Hola, pruebo escribir un fic otra vez!
No me maten, por favor! Mi español no es muy bueno, así que, por favor, no hagan mucho caso a posibles errores!
Star Crossed
Como todas las noches, después de la batalla contra Hades, Saori se encontraba delante de la gran estatua, que en realidad era su armadura sagrada, mirando el cielo, mirando la constelación de Pegaso...
La constelación de Seiya.
"¿Dónde estás ahora Seiya?"
Ésa era la pregunta que, hacía más de un año, torturaba a la diosa.
Después de la batalla contra el dios de la muerte, Saori había usado sus poderes para transportar a sus caballeros de regreso al Santuario, mas la batalla contra Hades la había debilitado mucho así que no pudo controlar bien su poder... Por suerte...
Saori y los muchachos volvieron a la Tierra, aunque no todos regresaron directamente al Santuario... ¡Y no fueron los únicos!
Cuando la diosa, Shun y los demás caballeros, que se habían quedado esperándolos, vieron a Shion vivo y todavía joven, ¡casi les da un golpe!
No se habían recuperado de la sorpresa cuando también llegaron Ikki, quien despertó afuera de los templos, con Saga, Aioria, Aioros, Milo y Shura. En los días siguientes, llegaron Aldebarán, Mu, quien explicó que se despertó en Jamir; Shaka, Death Mask, Aphrodite y Kanon que, por ironía, había despertado cerca de Cabo Sounion ¡cosa que le hizo gracia a más de un santo! Para el final de la semana, llegaron al fin Shiryu y Dokho de la China y de Siberia, Hyoga y Camus.
¡La muerte de Hades había creado un verdadero milagro!
Cuando la diosa Athena deseó regresar sus caballeros a la Tierra, los había traído a todos de vuelta y quienes habían sacrificado sus vidas por ella, la recibieron nuevamente.
Mas la felicidad que los dorados estaban de regreso era oscura por el hecho que no había rastros de Seiya...
Al principio, los demás chicos, decían que se la estaba tomando cómoda para regresar, el perezoso.
Pero mientras más tiempo pasaba, era más difícil para todos esconder su preocupación: Seiya había sido herido por la espada de Hades, la espada del mismísimo dios de la muerte, y si él... No, tal vez sólo estaba muy mal herido, después de todo, aunque los demás estaban vivos cuando volvieron, se encontraban muy lastimados.
¿Mas si él no había podido volver a la vida como los otros por eso? Tal vez sólo su cuerpo había regresado a la Tierra sin su alma...
Muchos fueron a buscarlo pero no encontraron rastro alguno del caballero de Pegasus, ni de su armadura...
Y ésa era la esperanza a la cual, la joven diosa, se mantenía atada.
Shion les había dicho que, si Seiya de verdad hubiera muerto, su armadura habría vuelto al Santuario como sucedió en la precedente Guerra Santa.
Les había contado cómo, el predecesor de Seiya, había luchado al lado de Athena en la batalla final contra Hades 243 años antes...
Tenma, el anterior Pegasus, no había vuelto luego de haber vencido a Hades y sólo su armadura regresó al Santuario desde el cielo, como una estrella cayente, un mes después de la batalla.
Así que, hasta que la armadura no se encontrara por ninguna parte, ¡era probable que Seiya estuviera vivo!
Pero el tiempo continuaba avanzando sin tener noticias de él, entre la esperanza y la desesperación.
- Athena-sama, es muy tarde. Tendría que ir a descansar. - la voz de su patriarca, cerca de las escaleras, la hizo volver a la realidad.
- Tienes razón Shion, ahora me iré a dormir. - le respondió, finalmente quitando sus ojos de la constelación.
Mas cuando estaba llegando a las escaleras donde se encontraba el ex santo de Aries, sintió algo y de golpe, alzó su mirada al cielo otra vez.
- ¿Athena-sama? Qué... - el antiguo caballero no pudo siquiera terminar su pregunta que cayó algo del cielo, como una cometa, a los pies de la estatua.
"No, no puede ser. Por favor, no..."
Inmediatamente los ojos de Saori se llenaron de lágrimas y cayó de rodillas mientras se tapaba la boca para que el grito de dolor, que había guardado en su corazón todo este tiempo, no saliera justo ahora.
¿Acaso esa era la armadura que finalmente había regresado al Santuario sin su caballero? ¿Su última esperanza estaba destinada a destruirse? Eso se preguntó la joven, mientras sus lágrimas caían al piso, sin tener el coraje de mirar.
- ¡Ahh, maldición! ¡El peor aterrizaje de mi vida! -
Apenas escuchó esa voz, de inmediato, alzó la mirada hacia los pies de la estatua.
Ahí estaba, alzándose del suelo, todavía de espaldas pero estaba segura que era él.
- ¿Seiya? - su voz salió casi como un susurro pero parecía que él logró escucharla, porque de inmediato se volteó a verla.
- ¿Saori-san? -
Estaba vivo... había regresado.
Podría estar de nuevo a su lado.
Ni cuenta se dio que se había levantado del piso y corrido hacía él, hasta que se encontró llorando en sus brazos. Seiya se quedó sorprendido un momento, sin saber qué hacer, simplemente dijo:
- Estoy de vuelta Saori-san, lamento haberte preocupado. -
