Cuando Ene conoció a Shintaro lo hacía metódicamente. Conocer toda la información posible del NEET y utilizarla en su contra; en el momento que menos se esperara el chico vendría ella en su cuerpo físico y le dispararía con una pistola en medio de los ojos. Todo esto era otra misión que se le había asignado.

Pero primero, debía ganarse la confianza del chico. Al revisar su historial cibernético encontró su perfecto disfraz. A Shintaro le encantaban las chicas de anime amable, las que siempre sonreían y a veces eran traviesas. Con un poco de actuación sería fácil sacar todo de él.

Así que se disfrazó bajo un email y llego como un virus a la computadora del Kisaragi. Portando una sonrisa falsa y llamándolo bajo el apodo de 'amo'. Desde ahí empezó a recopilar datos.

Shintaro bajaba la guardia, a veces dudaba que el adolescente tuviese un tipo de defensa, mucho más con su patético estado de depresión. Le daba hasta pena pensar que le habían asignado un trabajo así cuando ella era capaz de más.

Un día, la chica de coletas se puso a investigar el contenido de carpetas del joven cuando este dormía. Se topó con una peculiar, era la única que requería una contraseña para mostrarse. Ni siquiera la pornografía de Shintaro requería un código ¿Por qué esta sí?

Fue fácil decodificarla. No tardó nada y la pantalla exigiéndole una contraseña desapareció, sonrió ante el triunfo. Se abrió la carpeta la cual solo contenía una imagen.

Era una fotografía grupal. Había cuatro personas en ella. Una de ellas siendo Shintaro quien salía con una expresión de molestia.

Aparecían otras personas que se le hacían familiares, pero por su falta de memoria, no podía recordarlas.

Y finalmente, había una chica de cabello negro, atado en dos coletas como las que usaba. Podía reconocerla. Esa joven en la foto digital era ella, con su cuerpo humano.

Como si fuese lluvia, su mente se inundó de imágenes rápidas. Muchísimas. Con su cuerpo humano en todas. Aparecía un tal 'Haruka' y una 'Ayano', también Shintaro, muchas veces peleándose con ella. Conviviendo todos con ella. Sonriéndole siempre.

Entonces cayó en cuenta de que eran: sus recuerdos que había creído perdidos.

Recordaba cuando Haruka había llegado en ropa interior al salón diciendo que había entrado a la fuente de la escuela. Recordaba que Ayano los visitaba pues era la hija de su profesor. Recordaba que Shintaro la había vencido en un videojuego. Y Kenjirou, su jefe, lavando su cerebro para poder utilizarla.

Recordaba todo.

No podía matar a Shintaro, no podía matar a su amigo. Tenía que cobrarse lo que había sufrido.

Pero entonces, recordó algo más.

La pobre Ene… no, la pobre Takane lloró toda la noche hasta el amanecer cuando recordó que había pasado.

Lloró, pues recordó que Ayano y Haruka habían muerto.

Ahora comprendía el dolor de Shintaro.

Pero volvió a sentir más pena por él. Recordando que ella había perdido dos amigos. Shintaro había perdido a una amiga y a la persona que amaba.

.-KuroShin-.

Ver a Kuroha la sorprendió. Lo estaba esperando, pero pensó que Kenjirou tardaría más en mandarlo para acabar la misión.

Y justo como ella, Kuroha tuvo de regreso a su cabeza de golpe. Pero a diferencia de Ene, no lo recordó todo, tampoco lo tomó con la misma paciencia de la chica. Reaccionó a la mano de la furia y si Ene no lo hubiese detenido, Shintaro hubiese dormido por siempre en un ataúd.

No sabía en que había formado parte de la vida de Shintaro, pero si conocía al Kisaragi era un avance, comparándolo al solitario estado social que tenía.

Le mintió a su compañero. Dijo que lo ayudaría a romper a Shintaro cuando lo que quería era ayudarlo y protegerlo.

Por lo menos había salvado por un tiempo la vida del NEET. Su plan era entretener a Kuroha y hacerlo recordar que se conocían. Y también quería el apoyo de Kuroha para encontrar la verdad de porque Kenjirou los había mandado a asesinar a Shintaro. Aun si se tardara un poco. Lo único que no esperaba era que Kuroha tardase mucho en recuperar su pasado o el tiempo del Kisaragi se acabaría.

Tenía un reloj contando cada segundo.

Sin embargo al parecer el destino deseaba ayudarla. Shintaro había derramado soda encima de su teclado. Siendo fechas festivas ninguna empresa de entrega en línea le traería su orden en menos de dos días. Shintaro no soportaría un día sin su preciado aparato.

Y Ene se emocionó cuando, después de dos años de encierro, su amo se atrevió a salir de su cuarto. Ene acompañándolo por medio de su celular.

.-KuroShin-.

Esto era nuevo.

Según su reporte, Kisaragi Shintaro era un joven de 18 años con una vida social del carajo. La única interacción con otras personas eran su madre y su hermana. Y en letras grandes decía '2 años sin salir de casa. Generalmente en su habitación.

Entonces, ¿Por qué lo estaba viendo ahora mismo como salía de su casa?

¿No se suponía que él se pudriría en esa habitación?

Kuroha empezaba a preguntarse si el reporte no estaba equivocado, lo leía todo una y otra vez asegurándose de que lo que decía era justo como lo recordaba. No había errores.

Bueno, no importaba mucho. Aun viéndolo desde lejos podía notar lo mucho que sudaba el joven. Como no, si su presa estaba utilizando una chamarra roja a pesar de estar en pleno verano. Shintaro se veía patético, le daba risa verlo tan cansado a pesar de haber caminado tan pocas cuadras.

Lo siguió, estaba en el centro comercial. Fue fácil mezclarse ahí. Había bastante gente. En su mente se burló de su víctima, seguramente tanta gente lo estaba poniendo más nervioso de lo que ya estaba. Era divertido. Incluso se había puesto a casi llorar cuando chocó con una persona con capucha.

Salió de ese lugar. No tenía caso estar ahí en medio de personas. Su identidad tenía que seguir bajo la categoría de 'inexistente' y si permanecía ahí mucho tiempo, y considerando su ropa algo llamativa a pesar de vestir siempre de negro, alguien podría recordar su rostro, aunque tampoco le importaría llevarse unos extras y asesinar a más personas.

Esperó a la noche enfrente de la casa Kisaragi, tal como lo había hecho el día anterior. Lo único que le molestaba era lo lento que pasaba el tiempo. No sabía si eran sus ansias por conocer que pasaba en su cabeza o sólo su cabeza alentando el transcurso del día. Lo que sea que fuera, lo enfadaba.

Kuroha quería saber que fue esa angustia que sintió cuando apuntó su arma al cuerpo de Shintaro. Nunca antes se había sentido así.

Después de unas horas, el cielo se oscureció pero tuvo que esperar unas cuantas más para que la luz del monitor de la computadora se apagara. Esa era la señal de que el pelinegro ya se había ido a dormir.

Utilizó la misma ruta, esta vez brincó con algo de fuerza, no quería escalar. Llegó a la cornisa de la ventana y se agarró de ella, con algo de fuerza se sostuvo un poco y pegó sus pies a la pared suavemente con cuidado de no hacer ruido.

Se asomó por la ventana, ni siquiera entró al cuarto.

"Ene, ya estoy aquí." Dijo en un tono bajo para no despertar al NEET.

Escuchó un pequeño chillido electrónico en sus audífonos. Esa era la señal de la chica.

Se soltó de la cornisa para caer sin hacer mucho ruido cuando toco el suelo. Tocó el piso y se alejó del lugar. Nadie estaba por las calles, todo mundo dormía. Eso le daba punto a favor. Subió hasta la colina donde vigilaba a Shintaro corriendo, su cuerpo de androide le daba la cualidad de que sus piernas se movieran con extrema rapidez. Llegó a la cima alejada en cuestión de segundo.

Se dejó caer en el pasto y se sentó cómodamente.

"Ahora dime todo Ene." Habló Kuroha.

"La paciencia no es tu fuerte ¿verdad?" Escuchó la voz de Ene en sus audífonos. "¿Qué quieres saber?"

"Lo obvio ¿Por qué vi a ese idiota en mi cabeza?" La voz de Kuroha tenía un claro enojo en su tono.

"Yo también vi eso. Al parecer, lo conocimos antes. Puede que el sepa algo de nuestro pasado. Creo que fui a la escuela con él pues lo vi con uniforme."

"Yo también lo vi con un uniforme, pero no me importa eso." Pasó una mano por su cabello para calmarse un poco. "Siguiente pregunta ¿Quién es Haruka?"

Pudo escuchar como Ene se quedaba sin aliento y callaba un gritillo en los audífonos.

"¡¿Cómo sabes ese nombre?!" Gritó agudamente la chica virtual en los oídos del pelinegro.

Kuroha llevó sus manos a sus oídos para aliviar el dolor en sus tímpanos.

"¡Mierda Ene! ¡Si pudiese tocarte ahora mismo te hubiese arrancado tu estúpido cabello!" Se quejó el asesino con rabia. "¡Ahora responde quien carajos es Haruka!"

Ene sabía que no podía decirle quien era exactamente. Tragó saliva para poder responderle a Kuroha.

"Era un amigo de la escuela de Shintaro. Si viste a Shintaro con uniforme seguramente llegaste a conocer a Haruka." Ene omitió el hecho de que Haruka y Shintaro habían sido pareja. Sentía que al menos debería respetar eso.

Ahora Kuroha estaba confundido, tuvo un tiempo para razonarlo por sí mismo y había llegado a la conclusión de que sí había conocido al NEET. En esas imágenes, o en sus recuerdos, Shintaro varias veces lo llamaba a él 'Haruka'. Había algo más pero en su mente seguía nublado.

"Ene, soy Haruka." Dijo Kuroha sin emoción en la voz.

Ene trató de mantener la calma, pero si no hubiese tenido autocontrol se hubiese espantado, aun si Kuroha no podía ver sus expresiones su voz podría sonar extraña y el asesino sospecharía algo. Si llegaba a revelarse que alguna vez se amaron sabía que Kuroha jugaría con los sentimientos de Shintaro hacía Haruka y terminaría lastimándolo mucho más de lo que ya haría.

Pero no cabía duda de que sentía felicidad al saber que uno de sus amigos no estaba muerto. Le daba algo de alivio.

"Pero eso da igual. Haruka dejó de existir. Ahora soy Kuroha y me importa una mierda si fui amigo de ese patético ser." Continuó el pelinegro, sus palabras sonaban como veneno. Takane sabía que sería muy difícil traer al antiguo Haruka de vuelta. "Aunque sería divertido, si yo fui amigo de ese tipo, podría aprovecharme de que soy el único amigo que le queda y romperlo antes de acabarlo." Ene se asustó con la sonrisa que tenía en los labios Kuroha, irradiaba completa maldad.

"Ah eso. Veras… quizás no seas su único amigo."

La sonrisa de antes se esfumó en un instante.

"¿Qué?" Preguntó confundido.

"Hoy Shintaro salió y su hermana lo obligó a ir con unos amigos de ella. De hecho, hoy fuimos al parque de diversiones con ellos. Y lo obligaron a prometer que volverían a verse." Confesó la chica.

Genial. Esto era perfecto. Antes la misión había sido tan fácil, era cuestión de matar con una bala a Shintaro y los únicos que lo lamentarían era su familia la cual casi nunca lo vigilaban. Pero ahora que la hermana de este lo sacaba de su cuarto y más personas lo conocían y verían su objetivo había aumentado una dificultad notable. Ya no podía hacerlo en cualquier momento.

El androide comenzaba a maldecir el momento en el que optó por dejar vivo a Shintaro. Si tan solo en ese momento le hubiese volado los sesos con una bala todo habría resultado como él deseaba.

Hasta quizás se hubiese divertido con el cuerpo del NEET por un rato.

"Este tipo será uno difícil." Se quejó para sí mismo. "Ene, era todo lo que ocupaba. Iré a dejarte" Dijo Kuroha comenzando a caminar de donde había venido.

"No hace falta, desde aquí puedo irme a su computadora. Me retiro." Dijo Ene quedando un poco preocupada pero regreso a través del internet al monitor donde habitaba.

Kuroha miró una última vez en la noche la casa donde dormía plácidamente su misión. Formulaba su plan mentalmente a pesar de que su cabeza le punzaba de dolor. Recordar cosas lo lastimaba.

'Tú eres alguien especial para mí, Haruka.' La voz de Shintaro resonó en su interior. Sabía que provenía de alguno de sus recuerdos.

"Veamos que tanto te puede quebrar esta persona tan especial para ti, Shintaro-kun."

.-KuroShin-.