Más de tres meses sin actualizar, no sé ni cómo disculparme. Lo siento de verdad, aunque no me creáis, he tenido este fic más que presente en mi cabeza pero no había manera… Finalmente este domingo logré continuar el breve inicio que conseguí escribir hace tiempo para este nuevo capítulo, menos mal.
No sé cuánto durará esto, por eso mismo, no voy a quitar la palabra "Hiatus" del sumario del fic. No quiero engañaros.
Os agradezco enormemente a quienes habéis preguntado por los derroteros de los personajes de este fic y habéis tenido la paciencia suficiente para esperar.
Sin más preámbulos, os dejo con esta siguiente y última entrega de la Fiesta Interminable empezando por el armario bajo la escalera.
Advertencias: Jessica Dixon, lenguaje, crack, alcohol., piscinas llenas, bailes prohibidos, discursos...
Perdonad las erratas,
Capítulo XI
Debía reconocer que el espacio no era el más agradable del mundo, ni mucho menos el más cómodo donde intentar hacer algo semejante. Pero ambos pusieron de su parte para sacarle el mayor partido mientras seguían escuchándose gritos, vítores y consignas al otro lado de la puerta.
Beth sintió las manos de Daryl intentar deshacer las ataduras del vestido, varios tirones que hicieron que sus frentes chocaran con sonoridad.
- La falda es lo único que molesta.- Dijo ella frotándose la frente con la mano intentando alzarla hasta su cintura.
La chica ladeó el rostro cuando al pasear su mirada por el pecho descubierto de Daryl (se había encargado de deshacer los botones instantes antes) vio algo moverse en el interior de su bolsillo.
- ¿Qué tienes en el bolsillo?- Acercó su mano a él pero Daryl interrumpió su trayectoria, a lo que ella arqueó una ceja.
- No te preocupes por eso ahora.- Le dijo él aprovechando para soltar el cinturón de su pantalón
Daryl se encargó de centrar su atención de nuevo en lo que tenían entre manos con su boca sobre la de ella y sus manos acariciando la piel de sus piernas ocultas bajo la falda. Beth agarró varios mechones de pelo de la nuca de Daryl con fuerza cuando éste hincó sus dientes en el hueco entre su cuello y el hombro.
La bombilla se agitó sobre sus cabezas al abrirse la puerta con ímpetu y una pareja intentar ocupar el hueco que ya estaba lleno con ellos dos.
- ¡HEY!- Les espetó Daryl a los dos dándoles un empujón que hizo que ambos aterrizaran en el suelo.- Mirad antes de entrar.- Se quejó y cerró la puerta de un tirón.
- Eso no ha sido muy amable…- Comentó Beth con voz pequeña deshaciendo las arrugas de su falda con el pelo revuelto.
- ¿Querías prestarles el hueco, Greene?- Le comentó Daryl con sorna contra su oído arrinconándola más si cabía contra una de las paredes.
Beth negó en silencio ayudando a Daryl a levantarle la falda del vestido y sonriendo contra la mejilla de este al escucharle soltar una escueta maldición. Iba a ser complicado hacer nada en tan pequeño espacio pero nadie podría decir que no lo habían intentado al menos.
El alcohol en sangre que la mayoría de participantes en la fiesta les ahorró la vergüenza de salir de aquel armario con el pelo revuelto, las mejillas arreboladas y la tela de sus disfraces arrugada y fuera de su sitio.
Cuando Beth se disponía a acercarse a la sala de estar tras asomar la cabeza y ver que estaba el pasillo lo más despejado posible que se podía imaginar en unas circunstancias como esas; Daryl la detuvo, recolocándole el bajo de la falda que se había quedado recogido dejando al descubierto buena parte de sus piernas y parte de su cachete derecho.
Ella se lo agradeció con un rápido beso en los labios viéndole esbozar una sonrisa al separarse y tirar de su mano hacia el bullicio.
Subido en la tarima con un ramo de flores de plástico que había visto días mejores, y dos coronas de cartón de un establecimiento de comida rápida, Andrew pedía a la muchedumbre que bajara el tono de voz para hacerse escuchar.
- ¡Ya!- Gritó dando un sonoro silbido que dejó atolondrado a más de uno.- ¡Ya tenemos los resultados de las votaciones para Rey y Reina de esta fiesta!
El rugido que se escuchó y los golpes de pies y tacones sobre el suelo parecían anunciar la venida de un auténtico terremoto. Andrew se unió a ellos con un grito particular y una amplia sonrisa. En un gesto teatral se colocó las gafas de sol de nuevo sobre los ojos deslizándolas hasta la punta de su nariz para observar a los presentes mientras leía el resultado de las votaciones.
- Sé que el dicho es "las damas primero", pero en esta ocasión, perdonadme princesas, pero voy a hacer una excepción.- Le guiñó el ojo a Rachel quien tenía la espalda contra el pecho de Gareth, sus brazos rodeándole la cintura.- Así que, muchachos…- Sonrió de medio lado escuchando los vítores masculinos en la sala.- Es vuestro turno.- Abrió el papel doblado en el que habían apuntado los votos y enarcó una ceja con curiosidad, para terminar por ampliar su sonrisa.- Bien, con un…- Hizo un cálculo rápido.- Porcentaje aproximado de los votos del… 65%, tenemos un ganador.
- ¡Dilo ya, hombre!- Exclamó un alumno arrancándole una carcajada al rubio.
- No te preocupes, tú no eres, Mark, lárgate a cambiarle el agua al canario si quieres.- Un coro de risas acompañó la salida triunfal de Mark quien no tardó ni dos segundos en aceptar la oferta de Andrew nada más hacerla. – Bueno, como iba diciendo, ya tenemos Rey. Redoble de tambores, por favor.- Pidió y la gente comenzó a golpear la suela de sus zapatos contra el suelo. – Y el ganador es…- Dejó que el silencio por su parte fuera roto por el bullicio de la gente pidiendo que dijera un nombre de una vez.- ¡El… siempre interesante, Jack El Destripador Evans!- Su dedo índice se extendió señalando a la figura oscurecida de Jack apostado junto a la chimenea apagada de la casa. El susodicho miró sorprendido al vigilante de la playa sobre el escenario y más aún le sorprendió el coro de vítores y gritos del resto de estudiantes reunidos.- ¡Vamos, Jack, sube aquí arriba!
- Hay que joderse con el rarito…- Dijo Daryl en un hilo de voz sin quitarle el ojo de encima a la silueta del pelirrojo acercándose al improvisado escenario.
- Es un gran disfraz.- Comentó Beth uniéndose a los aplausos con entusiasmo y una amplia sonrisa.- ¿No te parece?
Daryl prefirió no decir en voz alta lo que pensaba del disfraz de aquel chico, no quería mandar al diablo los progresos de esa noche con Beth por un estúpido niñato al que podía obligarle a correr más de lo establecido en cualquiera de los futuros entrenamientos.
- Parece que no se lo esperaba.
Beth rio viendo a Jack quitarse su sombrero para acomodarse la corona de cartón con cierta timidez pero aplacándola casi al instante con una seguridad y un temple que le hicieron asemejarse un poco más al papel escogido para interpretar esa noche de máscaras. Se ajustó la capa sobre sus hombros con porte regio, aceptando con cierta tensión el brazo de Andrew por encima de sus hombros.
- ¿Quieres saber quién es tu reina por esta noche?- Le preguntó el rubio con una sonrisa logrando arrancar una nueva ronda de vítores y silbidos del público.- No es cuestión de hacer esperar a nadie, más de lo debido así que…- Andrew abrió el papel y su sonrisa amenazó con partir su rostro por la mitad, una suave risa se coló en sus intentos de mantener la serenidad.- Sólo tengo que decir, que no podíais haber elegido mejor. Sé que… ella hará buen uso de su reinado y bajo su mandato, grandes cosas podrán ocurrir.- Se tapó la boca con el papel cerrando los ojos intentando mantener la compostura.- Bien, sin más dilación, amigo Jack, déjame mostrarte a tu Reina de esta noche, y las que vosotros queráis claro… - Carraspeó y pidió de nuevo el redoble al público quien se unió a él sin miramientos y la coordinación trastocada de más de uno por el alcohol ya en sangre. – Por favor, recibamos con los honores que se merece a nuestra Reina, a la siempre… atractiva,- una media sonrisa rompió su voz,- y exuberante,- alzó las cejas y el papel con los votos- ¡Jessica Dixon Rabbit!
Un silbido que Andrew conocía a la perfección inundó la sala. Un hueco se fue formando en un extremo de la sala dejando en medio a la inconfundible Jessica Dixon, brazos en alto, axilas sin depilar a la vista, melena pelirroja intacta, sonrisa ebria y las manos propias de un asiduo a conciertos de rock.
- ¡Soy la puta Reina, capullos!- Gritó Merle entre los aplausos de los presentes que obviamente le habían escogido como su monarca.
- ¡Esto no puede ser cierto!- Gritó una voz femenina cabreada y exasperada.
Beth buscó a la dueña del grito viendo la alta silueta de Jean acercándose a Merle con su paraguas en ristre.
- Esto se pone interesante.- Escuchó decir a Daryl a su lado con una sonrisa, cruzándose de brazos preparado para ver qué pasaba con ese duelo de divas.
- ¡No puede ser la Reina!- Gritó Jean abriéndose paso entre la gente hasta alcanzar el pie del escenario al que Merle ya se había subido con sus tacones y peluca intactas. El hombre giró sobre sus zapatos y le guiñó un ojo a la geisha, apartándose la melena sobre el hombro izquierdo.
- Querida, hay que saber perder en esta vida.- Le lanzó un beso volado y se acercó a Jack con una sonrisa sugerente, enganchándose a su brazo.
- ¡PERO SI NI SI QUIERA ERES UNA MUJER!- Le espetó Jean airada dándole un golpe en el escote con el paraguas. Un sonoro plop y la delantera de Merle quedó desequilibrada.
- ¡ME ACABAS DE REVENTAR UNA TETA!- Gritó Merle sin terminar de creérselo, palpándose el frente del vestido. Los vítores y abucheos se extendieron por la sala como la pólvora.
- Para mí, sigues siendo mi Reina.- Dijo Jack tomando la mano de Merle, y besándosela cual galán de libro consiguiendo volver más loco todavía al resto de estudiantes.
- No te merezco, Jacko.- Le contestó Merle tomándole de las mejillas y dándole un beso en los labios que robó el aliento a todos los presentes.
Daryl miraba atónito a su hermano y al raro besarse delante de todo el mundo. Realmente tenía que haber bebido mucho desde que le habían dejado a solas para el desfile y la elección de la Reina. ¿Su hermano besando a otro? No, tenía que estar drogado. No había otra explicación. Joder, ¡si le hacían un análisis sorpresa en el campus se le podía caer el pelo! Estaban jodidos, iban a…
- Creo que voy a vomitar.- Escucharon decir a alguien antes de doblarse por la cintura y vaciar el contenido de su estómago en el suelo. – Uff…- Exclamó el chico limpiándose la comisura de los labios antes de volver a beber de su vaso.
- La gente es imbécil.- Farfulló Daryl apartando su mirada de los Reyes de la fiesta por unos segundos.
- Yo creo que son adorables.- Escuchó a Beth susurrar a su lado.
Cuando le miró, tenía sus azules ojos fijos en la pareja que no contentos con el beso que se habían dado, sorprendente se habían metido en sus papeles de consortes y estaban con sus brazos entrelazados, Merle jugueteando con el monóculo de Jack mientras éste le recolocaba la melena pelirroja sobre su hombro.
- Esto le traerá consecuencias.- Dijo Daryl haciendo que Beth se volviera hacia él enarcando una ceja.
- Es… Merle.- Dijo ella encogiéndose de hombros volviendo a sonreír.- Se las apañará. Y en cuanto a Jack…- La mirada azul de la chica paseó por la sala hasta dar de nuevo con la nuca de Jean que se alejaba hacia el jardín.- Creo que ha profundizado una brecha…- Murmuró para sí pensativa clavando sus ojos en el Rey de la noche.
Quizá había sido producto de su imaginación pero juraría haber visto al chico seguir los movimientos de Jean antes de desaparecer en el jardín.
- Bien chicos, digo, majestades…- Andrew volvió a tomar las riendas de la situación como maestro de ceremonias.- Imagino que tendrán ganas de…
Merle alzó su mano derecha pidiendo permiso para hablar. Andrew le hizo una leve reverencia sonriente, y se hizo a un lado. De brazo de su consorte, Merle se colocó en el centro del escenario con una sonrisa y su ramo de flores en el brazo.
- Sólo quería decir que, me siento muy honrada de esta elección,- dijo batiendo sus pestañas postizas como un auténtico profesional,- que no podría pedir un Rey, mejor,- le dio un pellizco a la mejilla con vello de Jack haciéndole reír sin poder evitarlo.- Que sepáis que durante mi reinado lucharé por acabar con el hambre e instaurar la paz en el mundo.
- ¡No eres Miss Universo!- Se escuchó Daryl a sí mismo gritar sin poder evitarlo. Su hermano estaba perdiendo los papeles a una velocidad alarmante.
Necesitaba un trago pero si lo hacía, tendría que dejar la moto atrás y no podía permitírselo.
- ¡Hermanito, ven aquí arriba conmigo! ¡Ayudadle, chavales!- Daryl abrió los ojos de forma desmesurada cuando vio que varios de los alumnos intentaban efectivamente seguir la orden de su Reina y cogerle en volandas.
- Me tocáis un pelo, y os ensarto con una flecha.- Les amenazó alejándose de la sala entre gritos y súplicas.
Ya había pasado suficiente vergüenza ese día por el resto de su vida. Beth siguió su paso tras alzar ambos pulgares para que Merle pudiera verlos, dándole así su bendición como Reina de la noche.
Quizá algún día le diría al entrenador que su voto, había sido para él.
Gareth sintió un beso húmedo en su mejilla. Cuando apartó la mirada de la escena que se desarrollaba ante él para encontrarse con la mirada brillante de Rachel a su lado, no pudo evitar besarla en los labios brevemente.
- Pareces triste.- Dijo Rachel haciendo un mohín que no hizo más que acentuar la brillantina de su cara.- ¡Vamos a bailar nosotros también!
La morena tiró de su mano a pesar de sus protestas, bastante baratas si era franco consigo mismo. Arrastró los pies pero era incapaz de no sonreír al ver las alas de Rachel agitándose al igual que su trasero y su melena oscura sujeta con la corona de flores.
Gareth no tardó en darle un tirón de una mano y hacerla girar sobre sus pies al son de la canción que sonaba por los altavoces.
- Hacen una pareja, taaan bonita.- Le dijo Rachel al oído soltando un suspiro mientras apoyaba su mejilla contra su pecho observando desde la distancia a los Reyes del baile.
Gareth esbozó una media sonrisa observando a su amigo sostener el peso del entrenador Dixon sin que perdiera la peluca al echarse hacia atrás. Definitivamente, se lo estaban pasando mejor que ninguno en la fiesta en ese momento. Pero, ¿de dónde había surgido esa repentina química entre ambos? ¿Se había perdido algo?
- Sí, muy bonita…- Dijo con cierta suspicacia respondiendo al saludo que le envió Jack y que Merle no tardó en acompañar de un beso volado que Rachel se encargó de atrapar y estampar contra su propia mejilla.
- Tu amigo parece muy contento.- Comentó Rachel frotando su cabeza contra el pecho de Gareth estrujándolo entre sus menudos brazos.- Pero pensaba que le gustaba Jean…
- ¿Qué?- Preguntó el chico mirando la coronilla de la morena con los ojos entrecerrados.- ¿Ella te ha contado algo?- Necesitaba saber si ella había dicho algo de Jack. Era vital para su existencia y la de su amigo.
Rachel se quedó en silencio unos segundos, sus brazos se aflojaron entorno a la cintura de Gareth. Éste ladeó el rostro lo suficiente para ver los ojos de ella cerrados. Se había quedado dormida mientras bailaban.
Daryl y Beth permanecían sentados en el jardín en el borde de la piscina, intercambiando algunas palabras de vez en cuando pero sin molestarse en rellenar el silencio por el simple hecho de hacerlo.
La mayoría de la gente seguía en el interior de la fiesta bailando al son de la música. Cada cierto tiempo les llegaba a sus oídos los gritos de los estudiantes coreando el nombre de Merle o el de Jack, pidiéndoles un baile más.
- Ésta fiesta sí que va a ser memorable.- Dijo Beth ahogando una leve risa, su cabeza apoyada contra el hombro de Daryl.
- Creo que más de uno se va a encargar de que él no lo olvide.- Contestó él riendo quedo a su vez.- No puedo llevarlo conmigo en la moto. Casi nos matamos al venir, si se sube ahora… - Beth apoyó su mentón contra su brazo mirándole con una sonrisa.
- Eso quiere decir que,- un leve rubor cubrió sus mejillas- ¿me puedes llevar de vuelta al Campus?- Beth se humedeció los labios sin apartar sus ojos de los de él.
- Si eso es lo que quieres…- Murmuró él con voz suave pellizcando su mentón con el dedo pulgar y el índice acercando sus labios a los de ella.
Beth asintió levemente antes de sentir el suave roce de los labios de Daryl sobre los suyos. Exhaló un suspiro en el beso, afincando su mano izquierda en el cuello del chaleco que lucía impidiéndole separarse de ella.
El bullicio de la casa abandonó la sala de estar recayendo en el jardín donde los estudiantes salieron y abrieron un pasillo en medio.
- ¿Pero qué diablos?- Farfulló Daryl con un brazo entorno a la cintura de Beth viendo atónito a su hermano echar a correr por la hierba remangándose el vestido y sin perder los tacones.- ¿No me jodas que…?- Merle aterrizó en mitad de la piscina provocando un tsunami que mojó sus cuerpos por debajo de su cintura en su totalidad.- ¡Hijo de puta!- Gritó Daryl ayudando a Beth a ponerse en pie ya que el peso extra del agua empapando su vestido, le impedía moverse con agilidad.
Merle boqueaba con la peluca descolocada intentando mantenerse a flote.
- ¡Échame una mano, hermanito!- Le dijo entre bocanada y bocanada de agua que tragaba de la piscina.
- ¡Que no cunda el pánico!- Gritó una voz abriéndose paso. Daryl enarcó una ceja al ver a Andrew con sus manguitos y su flotador acercarse a ellos a una estudiada cámara lenta.- ¡Yo me encargo!- Aseguró habiendo avanzado solo un par de metros.
- ¡DATE PRISA MICHAEL!- Le gritó Merle hundiéndose una vez más bajo el agua.
- Quizá debería dejar que alguien me hiciera una lobotomía y así olvidar esto… - Gruñó viendo por fin a Andrew tirándose a la piscina a lo bomba, la ola provocada por la caída terminó de empaparles por completo a los dos.- El lunes me los cargo a los dos.
Varios estudiantes no tardaron en unirse a ellos en el agua entre volteretas, posturas extrañas y gritos de guerra.
Beth se estrujó la peluca para quitar los restos de agua, el vestido se le pegaba a cada milímetro de piel que cubría como si de un guante se tratara.
- Yo te ayudaré.- Aseguró ella escurriendo el peluche de camaleón de su hombro.
Daryl le miró y le indicó con un gesto de cabeza la dirección en la que estaba la salida. Ya había sufrido bastante esa fiesta aunque hubiera sido el escenario en el que ellos hubieran enterrado el hacha de guerra alzado días atrás.
Tal vez aquella fiesta iba a ser memorable por más de una razón al fin y al cabo.
Bueno, ¡por fin! La fiesta terminó. Creo que intenté abarcar tanto en una sola festividad que me atasqué a mí misma y no había manera. Así que las cosas que no incluí aquí, las guardaré para próximas celebraciones de este tipo cuando lleguen si llegan jajaja
He estado meditando un poco y creo que a partir de ahora los capítulos los haré más breves, al menos esa es mi intención. Creo que de esa manera no me resultará tan complicado de actualizar de forma más asidua.
Siento de veras la tardanza en hacerlo, no sé cómo daros las gracias por esperar, por vuestra paciencia y vuestros ánimos. Gracias de verdad.
Os leo pronto, espero!