ESTILO
By: K.G.Á.É.
Momo desconoce por qué su senpai está molesto con él. Cuando trata de arreglarlo, las cosas dan un giro inesperado…— ¿Qué había tratado de hacer?—. — ¿Por qué era distinto al resto?—
Free! - Iwatobi Swim Club no me pertenece.
DEDICADO A: Bastian Rhaegar Jagger, Artemisa Cipriano, jesyuchiha, Scarlett-nyan, Yumi Shishido, Nanami Fushikawa, Chrome Burns, Sayuki Yukimura. ¡Gracias por su apoyo!
Sobre los reviews: Es bueno saber que sí se divierten leyendo.
Sobre el vestido: en realidad existe y fue lo que dio nacimiento a esto. Pero shhuu... que sea nuestro secreto.
Entre otras cosas: la ukeabilidad será aprovechada, los sentimientos de todos por Ai-chan se balancearan por aquí y por allá. Y si hay vibras rintori, es porque también me gusta ese par -como habrán notado en mi otro fic-; aunque prácticamente me gustan todas las parejas : D
P. D. para sé-que-sabrás-que-es-para-ti: Tu Mako-chan tendrá aparición por aquí ; D
AGRADECIMIENTOS A: Todos mis lectores anónimos ; )
ESTILO
Momo sentía su cuerpo doler. Había sido golpeado más de una vez la noche anterior. Era borroso el momento en el cual (como era tan ruidoso como gato en celo y no dejaba dormir) le habían dejado inconsciente, pero aparte de eso…
Cuando esa mañana Nitori-senpai salió corriendo en cuanto le vio, con una expresión que gritaba '¡Sálvenme!', supo que merecía el primer golpe: su capitán lo había alejado de su senpai jalándolo de la ropa y arrojándolo al suelo. Si hubiera estado más atento a su entorno hubiera caído mejor, algo imposible considerando la situación…
De sólo recordarlo sentía humo salir de su cuerpo por lo avergonzado que estaba.
¿Qué había tratado de hacer?
— ¡Ahh!—gritó desesperado, revolviéndose el cabello. No entendía cómo había llegado a aquello.
Pudo escuchar las quejas de los demás en los vestidores. Algo sobre cuán ruidoso era y que debería disculparse por ser escandaloso. Se les quedó viendo estupefacto. Le había dado vueltas al asunto todo el día, pero ahora que se daba cuenta, no había tenido oportunidad de disculparse.
Apenas la noche anterior se iba a reconciliar con su senpai por el asunto del vestido, logrado dejara de evitarle, y ahora había vuelto al principio…
Esta ocasión era peor. No podía comprarle nada porque ahora sabía, podían pasar dos cosas: primero, de seguro su senpai le vería como el sospechoso de algún crimen y vería su regalo como si fuera el arma homicida. Segundo, su vista parecía jugarle malas bromas últimamente, pues comprara lo que comprara para su senpai, éste parecía de pronto tener un encanto superior, provocándole pensamientos pecaminosos a su joven mente.
En conclusión: estaba condenado.
— ¡¿Qué debería hacer, Uocchi-senpai?! ¡Seguramente me odia!—saliendo de su estupor, completamente derrotado se arrojó con su expresión más patética sobre su senpai más cercano, tomándolo del brazo.
—No sé de quién me hablas. Pero estoy seguro, lo hace con justa razón—decía tratando de quitarse al chico. Molesto por el mote, escuchando a los otros reírse de su infortunio.
— ¡No digas eso, senpai!—se abrazó más, esperando esta vez sí recibir el consuelo y consejo requeridos.
La puerta se abrió revelando a la causa de sus preocupaciones. Creándose una pausa en las quejas del menor a la vez que el ambiente se volvía tenso.
— Ah… ¡No es lo que piensas, Nitori-senpai!—soltó su agarre, paralizándose en su lugar aún sin saber qué hacer. Pensando que si su senpai volvía a evitarlo, se pondría a llorar allí mismo.
—Pero qué estás diciendo. Mientras no me involucres, eres libre de hacer lo que quieras. Mikoshiba-kun—expresó sonriendo cortés. Haciendo enseguida una ligera reverencia a modo de saludo para los demás, pasó de largo hasta su casillero, perdiéndose de vista de los presentes; quienes intercambiaron miradas sin saber qué había sucedido, coincidiendo, aun sin preguntar, en que Momo era el culpable del cambio gélido en el ambiente provocado por las palabras del hasta hace poco inofensivo chico.
—Deberías disculparte—a modo de apoyo, los senpais dieron un ligero golpe en la espalda de la pequeña nutria. Terminaron de arreglarse para empezar las prácticas y se marcharon a la alberca.
Por su parte, la mente de Momo repetía una y otra vez el nombre salido de labios de su senpai, haciéndole sentir una fría e invisible barrera entre los dos, creando una distancia que nunca había existido. El dolor en su pecho que no le dejaba respirar ni concentrarse, volvió más fuerte que antes.
—Nitori-senpai—susurró su nombre en una expresión adolorida, antes de respirar profundamente. Esta vez no dejaría pasar más tiempo, se disculparía en cuanto lo viera. Teniendo prácticas juntos, en algún punto podría decirle cuanto lo sentía.
.
.
Llegó a la alberca y todos estaban ocupados con su propia rutina. A lo lejos, vio a Nitori-senpai esperando para medir el tiempo de Yamazaki-senpai. Cuando tenía intención de aproximarse, una hoja le dio en la cara, desconcertándolo.
— ¿Qué es esto?—preguntó alejando la hoja que le era entregada.
—Tu entrenamiento—respondió Rin con simpleza.
— ¡¿Por qué tengo que hacer todo esto?! No acabaré hoy—se quejó viendo el exhaustivo entrenamiento descrito en su hoja.
—Entonces te sugiero que empieces—se marchó, sin intención de modificar nada. Colocándose a lado del chico del lunar como si de un guardián se tratara.
Sabía que si se quejaba no lograría nada y además quedaría como un incompetente, cosa que no quería.
— ¡Yosh! ¡Esto no es nada para la nutria de mar del mar de Japón!—se animó. Si podía cumplir con su enmienda, no sólo Rin-senpai estaría orgulloso de él y le perdonaría. Sino también…
Vio de reojo a la derecha de Rin-senpai, entonces con la mirada toda llena de ilusión corrió al agua.
— ¡Momo!—se escuchó la queja de aquellos a quienes salpicó.
— ¿Qué rayos está haciendo?—suspiró Rin, viéndole comenzar a entrenar.
— ¡Auch!—la nutria de mar del mar de Japón fue derrotada luego de algunas vueltas, por un calambre…
—Eso le pasa por no calentar—pese a que debería estar preocupado y enojado de que cometiera un error de novatos, en cambio, no podía evitar sonreír como si pensara que se lo merecía. Sin notar la mirada de otro de los miembros de su equipo sobre él.
Sousuke había notado en varias ocasiones que la relación de Rin con ese chico de segundo, de algún modo, era diferente comparada con los demás miembros del equipo. Viéndolo comportarse así y recordando su malicia al trazar ese entrenamiento para Momo (el cual le hacía falta y era pesado dentro de lo lógico, pero era repentino), despertó su curiosidad.
Enfocó su vista en el susodicho (quien seguramente volvería a dormir en su habitación), sentado al lado de Rin; haciendo un esfuerzo por no mirar en dirección a quien al parecer lo tenía molesto por alguna razón que desconocía.
En un primer vistazo no parecía haber algo sobresaliente o que valiera la pena, atléticamente hablando.
¿Por qué era distinto al resto?
Su mirada cambio como si una presa estuviera frente a él, tomando una decisión: le observaría para descubrirlo. Ese era su estilo…
.
.
.
N/A: Insertar música de tiburón cazando… ¡Espero les este gustado…!
¡GRACIAS POR LEER ESTO…!
Y SI DEJAN REVIEWS ¡GRACIAS TAMBIÉN POR ELLOS!