Ultima parte.. la mas interesante..!xD se que la amaran..! disfruten de la ruda sesión de sexo intenso de este par..xD

Krystalos: actualice a pesar de no haber recibido tanto review como me gustaría..xD pero bueno.. no las puedo hacer esperar tanto..! te recomiendo que este lo leas encerrada en tu habitación..xD esta mas fuerte ke el anterior..!xD aki tienes la reacción de Magnus a ese "Por que te detuviste?"..xD espero te guste..!

Papillon69: es un dominante amoroso..xD justo lo ke necesita Alec.. que le de duro contra el muro pero que a pesar de todo lo ame con locura..! espero te guste el capi..=D disfruta..!

Guest: No hay continuación, pero hay otros fics.. pero este es mi favorito..xD tal vez me piense hacer los otros, quien sabe.. por ahora disfruta este y espero tu review..!=D

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The Result: Part 3 – El Resultado: Parte 3..!

-Por que te detuviste?

Magnus parpadeó sorprendido, se paralizó con una mano en el cabello de su Cazador de Sombras. Alec, quien lo miró en silencio, sacó la conclusión equivocada.

-Oh, por el Ángel! Lo hice mal, no es así? Trate de seguir lo que me dijiste pero lo eché a perder, cierto? Oh, Dios, ya no quieres hacer esto conmigo? Lo...

-Alec- dijo finalmente Magnus, levantando un dedo y presionándolo contra los labios de su novio- cállate.

El Cazador de Sombras se detuvo cerrando la boca, sus ojos estudiaban el rostro del Brujo buscando alguna pista para descubrir que pasaba.

-Déjame ver si entendí- murmuró Magnus- a pesar de todo, después de que te lastimaste a ti mismo, aún quieres seguir?- bajó la mirada para ver incrédulamente a su amado.

-Umm... si?

-Alec, te lastimaste por una orden que te di.

Alec ladeó la cabeza; confundido.

-Yo... no se suponía que debía seguir tus ordenes? Por qué creí que ese era el punto en todo esto...- siguió mirando la expresión en el rostro de su novio.

-Qu... yo... es...- Magnus abrió y cerró la boca una y otra vez. Por primera vez en su vida se había quedado sin palabras. Negó lentamente con la cabeza- eres asombroso, lo sabes?

El Cazador de Sombras le sonrió un poco avergonzado.

-Creo que ese es tu título.

-No, cariño. Estas confundiendo "magnifico" con "asombroso"- ambos rieron.

-Los dos son tus títulos- dijo sonriendo suavemente, inclinándose para dar un beso rápido al Brujo, el cual rápidamente fue subiendo de intensidad. Una batalla de lenguas comenzó, pero rápidamente Alec cedió a su lado sumiso y dejó a Magnus tomar el control, gimiendo cuando el Brujo le mordió el labio- Magnus, quiero continuar.

El Brujo retrocedió un poco, mirando fijamente los ojos azules.

-Estás seguro?

-S...- Alec respiró profundamente- sí. Lo... lo disfruté. Era extraño al principio, pero se sentía bien- una sonrisa jugueteó en sus labios antes de señalar hacia abajo tímidamente- como puedes ver.

Magnus sonrió antes de ponerse serio nuevamente.

-Alec... estas seguro? No tienes que hacer esto solo por mí.

-Magnus- dijo Alec firmemente, mirándolo directamente a los ojos- quiero esto. No solo por ti, sino por...- tragó saliva nerviosamente- porque yo también lo disfruto.

Al ver que el Brujo seguía inseguro, el Cazador de Sombras se inclinó, dejando que sus labios rozando la mejilla de su novio antes de detenerlos a solo unos milímetros de sus labios.

-Quiero esto- y después...- por favor, amo, quiero seguir.

Y como, en el nombre de Lilith, podría Magnus resistirse a eso? Con un pequeño gruñido capturó los labios del Cazador de Sombras besándolo fieramente. Alec se movió rápidamente, envolviendo la cadera del Brujo con sus piernas y enredando sus dedos en el negro cabello en la nuca de Magnus. Solo se separaron cuando necesitaron tomar aire, Magnus se alejó mirando con renovada lujuria a su amado.

-Recuéstate- Alec se estremeció al escuchar esa voz nuevamente, obedeciendo la orden y descansando su cabeza sobre las almohadas. Levanto la mirada para fijarla en el Brujo que estaba sentado entre sus piernas, esperando la siguiente orden.

-Los brazos sobre tu cabeza- Magnus se acercó, tomando las muñecas de Alec con una mano y con la otra tomando el listón de cuero. Hizo los nudos nuevamente, acomodándolo de forma que Alec no tuviera oportunidad de lastimarse nuevamente. El cuero se apretó en su lugar y, nuevamente, el ojiazul estaba atado e inmóvil.

Magnus bajó la mirada un momento, observando como los ojos azules estaban fijos en él llenos de anticipación, los labios de Alec estaban medio abiertos mientras jadeaba levemente y sus cabellos negros caían sobre su frente. Dios, era hermoso. El Brujo se inclinó y lamió la oreja de su novio.

-Voltéate, hermosura.

Alec se estremeció, un leve gemido dejó su garganta cuando Magnus se alejó, dándole espacio para maniobrar y ponerse sobre su estómago. La nueva posición le hizo darse cuenta, estaba completamente indefenso, no podía moverse para nada. Le podría hacer lo que fuera en ese momento... basta ya. Se dijo a sí mismo. Es Magnus quien está a tu lado. Magnus nunca te haría daño.

Escuchaba el click click click de las botas en el suelo antes de que la cama se hundiera nuevamente, una mano se posó en su cadera, acariciando la pálida piel y haciéndolo estremecer.

-Oh, Alec- suspiró Magnus mirando a su completamente indefenso novio- te voy a hacer sentir muy bien, cariño.

El Cazador de Sombras se movió nerviosamente, sus labios dejaban escapar pequeños jadeos mientras sentía el fuego avivarse de nuevo. Como brasas de carbón comenzando a encenderse y quemando su cuerpo entero. El Brujo ladeó la cabeza, acariciando distraídamente la piel de su amante.

-Que fue eso, amor?

Alec gimió sobre las sabanas antes de levantar la cabeza nuevamente, arqueando la espalda para conseguir más contacto con esa cálida mano.

-Por favor, Amo, te necesito!

-Usualmente te daría lo que quisieras, cariño, pero dije que hoy iríamos lento, recuerdas?- Magnus prácticamente ronroneó las palabras. Se inclinó para presionar sus labios sobre la base de la espalda de su novio, dejando que su aliento golpeara la húmeda piel- así que quédate quieto y disfruta del viaje.

Comenzó a bañar la piel del menor de besos, toda la espalda hasta llegar al punto donde comenzaba el trasero de Alec, solo lamia la curva de sus caderas y mordica suavemente el hueso justo ahí. Alec estaba más que desesperado ahora; quería sentir a Magnus dentro de él, lo quería en el lugar que literalmente comenzaba a doler por la necesidad.

-A.. hah... Amo, por favor!

-Cosas buenas les pasan a los que son pacientes, cariño- Alec gimió de frustración.

Magnus dejó que sus dientes mordisquearan la pálida piel de la espalda del Nefilim, bajando más y más hasta llegar al trasero. Alec ya comenzaba a lloriquear, luchando por mover sus caderas en un esfuerzo para conseguir algo de fricción sobre su erección. Magnus no se lo permitiría. Las bronceadas manos se apresuraron a tomar la cadera del Cazador de Sombras, tirando de él hasta dejarlo de rodillas con el trasero al aire y las piernas separadas.

Alec soltó un pequeño lloriqueo cuando los dedos del Brujo se pasearon alrededor de su apretada entrada, empujando las caderas hacia atrás cuando desaparecieron.

-A... amo!- protestó- por f... JODER!

Magnus bajó la cabeza, dejando que su lengua rozara la enrojecida piel, moviendo la mano hacia los muslos del Cazador de Sombras para abrirle aún más las piernas y obtener más espacio. Retorció la lengua y presionó para provocar al chico antes de alejarse nuevamente.

-Es esto lo que quieres, cariño?- preguntó ronroneando. Alec lanzó la cabeza hacia atrás.

-Oh, Ángel! D... Dios, si!- se retorció, con los dedos apretando sus ataduras mientras arqueaba la espalda, levantando el trasero más alto en el aire.

Magnus rio antes de bajar la cabeza una vez más, lamiendo y besando aquí y allá, menos en la piel de la entrada de Alec, estaba volviendo loco de deseo a su novio.

-Amo- lloriqueó Alec, dividido entre si debía levantar las caderas para hacer que Magnus pusiera su lengua donde él quería, o bajarlas para frotar su erección contra las sabanas y obtener esa tan necesitada fricción. El Brujo eligió por él. El sonido de algo liquido saliendo de una botella lo tuvo temblando de anticipación. Magnus esperó, estaba a solo centímetros de la entrada de Alec, sus dedos cubiertos en lubricante sin llegar a tocar la pálida piel. Esperó hasta que...

-Maldición! Amo, por favor!- Alec gritó, arqueando la espalda cuando dos dedos entraron en él de golpe. Magnus sonrió. Si esta era la reacción de Alec con algo tan simple como eso, entonces...- JODER! Amo... hah... q... que... AGH! Quema!

El Brujo soltó una risita; movió su cuerpo por un lado del Cazador de Sombras para poder lamer su oreja.

-Ese es el punto, cariño.

Alec gimió en respuesta, ladeando la cabeza para darle más espacio a Magnus, quien comenzó a besarle acaloradamente el cuello. Alec empujó sus caderas hacia atrás, follándose el mismo con los dedos de su novio, casi gritando cuando una de las uñas de Magnus tocó ese nudo de nervios que mandaron una oleada de placer por todo su cuerpo.

-A... Amo! Más! Por fa... ah! Más- lloriqueó lastimeramente, sus manos subieron hasta que sus dedos rodearon fuertemente la cabecera de la cama, sus brazos ya temblaban.

-Te gusta eso?- ronroneó Magnus, acariciando con la nariz la mejilla de su amado antes de añadir un tercer dedo- te gusta follarte con mis dedos?

Alec se estremeció, empujando sus caderas más fuertemente y gimiendo cuando ese mismo punto sensible fue golpeado por los dedos de su Brujo.

-Ah! Sssssi. D... Dios, si!

Magnus se apartó del cuerpo del Cazador de Sombras, moviendo su cabeza para observar el punto en el que sus dedos desaparecían dentro del cuerpo de su novio. Acercó el rostro a las caderas de Alec, lamiendo y mordiendo la suave piel disfrutando del gemido que recibió como respuesta. Magnus gruñó suavemente, moviendo su cabeza para quedar nuevamente frente a la entrada de Alec, soplando sobre la enrojecida piel provocando muchos gemidos por parte de Alec cuando el lubricante se calentó aún más.

Alec tiró de sus amarres, luchando por poder mirar hacia atrás, a donde estaba Magnus, el sudor le cubría el rostro cuando al fin pudo mirar los ojos de su Brujo. Cuando vio lo que hacía casi se corre justo en ese momento.

Magnus sonreía mirando ese erótico punto entre las nalgas de su novio, miró con falsa inocencia a los ojos azules que lo observaban mientras sacaba la lengua, bajó lentamente llevando su lengua hacia la entrada de Alec, ayudando a sus dedos a follárselo.

-AGH! Jo... jo... JODER! A... Am... Oh DIOS!- el Cazador de Sombras lanzó la cabeza hacia atrás, moviendo las caderas lo más fuerte que podía. Se acercaba rápidamente al clímax nuevamente.

Magnus empujó sus dedos más profundo cuando sintió que los muslos de Alec comenzaban a temblar, golpeó ese bulto de nervios con cada penetración, estimulándolo una y otra vez.

-Por el Á... MAGNUS!- Alec se estremeció mientras los espasmos recorrían su cuerpo, el semen cayendo sobre las sabanas debajo de él.

El Brujo siguió dándole besos y lamiendo el trasero del Cazador de Sombras, moviendo los dedos suavemente esperando que Alec se calmara.

-Dios, Amo- suspiró Alec, su cuerpo completamente relajado sobre las sabanas. Magnus tronó los dedos haciendo que el desastre blanquecino desapareciera antes de sacar sus dedos.

-Cállate- gruñó, sus ojos entrecerrándose peligrosamente- gírate de nuevo.

Alec hizo lo que le ordenaron, sus ojos llenos de confusión cuando miró al Brujo. La voz de Magnus había sonado tan molesta... que había hecho mal?

-Pensé haberte dicho que me llamaras "Amo" y solo "Amo"- gruñó.

-Qu...

-Silencio!- una fuerte nalgada cayó sobre Alec haciéndolo saltar de la sorpresa, jadeando.

Alec retrocedió pensando en sus acciones. No había hecho todo lo que su amante le había pedido? Lo había llamado "Amo" todo el tiem...

"Por el Á... MAGNUS!"

Los ojos del Cazador de Sombras se abrieron de sorpresa. Oh.

-Ya veo que te acordaste. Estoy seguro de que también recuerdas que te dije que la próxima vez que desobedecieras mis órdenes, serías castigado. Asiente si lo recuerdas.

Alec asintió con la cabeza, sus ojos muy abiertos mirando al Brujo. Una parte de él estaba asustado mientras que otra, mucho mayor parte, estaba emocionada.

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Magnus observo como muchas emociones pasaban por el rostro de su Nefilim antes de asentir, una de ellas había sido miedo. Hmm, tendría que arreglar eso.

-Bueno, cariño- ronroneó con ojos severos- tu castigo será esperar, no tendrás el placer de tenerme follándote hasta que crea que has aprendido de tu error- su mano se posó sobre el nuevamente erecto miembro de Alec, dejó surgir su magia entre sus dedos y puso un anillo alrededor del pene y testículos de su novio.

-On Dios...- Alec lanzó la cabeza hacia atrás, abriendo las piernas aún más cuando las chispas azules dieron contra su piel, quería más. Podía sentir la magia del Brujo apretándose alrededor de su dura erección, ajustándose al punto que sabía no podría venirse.

-Acaso te dije que podías hablar?- gruño Magnus, apretando el agarre al miembro de Alec.

-N... no- jadeó el ojiazul arqueando la espalda.

-Entonces deja de hacerlo- el Cazador de Sombras asintió lentamente, dejando escapar un jadeo de medio alivio y medio decepción cuando el Brujo soltó su miembro. Magnus se levantó de la cama mirando al chico que seguía atado en ella- quieto.

Alec asintió nuevamente, removiéndose incomodo, antes de que Magnus se alejara. Su pene ya estaba más duro que nunca, el líquido pre-seminal volvía a formar un pequeño charco de tanto que goteaba. Levantó la mirada hacia el techo en un esfuerzo por distraerse, pero se llevó una gran sorpresa. Justo encima de él su reflejo le devolvía la mirada, atado e indefenso con su miembro apuntando hacia arriba, su rostro estaba sonrojado y sus ojos oscurecidos por la lujuria.

-Veo que al fin te diste cuenta de la nueva decoración de la habitación- ronroneó Magnus apareciendo nuevamente.

Alec giró la cabeza para mirarlo, se quedó en silencio mientras sentía sus mejillas encenderse aún más.

-Aww- dijo Magnus burlonamente acariciando la mejilla de su novio- mi pequeña putita esta avergonzada?

Alec jadeó fuertemente, su miembro dando un tirón ante la palabra. Nunca en su vida había pensado que se excitaría al ser llamado por esos nombres. Se aprendía algo nuevo cada día.

Vaya, pensó Magnus divertido, tenía razón, su Cazador de Sombras si se excitaba cuando lo humillaba un poco. Se preguntó cómo reaccionaría ante algo más drástico, pero se detuvo de inmediato. Después, se dijo a sí mismo, después podrás explorar.

Sacó el juguete que traía escondido tras la espalda y lo puso sobre el buró, atento ante la reacción de su Nefilim.

-Oh, cariño- rio burlonamente- solo porque yo no voy a follarte no significa que no usaré algo que lo haga.

Alec gimió, los ojos se le cerraban en contra de su voluntad. Era un vibrador. Un vibrador morado brillante... y era jodidamente enorme. Movió las caderas mirando al Brujo mientras tomaba el juguete y lo movía entre sus dedos.

Magnus ya no podía de emoción, estaba en el cielo. La imagen de Alec atado a la cama, con el miembro erecto y esperando que hiciera el siguiente movimiento era más que cualquier sueño erótico que jamás había tenido de su Cazador de Sombras.

-Dios, Alec- suspiró, volviendo a la cama y posicionándose entre las piernas abiertas de su novio- eres un sueño húmedo hecho realidad.

Alec gimió como respuesta, sus parpados le pesaban mientras veía al Brujo aparecer el lubricante de la nada y cubrir el vibrador morado con el que pensaba torturarlo. Después de deshacerse del bote de lubricante, bajó el vibrador y comenzó a presionarlo con la entrada de Alec, provocándolo, solo metiendo la punta un poco y después sacándolo.

-Habla- ordenó Magnus mirando a su Nefilim- dime cuanto lo quieres.

-Dios, Amo!- jadeó Alec- lo quiero! Por favor! Por favor, Amo! Métemelo!

-Por supuesto, cariño- ronroneó Magnus presionando un poco más y haciendo que el vibrador se metiera lentamente en el cuerpo de Alec.

Alec gimió. El vibrador estaba jodidamente enorme! Apenas si comenzaba a entrar y ya sentía las paredes de su interior estirándose a más no poder para adaptarse.

El Brujo sonrió, acariciando suavemente los muslos de su novio mientras veía como el vibrador se perdía en su entrada lentamente. Había elegido uno más grande de lo que estaba acostumbrado el Nefilim, le ganaba a su propia medida, era el doble de grueso y de largo le ganaba a sus 22 cm por 3... 22 cm que ahora estaban aprisionados por sus pantalones de cuero y ya comenzaba a doler.

Apartó su mano del muslo de Alec para poder tronar los dedos, sus pantalones desaparecieron de inmediato.

El Cazador de Sombras escuchó el chasquido y abrió los ojos solo para encontrarse con la imagen de su novio en toda su gloria, gimió tirando de sus amarres, lleno de frustración. Era una tortura sentir el vibrador llenarlo lentamente cuando Magnus era claramente capaz de hacer el trabajo él mismo.

Gimoteó cuando el juguete se hizo imposiblemente grueso, moviendo las caderas en un esfuerzo por ponerse más cómodo, pero casi gritó cuando el vibrador rozó ese sensible bulto de nervios.

-Joder! Amo!- embistió con las caderas solo logrando que el vibrador entrara por completo.

Magnus hizo un pequeño sonido con la garganta mientras se acomodaba, ladeando la cabeza y recargándola sobre su mano, mientras con la otra movía el botón que encendía el vibrador, esperó a ver la reacción del Cazador de Sombras. No lo decepcionó.

-POR EL ÁNGEL!- gritó Alec sobrepasando el pequeño zumbido del vibrador- Am... AR!

Se retorció sobre la cama, levantando las caderas en un intento de... de... ni siquiera lo sabía. Solo necesitaba que eso se detuviera antes de que su pene explotara de la necesidad de correrse. Desafortunadamente para Alec, su movimiento solo sirvió para que el juguete quedara presionando su próstata, mandando destellos azules detrás de sus parpados cerrados.

Magnus bajó su mano hacia su propio miembro, dándole largas caricias mientras miraba a su novio retorcerse de placer. Alec estaba jadeando y gimiendo, lloriqueando y pidiendo más... Dios, Magnus amaba eso. Aumentó el ritmo de las caricias soltando pequeños suspiros y gemidos, amaba el hecho de que era culpa suya que Alec estuviera tan excitado y rogando. Tan indefenso... gruñó por lo bajo en su garganta cuando se vino, mirando con ojos entrecerrados a su Nefilim, su mano no dejó de moverse hasta que la última gota de líquido salió. Lentamente recuperó el aliento y sus fuerzas y tronó los dedos para desaparecer el líquido de las sabanas. El Brujo se levantó, tomando el juguete con una mano, sacándolo lentamente antes de volver a meterlo.

-Nghhh.

Magnus miró a su novio, sus ojos ardían con lujuria mientras sonreía de lado.

-Mírate. Tu entrada es tan codiciosa, tiene ya esta enorme cosa dentro y todavía quiere más. Te gusta, putita?

Alec gimoteó, empujando las caderas sobre el vibrador. Magnus apagó el juguete, mirándolo expectante.

-Y bien, cariño? Estoy esperando...

El Cazador de Sombras jadeó para recuperar el aliento, gimiendo cuando el Brujo cesó el movimiento.

-Hah... S... huh... ssi. M... me encan... ta, Ammmm... Amo.

Magnus sonrió, inclinándose para lamer los abdominales de su novio, quitando el sudor que tenía ahí.

-Por qué no le dices a tu Amo que tan zorra eres, uhhmmm?- Alec se estremeció.

-D... Dios, Amo, soy tan zorra! Soy tu putita. Quiero que me folles- gimió el ojiazul- por... por favor, Amo. Solo tómame.

El Brujo mordisqueó la cadera de su chico antes de lamer a lo largo del muslo.

-Has sido una buena putita? Crees que mereces mi pene?

El Cazador de Sombras tiró de sus amarres, gimiendo.

-Ssssssi, Amo! He sido bueno! He sido muy bueno! Por favor, follame! Por favor!

El Brujo dio vuelta al vibrador una última vez antes de comenzar a sacarlo, mirando como la entrada de Alec luchaba por volverlo a meter.

-Estas seguro de que quieres mi pene?- dijo burlonamente, metiendo el juguete nuevamente- parece que tu pequeño agujero quiere el vibrador.

Alec gimió frustrado, las llamas se acumulaban en sus ojos mientras tiraba de sus amarres.

-No! Por favor, Amo, por favor! Te quiero a ti! Solo a ti! Por favor!

Magnus soltó una risita, metiendo y sacando el juguete un par de veces más, provocando a su novio, antes de sacarlo por completo. Se inclinó para lamer la humedad que goteaba del pene de Alec mientras con una mano jugueteaba con sus testículos. Alec gimoteó.

-Muy bien, amor. Has probado tu obediencia. Como recompensa te dejare elegir como quieres que te folle.

El Cazador de Sombras sintió un nudo en la garganta, miró hacia abajo, directo a los ojos dorados de su novio.

-Quiero verte- susurró Alec- quiero que me hagas tuyo y quiero verte cuando te vengas.

Los ojos de Magnus se suavizaron y se movió para presionar un suave beso sobre los labios del Nefilim.

-Tus deseos son mis órdenes, dulzura.

Suspiró levemente antes de acomodarse y poner lubricante en su miembro erecto, se posicionó en la entrada de Alec. El Brujo miró directamente los ojos de su Cazador de Sombras un segundo y después, de un rápido empujón, estuvo dentro.

Alec lanzó la cabeza hacia atrás ante la deliciosa sensación de ser llenado. Nada se comparaba con tener a Magnus dentro de él. Nada.

-A... Amo! Urg! Más!- suplicó.

Magnus quiso complacer la petición de su amor, pasó las piernas de Alec sobre su cadera lo mejor que pudo, abriéndolo de piernas aún más. Se inclinó para llenar de besos los hombros y cuello de su Nefilim

-Dios, Alec. Estas tan apretado!

Alec gimió, agarrándose fuertemente de la cabecera de la cama mientras era penetrado.

-Joder! Ssssi... un! M... más, Amo... hah! Por favor, más!

El Brujo movió sus caderas en un ángulo diferente y embistió al mismo tiempo que Alec levantaba sus caderas provocando que Magnus golpeara su próstata.

-AH JODER!

Magnus sonrió, inclinándose para respirar sobre los labios de su novio.

-Para eso estoy aquí, cariño- dio una embestida particularmente fuerte al tiempo que unía sus labios con los del Cazador de Sombras, tragándose sus gritos de placer.

-Mmf!- Alec se quemaba. Su cuerpo estaba envuelto en llamas de placer gracias a Magnus, podía sentir ese apretón familiar en su vientre, lo que significaba que estaba por correrse, solo que la magia alrededor de su miembro no le permitiría hacerlo, era imposible venirse. A menos que le dieran permiso.

Magnus se apartó, descansando su peso en el brazo que apoyaba sobre la cabeza de Alec mientras embestía una y otra vez, sus muslos temblaban, esa familiar sensación comenzaba a apoderarse de su cuerpo.

-Am... Amo! Por favor, ne.. necesi... AH!- la cabeza de Alec se fue hacia atrás cuando el Brujo golpeo nuevamente ese delicioso punto dentro de él, enviando placer por todas sus venas, causando que sus músculos se apretaran alrededor de su novio y forzando a Magnus a llegar al límite al que ya estaba a punto de llegar.

-Oh Dios... ALEC!- Magnus enterró el rostro en el cuello del Cazador de Sombras, su cuerpo se estremecía mientras embestía una, dos, tres veces en su novio, corriéndose dentro de él. Apenas notaba a Alec sollozando en su oído, y cuando al fin tuvo la fuerza necesaria, se salió del cuerpo de su novio y observó su rostro.

Varias lagrimas corrían por las mejillas de Alec, sus dientes estaban fuertemente apretados y los ojos cerrados fuertemente debido al placer. Sus dedos se aferraban a la madera de la cabecera de la cama tan fuerte que Magnus pensó que la rompería; las caderas de ojiazul temblaban, sus músculos se contraían en un esfuerzo por correrse. Los ojos de Magnus se suavizaron mientras levantaba una mano y la dirigía a la erección de Alec, suavemente dejando que su magia hiciera su trabajo.

-Córrete para mí, cariño- susurró Magnus. Y Alec hizo justo eso.

Sus ojos azules se abrieron enormes, abrió la boca en un grito silencioso mientras ola tras ola de placer recorría su cuerpo, su semen se esparció por todo su vientre y pecho mientras jadeaban fuertemente. Sus manos se aferraron aún más a la madera y sus caderas embestían el aire una y otra vez hasta que los espasmos cesaron.

Magnus se movió para deshacer los nudos, primero los brazos y después las piernas, sobando suavemente las áreas que habían estado atadas para prevenir cualquier dolor. Una vez desatado, tomó el cuerpo de su Cazador de Sombras y lo acomodó sobre su regazo, conjurando una toalla húmeda para limpiar el desastre en su pecho mientras le repetía palabras alentadoras.

-Lo hiciste muy bien, cariño- dijo, acariciando el cabello de Alec mientras besaba sus mejillas quitando las lágrimas- estuviste perfecto. Absolutamente perfecto.

Alec parpadeó, levantando sus brazos lentamente para abrazar al Brujo.

-Ma... Magnus?

-Estoy justo aquí, cielo- murmuró Magnus gentilmente, sobando su espalda.

-C... creo que...- Alec no pudo continuar, sus ojos estaban desenfocados y había olvidado lo que iba a decir.

-Sshhh- susurró Magnus sabiendo lo que pasaba- está bien, toma tu tiempo. Tranquilízate y recuperarte; no iré a ningún lado.

El Cazador de Sombras suspiró, cerrando los ojos mientras se relajaba contra el cuerpo del Brujo, dejando que la sensación de los largos dedos acariciando su cabello y espalda lo calmaran y lo bajaran de la nube en la que estaba flotando.

Magnus lentamente los recostó sobre las almohadas, sin dejar de abrazar a su novio. Dejó de acariciar el cabello de Alec un segundo para poder tronar los dedos, una manta amarilla apareció sobre sus cuerpos desnudos. Acomodó la manta sobre el cuerpo de su amante.

-Magnus?- murmuró Alec cansado después de unos minutos cuando a fin logró medio recuperarse.

-Shh- le respondió el Brujo- bebe esto antes de hablar.

Le dio una botella de agua fría, la cual Alec tomó agradecido, quitando la tapa y dándole largos tragos. Le devolvió la botella a Magnus, quien la dejó sobre el buró antes de seguir acariciándole el cabello al Nefilim.

-Gracias- se escuchó la voz baja de Alec.

Magnus hizo un pequeño ruido con la garganta, moviendo su mano hacia la barbilla de su novio para levantare el rostro. Miró directamente los ojos azules de Alec; sus ojos de gato eran suaves y amorosos.

-No, gracias a ti, cariño. Gracias por confiar en mí de esa manera.

Alec sonrió tímidamente, encogiéndose de hombros.

-No fue para tanto.

-No- Magnus negó con la cabeza- fue para mucho más. Que me confiaras con esa parte de ti, con tu cuerpo... significa todo para mí.

Alec sonrió suavemente, estirándose para rozar sus labios con los del Brujo.

-Te amo, siempre confiaré en ti.

Los ojos de Magnus se encendieron con adoración.

-También te amo, dulzura. Ahora descansa- murmuró abrazándolo más fuerte- necesitas dormir.

-Mmmm- Alec dejó que su cuerpo se relajara nuevamente, disfrutando del calor que lo rodeaba- buenas noches, Mags.

Magnus sonrió, besando suavemente la frente de su novio.

-Buenas noches, Alexander, dulces sueños.

Alec sonrió y cayó dormido casi al instante.

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Fin..! Genial no,,? bueno espero les haya encantado tanto como a mi.. dejen unos cuantos reviews para terminar.. anden, anden..!=D