Título: Mi acosador, mi problema.

Género: Romance/Humor/Drama.

Rated: T

Pareja(s): Style. Candy. Dip. (Principales). Creek. Bunny. Stolovan. Georgike.

Advertencias: Ooc de los personajes. Slah/Yaoi. Leve Stendy y Kyman. AU.

Notas de Autora: Okaaay yo sé que tengo muchas historias que actualizar y que no he actualizado, pero esta idea se me vino a la mente y quise escribirla antes de que se me fuera. Prometo actualizar mis otras historias cuando pueda, en serio. Antes que nada, quiero decirle a Coyote Smith (si es que lee esto) que el último capítulo del fanfic lo subiré mañana. En fin, el tema creo es algo cliché, si es así tratare de hacer algo diferente. Otra cosa, si alguien se quiere ofrecer para ser mi Beta en este fic, créanme que estaré muy agradecida c: ¿Qué más digo? Ah sí, quiero dedicar este fic a dos personas: TheParkerPress y Kurumi2413Keehl. Si, se las dedico porque… porque quiero (¿) okno *{* Bueno ya me callo, espero les guste este primer capítulo ¡Chao!

Disclaimer: South Park no me pertenece, es propiedad de Trey Parker y Matt Stone.


Capítulo Uno.


"La razón por la que te miro todos los días, es porque me gustas"


¿Han escuchado la historia de la persona que acosa a otra persona? Si, suena tonto y estúpido. Inclusive, suena como temática de telenovela o libro para adolescentes.

Desde que soy pequeño me han pasado las cosas más extrañas que uno pueda imaginarse. Ejemplo de ello; cuando era niño me secuestraron los marcianos. Si, al parecer querían experimentar con mi cuerpo para hallar la cura de una horrible enfermedad, la cual se encontraba azotando a su mundo. Para su desgracia no encontraron nada, y para mi fortuna me dejaron libre. En ese momento pensé que me matarían por no haberles sido una rata de experimentos útil, pero por suerte no paso. He de admitir que ese hecho me dejo traumado por semanas. Con el paso del tiempo eso se convirtió en un recuerdo más de todos los que tengo. Para mi es normal que algo tan extraño cómo eso me pase a mí, y a otras personas. Después de todo vivo en South Park, en este pueblo pasa de todo, y permítanme recalcar la palabra TODO. Con decir que Jesús vive en este pueblo. Pero bueno, después de 20 años viviendo en este lugar, uno se acostumbra. Para mí, ya es normal ver, desde hombres embarazados hasta matrimonios entre personas y animales, y créanme que me gustaría decir que estoy exagerando pero no, es la pura verdad.

Regresando a lo principal. No sé cuánto tiempo llevo con esta situación. Todo comenzó hace unas semanas cuando iba camino a la Universidad. En mi camino, iba viendo a mis alrededores, siempre me ha gustado ser una persona observadora, observo hasta el más mínimo detalle de las cosas por razones que ni yo mismo reconozco. En fin, iba bien, sin embargo, la sensación de que alguien estaba observándome me inundo. Mire a mi alrededor tratando de dar con la persona que estuviera viéndome, más no vi nada. Decidí ignorar ese detalle y seguí mi camino a la Universidad. Paso una media hora cuando esa sensación regreso, y esta vez, voltee rápidamente. Mis ojos se toparon con un par de ojos verdes que me miraban de manera sorprendida. Pose mi mirada en las mejillas de aquel chico observando como estas se ponían completamente rojas, sin darme cuenta, se dio la vuelta y comenzó a correr como si lo estuvieran persiguiendo.

En ese momento no sabía si era ese chico el que me estaba siguiendo o simplemente fue pura casualidad. Días más tardes me di cuenta que, en efecto, ese chico me sigue a todos lados. No podía salir a la tienda o a 'x' lugar porque sentía su mirada a mis espaldas. No lo entiendo, simplemente no entiendo, ¿Por qué ese chico me sigue? ¿Qué quiere de mí? ¿Querrá violarme? No lo culpo, soy demasiado guapo y atractivo…

Esta situación simplemente estaba acabando con mi paciencia. Tenía la necesidad de acercármele y decirle que me dijera de una buena vez que es lo que quiere, pero, cada vez que me doy la vuelta y lo veo este se sonroja y sale huyendo del lugar. ¿Lógico? ¡Por supuesto que no! Nada es lógico ni con mi vida ni con nada. Entre cada día que pasaba y todo esto, aquel chico comenzaba a darme miedo, lo cual es algo estúpido, inmediatamente se ve que es tres años más chico que yo. Pero, ¿Qué querían que sintiera? ¿Alegría por ser acosado y seguido a cada puto lugar que voy? Desgraciadamente no siento eso. No me queda de otra más que resignarme, hasta que se dé la oportunidad de poder encararlo.


Una de las tantas cosas que odio de este Pueblo es el transporte. Todas las mañanas camiones, trenes y/o metros están hasta la madre de gente. Esto solo hacía que llegara tarde a la Universidad y por ende, que el profesor me diera uno de sus sermones que a nadie le interesaba escuchar. Me encontraba de pie, esperando a que el metro pasara, a mis espaldas se encontraban unas cincuenta personas esperando lo mismo que yo. Si quería subir no podía dejar que nadie entrara antes que yo, suena egoísta pero ni modo. El leve zumbido que se produjo en el suelo, era señal de que el metro se estaba acercando, todas las personas se pusieron en pose de guerra para poder entrar. Mentira, pero en sus ojos se leían las palabras "si no me dejas subir cabrón, te mato" y esta vez sí es verdad. No me preocupe ya que, estaba hasta el frente de todas las personas.

El metro al fin llego, freno y las puertas se abrieron dando salida a todos los pasajeros que bajaban en aquella estación. Y como yo tengo la maña de seguir la frase "Antes de subir, deje bajar", permití que las personas bajaran. Y como era de esperarse, a las personas que se encontraban detrás de mí, esa frase les valía mierda. Me empujaron y ellos comenzaron a entrar. Grite una maldición y trate de abrirme paso entre todas las personas que ya habían entrado. A este paso no iba a subir y tendría que esperar el otro metro. No gracias, si hago eso llegare tarde a clases y no quería eso.

Todo acabo para mí al ver cómo las puertas se iban cerrando. Todo sucedió en cámara lenta. De repente, una mano me tomo del brazo y solo dios sabe cómo es que me jalaron al interior del transporte antes de que las puertas cerraran completamente. Como era de esperarse un pedazo de mi chaqueta quedo atorada entre las puertas, lo que me impidió moverme. Sentí como aquella mano me soltaba, mire a mí alrededor con el fin de mirar a esa persona y agradecerle, pero no halle nada. Todas las personas estaban sumidas en sus propios pensamientos.

Zafé el pedazo de mi chaqueta atorado, me sujete de una de las varillas que habían en el lugar, sintiéndome asfixiado entre tanta gente. ¿Quién será la persona que me ayudo a entrar? No creo que haya sido una de las personas que se encontraban a mí alrededor, ya que todas tenían caras de querer matar a alguien. Mire un poco más allá pero nada.

Algo llamo mi atención. Y ese algo era aquella cabeza verde que se encontraba entre tanta gente formalmente vestida. Forcé un poco más la vista y pude ver un mechón de cabello rojo que caía libremente por el rostro de aquel joven. No lograba verle bien el rostro debido al brazo de un señor gordo que se encontraba comiendo una torta. Reí internamente al ver la cara de asco con la que lo miraban las personas a su alrededor. Regrese mi mirada al frente y solté un suspiro. No sé porque sentía que este día sería muy diferente a los demás.


No me costó mucho trabajo llegar a tiempo a la Universidad. El resto del camino estuvo un poco más fácil. En serio necesito conseguir un empleo para poder comprarme un auto y no estar soportando tanta presión.

Me adentre a la facultad dirigiéndome a los casilleros para tomar los libros que me tocaban a primera hora. El Instituto no era ni muy grande, y ni muy pequeño, era normal. Edificios por aquí y por allá, una cafetería donde la comida era jodidamente deliciosa, una biblioteca etc, etc. Como dije; normal.

—¡Stan!

Aquella voz gritando mi nombre, hizo que detuviera mi paso de manera brusca y los latidos de mi corazón se aceleraran. Lentamente gire sobre mis talones, para observar como una chica, tremendamente hermosa se acercaba a mí con una gran sonrisa en el rostro. Mis mejillas se tornaron rojas al instante. Así es, estaba loca y perdidamente enamorado de aquella chica.

—Me alegro que llegaras, comenzaba a creer que llegarías tarde…

No la escuchaba, estaba tan concentrado observando aquel rostro tan bello y como el tono de su piel resaltaba por su larga cabellera negra. De repente, unas enormes ganas de vomitar se apoderaron de mi cuerpo.

—¿Stan? ¿Me estas escuchando?

—Eh claro—Mentí descaradamente. Ella me sonrió tiernamente.

Su nombre es Wendy Testaburger y hemos sido grandes amigos desde los 16 años. No sé cuándo me enamore de ella, solo sé que paso. A veces pienso que lo que siento no es más que una simple atracción, debido a los años en los que hemos sido amigos, pero no lo creo. Solo con ella me siento de esta manera, y unas enormes ganas de vomitar me inundan.

—Bueno, vamos al salón—Me dijo.

—Ah sí, solo deja voy a mi casillero por unos libros.

—Te acompaño.

Asentí y caminamos a mi casillero. Saque los libros que iba a usar y seguidamente nos dirigimos al aula. Íbamos platicando de cosas sin sentido. Una de las cosas que más me encantan de Wendy es su forma tan natural de ser. No es una chica presumida o fresa, al contrario es una chica dulce, gentil y con unas calificación excelentes. En fin, la mujer que todo hombre desea. Y entre esos hombres, me encuentro yo.

Al momento en el que estaba por ingresar al aula, sentí como algo me golpeaba el rostro. Solté una grosería y mire a los que lanzaron aquella piedra. Un rubio reía a carcajadas a lado de un chico de cabello negro. Los fulmine con la mirada e ignorando el hecho de que Wendy aún estaba a mi lado, me acerque a ellos.

—Vamos Stan, no seas amargado—Me dijo el rubio dejando de reír y viéndome con una sonrisa estúpida.

—Déjalo McCormick está de amargado.

—Y para ser un amargado tu eres experto ¿no, Craig?—Le dije, él se encogió de hombros al momento de enseñarme el dedo medio. Kenny comenzó a reír nuevamente ganándose una patada en las bolas, cortesía de mi parte. Ese par de imbéciles son mis mejores amigos, tenemos una relación, un tanto extraña, pero eso es lo que la hace única. Somos amigos desde que tenemos memoria, y hemos compartido muchos momentos juntos. Vaya eso sonó muy marica.

—¿Otra vez el metro?—Me pregunto Craig.

—Maldito lugar, estaba lleno de gente. Por poco y no llegó—Respondí recordando aquel brazo que me había jalado para poder entrar al transporte.

—Pendejo.

Iba a decirle un insulto al estúpido de Craig pero la voz demacrada del maestro no me lo permitió. Le enseñe el dedo medio y me dirigí a mi asiento. Las clases comenzaron.

Y por más que trataba de concentrarme no podía. En mi mente solo rondaba la pregunta de quién habrá sido la persona que me ayudo a entrar al metro. Tal vez le estoy dando demasiada importancia, pero por alguna extraña razón no podía dejar de pensar en ello. Mire a mi derecha y observe como Wendy se encontraba atenta a todo lo que el profesor decía, una sonrisa estúpida adorno mi rostro, pero como no quería obtener un regaño mire al frente, tratando de concentrarme en la clase.

De seguro se preguntaran que carrera estoy estudiando, puede que les importe una mierda, pero aun así se los diré. La carrera que estoy estudiando es la de Biólogo marino. Si, los animales siempre han sido mi pasión, pero los acuáticos lo son más. Y el poder estudiar esta carrera me hace sentir bien, después de todo, uno se debe dedicar a algo que le guste y con lo que se sienta a gusto. Mis calificaciones no son perfectas, pero si lo suficiente para tener una carrera digna. La única materia en la que me va un poco mal, no en la que me va de la mierda es en: "Historia Universal". Esa asignatura siempre se me ha complicado, no soy bueno memorizando nombres y años en solo un rato…

—Joven Stan.

La voz del maestro me saco de mis pensamientos. Lo mire un poco asustado, seguro iba a preguntarme algo relacionado a la clase y no escuche nada de lo que se encontraba explicando.

—El profesor Teodosio lo espera en la biblioteca.

Enarque una ceja al escuchar eso, ¿El profesor de Historia? ¿Cómo para que me quiere o qué? Asentí levemente, me puse de pie, salí del aula no sin antes ver cómo Kenny me miraba con algo de duda, y camine en dirección al lugar indicado. No tengo ni la menor idea de que querrá el maestro. Los exámenes aún no empiezan por lo que no creo que me haya llamado para algo relacionado con mi promedio.

Camine unos tres minutos, y llegue a la Biblioteca. Este lugar era uno de mis favoritos, no soy muy fanático de la lectura pero aquí se encontraban libro de unos autores muy buenos. Me adentre al lugar y observe al profesor, quien se encontraba sentado en una de las tantas mesas del lugar, sumergido en su libro. Camine a paso lento hacia él, comencé a sentirme nervioso.

—¿Me mandó llamar-¿

Mi voz lo sobresalto, pude notarlo al ver como daba un pequeño brinco. Me hubiera reído pero preferí no arriesgarme. Aparto la mirada de su libro y la poso en mí, dándome una sonrisa de lado.

—Me alegro que hayas venido. Siéntate—Asentí y me senté en el lugar que se encontraba frente a él—, Bien, Stan, como ya sabrás los exámenes finales están por venir—Asentí—, ¿Cómo le harás para subir tu promedio? Sabes que si no pasas este examen reprobaras la materia.

—Lo sé—Respondí algo apenado.

—Mira, doy clases en una Preparatoria que se encuentra por aquí cerca, ¿La conoces?

¿Cómo no conocerla? La preparatoria de South Park, era uno de los Colegios más prestigiados de todo el pueblo. A mí me hubiera gustado estudiar ahí, pero desgraciadamente en ese tiempo no contaba con los recursos necesarios para pagar la inscripción que pedían. Volví a asentir sin entender a donde iba con todo esto.

—Perfecto. En ese Colegio, va un alumno mío que va excelente con esta materia—Creo que ya sé a dónde se dirige—, Le he pedido de favor que viniera hoy, incluso se encuentra por ahí, leyendo algunos libros.

—¿Puede ir al punto?—Pregunte sonando lo más amable posible.

—Le he pedido que sea tu tutor— ¡Oh genial! Ahora resulta que una persona, más joven que yo será mi tutor. Me dieron ganas de decirle que se fuera al carajo, pero me contuve.

—M-Maestro, no creo que…

—Stan, tienes que subir ese promedio sí, o sí—Suficientes palabras para hacerme callar y asentir rápidamente—, Perfecto. Oh, ahí viene—Dijo viendo detrás de mí con una gran sonrisa.

Voltee lentamente y observe a mi "Tutor" que venía cargando unos libros…

Gorro verde…

Chaqueta naranja…

Pantalones cafés…

Ojos verdes…

—¡Tu!—Grite parándome de repente y señalándolo con el dedo. Él tiro los libros al verme y su rostro se puso completamente rojo. Note como el maestro nos miraba confundido.

—¿Se conocen?

¡Por supuesto que lo conozco! ¡Él es mi acosador!