Hola a todos n.n/

aquí vengo con el cierre de esta historia ... si... no es un sueño, estoy actualizando... O_O (ni yo me la creo) ewe

se que me he demorado demasiado con esta historia y pido disculpas ... pero como dije una vez... nunca mas que quejare cuando las autoras no actualicen T_T ... he vivido ne carne propia todo los que ellas han pasado... no me incluyo ya que recién soy novata en esto y estoy aprendiendo... pero pretendo ir mejorando así que no creo que se libren tan fácil de mi jeje.

Mi bloqueo esta vez fue por culpa del capitulo 65 del manga de SNK... no diré nada para no hacer un spoiler, pero los que lo leen entenderán (creo xD) y a que mi prima me haya retado por no ver anime jaja ... tuve que ponerme al día 7_7

gracias a todos los que me dejaron reviews le pusieron fav/follow y siguieron este fanfic... así que creo que el capitulo va dedicado a todos ustedes... y también a mi linda madre que de no ser porque ella corrigió todos los HORRORES ortográficos ustedes estarían llorando lagrimas de sangre, y por sobre todo por ser ella la que mas me apuraba para tener esta historia lista.

AHORA PASEN Y LEAN... lo que sea que mi mente haya escrito jeje ...


Epilogo

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5 años después

Un Eren de ya 22 años se dirigía hacia la oficina de su amante, soldados de la Legión de Reconocimiento venían llegando de una expedición que duró 1 mes entero; después de que recuperación del muro María tres años atrás, las expediciones para erradicar a los titanes dentro de los muros eran cada vez más seguidas, no había descanso, y gracias a un pequeño accidente en las expediciones, Rivaille no había podido asistir a la siguiente, la cual era de la que venía llegando Eren y la que más había durado ya que se debían de cerciorar que no quedaban titanes en ningún lugar y hacer esa zona habitable nuevamente.

Rivaille no tenía idea de que llegarían hoy, él los esperaba para unas semanas más, así que al sentir que tocaban su puerta y luego entraba la persona que lo hizo suspirar todo el mes lo alegró, estaba muy preocupado por Eren, además de que lo había extrañado demasiado en todo ese tiempo sin verlo, no podía creer lo necesario que se había vuelto el verlo todos los días, pero después del pequeño susto que le dio y por las recomendaciones de Hanji, tuvo que quedarse en el cuartel, por más que alegó y se empecinó en ir, no lo dejaron asistir; después del mes encerrado en le castillo, con nada más que papeleo y el hacerle la vida imposible a los reclutas que también debieron quedarse, podía decirse que estaba frustrado y exasperado, además de sentir todos los días la ausencia de Eren en su cama.

- Hola, amor – saludó Eren, acercándose al azabache.

- Eren… no los esperaba a estas horas – murmuró Rivaille

- Nos adelantamos… se podría decir que el territorio María está libre de titanes – Eren abrazó a Rivaille – Te he extrañado cada día que he pasado fuera – el mayor se acurrucó en el pecho de Eren, también lo había extrañado, aunque jamás lo exteriorizaría.

- Si… ha pasado un tiempo – dijo Rivaille, el castaño acunó el rostro de su Sargento y le dio un beso, ambos envolviéndose en el exquisito sabor del otro, el cual llevaban tiempo sin probar, Eren pidiendo permiso para profundizar el beso, se adentró comenzando una batalla por la dominación, ¡Dios! ¿Cuánto habían extrañado esos besos?, decir poco seria una gran mentira.

En un arrebato por todo el tiempo sin tocarse, Eren tomó a Rivaille de la cintura, acorralándolo contra el escritorio, desperdigando los papeles que habían allí, si el azabache no estuviera tan embelesado por la rudeza de su mocoso, probablemente lo hubiera reprendido, mas ahora solo le importaba la fiereza con la que Eren lo besaba y acariciaba.

Lentamente, el menor fue retirando el pañuelo de Rivaille, dándole más acceso a su cuello, bajó por su mentón dándole cortos besos, hasta quedar en su yugular y marcando esa parte, Rivaille soltó un jadeo por aquella acción, tomándole el cabello a Eren para que no se alejara, estaba muy sensible al toque de su castaño.

- Todo este mes he extrañado hacer esto ¿sabes? – murmuró Eren contra su cuello.

- ¿Qué? ¿Acorralarme contra el escritorio? – preguntó el azabache.

- No… eso no… bueno, también… pero no es a lo que me refiero – Eren se separó de su Sargento y lo miró a los ojos – El poder tocarte, tenerte a mi lado, besarte hasta cansarte – Rivaille sonrió ante el recuerdo, ya que muchas veces tuvo que alejarlo por lo empalagoso que resultaba Eren a veces – es la primera vez que nos separamos por tanto tiempo… y no me gustaría repetirlo de nuevo.

- Mocoso cursi… - replicó Rivaille.

- Pero así me amas – respondió Eren.

La puerta fue abierta de par en par en esos momentos, en donde se veía a una jovial Hanji, junto a Irvin y dos de los nuevos reclutas, Eren se separó de Rivaille y este se bajó del escritorio, el castaño aprovechó de tomarlo por la cintura y darle un beso en la mejilla, los novatos se sonrojaron por el tierno gesto, y los dos superiores sonrieron, desde que la relación de Rivaille y Eren se hizo pública, meses después de haber recuperado el Muro María, el castaño tenia estos gestos para con el mayor. Ni que decir el revuelo que armó la noticia, pero ya nada podían hacer, Eren había probado ser lo suficientemente confiable en el control de su poder titán y para la humanidad; gozaba de plena libertad de sus actos y Rivaille ya no era más su vigilante, así que se obvió el asunto en los altos mandos, después de todo Eren ya era mayor de edad en ese entonces, y había probado ser parte fundamental para la conquista y re-conquista de territorio.

- Por lo que veo… creo que tendrán que venir por los informes después – murmuró Irvin hacia los reclutas, viendo el desorden de papeles en el suelo.

- ¡Si, señor! – los reclutas saludaron y se retiraron.

- Perdón… -murmuró avergonzado el castaño.

- ¡Vamos Erencito!... no te disculpes, todos aquí sabemos que no te arrepientes del tiradero que dejaste – Hanji estalló en carcajadas, haciendo que Eren se sonrojara.

- Supongo que Eren no te ha dicho nada sobre la expedición – aseguró Irvin, mirando a la pareja.

- Algo mencionó… creo – murmuró Rivaille haciendo memoria, miró el desorden en su oficina y fulminó a Eren con su mirada, quien comenzó de inmediato a recoger los papeles - ¡Diablos!... días organizando esos papeles para que el arrebato de un mocoso lo echara a perder. – dijo malhumorado.

- Enano… creo que la abstinencia te ha sentado mal – murmuró divertida Hanji, a costa de su propia vida – Si hasta volviste a tu malhumor.

- ¡Cállate cuatro ojos de mierda! – gritó exasperado Rivaille

- Tanto tiempo sin escuchar ese apodo – dijo Hanji emocionada - ¡qué recuerdos!

- Tsk… ya hablen de una puta vez – replicó enojado el Sargento.

- Bueno… la recuperación del Muro María ha sido todo un existo gracias a Eren, la última horda de titanes fue completamente acabada – expresó Irvin y Rivaille miró a su mocoso orgulloso.

- ¿Qué esperaban? Después de todo el Capitán Jeager maneja un equipo de elite que fue entrenado por mí mismo – habló Rivaille, mirando con cariño al castaño.

- No fue para tanto amor… después de todo, todos trabajamos en conjunto para aniquilar esa amenaza y recuperar esta porción de territorio – dijo Eren recogiendo el último papel desperdigado en el piso – El equipo que tú entrenaste para mí ayudó bastante, eso más el equipo tuyo nos aligeró la carga desde el principio.

- Pero que modesto eres muchacho – Hanji le dio una palmada en la espalda, casi derribando a Eren – Sabes bien que por un momento casi y fracasamos de no ser por ese control sobre los titanes que tienes – mencionó la castaña.

- ¿Cómo es eso? – preguntó preocupado Rivaille, pensando en lo que tuvo que pasar Eren, ya que el control sobre los titanes lo podía desarrollar solo en su forma humana y cuando sentía emociones demasiado fuertes - ¿Qué ha pasado allá afuera? – exigió saber.

- Nada de qué preocuparse afortunadamente – dijo esquivo Eren – lo importante es que todos están a salvo y que ya nada podrá penetrar los muros de María.

- Me ocultan algo – aseveró Rivaille, mirando enojado a los presentes – Sea lo que sea quiero saberlo ya.

- No mucho… solo Eren deberá descansar unos cuantos meses y no transformarse, nada más – murmuro Hanji – estuvo unos días inconsciente después de usar el control titán, fueron demasiadas emociones fuertes para su psiquis, lo que conllevó a que su cerebro colapsara dada la sobre exigencia y al caótico estado emocional en el que se encontraba así que su organismo optó por dejarlo en un estado de inconciencia para buscar las causas del desequilibrio emocional y poder reponer las redes neuronales dañadas en el estallido sufrido por utilizar el control titán y regenerarlas… tomando en cuenta que este estallido fue mucho más fuerte que el que le ocurrió cuando murió Hannes… debo añadir que fue mucho más potente y efectivo – se entusiasmó Hanji – lo cual lo llevó a sus días sin despertar… puede que incluso muchas de las funciones de su cerebro hayan tenido que ser reemplazadas… no sabría decirlo a ciencia cierta, no sabemos si eso también incluye la parte de su poder titán y si se trasformara no sabremos qué pasará, pero mejor no arriesgarnos… claro que, esto es solo un supuesto si sus funciones cerebrales fundamentales hubieran sido dañadas eso ocasionaría que Eren siguiera inconsciente en estos momentos y como no es así, creo que mi teoría es incorrecta…

- ¡Hanji! Cálmate por favor – pidió Irvin mareado por la verborrea de la castaña – Ahora explica eso de una forma más sencilla.

- ¡OH, bien! Se puede decir que Eren se puso en un estado de hibernación, para que su cerebro se enfriara un poco y se recuperara… expresándolo de la forma más burda posible – explicó Hanji.

- ¿Estas bien, cierto? – preguntó preocupado Rivaille, acercándose a Eren tomándole la temperatura, su piel estaba más caliente de lo normal, y se maldijo por no darse cuenta antes.

- Cuando Eren ya no pudo usar su poder titán, se valió de ese control para sacarnos del atolladero en el que nos encontrábamos, con eso pudimos acabar con los últimos titanes rezagados dentro de María, llevándonos a la recuperación exitosa del territorio – argumentó el Comandante – Pero Eren está estable y recuperándose satisfactoriamente.

- Nada de qué preocuparse amor – murmuró Eren, besando al azabache en la sien.

- Bien… es hora de irnos Hanji – expresó Irvin – debemos ir a informar a los altos mandos del resultado de la misión – se levantó de su silla y se encaminó hacia la puerta – Caballeros, buen día – murmuró antes de salir junto a la castaña.

- Recuerda Erencito, nada de movimiento extra esta noche… necesitas un buen sueño reparador y descanso – pidió Hanji – dudo mucho que dormir en una incómoda carreta sea suficiente… además… – agregó risueña - en las semanas que tendrás de vacaciones podrán ponerse al día ¡jajajajajaj! – y se fue.

- Tsk… en serio, Hanji a veces planea que la mate – murmuró para si Rivaille, escuchando la risa de su joven amante tras él - ¿de qué te ríes mocoso?

- Sabes que jamás le harás algo a ella, a pesar de todo la consideras tu amiga – habló el menor sonriendo.

- ¡Yo! ¿Amigo de esa loca?... tengo mejor gusto -replicó indignado el azabache.

- Bueno… como digas –Eren abrazó al Sargento una vez más – Mejor ordenamos tu papeleo para ir a dormir después.

- Nada de eso… vamos a ir a ahora a nuestra habitación, necesitas descansar, tienes un poco de fiebre, estas ojeroso y pálido… si te enfermas no pienso cuidarte así que mejor prevenimos – aseguró Rivaille encaminándose hacia su habitación, dejando el desorden atrás, no era que no le molestara dejar su oficina en esas condiciones, pero la salud de Eren era primero - dudo mucho que las tablas de una carreta sean más cómodas que un colchón.

Eren solo sonrío, sabia lo preocupado que habían dejado a Rivaille esos dos, más nada podía hacer, a pesar de que Hanji le había prometido no decir nada, el castaño debería haber previsto que de igual manera soltaría la información, después de todo Hanji lo conocía muy bien, y sabía que solo a Rivaille le haría caso, o en cualquier caso el mayor lo obligaría a guardar reposo unos días para reponerse del intenso mes que vivieron por la expedición.

- Yo también te amo Rivaille – murmuró Eren contra su oído, haciendo estremecer al Sargento – no puedo esperar a que pasen estos días y poder estar contigo.

- Ya ha pasado un mes… un día o dos no nos mataran – argumentó Rivaille.

- Pero yo me muero por tocarte amor… ya no aguanto… no sabes todo lo que pensé en ti, estando todo un mes solito sin mis atenciones – susurró Eren contra el cuello del azabache.

- ¡Pues te esperas mocoso! Ya escuchaste a la loca cuatro ojos – Rivaille le dio un manotazo, ocultando el sonrojo que le provocaron las palabras de Eren, no negaba que también tenía ganas de lanzársele encima, pero prefería esperar unos días para ver al menor más repuesto para hacer y deshacer con él.

- Eres malo… - Eren hizo un puchero, viéndose demasiado infantil.

- Vamos… que los berrinches no te pegan ya... ¡a la cama! – ordenó el Sargento, y Eren lo obedeció de inmediato.

Se acostaron en un cómodo silencio, Eren abrazando a Rivaille y este acomodándose en su regazo, el mayor no admitiría lo mucho que extrañó esos brazos y lo difícil que fue conciliar el sueño en esas noches solitarias, buscando el calor que hace mucho no sentían se quedaron dormidos de inmediato, teniendo una noche cálida, sin angustias ni pesadillas.

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Al cabo de unas semanas, Eren se sentía completamente renovado, con el permiso otorgado para su recuperación y el que por fin se pudo tomar Rivaille, los dos disfrutaban el no tener que hacer nada en el cuartel, agradeciendo el no tener que ayudar en la reorganización de la población hacia le recuperado Muro María, al ver el estado caótico de las personas que volverían a sus tierras y el jaleo de sus compañeros era suficiente aliciente para para tomarse por el lado bueno el tiempo de baja que le dieron a sus laborares, ese tiempo lo ocuparon para otras cosas más interesantes, como por ejemplo, recuperar el tiempo perdido.

Rivaille se encontraba cenando junto a Eren, ya era el quinto día que cenaban prácticamente solos, la mayoría de los miembros de la Legión se encontraban en el otro territorio, incluyendo algunos de los del equipo de Rivaille y Eren, también estaban allá Irvin y Hanji, el azabache agradecido de la paz que se podía respirar sin la presencia de la loca cuatro ojos.

- ¿Amor, en que piensas? – preguntó Eren.

- En la paz que se siente cuando la loca no está - respondió.

- Es cierto…. Todo ha estado más silencioso – corroboró Eren.

- Debo admitir que tu amiguita rubia es bueno organizando esta mierda…. Ni siquiera con el cejotas podía verme librado de mis deberes – dijo Rivaille, cambiando de tema.

- No le llames así… - le reprendió Eren -mira que Armin nos ha salvado de varias en estos años.

- Y de no tener que ver montañas de papeles burocráticos estos días – añadió Rivaille.

- También – Eren sonrió – los demás se esfuerzan demasiado para que nosotros podamos descansar…. Mira que tú a pesar de no haber ido con nosotros fuiste el que te ocupaste de aquí… y no te cuidaste para nada – reprochó el menor.

- Vaya… un mocoso hablando de cuidados… ¿Quién es el que casi se fríe el cerebro por capricho? – dijo sarcástico el Sargento.

- ¿Y a quien estamparon contra un árbol?... otra vez… - se defendió el castaño – Te recuerdo Rivaille que te fracturaste costillas… y de milagro que estas no te perforaron nada.

- Alguien debía hacerse cargo de aquí… no iba a dejar que los demás convirtieran esto en un basurero – replicó el azabache.

Eren no dijo más, luchar contra la terquedad de su pareja era un caso perdido, más, si se le sumaba su obsesión por la limpieza, Rivaille en verdad necesitaba este descanso tanto como él…. A pesar de haber convencido a Rivaille de no asistir a la misión, por muy empecinado que estaba, sus lesiones no le dejaron opción, aún así se negó a un adecuado descanso después de estar unos días en reposo sin poder moverse; si bien, no era la primera lesión que sufría a lo largo de los años, Rivaille se había comportado especialmente intransigente esta vez, y todo debido a la importancia de la misión pasada, como no le dejaron ir, se desquitó con los pocos reclutas que quedaron en el cuartel y haciendo el trabajo que Irvin no podía ir a la misión; claro que Hanji e Irvin no estuvieron muy de acuerdo, pero conociendo a su amigo, sabían que Rivaille no transaría.

Siguieron comiendo en silencio, hasta que sintieron irrumpir en el comedor, venían Hanji y los demás, se notaban cansados, pero felices.

- Sabia que mi felicidad no podía durar tanto – murmuró Rivaille

- ¡Yo también te extrañé, enano! – gritó Hanji corriendo a los brazos de Rivaille, quien solo la golpeó en el estómago – Auch.

- ¿Se encuentra bien Hanji-san? – preguntó preocupado Armin.

- Jajaja… esto no es nada – contestó la castaña – por otro lado… - Hanji miró a la parejita – Como se habrán divertido ustedes dos en nuestra ausencia ¿eh?

Eren quien estaba tomándose un café, lo escupió todo.

- ¡Hanji-san! -exclamó el castaño.

- Así me llaman – contestó risueña la mujer.

- Tsk… mi vida sexual no debe de interesarte gafas de mierda – espetó Rivaille enojado.

- Si, si… ya veo… creo que Erencito todavía no te da… sigues teniendo el mismo humor – y Hanji rompió en carcajadas, dejando a un Rivaille encabronado y a Eren más que avergonzado.

- Sigue hablando loca y de hoy no pasas – murmuró fiero el Sargento.

- ¡Rivaille!… no le sigas el juego tu también – pidió Eren.

- Pero Eren… - dijo sonriendo – ella debe de saber todo lo que hemos hecho en su ausencia… o los lugares que hemos ocupado – añadió.

Eren se puso mucho más rojo de lo que ya estaba, mientras que Rivaille miraba triunfante a Hanji y los demás no querían saber por qué el castaño estaba cada vez mas rojo.

- Hay cosas que nunca cambian – murmuró Rivaille, a quien le encantaba avergonzar a Eren, le gustaba cuando mostraba esa faceta tímida, a pesar de los años de relación que llevaban.

Irvin carraspeó para detener la incómoda y muy inusual conversación.

- Cambiando el tema… - habló el Comandante – Venimos a decirles que gran parte del territorio de María ha podido ser repoblado… aunque costará poner en pie las ciudades, ya los aldeanos están trabajando en eso – dijo contento el rubio – el único sitio al que no hemos llegado es Shingashina… después de que fuera sellada por Eren no hemos vuelto allí – Irvin miró a Eren – y no queremos volver sin ti.

- Pero yo…

- Lo sabemos Eren... – intervino Mikasa – Estas de baja por dos meses, pero como dijo el Comandante… no queremos volver sin ti.

- Nos fuimos juntos, y volveremos juntos… además, recuerda que ahí está el secreto para poder ser libres de nuevo, está en tu casa… es justo que vengas con nosotros – continuó Armin.

- Chicos… - murmuró el castaño con una sonrisa nostálgica – Gracias.

Por el momento, la Legión de Reconocimiento se encargaría de proveer a la demás gente de todo lo necesario para la reconstrucción de sus pueblos y cuando Eren y Rivaille estuvieran repuestos y volvieran a sus funciones como soldados, irían a descubrir como derrotar a los titanes.

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Solo los jóvenes sobrevivientes de la tropa nº 104, más los superiores, Irvin Smith, Hanji Zoe, Mike Zackarius y Rivaille, fueron los autorizados para entrar al derrumbado distrito de Shingashina, en donde residía el secreto de la existencia de los titanes.

Ya dentro de Shingashina los chicos perteneciente a este distrito, estaban un tanto emocionados como sobrecogidos por la situación, sobre todo Eren, quien por fin podría saber el porqué de la existencia de esas bestias y de su poder para cambiar en una de ellas.

Caminando por la calles, Eren iba perdido en sus pensamientos, recordando las miles de cosas que vivió en su hogar, junto a su madre, junto a Grisha, las cosas que hizo, lo que soñó con Armin y Mikasa de pequeños, todo volvía con mucha más fuerza después de años sin poder volver al lugar que lo vio nacer.

Eren soltó un hondo suspiro, Rivaille al escucharlo se le acercó lentamente.

- ¿Estas bien, Eren? – preguntó preocupado el Sargento.

-Si… es solo… - respondió el menor – el volver aquí es lo que me tiene así, de seguro Mikasa y Armin se sienten de la misma forma – vio de soslayo a sus dos camaradas.

- ¿Así como? – Rivaille estaba intrigado por esa faceta nueva que veía en Eren.

- … - Eren lo pensó un momento ¿Triste? ¿Feliz?... nostálgico tal vez – contestó Eren, mirando al azabache intensamente – Son muchas las cosas que viví en estas calles… realmente me hubiera gustado que Hannes-san viviera para ver este momento… el vernos volver a nuestro pueblo – murmuró tristemente.

-… - Rivaille no tenía palabras para decirle a su mocoso, estaba tan asombrado por Eren, que solo lo detuvo y le dio un casto beso en sus labios - Vamos, sabes que estoy aquí.

- Lo sé… - Eren lo abrazó un momento, hasta que sintió pasos acercándose.

- Eren… ya estamos por llegar a casa – murmuró Mikasa, tapándose con su bufanda para que no vieran que se mordía el labio con nerviosismo.

- Bien… es hora de que los secretos se sepan – besó a Rivaille es la mejilla y partió junto con Mikasa.

Llegaron al lugar en donde estaba su antiguo hogar, se encontraba lleno de maleza por el paso del tiempo, pero más nada había cambiado, Eren recordando lo último que vio de su hogar, su madre siendo devorado por el titán, sacudió su cabeza y le dio una débil sonrisa a Mikasa y comenzaron a despejar el área. Necesitaba llegar al sótano, el cual estaba debajo de toda la madera corroída y destrozada que encontraban a su paso.

Estuvieron todo el día limpiando, pudiendo despejar la zona completamente, estaba atardeciendo, así que por una orden de Irvin decidieron montar las tiendas de campaña para descansar y ya mañana seguir con la misión, pudieron ocupar aquellas casas que no estaban destruidas, pero eso equivaldría a tener que limpiar otra vez, y todos estaban cansados como para hacerlo.

Rivaille entró a la tienda que compartiría con Eren, viendo al joven sin camisa limpiándose junto a una fuente con agua, quedó petrificado en la entrada y tragó pesado, nadie más que él hubiera querido estar en otra parte, pero que se le iba a hacer, además no era momento de pensar en esas cosas. Eren levantó la vista y vio a su pareja clavada en su sitio, algo que le extrañó.

- ¿Qué haces ahí parado, amor? – preguntó confundido.

- Nada… nada – respondió Rivaille, sacudió su cabeza difuminando todo pensamiento que lo involucraran a él, Eren, una cama o pared y se acercó hacia el menor - ¿Cansado? – preguntó.

- Demasiado – contestó – no hubiera sido tan difícil limpiar la entrada si la maleza no se hubiera enredado tanto.

- Ya mañana todo acabará – replicó Rivaille – y podremos estar en paz.

- Te equivocas… mañana solo será el comienzo para otra aventura Rivaille – murmuró Eren, acercándose al mayor y abrazándole, nada mejor que los brazos de Rivaille para calmarle – por fin podremos ser libres y vivir en paz.

Se recostaron juntos, cada uno sumido en sus pensamientos, Rivaille pensaba que Eren tenía razón, esto no era más que el comienzo a algo nuevo, vio como el castaño jugaba con la llave en su cuello, se acomodó en el pecho del menor y lo miró.

- Estás ansioso – afirmó el azabache.

- ¿Tu no? – preguntó Eren.

- Tal vez… solo un poco – respondió Rivaille, Eren lo abrazó y el mayor se acurrucó en su pecho.

- Durmamos, lo necesitaremos para mañana – Eren apagó la vela y quedaron en penumbras – Buenas noches amor.

- Hmmm – contestó Rivaille antes de que los dos se quedaran dormidos

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- Es hora, Eren – habló el Comandante – Abre la puerta.

Todos estaban expectantes mientras Eren colocaba la llave y abría la puerta lentamente, dejando un espacio oscuro por donde atravesarían y descubrir de una buena vez, la manera de erradicar a los titanes.

- Traigan las antorchas – ordenó Rivaille, Jean y Armin se apresuraron a entregárselas.

- Bajaremos Hanji, Rivaille, Eren, Mikasa, Armin y yo – dijo Irvin – los demás se quedaran a cargo de Mike y vigilaran los alrededores, si bien esta es una misión secreta, sabemos que la información se filtra, esperemos que este no sea el caso.

- ¡Si señor! – respondieron los demás haciendo el saludo militar.

Los demás bajaron por las estrechas escaleras iluminando todo a su paso, ahí pudieron ver que el sótano era prácticamente un laboratorio, había una mesa de trabajo con tubos de ensayo, probetas, frascos con sustancias y contenidos extraños, en una pared había un librero grande con muchos libros, más de los que Eren haya podido ver en su infancia, y al otro lado se encontraba un escritorio con hojas sueltas y un montón de cuadernos con anotaciones hechas por el mismo Grisha, el menor reconoció la letra de su padre aunque no entendía muy bien el idioma en el que estaba escrita.

- Tsk… este lugar está demasiado sucio – habló Rivaille, sacudiéndose el polvo de su capa y colocándose unos guantes blancos.

- Es obvio enano… este lugar no ha sido utilizado por años -

- ¿De qué hablas loca? Si tu laboratorio está en peores condiciones – dijo molesto el azabache.

- Ahahahaha… no puedo rebatir a eso – concedió la castaña.

Armin paseaba su vista por los libros de la mini biblioteca que se encontraba ahí, sorprendiéndose por los títulos que veía.

- Algún título en especial – Preguntó Irvin acercándose al rubio menor.

- No Comandante… bueno si… pero no reconozco ni la mitad de estos libros, al parecer todos estos títulos son lo que ha prohibido el rey, no es algo que nos encontraríamos en alguna librería.

- Ya veo – murmuró Irvin, sacando uno de los libros – creo que nos entretendremos un buen tiempo descubriendo que dicen.

Eren estaba tratando de leer uno de los cuadernos de su padre, aunque no entendía mucho, ya que hace tiempo que no practicaba el alemán y algunas cosas se le escapaban, solo un poco antes que el titán colosal y acorazado atacara María su padre había comenzado a enseñarle alemán y por lo visto estaba fuera de práctica.

- No lo entiendo – dijo Mikasa, sacando a Eren de sus pensamientos.

- Es porque está en alemán… hace tiempo que no veía algo escrito en esta lengua, hasta yo entiendo poco de lo que hay aquí escrito.

-¿Tu padre sabia alemán? – preguntó Rivaille acercándose, haciendo una mueca por toda la suciedad que había a su alrededor.

- Si… mi abuelo le enseñó cuando era pequeño, algo así como que el apellido Jeager venia de alemanes o algo así… no es que yo lo entienda del todo pero de algunas cosas si me acuerdo - contestó Eren sonriendo – Aunque algo si me extraña… mi nombre ha aparecido en varias de las hojas que tiene escrita.

Rivaille lo miró un momento antes de que una densa nube de polvo los cubrió a todos, haciéndoles toser y estornudar.

- Vaya que si tenía cosas interesantes el señor Grisha – dijo Hanji sacándole el polvo a los frascos que estaba ahí – Lo más interesante es que tenga mini titanes aquí mentidos – habló más seria.

- ¿Qué dices cuatro ojos? – preguntó Rivaille acercándose a ver los frascos.

- lo que escuchaste enano – corroboró Hanji.

- Esto es muy extraño… no sé qué tiene que ver mi padre en todo esto… ¿por qué tenía un laboratorio con titanes debajo de casa?… ¿eso incluirá su desaparición horas antes del ataque a Shingashina? – se preguntó Eren confundido.

- Puede que haya tenido relación, no lo sabemos – dijo Hanji – Eren… sé que no recuerdas nada de esa época… pero ¿tienes idea a donde puede estar tu padre?

-No Hanji-san, ni idea, de lo poco que recuerdo, es mi padre actuando raro, una jeringa y nada más… el resto es tan confuso, como mi capacidad para convertirme en titán – contestó Eren.

Todos se quedaron en silencio, cada quien en sus pensamiento, Mikasa ayudando a Eren a ordenar los cuadernos y papeles que estaba esparcido en el escritorio, Irvin y Armin recorriendo los títulos de los libros y de vez en cuando abriendo uno que otro, Hanji y Rivaille, revolviendo los frascos y tubos en la mesa de laboratorio, a muy pesar del azabache que estaba fastidiado por tanto desorden en ese sótano.

Tan absortos en su trabajo que cuando Armin sin querer botó uno de los libros todos se sobresaltaron.

- Perdón – dijo Armin, recogiendo el libro caído

- Armin… ¿Qué tienes en la mano? – preguntó Eren, acercándose a su amigo - ¡Es mi antiguo libro de cuentos! – se asombró e castaño - ¿Recuerdas Mikasa? Esto era lo que te leía a veces cuando recién llegaste a mi casa.

- Lo recuerdo… pero ¿Qué hace aquí? Si no me equivoco ese libro desapareció unos meses antes de que el distrito fuera atacado.

- Eso mismo me gustaría saber a mi – respondió Eren dudoso.

- ¿Qué es eso? – preguntó Rivaille viendo un sobre en el suelo, recogiéndolo – Es una carta… ¿Creen que se haya caído del libro?

- Es lo más probable – murmuró Hanji – Mira… tiene el nombre de Eren – dijo Hanji.

- Es la letra de mi padre – Rivaille le extendió el sobre al castaño y este lo tomó nervioso.

- ¿Está bien que la lea yo primero? – preguntó a los demás el menor.

- Va dirigido a ti, es obvio que debes leerlo tú primero, mocoso – replicó Rivaille, siguiendo con su trabajo.

- Deja de decirme así – pidió Eren, mientras el mayor le pasaba la carta.

- Sabes que siempre serás un mocoso – replicó Rivaille – aunque eres MI mocoso – le susurró al pasar para que solo escuchara Eren.

Eren se sonrojó y observó el sobre como si fuera lo más maravilloso del mundo, tratando de calmar un poco su ansiedad tanto por sostener la carta como por las palabras de Rivaille, el menor todavía no podía entender como después de años conviviendo con Rivaille, seguía sonrojándose por los detalles de siempre, como el hecho de que su Sargento lo llamara suyo. Eren desdobló la carta y comenzó a leer el contenido.

"Eren:

Si estás leyendo el contenido de este sobre, probablemente el Muro María haya caído y sepas sobre tu poder titán, yo en estos momentos seguramente ya no estaré a tu lado, por lo que no podré ayudarte a controlar el poder que reside dentro de ti.

Seguro te estarás preguntando muchas cosas; algunas de ellas están anotadas en mis cuadernos, ahí se explica tanto el funcionamiento de los titanes y también lo de tu propio poder, el cual te fue otorgado por mí, para que pudieras proteger a tu hermana, tu madre a Armin y su abuelo… recuerda, solo tú podrás entender el contenido que hay en ellos, lo que si debes saber es que para manejar todo el contenido que hay allí escrito, debes encontrar a la persona con la capacidad de controlar a los titanes, solo con ella, la lucha podrá ser equiparada y haber esperanza de poder acabar con esas bestias, yo no sé quién es, solo fui el encargado de crear el suero e inyectarlo en las personas que fueron elegidas por el rey y que no lo hice por propia voluntad, sé que puede sonar a excusa, pero yo solo quería protegerlos a ustedes, esas personas podían arrebátalos de mi lado y no me podía permitir eso, fue ahí que preparé un suero extra y los mezclé con los demás, y fue lo que reservé para ti, para que pudieras defenderte de ellos También debo informarte que habrá personas en tu camino, tratando de arrebatarte este don, personas con la misma capacidad para cambiar, pero que están en contra de la libertad de la humanidad, solo espero que ganes en esta lucha y que todo no sea en vano.

Espero que tu madre, Mikasa y tú se encuentren bien y que nada malo les haya pasado, son mi familia y aunque ya no este, me seguiré preocupando por ustedes, so quiero que entiendas mis acciones, aunque no las compartas, pero en ese momento, cuando su vida estaba en riesgo, fue la mejor solución que encontré, perdóname si te condene a una vida que no querías, pero tengo fe de que este poder te servirá más que a Mikasa, ya que siempre has tenido la determinación de proteger a los que quieres, y sé que cumplirías con tu papel de guardián de los secretos…

Recuerda Hijo, solo aquel que tenga el poder para controlar a voluntad a los titanes, será la llave para poder vencer en esta guerra.

Atte: Grisha Jeager"

Eren acabó de leer la carta mientras pequeñas lágrimas surcaban sus ojos, ya todos habían dejado su trabajo y lo miraban con preocupación, Rivaille estaba a su lado confortándolo, le quitó la carta de las manos y lo abrazó, poco le importó lo cursi que se viera, pero estaba más preocupado por Eren, ya que el menor hace tiempo que no lloraba, por lo cual sabía que el contenido de esa misiva tuvo que afectarle en demasía.

- M-mi pa-padre esta… estaba sien-do amenazado p-por el Rey – dijo con la voz desafinada por el llanto – Él no fue tan mala persona como creía – terminó con una mueca.

- ¿Qué decía la carta, Eren? – preguntó Hanji.

- Hey, cuatro ojos… después podrás preguntar cualquier mierda que se te ocurra… deja que Eren se calme - espetó enojado el azabache.

- No… no, estoy bien… solo necesitaba desahogarme un poco, mi padre en la carta hablaba como si mi madre y el abuelo de Armin estuvieran vivos… a pesar de que ellos fueron los primeros afectados de mi familia… y de que el me vio antes de desaparecer y sabía que mamá ya no estaba… creo que él tenía la esperanza de que todos pudiéramos salir con vida – dijo con desgano.

- ¿Qué más menciona? – preguntó cauto Irvin.

- Básicamente me dice que todo lo que necesitamos está en esos cuadernos… los cuales me costará descifrar ya que estoy un poco oxidado con el idioma – dio una media sonrisa – y lo que ya sabíamos… que el Rey está detrás de todo esto, que hay cambiantes como yo… - Eren quedó pensativo, mirando la llave que una vez le dio Grisha -… y … y que debíamos buscar aquella persona que tiene el poder para controlar a los titanes, que ella era la llave o clave para poder lograr la victoria – el castaño miró a los presentes.

- Tú eres quien lleva ese poder – murmuró Rivaille – Tú puedes controlar a los titanes…. ¿Cómo fue que tu padre no lo supo?

- No lo sé… solo puedo comenzar a investigar lo que hay en esos cuadernos para descifrar todo y acabar con esto de una vez… si mi padre no sabía que al otorgarme el suero podría obtener esto solo queda confiar en lo que dice y seguir al pie de la letra lo que sea que encontremos allí – Eren señaló los cuadernos.

- Sabes lo que te pasó la última vez que ocupaste ese dichoso control titán Eren… no permitiré que vuelvas a poner en riesgo tu vida.

- Soy consciente de eso Rivaille – murmuró Eren.

- Entonces… -

- Si la clave para poder derrotar todo está en mis manos, no dudes que encontraré la manera de usarlo a nuestro beneficio, algo encontraremos al leer eso.

- Como quieras mocoso… solo espero que sepas que yo no estoy de acuerdo si tienes que freírte el cerebro de nuevo – habló molesto el azabache.

- Lo sé amor… lo sé… no te preocupes, todo estará bien – trató de convencerle Eren.

Guardaron todo lo que podría servirles dentro del laboratorio, además de los cuadernos con notas de Grisha, sacaron todos los libros y se los llevaron también, ya que también podrían servirles para la investigación que tenían por delante, Hanji por su lado trató de llevarse todos los experimentos en los frascos y la sustancia de los tubos, sin embargo Irvin solo dijo que podía llevarse unas muestras de cada cosa.

Ya al salir de ahí optaron por lo más sencillo, quemar los restos de la casa de Eren para que nadie más pudiera desentrañar los secretos que quedaron ahí y usarlos a su beneficio, el castaño quedó mirando como ardían los restos de su casa, viendo como los recuerdos poco a poco iban volviéndose más claros; aquellas cenas en familia, los juegos con Mikasa y Armin en su comedor, su madre preparándoles comida como todos los días, cuando Mikasa vino a su casa después de que asesinaran a sus padres, su madre regañándole por querer entrar en la Legión de Reconocimiento, su padre dándole la llave que abría el sótano, todo eso y mucho más fue inundando su mente mientras veía las llamas danzando alrededor de lo que una vez fue su hogar.

-"Sabes mamá…" – pensó Eren mirando al cielo – "… puede que sigas molesta por haber entrado a la Legión… sé que me comporté como un crío aquella vez, pero ya no lo soy más" – miró a Rivaille, unos metros más allá, arreglando su caballo – "No me arrepiento de haber ingresado, porque a pesar de todas las muertes y el sufrimiento que envuelven, encontré el amor… aquel que creí jamás conocer" – vio a Armin y Mikasa quienes veían como se consumía la casa – "puedo estar con mis hermanos, protegiéndolos, aunque sean ellos los que me hayan salvado más de lo que yo lo he hecho, pero ahora sé que es mi turno de devolverles la mano" – Eren observó al resto de sus compañeros - "Y te puedo asegurar mamá… que a pesar de todo lo que he pasado por entrar aquí…. Soy feliz" – el castaño sintió como una pequeña brisa lo abrazaba.

- Vamos Eren… los demás se encargaran de apagar las llamas… es hora de volver al cuartel – se acercó Armin,

Eren solo asintió, dejando atrás los restos de un hogar perdido, que solo hasta hace poco pudo lograr armar otra vez.

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Pasaron largos meses antes que se pudieran descifrar los cuadernos de Grisha y otros para que pudieran entender el significado de esas palabras; por lo menos ya sabían cómo derrotar a los titanes y Eren practicando se dio cuenta que dominar el control titán (así era como él le llamaba) era más simple de lo que él pensaba y no tendría que morir por el sobrecalentamiento de su cerebro. Pudieron derrocar definitivamente al Rey con las pruebas que contenían esos cuadernos, ya que daba nombres y locaciones específicas, que con solo un poco de investigación se podían revelar y apresar a todos aquellos que estaban en contra de la humanidad, también las escrituras decían que después de la primera vez que se revelara la persona que podía someter a voluntad a esas bestias irían cada día mermando a la voluntad de esa persona, y como Eren los quería extintos, ellos mismos irían atacándose hasta reducirse. Se sorprendieron que los informes decían que para tener la capacidad de cambiar a titán se debía "devorar" a otra persona con las mismas características, ahí entendieron porque el padre de Eren estaba desaparecido desde ese entonces, él le otorgó esa característica a su hijo aparte de la inyección con el suero; fueron largos y traumáticos días para Eren, saber que era el responsable de la muerte de su padre fue algo muy duro para el castaño, pero Rivaille y los demás pudieron hacerle entender las razones que Grisha tuvo para hacerlo y aunque le costó aceptarlo, lo hizo.

En los siguientes meses probaron la teoría, organizando expediciones a largo alcance, abarcando mucho más territorio, se disponían espacios con trampas, Eren atraía a una gran cantidad de titanes y luego se accionaban las trampas (que fueron desarrolladas por cortesía de Hanji, con unos planos pertenecientes a Grisha) para así poder matar a mas titanes que si se enfrentara un soldado solo con las cuchillas.

En unos de los descansos que tomaban entre expedición, estaba Eren y Rivaille en su oficina, arreglando y firmando papeles, como el castaño ahora ostentaba el rango de Capitán tenía que hacerse responsable del todo lo que traía su cargo.

- Todavía no entiendo porque acepté el cargo, si hubiera sabido que me traería esta montaña de problemas – dijo Eren señalando la montaña de cosas que se le habían amontonado por falta de tiempo – me hubiera quedado como un soldado más – terminó frustrado.

- Ya no te quejes… aunque debo admitir que tu hermana psicópata fue más inteligente al no aceptar… esos cerdos solo necesitaban a alguien para llenar estas mierdas, además también fue para que la gente no se les viniera encima por todos esos años de malos tratos hacia ti – habló Rivaille quien seguía en su trabajo.

- Como sea… es gracioso como las personas puede cambiar su percepción solo por un pedazo de tierra – Eren se estiró haciendo sonar los huesos de su espalda - ya me he cansado de hacer esto por todo el día… ¿no te apetece hacer algo más? – preguntó Eren sugerente.

- Bueno, si hay algo que quiero hacer - respondió Rivaille en el mismo tono, se levantó de su escritorio y fue asentarse en el regazo de Eren, cual gatito mimoso.

- Haber… ¿y qué cosa quieres hacer mi amor? – se desentendió el castaño, inspirando el aroma del mayor – estoy abierto a sugerencias.

Rivaille tomó el rostro del castaño y lo besó con fiereza, hace días que no podían hacer más que besarse y tener caricias leves por aquí o por allá, la cantidad de misiones al exterior más el cúmulo de responsabilidades no les dejaba tiempo libre y en las noches terminaban lo suficientemente cansados para solo querer dormir. El beso se tornó cada vez más apasionado, Eren enredaba su lengua con la de Rivaille, la succionaba, y arremetía contra la boca del más bajo con gula, el Sargento por su lado ya estaba a horcajadas sobre Eren, disfrutando del beso, metiendo sus manos por debajo de la ropa del menor.

Eren, se separó del beso, ambos buscando aire; desató el pañuelo que escondía el cuello de su compañero y empezó a repartir pequeños besos y lamidas en toda la extensión, el azabache se deshacía en los brazos del castaño, ya hace días que no tenían intimidad y se estaba frustrando, además nada mejor que alivianar las tensiones que pasar tiempo de calidad con su pareja.

- Veo que estamos más que dispuesto, Capitán – murmuró Rivaille contra los labios de Eren mientras se friccionaba contra el bulto que cada vez creía más y más dentro de los pantalones de Jeager.

Eren solo lo besó desesperado comenzando un vaivén frenético para los dos, perdidos en su mundo y olvidándose de los dichosos papeles que estaban firmando, en estos momentos los dos solo pensaban en la satisfacción que les causaría estar unidos, tanto así que no escucharon la puerta abrirse.

- Erencito… enanin… tenemos ¡WOOOOOW! ¡PERO QUE CANDENTES! – gritó Hanji, interrumpiendo el momento íntimo de la parejita, atrás de ella venia Irvin.

- ¡Hanji- san! – gritó Eren avergonzado.

- ¡Maldita loca! ¡Cuántas veces te he dicho que toques la puta puerta antes de entrar! – habló molesto el Sargento.

- ¿Ves Irvin? Yo sabía que no era buena idea dejarles una oficina para los dos… si solo la ocupan para esto – habló jocosa la mujer – no es la primera vez que los pillo así.

- Tsk… cállate cuatro ojos, que si tuvieras modales, nada de esto pasaría – dijo fastidiado el azabache

- Hanji, puede que Rivaille tenga razón – intervino el rubio antes de que Rivaille arremetiera contra la castaña de lentes – Pero Rivaille… para esas cosas está su habitación ¿no crees?

- Pero que aburrido eres cejotas – murmuró Rivaille – con razón sigues soltero.

- Eso no tiene nada que ver – Irvin suspiró – Pero no vinimos a hablar de la vida privada de nadie… tenemos noticias importantes que darles.

- ¿Cuáles son Comandante? – preguntó Eren curioso.

- Los informes que hemos recaudado de la Tropa estacionaria a lo largo de estos meses de expediciones nos dicen que la cantidad de titanes ha disminuido en consideración a lo antes visto – contestó Irvin sonriendo.

- Lo cual nos dice que todo ha estado funcionando de maravilla – dijo contenta la mujer de lentes - ¡Es grandioso!

- Me alegra oír eso – murmuró Eren, por primera vez viendo que sus esperanzas de ser libre por fin no estaba tan equivocadas como pensaba.

- Eso es bueno, pero eso no nos libra de los buenos años que estaremos trabajando para exterminar a esas masas inservibles de carne – expresó Rivaille.

- Ay enano, pero que aguafiestas eres – Hanji suspiró melodramáticamente.

- Nos queda un largo camino por recorrer… esto es solo el comienzo de esta nueva etapa para acabar con la guerra – Irvin miró a los presentes y todos asintieron, convencidos de que estaban viendo los vestigios del plan que estaba ya en marcha.

- Esas trampas que diseñó tu padre Eren sí que son efectivas… debe ser eso más tu perfeccionamiento controlando a mis queridos titanes que se ha podido avanzar en todo esto – argumentó la castaña.

- Si seguimos así… si todo sale bien… estoy seguro que las próximas generaciones podrán vivir libres de titanes y ver todo lo que está detrás de estos muros ¿no creen? – murmuró Eren, todos se quedaron en silencio, hace mucho tiempo que no veían los vestigios de lo que fue el castaño en sus primeros años en la Legión – Es seguro que lo podremos lograr.

- ¡Pero que ternura eres! – Hanji se abalanzó a abrazar a Eren, estrujándolo todo lo que podía.

- Han-Hanji-san… N-no res-respiro – dijo Eren ahogado por el abrazo.

- Ya loca de mierda… déjalo en paz – espetó el azabache.

- No te pongas celoso enano… si todos sabemos que Erencito no tienes ojos para nadie más que para ti – habló la castaña, aun abrazando a Eren, pero con menos fuerza.

- Tsk… como sea – espetó Rivaille – ¿Solo vinieron a eso? – preguntó malhumorado.

- Si… así que ya nos retiramos – respondió Irvin levantándose de su asiento – Vamos Hanji.

- Buenas noches tortolitos – dijo Hanji retirándose – O mejor dicho… que disfruten la noche – añadió riéndose, cerrando la puerta tras ella.

- Loca de mierda, siempre con sus estupideces – Rivaille suspiró y se fue directo a Eren, quien estaba observando a la luna tras la ventana, el castaño lo abrazó y recostó su mentón en la cabeza del mayor - ¿En qué piensas?

- Nada en particular – respondió Eren, observando cómo se veían los reflejos de la luna esparcido por el bosque – es solo que… - Eren calló.

- ¿Solo que…? – le animó a hablar el Sargento.

- Es solo que a pesar de todo lo que ha pasado, no puedo evitar sentirme feliz de estar en la Legión – Rivaille quedó mirando raro a Eren – no me importa que me llames loco.

- Para estar aquí debes entrar estando locos Eren – el azabache sonrió como pocas veces lo hacía – Ahora explícate porque no te entiendo.

- He ganado más cosas de las que he perdido en este tiempo – Eren al ver que el mayor todavía no entendía continuó – Se puede decir que tengo una familia mucho más numerosa que antes… a pesar de lo que digan del Cuartel, este ya se trasformó en mi hogar… además tengo donde volver – Eren besó los labios de Rivaille con ternura – aunque hay cosas que siempre echaré en falta.

- ¿Lo dices por tu madre? – preguntó Rivaille.

- Por ella… por el abuelo de Armin… ya que el a pesar que no lo trataba muy a menudo de pequeño, cuando llegamos como refugiados a Trost, él se encargó de cuidarnos antes de mandarlos como comida de titanes – la voz de Eren se fue endureciendo a medida terminaba el relato – Y también a Hannes-san… sin él, ni yo, ni Mikasa estaríamos con vida.

- Y tu padre Eren… ¿Le echas de menos? – preguntó a su vez el mayor, siempre había tenido curiosidad respecto a eso.

- Con él… las cosas son más complicadas – habló el castaño - por un lado sigo sentido por el abandono en el cual nos dejó antes de volverlo a ver para que me inyectara el suero y eso… sumado a todos los años que creí que en realidad nos había dejado a nuestra suerte y no que estaba muerto… y ahora… ahora no sé qué pensar exactamente de mi padre, hay muchas cosas que hizo por nosotros sin que nos enteráramos para protegernos de todo lo que ocurría… lo agradezco, pero… - Eren miró a los ojos del mayor – Sé que no debería sentir este desasosiego por su persona… ¡pero fueron tantos años!... por años pensamos que se libró de nosotros para continuar su vida solo y ese sentimiento aún persiste… a pesar de saber la verdad – concluyó Eren.

- Es entendible… los rencores que se alimentan por años es muy difícil que desaparezcan en tan poco tiempo. – añadió Rivaille

- Eso no evita que me sienta mal por tenerle rencor ahora que sé la real causa de su partida – dijo desanimado.

- Hey…- Rivaille se dio vuelta y tomó a Eren de las mejillas – Somos humanos, tenemos derecho a tener estos sentimientos por la persona que se nos venga en gana… viviste años creyendo otra cosa de tu padre, es natural, somos seres imperfectos… nadie te está reprochando el aún sentir resquemor al recordarlo – lo reconfortó – Y no me hagas sentirme más cursi de lo que ya me siento por decirte eso mocoso.

- Tenías que matar en momento así ¿no? – le picó Eren sonriendo.

- Me conoces muy bien - el azabache lo miró y rió por lo bajo

- Hablando en serio amor… no sé qué haría sin ti – dijo Eren, afianzando el agarre que tenía sobre el mayor – Siempre sabes que decirme en estos momentos.

- Es obvio… soy un experto en consolar a mocoso cursis – dijo Rivaille con suficiencia.

- Sabes que Te amo ¿Verdad? – preguntó Eren.

- Me lo dices a diario, como para que se me olvide – contestó Rivaille – Yo también te amo.

- Es bueno saberlo – replicó Eren antes el tomar el mentón de Rivaille y fundirse en un nuevo beso con él.

Faltaban muchas cosas por venir, situaciones que resolver y ganarle a todos aquellos detractores de la humanidad que los habían encerrado y marginado a vivir como ganado, pero nadie podía quitarles esos pequeños momentos de libertad que tenían para vivir un amor entre guerra…y ya estaban dando los primeros pasos por una humanidad sin murallas.


TT_TT

joder... todavía no me creo que ya la haya terminado... es tan sorprendente para mi como para ustedes o_O (supongo)... ya que soy de esas personas que tienen un montón de ideas para escribir, pero que las comienza y no las termina (agradézcanle a mi madre por terminar la historia) ... no es que sea una irresponsable, pero es que siempre voy perdiendo la fe en lo que escribo y al final lo dejo (lo sé... soy una pinche insegura ... pero meeh... nada que hacer xD)

Espero que se hayan entretenido con mis locuras y los intentos de humor y drama aquí adentro ewe

Les agradezco de corazón que se hayan tomado el tiempo de leer esto .

Y como dije arriba... no se salvaran de mi tan facil... ya tengo algunas cosillas que espero subir pronto.

En fin ¿Algun reviews? ¿tomatazo? ¿me tiran palos? ¿me dan muchos heichous sensuales para mi? okno... xD

Min Akane

/Cambio y fuera/