FUTURE FISH

Antes de leer, dejo la información sobre este fic. La idea, en sí, es hacer 30 capítulos cortos (o más o menos cortos) basados en Ending de Free! Eternal Summer, FUTURE FISH. Todos ellos basados en la tabla de "30 Vicios" que fue bastante famosa hace unos años. La tabla que utilizaré es la tabla básica, de la cual, dejaré el link a continuación: .

También, hablando de las parejas (Que es lo que a casi todas nos interesa) serán las clásicas y básicas. La principal, como dice en el Summary, será la Rintori.

Yo estoy más acostumbrada a la comedia romántica, pero tiendo a ser dramática, así que ya saben que esperar.

Pues bien, me despido. Gracias por leer.

Capítulo 01. Inicio.

Leyó expectante por tercera o cuarta vez. De tanto en tanto, a veces, le echaba un vistazo sobre la carpeta con el ceño bien fruncido, sólo para notar qué, como el resto de la tarde, el chico con las manos esposadas sentado al otro lado de su escritorio no paraba de temblar.

Tipió su nombre en los registros de la computadora y ésta le arrojó alguna frase sobre una búsqueda infructuosa.

Aclaró su garganta y levantó una ceja, mirando directamente al criminal. El chiquillo se removió incomodo ante su escudriño, esperando impaciente por su sentencia. Finalmente, poniendo una expresión ligeramente más suave, se reclinó en su silla, pero se lo pensó mejor y entrelazó sus dedos sobre la mesa encima de la carpeta con un par de escuetos papeles, notando como el prisionero jugaba nerviosamente con sus pulgares, escondiendo sus manos entre sus piernas abiertas en al incomodísima butaca de la comisaría, las destinadas para los detenidos.

—Veo que este es tu primer…primera falta —Habló y se corrigió a sí mismo antes de decir crimen. Francamente, lo que ese muchacho había hecho no podía considerase siquiera como un delito grave.

–S-si —. Susurró el chiquillo, bastante tembloroso.

—No tengo registros de ti en el sistema. Supongo que no eres de por aquí ¿verdad?

—N-no.

Rin, mirando cruelmente pero con escondida diversión, se rió por dentro viendo cómo el detenido, Nitori Aiichiro, parecía que se orinaría encima en cualquier instante. Aún así, asustarlo de esa manera con su semblante de "Policía Malo" era muy cruel hasta para él.

Por ello, y antes de que le diera un ataque al pequeño criminal, suavizó su expresión y le sonrió. O más bien era lo que pensaba hacer antes de que el ruido fuerte de una puerta que se azota y la entrada de lo que bien podría catalogarse como un torbellino, le borró cualquier facción suave que pudiera tener, dejándole una marcada mueca de cansancio.

— ¿Dónde está? —Rugió una voz con furia y el reo que se encontraba en el escritorio de su compañero Yamazaki se encogió sobre sí mismo, intentando mimetizarse con la silla. Sousuke, con una mano en la mejilla y el codo apoyado sobre el escritorio, señaló con su pluma al otro lado de la mesa, sin siquiera quitar la expresión aburrida de su cara. Rin, por el contrario, se levantó al instante quedando bien recto, chocando su dedo incide contra su frente en un saludo militar prefecto.

—Teniente.

El recién llegado le hizo un ademán para que se sentase y tomó de la cabeza al prisionero señalado con una sola mano, incrustando sus dedos amarillentos en las sienes de su cráneo.

—Pequeño Imbécil —Siseó a un palmo de esa cara qué, viéndola bien, compartía los mismos rasgos.

— ¡Oni-chan! ¡Me lastimas!

—Momo Idiota —Gruñó el teniente, apretando aún más la cabeza de mechones fogosos. Sus ojos se clavaron como dagas en los del detenido, mientras éste, con las manos aún esposadas, intentaba zafarse del agarre — ¡Haz hecho llorar a Madre!

— ¡Madre llora todo el tiempo!

El mayor de los hermanos no encontró forma de refutar tal afirmación — ¡Deberías pensar más en nuestra pobre madre!

— ¡Eso hago! ¡Busco darle hermosos nietos!

El policía de cabello borgoña bufó, su compañero rió en silencio y el teniente le miró con furia.

— ¡Oficial Yamazaki! ¡Léame los cargos que se le imputan!

— Invasión y daño a propiedad privada, maltrato animal, vandalismo, faltas a la moral en la vía pública… —Sousuke paró de leer sin dejar de formar una expresión aburrida. — ¿Para qué lo leo, teniente, si los revocará de todas formas? No hubo muertos ni heridos. Dejémoslo ahí y continuemos con nuestras vidas. No importa cuántas veces lo confine a una minúscula celda para que aprenda la lección, a estas alturas hemos comprobado que su cráneo es duro.

Seijuro Mikoshiba, el teniente, apretó el puente de su nariz con el índice y el pulgar, completamente cansado, soltando a su hermano. El Oficial tenía toda la boca cargada de razón.

—Yo sólo quería impresionar a Gou-San. — Bufó haciendo morros el mocoso en cuestión. Ignorando todo lo que había pasado del medio día en adelante, pasándose por el arco del triunfo las miradas furicas de dos de los tres agentes ahí.

Nitori miró todo desde un ángulo lejano, sin comprender nada.

Aquella misma tarde ese alocado muchacho le había jalado consigo apenas hubo bajado del autobús que lo traía de su pequeña comunidad, arrastrándolo a hacer todas esas "fechorías" por las que los acusaban, y todo, por impresionar a una mujer.

Misma mujer que miró con mejores ojos a Aiichiro, cuando intentó detener a ese extraño, del cual se enteraba ahora, se llamaba Momotaro Mikoshiba, el hermano menor del mismísimo Teniente de la estación de policías.

Nitori, realmente, no había ido a la ciudad para ese tipo de disparates en los que ahora estaba metido y, sin apenas medio día ahí, ya tenía un expediente criminal archivado en la gaveta de ese terrible policía de dentadura predadora.

Se lamentó de manera dramática mientas miraba como es que ambos oficiales le reñían a un desinteresado adolecente que no hacía más que poner escusas mediocres e invalidas a sus acusaciones.

Esa era, definitivamente, una mala forma de iniciar su nueva vida.

つづく