DISCLAIMER: ESTA LECTURA ES UNA ADAPTACIÓN DE UNA OBRA "UNA BODA RELÁMPAGO" DE ALEXANDRA SELLERS. POR LO CUAL CABE MENCIONAR,QUE EL NOMBRE DE LOS PERSONAJES Y SUS CARACTERES, HAN SIDO TOMADOS DEL ANIME CANDY CANDY .POR LO TANTO NO ME PERTENECEN. ESPERO PUEDAN DISFRUTAR UNOS MOMENTOS DEL MARAVILLOSO MUNDO "CANDY".
PRÓLOGO
LA mujer estaba sentada, con las piernas muy juntas y rectas, apretando las correas del bolso con sus manos tensas mientras miraba fijamente el cuadro de color rosa y púrpura de la pared. Parecía intimidada, pero cualquiera lo estaría, se dijo Albert, agobiado por el sofocante decorado. Él mismo estaba cohibido.
Llevaba veinte minutos esperando, y ella ya estaba allí cuando llegó, de manera que no podía decirse que la eficacia de aquel lugar estuviera a la altura de las exigencias de su abuelo. Se movió lentamente en la silla y soltó un gemido ahogado al sentir el agudo dolor en sus costillas. ¡Maldito viejo lleno de manías! ¿Por qué le habría obligado a hacer algo tan absurdo?
‑¿Está usted bien? ‑escuchó la pregunta y se encontró con los grandes ojos verdes llenos de preocupación de la mujer. Le había oído gemir.
Sonrió para tranquilizarla.
‑Parece que ha tenido usted un accidente ‑prosiguió ella, mirando las magulladuras en su rostro y su brazo vendado.
Antes de que pudiera contestar, la recepcionista entró en la sala y se sentó bajo el discreto cartel que rezaba, en letras blancas contra un fondo turquesa:" Cyberfuturo. Plantamos semillas de futuro." Más abajo, otro cartel ordenaba que el cliente se dirigiera a la recepcionista a su llegada.
‑Siento mucho hacerla esperar, señorita White‑dijo la recepcionista. En seguida vendrá alguien a buscarla.
‑No importa ‑contestó la mujer de los ojos verdes, pero se mordió el labio y el hombre supo que la demora la estaba poniendo nerviosa. Parecía un cachorro explorando el mundo exterior por vez primera y manifestaba una palpable ansiedad.
Se preguntó dónde estaba su marido. Si había acudido para una inseminación artificial, quizás el marido tuviera problemas de orgullo, pero no era excusa para dejar sola a una chica como aquella. Bastaba verla para saber que necesitaba protección.
‑No es muy eficiente ‑dijo en voz alta, por el placer de obtener otra mirada de aquellos ojos tan verdes. Ella giró la cabeza hacia él, pero hubo algo en su mirada que le hizo preguntarse qué le resultaría desagradable de él.
‑Espero que mi temperatura no cambie ‑le confió la mujer.
No se parecía a ninguna mujer que hubiera conocido. Al menos no se parecía al tipo de mujer con el que solía salir. Tenía un rostro dulcemente redondeado a juego con un cuerpo que no intentaba disimular sus voluptuosas y delicadas curvas. Unos ojos verdes llenos de sinceridad y el cabello rubio revuelto y recogido en una coleta, un cabello que nunca se había sometido a las manos expertas de un peluquero de prestigio.
Tenía un aire fresco, limpio, despierto, el aspecto de una persona dispuesta siempre a aceptar lo que la vida le diera, y se dio cuenta de que se había acostumbrado a personas que sólo perseguían lo que querían lograr. Había una sombra en sus ojos verdes que decía que la habían herido y que había dejado que el dolor la tocara. Pensó que prefería la mirada segura de las mujeres sofisticadas que habían aprendido a protegerse.
Sin duda era atractiva y sexy, pero no era su tipo. Necesitaba protección y él no era la clase de hombre capaz de ofrecerla.
‑¿Señorita White? ¿Podría seguirme, por favor? ‑dijo una chica que no parecía tener más de dieciocho años, pero llevaba uniforme de enfermera y la mujer se puso en pie, le sonrió y salió de la sala.
Ya era hora, se dijo a sí mismo ironizando sobre su repentina debilidad. Un minuto más y la hubiera ofrecido salvarla de todo mal y huir con ella en su caballo blanco como un príncipe en rescate de su princesa...
Hola espero sea de su agrado esta historia.
Un abrazo en la distancia y desde ya, muchas gracias por estar al pendiente.
Lizvet