su cabeza con sus manos y se arrodilló. Quería que el dolor parara. De pronto, vio a alguien asomado en la puerta del Dojo. Era el mismo niño que había ido a su habitación la noche anterior. Pequeño, como de su edad, su estatura era más o menos igual a la de él, era rubio y tenía unos grandes ojos azules, llenos de lágrimas. El niño vestía con una camisa gris de manga larga que parecía quedarle grande. El niño, al ver que Mikey lo había visto, se dio la vuelta y se fue. De pronto, a Mikey ya no le dolía la cabeza. Se sentía perfectamente bien. Al ver que ni su Sensei ni ninguno de sus hermanos notaba que él no estaba meditando, decidió seguir al niño, olvidándose rápidamente de su dolor de cabeza. Mikey corrió fuera del Dojo a buscarlo. Mikey vio al niño correr hacia su habitación.
- ¡Espera!- Le gritó.
Mikey entró a su habitación. A dónde el niño había entrado. Mikey hizo a un lado todos los juguetes viejos que había tirados en su cuarto, caminó hacia su cama y se agachó. Ahí estaba el niño. Estaba debajo de la cama llorando.
- Sabía que estabas ahí. ¿Porqué lloras?- Le preguntó Mikey.
El niño no respondió, solo lo miró fijamente. De pronto, Mikey escuchó unos gritos. Provenían del Dojo. Mikey miró al niño antes de irse. Su tristeza en la cara había cambiado. Ahora sonreía, aún con lágrimas en los ojos. A Mikey no le importó y corrió hacia el Dojo a toda velocidad. Al entrar, Mikey no pudo evitar gritar y llorar de nuevo. Sus hermanos y su Sensei estaban muertos en el suelo, llenos de sangre. Mikey sintió que se ahogaba. No podía respirar. El dolor de cabeza volvió y Mikey, llorando y gritando cayó al suelo.

Bueno, hasta ahí dejó! Espero que les haya gustado el psicópata final de este fic y que les haya gustado el pequeño fragmento del próximo. Si tienen alguna sugerencia para el próximo, la acepto, sólo díganmela y porfa díganme todo lo que les gustó y lo que no de este fic para en el próximo hacerlo mejor! Un abrazote y nos vemos en cuanto termine de escribir el primer capítulo del próximo fic! Los amo! Chao!