Super Smash Bros. no me pertenece.

Advertencia: No he jugado Xenoblade Chronicles, así que puede que los personajes tengan un fuerte o ligero OoC. (Hago lo que puedo)

Si este me pareció difícil, no se que sera de mi en los otros capítulos )':


Humo salía de su boca, cualquiera que se acercara terminaría carbonizado. Sobraba decir que Bowser estaba más que molesto, lo habían mandado con el elfo mayor y con el príncipe engreído, ese par lo sacaban de quicio. Exhaló, sacando así una nube de humo negro, observó a su alrededor. No tenía ni la más remota idea de donde estaba, se habían separado desde su llegada para cubrir más espacio, pero ese lugar era gigantesco. Estaba fastidiado.

El movimiento de arbustos y golpeteo en la tierra lo hizo girar, preparó sus garras, fuese quien fuese iba a terminar hecho cenizas. De nuevo el arbusto, lo notó, a su izquierda. Las flamas comenzaron a mostrarse entre su filosa dentadura, un movimiento más. Y el ser salió, Bowser frunció el ceño; un conejo. Blanco, pequeño y orejón. El rey gruñó, asustando al pequeño animal que salió corriendo.

Se había preparado para nada, sabía que había sido estúpido ir. Nunca volvería a hacerle caso a la mano mandona. Un sonido parecido a la electricidad captó su atención, a su espalda. Se iba a girar, pero antes de siquiera hacer el intento sintió una corriente de energía golpear su caparazón, un golpe que ocupaba casi todo lo largo de su caparazón. Lo siguiente que supo es que salió volando por donde había llegado.

Una vez lo vio salir volando suspiró aliviado y sintió un peso menos de encima. La energía del Monado se redujo, volviendo a su formal normal. Torció ligeramente los labios, había tenido la visión de que un extraño aparecería en la llanura Gaur, pero también recordaba vagamente una luz neón. Había encontrado el monstruo, pero no la luz o lo que presentaba la luz. Sentía un hueco en el estomago, algo no andaba bien.

Sopló una refrescante brisa, apretó el puño de su espada y observó todo el lugar. Faltaba algo, no solo por su visión, sino que algo referente con el enemigo no andaba bien, ¿debería ir a verificar si lo había eliminado? Escuchó como las hojas de los arbustos chocaban entre sí debido al viento. No había ni un solo animal por el lugar, lo cual no era nada normal. Escaneó el lugar una vez más, no se iría de ahí hasta que ese sentimiento lo abandonara.

El sonido de los arbustos detrás de él captó su atención, era el mismo sonido que él había creado al salir de su escondite para atacar. Se giró, encontrando a dos espadachines que blandían sus armas directo hacia él. Saltó hacía atrás, evitando el golpe doble, pero no se detuvieron. El que vestía de azul se levantó y corrió hacia él. Shulk no tuvo tiempo para levantar su arma, pero logró evitar la estocada.

Se alejó lo más que pudo, alcanzó a ver que el de verde se acercaba para atacar, levantó el Modano y atacó hacia abajo. Ambas espadas colisionaron, la tierra suelta del terreno causó que Shulk se derrapara por el terreno. Tratando de mantener su equilibrio, logró desviar el ataque del de azul. Caminó de espaldas tratando de detenerse, pero los otros no le daban descanso. Ambos espadachines se lanzaron como cuando salieron de los arbustos, colocó su arma de forma horizontal y los bloqueó.

Continuó derrapándose por el terreno un poco más pero logró detenerse. Levantó su espada y la colocó frente suyo de manera defensiva. Observó a sus atacantes, los cuales se habían quedado inmóviles desde su último ataque. Ambos eran espadachines, sin embargo uno de ellos era zurdo y portaba un escudo. Sus ropas sin duda se veían algo fuera de lo común. El de azul mantenía un porte más elegante que su compañero. Ellos eran la razón por la cual sentía que algo no estaba bien.

Marth observó momentáneamente el camino que estaba detrás del chico, el rey koopa había salido disparado. Si Bowser ya estaba molesto, ahora estaba furioso. No era como si se alegrara de que el otro saliera volando, pero había sido gracioso, una divertida anécdota futura. Una nube de polvo le obligó a cerrar ligeramente sus ojos, los abrió de nuevo y observó con serenidad la escena que se suscitaba frente suyo, Link había bloqueado el ataque del joven vestido de rojo. Los metales chirriaban entre sí.

Shulk apretó los dientes, había querido usar la distracción del de azul para atacarlo, pero el de verde se lo impidió. A pesar de tener la mirada fija en su contrincante dio una breve mirada al de azul, este le miraba con calma y seriedad, por alguna razón no logró molestarse ante esos gestos. Un empujón lo regresó a la realidad, observó al de verde. El escudo era sin duda más fácil para crear presión que una espada y Shulk comenzaba a sentir como se deslizaba por la tierra de nuevo.

Se alejó de un salto, haciendo que Link se balanceara ligeramente hacia enfrente. Solo esperaron a que Shulk tocara el suelo para ir contra él de nuevo. Marth se lanzó al frente, balanceó a Falchion estando aun a una considerada distancia, el portador del Monado se inclinó, evitando el ataque. El filo de la delgada espada paso rozando su cabellera, cortando varios cabellos al instante. Sin dar más tiempo, Marth volvió a balancear su arma, ahora con un nivel más bajo; el chico no podría evitarlo con solo inclinarse.

El filo de ambas espadas se encontraron, el arma de Marth rebotó cuando paso. El filo de Falchion había sido desviado, dejándole una abertura. Shulk no tardo en darse cuenta y en lanzar una estocada hacía el príncipe, pero el filo de una tercera espada se hizo presente. El filo se ubicó bajo el Monado y fue empujado hacia arriba, el filo casi tocaba el rostro del de azul. Shulk sintió como el peso de su propia arma comenzaba a desbalancearlo.

Logró evitarlo al mandar su espada hacia el frente, golpeando por consiguiente la espada del de verde, obligándolo a inclinarse. Una vez lo tuvo abajo, lanzó una estocada al de azul, este lo evitó con solo moverse ligeramente hacía la izquierda. Shulk no evitó sentirse frustrado. El de azul se alejó con rapidez y Shulk lo imitó. Ese espadachín de porte elegante lo distraía bastante, esos ataques que parecían sencillos le hacían olvidar que era una espada la que se balanceaba.

Tragó con dificultad, estaba nervioso, existían altas posibilidades de que el monstruo de antes estuviera aliado con el par misterioso y si era así, en cualquier momento sería atacado por tres enemigos. Debía acabar con los espadachines antes de descubrir si estaban confabulados con el otro. Dio una mirada rápida a los varones, iría cuanto antes contra el de azul, al parecer era más débil, después de todo el de verde lo protegía.

Corrió blandiendo su arma directamente hacía el de azul, su filo chocó con el enemigo. Marth no mantuvo por mucho el contacto, moviendo su arma en circulo logró mandar la Monado hacía abajo y dejar la punta de Falchion en buena posición para dar una estocada, la cual no iba a desaprovechar. Estaba a medio camino de levantar su arma para atacar, cuando una patada en el abdomen lo hizo doblegarse y tragar un gemido de dolor.

Shulk lanzó la patada al ver que no podría solo valerse de su esgrima, al verlo doblegarse levantó su arma, si todo iba bien sería capaz de colisionarla contra el rostro del otro. Un tercer filo apareció y este se introdujo en el centro de la Monado, dejando sorprendido a su portador. Apretó los dientes, listo para activar la energía de su espada, cuando una patada en la piernas le hizo caer de bruces al suelo. Soltó su arma por instinto, colocando ambas manos en el suelo para impedir que su rostro chocase contra la tierra.

En el momento en el que sus manos se encontraron con el suelo, supo que había perdido. Escuchó el metal de su arma deslizarse en la ajena y el golpe de la Monado contra la tierra a buena distancia de él. Apoyó sus rodillas y las manos para levantarse, cuando el filo de una espada se clavó cerca de su cuello, podía sentir el fantasma del filo cerca de su yugular. Sintió el frío sudor correr por sus sienes y cerró las manos en puños, sintiendo la tierra meterse en sus uñas. Una segunda espada fue plantada frente suyo, a escasos centímetros de su rostro.

Un suspiro irrumpió sus pensamientos, levantaron la espada que estaba frente suyo y a los segundos la que estaba en su cuello. Alguien se paró frente suyo, observó las botas descastadas pero de cuero que obviamente era de calidad, la persona en cuestión se inclinó. Shulk levantó el rostro dudoso, no comprendía que pasaba. Frente suyo el hombre de azul le miraba serio. El hombre extendió su mano derecha y Shulk observó.

Una carta, con sello rojo, la observó con las cejas fruncidas. El hombre la movió ligeramente, como si estuviera impaciente para que la tomara, el rubio lo hizo, aún con reservas. Una vez la tomó, el hombre se levantó y comenzó a alejarse, seguido del de verde que no se había vuelto para ver a Shulk. El rubio observó la carta, la cual carecía de remitente, la apretó y levantó el rostro para pedir explicaciones.

Se quedo sin voz en el momento en el que vio una serie de luces neón, que se arremolinaban a un lado de los extraños. Sus ojos se abrieron de más; ahí estaba, era la misma luz que había visto en su visión, el mismo tono e incluso la misma energía. Eso era lo que faltaba, era eso lo que le ponía tan nervioso y lo que había estado fuera de lugar. La tierra comenzó a vibrar y de no haber sido por el rugido, Shulk habría jurado que era por culpa de esa extraña cosa.

El temblor era cada vez más fuerte, tanto que él y su espada habían comenzado a saltar en su lugar. Otro rugido y Shulk giró para ver qué pasaba. Un grito nada masculino salió de su garganta sin poder evitarlo, la bestia que había mandado a volar se acercaba con velocidad hacía él. Había llamas saliendo de su hocico, además de que sus garras iban listas para atraparlo. Shulk no esperó mucho, apenas el otro estuvo cerca suyo, rodó, alejándose de la criatura.

Con tierra en la ropa y el cabello, se levantó y quedó de rodillas frente a la escena. El rey Koopa fue incapaz de detener su carrera y terminó derrapando por el terreno, entrando al portal. Shulk observó atónito como la bestia desaparecía en el mar de luces neón. Marth suspiró y se masajeó el puente de la nariz, en verdad, el rey sí que sabía hacer grandes entradas y salidas. Sin esperar más ingresó al portal, seguido de Link. El portal se desvaneció, dejando a Shulk confundido y sorprendido.

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No se sorprendió cuando todos lo asaltaron con preguntas. Había salido temprano esa mañana sin decir nada y regresaba casi al anochecer con tierra hasta en las botas y su chaleco desgarrado, obviamente no podía ocultar eso a sus amigos. A pesar del susto que tuvieron, se sorprendieron al ver que estaba ileso, ni un corte, más allá del de la ropa. Shulk no dijo nada sobre los posibles moretones en sus tobillos.

Después de tomar una ducha y cambiarse de ropa, decidió contarles sobre su visión y lo que había pasado. Claro, ganó un buen regaño por parte de Dunban, pero era entendible, después de todo se fue sin decir nada, sin embargo tuvo sus razones. Al describir a sus atacantes, esperando que alguno de sus compañeros los reconociera, deparó en que nadie sabía nada. Eran como personajes de un cuento, como dijo Reyn. Shulk suspiró y sacó la carta que había escondido.

-¿Qué es eso?-. Preguntó Dunban, aún queriendo sonar molesto pero la preocupación fue más evidente.

-Me lo dieron antes de irse, no sé lo que es-. Contestó, pasándole la carta a Fiora que la observó a contra luz.

La joven frunció los labios, buscando manera de ver el contenido. –Tiene dentro algo… pero no logro verlo-.

-Dámelo-. Demandó Dunban y su hermana obedeció, el hombre observó el papel por todos los ángulos posibles; no había nada que pudiese ver. Observó a los jóvenes, especialmente a Shulk, sostuvieron su mirada unos segundos antes de que Dunban volviera la vista a la carta.

Desprendió poco a poco el sello, asegurándose de no romperlo, cuando el sobre estuvo abierto, sacó la hoja y la extendió. La sala estaba en un silencio denso, observaban al mayor leer la carta, veían con detenimiento como sus ojos caminaban por las líneas. Sus gestos comenzaron a variar, desde la molestia hasta la incredulidad. La primera en intervenir fue Fiora, estaba segura que su hermano había leído más de dos veces la carta cuando notó como un ceño fruncido imperturbable se posó en él.

-¿Qué dice?-.

Dunban levantó la vista y abrió la boca, pero no dijo nada. La cerró y volvió la vista a la carta. Se mordió el labio inferior, no comprendía el propósito de la carta, no comprendía muchas cosas de las que decía el papel. Sabía que el escrito tenía que ver con lo que había pasado con Shulk ese día. Dio una mirada al chico, quien le observaba expectante. Sentía la mirada de Fiora y Reyn sobre él. Aún sin devolver la carta a su propietario procedió a leer el contenido en voz alta.

"Estimado Shulk.

Me alegro en informarte que has sido aceptado como participante para el próximo Smash Bros.

Has pasado de manera exitosa la prueba que veteranos te han impuesto, demostrando tu valía para el torneo que patrocino.

Smash Bros. es un torneo de combates entre seres que han demostrado sus capacidades de una u otra manera. Seres que sin duda están dispuestos a superarse cada día y ampliar sus horizontes, seres que están dispuestos a combatir cosas que nunca imaginaron.

Tu inteligencia y habilidad en el campo de batalla es sin duda admirable, algo que estoy seguro puedes explotar al máximo con la ayuda necesaria.

Este torneo no es un juego, he de confesarte, es peligroso ya que existen desde guerreros que luchan por el bien, como seres que pelean por beneficio propio. Mi campo de lucha es feroz.

Medita tu respuesta con precaución. Acepta si así lo deseas, si algo de lo que he dicho te ha creado curiosidad o si deseas probar tus límites.

El lugar de encuentro ha sido creado exclusivamente para el torneo. Para acceder, rompe el sello de cera, este te mostrara la entrada.

Atentamente.

Master Hand"

La sala quedó en silencio una vez Dunban leyó la última línea. Dunban miró su mano derecha, donde sostenía el sello de cera, observó el patrón de dos líneas cruzadas, en su vida había visto ese tipo de patrón. Fiora dirigió su mirada a Shulk, quien observaba el suelo en silencio. El silencio instalado era menos tenso, pero igualmente incomodo.

-Eso no me lo esperaba-. Comentó Reyn, cruzándose de brazos. No mentía, esperó todo, menos una invitación a un torneo de peleas.

Fiora llevó su mano al ante brazo de Shulk, sacando al chico de sus pensamientos. La fémina sonrió, reconfortándolo, Shulk imitó el gesto y volvió a perderse en su mente. Su visión le había mostrado tan poco, solo apenas la silueta de aquella bestia y la luces neón, no le había mostrado a los otros dos espadachines. Y ahora que intentaba recordar con claridad, solo la visión de las luces neón se hacía presente, ¿por qué comenzaba a olvidarlo? Solo permanecía la luz brillante y la extraña energía que expulsaba. Suspiró, pasando una mano por el cabello.

-Independientemente de lo que dice, sea cierto o no-. Dunban habló. –La pregunta principal es si debemos confiar o no-. Agitó la carta y captó la atención de todos.

Él tenía razón, no sabían quién demonios era el nombrado Master Hand, no podían fiarse de alguien que firmaba con un seudónimo en lugar de usar su nombre. Y tampoco era de mucha confianza el mandar a sus subordinados a una pelea contra alguien a quien deseaba reclutar. Mirase por donde se mirase era extraño y bastante sospechoso. Aún con eso en mente, Shulk no podía evitar pensar que la carta era sincera; los espadachines habían mostrado un porte que podía clasificar como honrado y orgulloso.

Si lo que decía la carta era cierto, si era cierto que ese señor, o cosa o lo que fuera, había visto su potencial y deseaba ayudarlo a explotarlo… El toque de Fiora lo volvió a la realidad, levantó la mirada y observó a sus amigos. Reyn hizo una mueca de sorpresa y se acercó a él.

-No puedes estar considerándolo, ¿verdad?-. Preguntó.

Shulk sonrió con nerviosismo, juntó sus manos. –¿Quizás…? -. Un suspiro colectivo resonó en la residencia.

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Decir que convencerlos fue difícil, queda corto. Reyn fue el más fácil, que incluso su amigo parecía tener celos de que a él no lo habían invitado. Shulk se alegró al ver el apoyo que su amigo le brindaba, eso sin duda le daba más confianza en sí mismo sobre su decisión. Dunban fue complicado, obviamente el hombre se preocupaba por él, y estaba bastante feliz por eso, pero el hombre también tenía que entender que la carta había sido dirigida a Shulk y que la última palabra recaía en él. Al final Dunban aceptó, más resignado que nada. La realmente difícil era Fiora.

Se encontraban sentados frente a frente, una mesa los dividía y Shulk sentía que sus manos le sudaban. La chica tenía los brazos cruzados y le observaba inexpresiva. Sabía que Fiora estaba molesta, como no iba a estarlo cuando él estaba dispuesto a aceptar una invitación de alguien que ni conocían y que lo había mandado atacar, aunque técnicamente había sido una prueba y no un ataque. Levantó con timidez la mirada. Fiora arqueó una ceja. El silencio era sofocante, un suspiró de la chica lo rompió.

La joven recargó los brazos en la mesa, su gesto era mucho más suave, incluso preocupado, sus hombros se habían relajado. Ahora se sentía culpable por hacerla sentir así, se mordió la mejilla interna y volvió a bajar la vista, ahora afligido y no tenso. Ella habló primero.

-¿En verdad deseas ir?-. Su voz era suave, casi como un susurro.

Shulk levantó la mirada, encontrándose con los ojos de la chica, suspiró y también se recargó en la mesa, relajando su postura. Asintió con la cabeza.

-Sí-. Reafirmó. –Algo me dice que la carta es sincera, que no hay truco dentro de esas palabras-.

Fiora soltó una risa corta y se pasó una mano por el cabello, acariciándolo. –Ni siquiera son palabras dichas, es solo escrito, todos pueden escribir-.

Un nuevo silencio se instaló en ellos. Se miraban a los ojos. Shulk sabía lo que quería, sabía cuál era su decisión y no estaba dispuesto a dar marcha atrás. Los ojos llenos de preocupación de Fiora le desgarraban el alma, sin duda era algo que no le agradaba ver en esos hermosos ojos, pero ya había tomado su decisión. Fiora suspiró.

-Está bien-. Dijo ella, después de permanecer en silencio y viendo hacia la mesa. –Si eso es lo que quieres, si sientes que es lo correcto, está bien-.

Una sonrisa tímida y preocupada se posó en sus finos labios rosados. Shulk sonrió con alegría, sabía que aunque Fiora no había sonreído con confianza, ella lo apoyaría de ahora en adelante. La chica extendió su mano y entrelazó su dedo meñique con el de él. Sonrió con un poco más de confianza y Shulk realizó un poco más de presión en el agarre.

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La preparación de las maletas fue sin duda mucho más fácil que convencer a sus amigos. Aunque insistió en que no lo hicieran, le realizaron una fiesta de despedida, fue pequeña y solo sus amigos más cercanos fueron invitados. La obligación de contar el porqué de su viaje quedó a manos de Reyn, y se arrepintió de hacerlo porque su amigo terminó exagerando y diciendo cosas que no, ¿qué dirían todos si supieran que en verdad no fue capaz de derrotar a los dos espadachines tal como contaba Reyn? Bueno, no era necesario que se enterasen por el momento.

Todos le desearon la mejor de las suertes, Riki fue el más empalagoso de todos, pasándose toda la fiesta pegado a él como una lapa; dándole concejos de pelea y como actuar dentro del campo de batalla, Shulk solo asentía y decía que lo tendría en cuenta, no evitaba pensar que la mayoría de las técnicas que su amigo le daba serían al instante contrarrestadas por los espadachines, asintió a todo.

Cuando llegó la hora de la retirada, recibió un abrazo por cada invitado y palabras de aliento. La calidez que sentía en su pecho era indescriptible, todos le deseaban la mejor de las suertes. Abrazó a Fiora y ella le susurró al oído que tuviese cuidado, con evidente preocupación. La abrazó con firmeza y se lo prometió, iba a cuidar de si mismo e iba a regresar con bien. Cuando se separaron observó los ojos acuosos de la chica. Se giró y sacó el sello de su bolsillo, lo partió por la mitad y lo dejó caer al suelo. A los pocos segundos las mismas luces neón se hicieron presentes, hubo un jadeó colectivo de sorpresa.

Una silueta se hizo presente y poco a poco una mujer salió de la nube de colores eléctricos. La rubia observó con sorpresa a todo el público que estaba frente a ella. Se cubrió la boca para ocultar su sonrisa.

-Has aceptado-. Comentó. –Soy la princesa Peach y soy tu guía, sígueme por favor-.


Bueno, jajaja xD Fue complicado, no mentiré, lol.

He visto que hay dudas y que Dark Pit es bastante solicitado, pido paciencia. Tengo una lista de los personajes y su orden de aparición, además de con quienes pelearan. No están puestos al azar xD No quiero dar a conocer el orden para que sea una sorpresa, pero como Dark Pit es tan popular, voy a decirles cuando saldrá; es el siguiente, LOL

Sip, después de este sigue Dark Pit, así que bueno, ya saben xD

Sobre los otros personajes, tengo planes distintos para todos, así que tranquilos con respecto a eso. No voy a lo loco, de hecho, este es mi fic más organizado xD Quien me viera.

Gracias por leer :)