Hola :D

Bueno, estoy algo nerviosa ya que es mi primer fic sobre Steven Universe.

Se me ocurrió esta idea discutiendo con mi hermano sobre diversas cuestiones del programa y entonces salió el tema de las mascotas.

Espero que les guste.

Steven Universe pertenece a Rebeca Sugar y cartoon network.

La mascota de Perla:

Parecía que todos los Cristal Gems tenían a alguien, un amiguito con que compartir el tiempo.

Steven tenia a "León", su simpático y misterioso león de pelaje rosado.

Garnet, bueno ella había recuperado a su querido escarabajo de oro.

Y Amatista… Bueno, ella es como su propia mascota…

Pero ¿Qué hay de Perla?

La tarde en ciudad playa era calurosa, no tanto como solía serlo. Hacia un bueno tiempo para salir a…

-¡Anda, vamos a jugar!- grito Steven echando a correr sobre la arena, detrás de él, León caminaba con pasos perezosos.

-Vamos, león- dijo el niño sujetando en alto una pelota de goma. El felino agito su melena con indiferencia.

Desde la casa, Perla observaba, con una sonrisa, los fallidos intentos de del jovencito por jugar con su león.

Steven arrojo la pelota directo al hocico de León, el cual sujeto el juguete con sus dientes. Después dejo caer la bola sobre la arena, Steven llego corriendo y recogió la pelota de color rojo.

El felino rosado se recostó sobre la arena y lanzo un bostezo abriendo sus enormes fauces, Steven estaba a punto de lanzar la pelota, entonces se volvió y miro a su enorme gato dormitando en la playa.

-Tienes razón- Steven arrojo la pelota al suelo, se golpeo ambas manos para limpiarles la arena. Suspiro, complacido, mientras recargaba su espalda en el lomo de su león.

-Ya jugamos suficiente- dijo.-es hora de un descanso.

Steven se quedo dormido junto a su felino gigante.

Perla no pudo evitar reír ante la escena tan tierna entre el joven y el animal acompañante. La joven de cabello anaranjado decidió entrar a la casa, específicamente a su habitación.

Cuando entro, se encontró a Garnet junto al terrario del escarabajo, estaba vacío.

-Oye, Garnet- dijo Perla un poco nerviosa.

-Si- respondió la otra, inexpresiva.

-¿En dónde está tu…?

Sobre el cabello oscuro de la líder apareció un destello claro, ahí estaba. El insecto de oro camino en Garnet hasta llegar a su mano.

-Oh- exclamo Perla. Luego se retiro hacia la puerta, abrió la entrada a su habitación.

Tomo una larga bocanada de aire y luego se sumergió en su cascada. Segundos después emergió sobre una plataforma en la que flotaban las fundas de sus muchas espadas.

"4, 5, 6, 7,…" contaba mentalmente "8, 9, 10, 11…."

Se detuvo un momento, se quedo con la mirada perdida en una funda de color negro, vacía.

"Amatista" Pensó con un gruñido.

Frunció el seño justo antes de volver a sumergirse. Sentía el agua cada vez más caliente, mientras caía por la cascada mantenía cruzados los brazos, parecía deslizarse por un tobogán.

Segundos antes de caer abrió los parpados repentinamente y dio un gracioso giro en el aire, cayó de pie frente a la cama de Amatista.

-¿Qué es lo que quieres?- pregunto su compañera de piel morada quitando una vieja revista de su cara.

-¿Dónde está mi espada?- preguntó Perla molesta.

-No lo sé- respondió Amatista.-Vete y déjame dormir.

Entonces adopto la forma de un oso, parecía que fuera a hibernar.

-Es imposible tratar contigo- gruño Perla. Amatista no respondió, empezó a roncar.

O~o~O~o~O

¿Qué tan aburrida debía estar para desear irse de misión?

El día era lindo, soleado, todo eso, pero estaba aburridísimo. Todos los demás estaba ocupados, Perla era la única que no tenía nada que hacer. La casa ya la había limpiado como cinco veces, ni Amatista ni Steven se habían metido en problemas. No había nada interesante que hacer, para colmo, sus amigas estaban ocupadas.

-Hola, Garnet, quería saber si no tienes alguna misión para mí- pregunto Perla un poco avergonzada.

-No-dijo ella.

-Pero, a lo mejor hay algo que yo pueda…

-Perla- dijo Garnet- hoy no hay misiones, relájate.

Perla no discutió más, aunque se moría por algo que hacer.

Cuando perla se fue, Garnet se quedo en silencio, después de unos segundos una risilla broto de sus labios cuando el escarabajo le hizo cosquillas en el cuello.

Salió de la casa para encontrarse a Amatista jugando en la playa. Su compañera tenia forma de un gato persa con pelo morado. Extrañamente –o quizás no tanto- Amatista estaba enredándose a sí misma con una bola de estambre.

Claro que Perla rio al ver a la felina totalmente atrapada por el hilo.

-No te rías- dijo Amatista- mejor ayúdame.

-O mejor me voy…- puso una mano en su barbilla, pensativa respondió:- A dormir.

-No- grito Amatista- ¡Perla vuelve aquí!

La Gema se alejo intentando reprimir una carcajada.

"¿En donde se habrá metido Steven?" Se pregunto Perla.

-Si buscas a Steven- dijo Amatista, como si le hubiera leído el pensamiento.- Esta en las Pizzas con su león.

-Otra vez.

Amatista asintió.

-Voy a buscarlo- Perla comenzó a caminar hacia la ciudad.

"Oh Steven, siempre intentando jugar con ese gato" pensó ella negando con la cabeza "Parece que no se da cuenta de que León no es una buena mascota"

Pero… ¿Quién era Perla para juzgarlo? Ella jamás había tenido una mascota. Y hablando de eso.

Caminaba por las calles, pensando en lo extraño que sería tener un pequeño animal de compañía. Divertido, si. Solitario, no. Sería una enorme responsabilidad, habría que entrenarlo… Sería mucho trabajo, y eso le encantaba a Perla.

Pero ¿Qué clase de mascota? ¿Un felino altivo e indiferente? Nop, ¿un insecto, de los que se arrastran por todos lados? Definitivamente No, ¿Un reptil, un ave, una planta?

-Esto es muy dificil- dijo, sin darse cuenta, en voz alta.

-¿Qué cosa es muy dificil?- Perla se sobresalto al escuchar esa voz.

-Oh, Steven, nada- se apresuro a responder- Yo solo estaba buscándote.

-Pues acabas de encontrarme- dijo Steven con una enorme sonrisa.

Perla y Steven comenzaron la marcha de regreso a su casa. Mientras caminaban, Steven hablaba de cientos de cosas que Perla parecía no entender.

-Oye, Steven- dijo perla, interrumpiendo al joven justo cuando iba a contarle el final de "Espada solitaria V"

-Si, Perla- dijo Steven, sin que le importara el haber sido interrumpido.

-Yo quería preguntarte una cosa.

El asintió.

-Dime ¿Cómo es tener a León de mascota?- pregunto ella con un leve rubor azulado en sus mejillas.

-Perla- suspiro Steven- ya te lo he dicho miles de veces, León no es una mascota.

-Bueno… Olvídalo- dijo Perla.

"Que extraño" pensó Steven "Perla nunca pregunta sobre León"

O~o~O~o~O

-Las he reunido aquí para discutir un asunto importante- dijo Steven. Caminaba de lado a lado con las manos en la espalda. Garnet y Amatista estaban sentadas en el sofá, intentando adivinar lo que Steven quería decirles.

- ¿De qué se trata esta vez?-pregunto Amatista con fastidio.

-Las he reunido para preparar una sorpresa para Perla- exclamo Steven con una enorme sonrisa y un par de brillantes estrellas en sus ojos.

-Steven- dijo Garnet, quien tenía los brazos cruzados- Ya te explicamos lo de nuestros cumpleaños.

-Esto no se trata de un cumpleaños- explico Steven- es solo un regalo para Perla.

- ¿Qué tienes planeado?-pregunto interesada Garnet.

- Por favor dime que vamos a hacerle una broma-comento Amatista cruzando los dedos.

-No, no, no- respondió Steven. Amatista y Garnet lucieron un poco decepcionadas.

- ¿Qué quieres hacer?-cuestiono Garnet.

O~o~O~o~O

- ¿Qué es lo que quieren hacer?-preguntó Perla con nerviosismo en su voz.

-Vamos, no te diré nada, eso sería trampa- dijo Steven.

-Al menos me podrían quitar la venda-suplico Perla.

-No-respondió Garnet.

Los cuatro iban caminando por las calles, mientras Steven y Garnet guiaban a Perla. Para Perla pasaron varios minutos sin saber qué rayos pretendían hacerle, o a donde se la estaban llevando.

Se sentía desorientada con la venda oscura impidiendo su visión. Solo caminaba a ciegas, literalmente, no sabía nada y eso ya comenzaba a darle algo de miedo.

"Pero bueno" pensó para tranquilizarse "Steven y Garnet no me harían nada malo… Amatista por otro lado…"

Sus pensamientos se vieron interrumpidos. Estuvo a punto de tropezar con algo, o alguien.

-Aquí es- dijo satisfecho el joven de cabellos rizados.

- ¿Dónde estamos?-pregunto Perla.

Nadie le contesto.

Estaba silencioso, apenas se escuchaba el rumor de algunas personas. Entonces le quitaron la venda, quedo ciega por un instante. Cuando al fin pudo abrir los ojos vio un edificio pequeño con un vistoso cartel de colores con un perro labrador en el.

- ¿Qué es esto?-dijo Perla desconcertada.

-Es el refugio animal- Steven estiro sus brazos en un gesto muy divertido.

- ¿Qué hacemos aquí?

-Venimos por tu mascota-dijo Amatista.

Perla estaba a punto de echarse a llorar. Era el mejor regalo que le podrían haber dado.

-Gracias- de inmediato abrazo a las demás gemas y revolvió un poco el cabello de Steven.

Los cuatro entraron al edificio, haciendo sonar una campanita encima de la puerta. Fueron recibidos por un simpático hombre.

-Mi nombre es John- dijo con una enorme sonrisa. Usaba un uniforme parecido al de un cartero, solo con una huella de perro en el pecho.

-Venimos por una mascota- anuncio Amatista con entusiasmo.

-Bueno, eso es lógico- dijo John- ¿Qué clase de mascota?

Steven y las dos chicas miraron fijamente a Perla. Ella no sabía que decir, aun no había decidido eso. Ella sabía que no quería un felino, un gato, tigre, o lo que fuera, le parecían demasiado egoístas. Ni un insecto, no se podían entrenar, eran solo para tener en el terrario y sacar muy de vez en cuando. Un ave podría escapar a menos que la enjaulara, pero que cruel sonaba eso. Que mas podría ser, los reptiles le causaban una gran ansiedad, los peces… era peor que el insecto, una planta… Por favor.

¿Qué quería? Una mascota obediente, leal, cariñosa, juguetona, inteligente, no muy hiperactiva, interesada, sensible ¿Ese animal siquiera existía?

Un sonido le llamo la atención. Algo parecido a un gemido agudo hizo que Perla se encaminara hacia las jaulas, los demás la siguieron.

Cientos de animales comenzaron a "gritar" al detectar a la Dueña potencial. Maullidos, ronroneos, ladridos, aullidos, incluso balidos y mugidos… ¿Pero qué clase de refugio era ese?

Se detuvo en una puerta que se encontraba cerrada, de ahí provenía el ruido estaba segura de ello. Giro la perilla y no podía creer lo que veía. En aquel cuarto había una caja de cartón, dentro de ella una bola de pelos alborotados se movía, intentando salir.

Sus ojitos oscuros la miraban con aquel brillo hermoso, característico únicamente de los cachorros. Perla quedo encantada al ver al perrito: blanco, pequeñito, su pelaje rizado y esponjoso como algodón, con ojos que parecían un par de brillantes obsidianas.

Su colita se movía de un lado a otro con entusiasmo. En su rostro blanquecino había solo una mancha húmeda de negro, una diminuta nariz. Su hocico se abría, pero ningún sonido salía de el, solo una sonrisa tierna y cálida.

- ¿Cómo se llama?-pregunto Perla.

-No tiene nombre- respondió el encargado- es un cachorro a penas, nunca fue nombrado.

- ¿Por qué?- Perla no pudo evitar preguntarlo, no podía imaginar que alguien no quisiera conservar a ese adorable animalito.

-Lo rescatamos hace un par de semanas- explico John- vivía con una familia en otra ciudad. Lo maltrataban mucho, casi no comía, era horrible.

Ella asintió, claro que era horrible.

-Es muy tierno- Dijo Steven acercándose un poco al cachorro, pero Garnet se lo impidió.

Perla se agacho junto a la caja de cartón, el perrito era muy pequeño para salir solo así que se quedo parado mientras Perla le acariciaba el pelaje. Después de unos segundos el cachorro dio un salto y comenzó a lamer el rostro de Perla. Ella rio encantada mientras cargaba al cachorro.

-Si quieres puedes llevártelo-dijo John, conmovido ante aquella escena- hace tiempo he querido encontrarle hogar.

-Oye, Perla- interrumpió Amatista- ¿Cómo planeas llamar a la bola de pelos?

-No lo sé- respondió ella.

Steven levanto la mano, como en la escuela.

- ¿Si?

-Qué tal si lo llamas "Pelos"-sugirió Steven con una sonrisa- es que es muy peludo.

Perla negó con la cabeza.

-Porque no lo llamas como una gema- comento Garnet.

Todos asintieron, en realidad era muy buena idea.

-Te llamare…

Perla pareció pensarlo, era una decisión importante.

"Jade, topacio, esmeralda, rubí, diamond, oro, zafiro, obsidiana, aguamarina…" Eran buenas opciones, pero tenía que haber algo mas… adecuado.

-Ónix- dijo Perla finalmente. El cachorro peludo dio un ladrido de aprobación.

Ónix, era un buen nombre: corto, recordable, significativo, era especial como aquel cachorro.

Continuara…

Bueno, el fin del primer capítulo. Esta historia será solo un Two-shot.

Espero que les haya gustado, lo continuare cuando pueda, de momento, si gustan, pueden dejar review. Dudas, sugerencias, comentarios, lo que sea que deseen poner es bienvenido.

Hasta luego.