Oh god why. Últimamente tengo menos tiempo que nunca, pero por fin consigo un rato para escribir y actualizar. Gracias por esperar y perdón por el, de nuevo, retraso. Y a todo esto (Spoiler!) ¿por qué, Corazón? ;-;

Nota: Los personajes le pertenecen al maravilloso Eiichiro Oda, yo solo expreso mi locura mental.

-Anda que menudo numerito –comentó Nami mientras se acercaba a ver si estaban todos bien.

De alguna forma, cada vez que hacían el tonto en cubierta terminaban haciéndose daño. Chopper se frotaba una pata, aunque había caído sobre Sanji y a penas se había hecho daño. Este sin embargo estaba empezando a hartarse de llevar una racha tan mala. Franky había conseguido llegar al otro extremo de la cuerda con Brook intacto y Usopp… Bueno, haría falta que Chopper le atendiera.

-¡Retirada! ¡Al fuerte, vamos! –exclamó Brook.

El fuerte, es decir, la enfermería. Uno de los lugares "secretos" de la banda. Allí se reunieron los cinco y mientras el médico atendía a los heridos hablaban de lo que habían descubierto.

-Yo creo que Mandarina iba a decirle algo importante a Sombrero. Se estaban mirando fijamente… -el esqueleto se sentó en una de las sillas y suspiró.

-¿Creéis que hay algo entre ellAAAH! –gritó Sanji cuando el médico dobló su brazo con firmeza.

-Como nuevo.

-Quién sabe, tenemos que seguir investigando, no es normal todo lo que ha pasado en estos días –opinó el cyborg, mirando como el reno se ocupaba de Usopp, que ahora tenía el mal de "no deberíamos volver a subirnos a una cuerda en el barco", claramente incurable.

Por otro lado en los naranjos había cuatro personas, dos de ellas algo aturdidas por lo ocurrido. A Luffy le parecía muy divertido, pero sabía que en el cuerpo de Nami no le dejarían entrar en la Alianza. Bueno, en realidad la principal causa era que la misión se basaba en ellos dos. Nami por su parte estaba preocupada por otra cosa. Tiró del brazo de su capitán y le miró insistente.

-¿Qué me ibas a decir antes de que nos interrumpieran?

-¿Mmm? … ¡Pues no me acuerdo! –rió cruzándose de brazos- Voy a la cocina, me ha entrado el hambre –añadió como si nada, dejando a la pelirroja con tres palmos de narices.

¿Para una vez que Luffy parecía hablar en serio y pasaba esto? Oh, claro que iba a darle una buena a la Alianza, a todos y cada uno. ¡Por su culpa se había quedado sin saber qué quería decirle! Mierda. Robin y Zoro habían visto toda la escena desde dónde estaban, aunque el segundo se estaba quedando dormido.

-¿Vas a hacer guardia, espadachín?

-¿Uhm? No, hoy le toca a Usopp.

-En ese caso nos vemos aquí en cuatro horas –le guiñó el ojo y caminó hacia su camarote con un elegante contoneo de caderas.

La Alianza de Usopp quedó en que el valiente capitán vigilaría cualquier acto sospechoso ya que estaba de guardia, y el resto descansaría, ya que según él "se lo habían ganado", por lo que todos se fueron al camarote. Por otro lado, Luffy, después de robar un poco en la cocina, se dirigía al camarote de las chicas, dónde se tiró en la cama y cerró los ojos dispuesto a dormir. Robin entró poco tiempo después e hizo lo mismo, aunque teniendo en mente levantarse en cuatro horas. Nami llegó la primera al cuarto de los chicos, y con un enfado bastante notable se tumbó en la cama y se durmió en seguida.

Ya de madrugada, en sigilo, Robin se levantó y se cambió para salir a cubierta. Luffy se removió entre sueños, aunque de golpe se levantó casi de un salto, y poniéndose algo por encima echó a correr al cuarto de los chicos. Entró en silencio y se acercó a su cama. Movió con suavidad a Nami y esbozó una amplia sonrisa.

-Uhm… ¿Luffy? ¿Qué quieres…? –susurró aun bastante dormida.

-¡Ya sé lo que te iba a decir!

La pelirroja reaccionó de golpe. Cogió el sombrero de paja y se levantó tirando de su capitán para salir del cuarto, no fuera a oírles alguien. Entonces cayó en algo. Luffy a menudo solía ponerle seriedad a cosas que no la tenían, y era capaz de soltarle la primera estupidez que le pasara por la cabeza. ¿Conclusión? No debía haberse levantado. Pero ahora se encontraba tirando de él para alejarse del resto. Cómo no acabaron junto a los naranjos.

-¿Y bien? –preguntó imaginando que no podría controlar el puño si le soltaba una tontería.

-¿Recuerdas que antes estábamos hablando de la carne con mandarinas?

-Sí sí, qué pasa, dilo –insistió impaciente.

-¿Tus labios con los míos sabrán a lo mismo?

¿QUÉ? ¿Luffy acababa de decir eso? Tenía que ser una broma. Mejor dicho tenía que estar equivocándose. Quizás ella había oído mal. O él lo había dicho sin pensar. Si, lo último era lo más lógico. O… Si quería decir eso, pero claro, no sabía el significado de los besos… Mierda. Se sentía estúpida por hacerse ilusiones. ¿Ilusiones de qué? ¿Cómo iba a gustarle el idiota del capitán? Al final la cena sí que iba a tener algo… Luffy tiró de su chaleco para acercarla un poco más, y aunque le resultara raro verse a sí mismo ya se estaba acostumbrando a ver que ahí estaba Nami, su navegante. Cerró los ojos mientras se comenzaba a acercar a ella, decidido. ¿El significado de un beso no era deseo o amor? Él la quería, y no como al resto de la tripulación, más, mucho más. Y de muchas formas. Quería probarla, y aunque ahora fuera bastante difícil hacerlo le daba igual. Rozó sus labios y Nami reaccionó. Sintió como a su vez se abrazaban, y, por muy raro que resultara, Luffy dio el primer paso. Terminó de juntarlos dando paso a un tierno beso. La navegante cerró los ojos, y es que por muy sorprendida que estuviera cada vez le era más difícil engañarse a sí misma. Sabía a mandarinas, a carne, a la cena. Robin tenía razón, los dos estaban ciegos, ella se lo negaba constantemente, y él… No se enteraba, o eso creía. ¿Realmente eso estaba pasando? ¿Y por qué ella lo había seguido encantada? ¡¿Y cuándo Luffy sabía besar tan bien?! Eso era lo que más le molestaba. Aunque era un enfado superficial, en el fondo estaba en una nube. Se separaron despacio y se quedaron mirando bastante cerca. Luffy empezó a reír en susurros, encogiéndose de hombros.

-¿Por qué…? –empezó la pelirroja, sintiendo bastantes cosas a la vez.

-Hablé con Robin –claro, ahora lo entendió todo- No me explicó mucho, pero al menos me quedó claro lo que era besar, shishishi.

-Pues… Robin, te adoro –comentó la navegante mordiéndose el labio.

-Lo sé –añadió la arqueóloga entre susurros, ya que en su camino hacia dónde estaba Zoro lo había visto todo. Y claro, no había podido evitar mirar.

La morena se dirigió hacia el espadachín, el cual se notaba que la estaba esperando, ya que siquiera estaba durmiendo, se encontraba de pie apoyado en la barandilla, mirando el mar en silencio. Robin fue directa, le dio la vuelta y juntó sus labios en un apasionado beso, sintiendo el filo de la espada contra su cintura. El espadachín guardó la katana en su funda mientras con la otra mano juntaba a la morena contra su cuerpo.

-No vuelvas a aparecer así –susurró el peliverde contra los labios de la arqueóloga.

-¿Te ha molestado? –comentó esta con su tono de diversión característico.

-A mí no, pero un poco más y te atravieso.

-Bueno, aun puedes hacerlo –añadió uno de sus dobles sentidos, haciendo que el espadachín sonriera de lado, ocultando su asombro.

Mientras estas dos situaciones se daban alguien las contemplaba, alguien que estaba de guardia. Alguien que no podía mantenerse callado, por lo que fue directo al cuarto de los chicos, sin poder creerse lo que sus ojos habían visto en menos de cinco minutos, y abrió de un portazo.

-¡Alianza del Capitán Usopp! ¡Ensaladilla! ¡Repito, ensaladilla!

-¿No podéis esperar hasta mañana? –comentó el rubio sin ganas de ponerse a cocinar.

-¡No! ¡Ensaladilla, Sanji despierta! ¡Ensaladilla! –respondió el médico levantándose de un salto.

Despiertos o no los cinco se reunieron a toda prisa en el lugar secreto. ¡Ensaladilla! Es decir, la alarma de mayor emergencia. Bueno, había una mayor pero esa no debía usarse a no ser que fuera algo realmente serio. Se sentaron en un círculo, aun medio dormidos, pero el tirador tenía noticias que les despertarían.

-¿Qué ha pasado capitán? Estaba entrando en el quinto sueño, o sexto, quien sabe, yohoho –rió Brook, sonando dormido.

-Más te vale que ensaladilla sea ensaladilla porque si no te vas a comer una patada –respondió Sanji que no había tenido muy buen despertar.

-¡Nami ha besado a Luffy! ¡Robin ha besado a Zoro! ¡ENSALADILLA!

-¡¿Qué?! ¡SÚPER! –gritó Franky alucinado.

-¡Nami-swaaan! ¡Robin-chwaaan! –empezó el cocinero.

-¿Qué? ¿Era ensaladilla o no? –presumió Usopp.

-¡Las píldoras, las píldoras! –gritó Chopper.

Se hizo el silencio.

-¿Qué dices? –pregunto Franky algo más tranquilo debido al sueño.

-Píldoras –el renito se encogió de hombros- Anticonceptivas. ¡Los humanos también procreáis! –gritó perdiendo la paciencia al ver el silencio.

-Creo que no las he mimado lo suficiente –Sanji tenía por su cuenta su propia lucha personal, intentando entender por qué sus dos chicas habían terminado con el marimo y el capitán, que en estos temas era un negado.

-Pues… ¡Nueva misión! Debes dárselas, Chopper –propuso Brook interesado, pero deseando volver a dormir.

-¡La Alianza del Capitán Usopp mañana pondrá en marcha el plan "Médico al rescate para evitar problemas"!

-No, eso es muy largo, ¿qué tal algo cómo el "Súper Plan"? –añadió Franky asintiendo.

-Está bien, nada más levantarnos la Alianza se pondrá manos a la obra con, ¡el Súper Plan!