*Personajes propiedad de Masashi Kishimoto. Historia de mi autoría, basada en la pelicula "The Hangover". Cualquier intento de plagio hará detener la historia.
PROLOGO... de un desastre anunciado.
Soñaba con anillos relucientes, pieles bronceadas, cabellos negros revueltos y una fúnebre mirada rojiza con aspas cuales molinos giraban y condenaban su insignificante pequeñez a un dolor delicioso, agridulce, adictivo. Deseaba escapar y quedarse allí, llorar y reír; y fue entonces cuando una dolorosa y profunda punzada en su frente la arrancó de un evidente y prolongado letargo. Sus ojos dolían y la intensa luz solar que penetraba por la ventana le obligaba a luchar contra sus propios parpados. Una conocía canción de Elvis se repetía en su mente.
Cuando despiertas y tienes en contra a tu propio organismo, sabes que no hay nada bueno que esperar de ese día.
Acarició su frente por debajo de su flequillo y mierda, como le dolió. Pensó en esos sueños tan… tan "contradictorios". ¿Qué hacen las personas con las contradicciones de su vida?... medita en ese pequeño lapso de segundos que existe entre el sueño y la realidad. Esos ojos rojos la atemorizaron a tal punto que quiere quedarse y… ¡un momento!... ¿que significa ese techo? se preguntó abordando la realidad. Pestañeó un par de veces: no éra el de su habitación o que recuerde, nunca tuvo una lujosa araña candelabro colgando y realmente no comprende como aquella botella de Pabst Blue Ribbon llegó allí; además el techo era demasiado alto para que una bote ...
¿Que?.
Un sobresalto convulsionó su cuerpo adolorido.
¿Eso fue un quejido? se cuestionó mientras su cuerpo sufrió una espantosa e insondable parálisis momentánea. Antes de cualquier accionar trago en seco y luego voltea horrorizada, en dirección al sonido, sin intenciones de conocer realmente que es lo que se encuentra a su lado, medita la posibilidad que sea algún monstruo espeluznante y ... ¡kami-sama! en realidad hubiera deseado que sea un monstruo como el de las películas de horror que miraba con Naruto de niños.
—¡El Demonio!— tapó su boca con ambas manos ahogando la ineptitud de despertar al ser monstruoso que reposaba a su lado.
¿Qué hace su gran karma, quien le hace acordar que en alguna vida pasada fué una ninja renegada o un secuestrador con cara de serpiente?.
¿Secuestrador con cara de serpiente?.
—Debo dejar de leer a Masashi Kishimoto— se auto reprochó chasqueando la lengua antes de volver a la descarada realidad.
¡¿Qué hacía Sasuke "El demonio Uchiha" durmiendo a su lado?!.
Si bien se conocían desde edades muy precoces, el famoso "Demonio" Uchiha había sido apodado así por Naruto quien se refería a sus ojos funestos, su comentarios soberbios y a la forma en que rompía el corazón de todas las muchachas que se le atravesaban en el camino. Pero ella, Hinata Hyuga, le daba un significado propio a aquel diabólico sobrenombre: la verdad era que Sasuke simplemente sonreía cuando podía hacer de la vida de la pequeña "torpe Hyuga", un infierno. Bromas pesadas, comentarios impertinentes que la sonrojaban eran el gran alimento del Uchiha menor. Provocarle desmayos de esos que la dejaban pálida como una hoja de papel le causaban un placer incomparable y luego -recordó Hinata mientras lo observaba descansar como un niño inocente, con sus cabellos negros despeinados recorriendo su frente y los labios entreabiertos- se reía de ella con una carcajada que le podría causar escalofríos al propio Hildan.
Acercó su rostro a centímetros de él, su aliento era tan fresco como si recién hubiera cepillado sus dientes —Realmente no pertenece a este mundo— murmuró y con su dedo índice tocó una y dos veces su nariz para corroborar que sea de carne y hueso y ... ¡si es que siquiera sabe si en tantos años juntos han cruzado alguna silaba que no sea para molestarse! o al menos él, ella nunca supo devolverle la palabra. Hay veces que llegó a pensar que solo sabía pronunciar "Torpe Hyuga"; "Hola torpe Hyuga", "Mueve tu torpe trasero, torpe Hyuga". Hinata lo parodió con el pensamiento, frunciendo levemente las cejas.
¿Por que duerme tan relajado a su lado? … si ella nunca se ha acercado en est ... ¡¿por que la abraza?!. Se removió. Si se despierta iba a sufrir un desmayo, a él le encantan sus desmayos y saldría victorioso una vez más, claro que no lo permitiría porque ya estaba harta de sus jugarretas. ¿Veintiún años de bromas pesadas no le bastaban?.
"El hijo menor de Fugaku no sabia caminar y ya te estaba robado el biberón". Hinata rodó los ojos recordando la repetidas anécdotas que Hiashi soltaba en los horrendos encuentros familiares con el clan Uchiha, viejos amigos de los Hyuga, para mayor desgracia.
¿Que haría?, ¿moverlo de lugar?, ¿despertarlo?, ¿qué se supone que le diría? "Sasuke-kun, no quisiera molestarte pero estas abrazándome desnudo en el piso de..". Un calor abrazador azotó sus mejillas al oír lo dicho por su mente. Levantó las sábanas temblorosa para corroborar lo que ya había notado su inconsciencia antes que ella y...¡no poseían más que ropa interior!. Dirigió su nublada vista hacia la izquierda, haciendo cálculos mentales que daban resultados catastróficos
Estaban acostados, ella no poseía ropa, él no poseía ropa ¿eso quería decir una sola cosa, verdad?.
—Hyuga Hinata, acabas de entregarte al peor postor— se acusó a ella misma indignada. Luego de un momento de silencio soltó una leve carcajada histericoide. Debió haber sido solo una confusión o otra de sus infames jugarretas ...
Porque jamás ocurriría algo entre ella y el demonio.
Jamás.
¿Qué?. Alguien había murmurado y provenía de su derecha y ... NO. Tenía que ser un chiste porque esa voz la podría reconocer en cualquier parte del mundo. Era una broma, claro que debía ser una broma de muy mal gusto. No pudo mirar, no quiso mirar y miró ...
—¡Jashin! ¡es Kiba-kun!— y relucía su perfecto y bronceado trasero a la intemperie.
¿Trasero? ¿intemperie?.
Ya la había hecho, por partida doble.
Suspiró en un aparente ataque de nerviosismo. Todo se le volvía repulsivo... además se sentía muy enferma. "Tengo resaca", supuso masajeandose la frente, jamás la había experimentado.
Debería despertar a Kiba-Kun aunque no quisiera enfrentarse a sus inquisitorias y salvajes pupilas, sería un evento que intentaría evadir por el resto de su existencia, si pudiera... pero se trataba de su mejor amigo. Suelta otro suspiro más luego de removerse los cabellos enmarañados y vuelve a recostarse en el suelo, definitivamente no sabia que hacer.
O si lo sabia, lo que haría cualquier persona claro ... abrió los ojos repentinamente... ¡correr como alma que lleva el diablo!. Despavorida se echó a correr envuelta en una sabana decorada estratégicamente con manchas de varias bebidas. Atravesó miles de extraños obstáculos , objetos rotos y saltó a modo olímpico a su niisan, mientras se percataba de quien era, en el aire. Parecía que todos habían tenido una noche compleja. Se refugió desconcertada en el baño mientras su mente fabuló miles de ideas y no dejo de imaginar el rostro de su padre si es que algún día, Hiashi, se entera que ... ¿que era ese ruido en la bañera?.
Se acercó temerosa aunque suponiendo que no había nada más que pudiese sorprenderla…
Y solo era el inicio.
Y era Sakura. Se alegró de que ella también, una persona sensata, estuviese en ese hotel de perdición. Parecía apenas despertarse porque se removía molesta y ... ¿qué traía escrito en el estómago?. Hinata refregó sus ojos y se dispuso a leer: una larga flecha apuntaba hacia su ... se sonrojó.
—"Na…naruto U…uzumaki, fuuu…turo ¿presidente de la nación estuvo aquí?"— se escandalizó. ¡¿Futuro presidente de la nación?!. No comprendió como existió una posibilidad de que hubiesen pasado una noche interesante si es que Sakura Haruno siquiera puede sostenerle la mirada sin sentir ganas de asesinarlo. Es decir... ¿Sakura besando a Naruto? le resultó ridículo, una escena surrealista, como su amado cuadro de Dalí (ese al que Sasuke pintó bigotes, también como los de Dalí).
—"NaruSaku" ¡já! solamente en sueños o bajo efectos de alucinógenos— se vio divertida con la simple idea por un instante hasta que su gesto se congeló y las pupilas blanquecinas de dilataron de una forma exagerada — Alucinógenos...alu... cinógenos— repitió como si el tiempo se hubiese detenido.
El interruptor que alimentaba de electricidad a la lamparita del ingenio Hyuga fue encendida.—¡Ay Naruto!— suspiró y sintió como la furia se apoderaba de su torrente sanguíneo —¡Ay Naruto!— gritó redundante, mientras apretaba sus dientes y se golpeaba la frente... ¿como pudo estar enamorada de Uzumaki durante toda su infancia?.
¿El escrito en el abdomen de Sakura es un tatuaje?.
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Había pasado una hora y nadie parecía querer despertar. Mientras amarró sus revoltosos cabellos con una coleta, repetía mentalmente su nuevo lema —"Hinata Hyuga nunca volverá a beber algo que Naruto Uzumaki le ofrezca"—. Luego se dispuso a buscar a la novia, Ino Yamanaka, e intentó recapacitar pero los recuerdos no parecían querer aflorar. Evitó un enorme charco de vino y quedó unos segundos detenida mirando el plasma que cuelga en forma de péndulo de la pared, una mueca de asco se escapó de su rostro al toparse con una decoración de arte contemporáneo en base de líquidos estomacales, realmente muy asqueroso.
Realmente muy asqueroso era que Ino no diera señales de estar en el Caesars Palace Hotel.
Observó por el ventanal con ambas manos en su pecho mientras intentaba calmar los ánimos, el sol ardía sobre la jungla de cemento y entonces sus ojos se fijaron dilatados su mano izquierda y sobre todo en su dedo anular: tenía un anillo.
Kiss me hard before you go, summertime sadness. El sonido de su móvil la regresa a la realidad. Got my red dress on tonight. Guiada por la canción que parece destrozarle sus agotados oídos, a pesar de ser de la autoria de su cantante favorita, finalmente lo detectó entre pedazos de lo que anteriormente debió haber sido un bonito florero. Respondió y es Tenten, la novia de su primo. Pudo notar preocupación en su tono de voz y sus mil preguntas resultan ser el fondo de una música de relleno porque a Hinata le resultaba imposible prestarle atención luego de fijar su mirada en Neji, quien en su mano izquierda poseía el mismo anillo que ella.
Sintió marearse y trastabilló unos pasos hasta correr al balcón, hacia afuera —¡Mierda, torpe Hyuga!—se autoreprochó al mejor estilo Uchiha en voz alta.
Tenten, le indagó por milésima vez —¿Que ocurrió Hina-chan?.
Con los ojos llenos de lagrimas y sus labios fruncidos, supo que lo mas sensato era callar aquella terrible verdad:
"Naruto nos drogó y sospecho que abusó de Sakura quien se tatuó una improbabilidad en tamaño gigante. Ino, que se casará en dos días y desapareció sin dejar rastro. Me acosté con mi peor enemigo y para equilibrar la situación también con mi mejor amigo. Ah ... y si no es mucho decir ... me casé con tu novio, quien no solo es tu novio, si no que es ¡MI PRIMO!.
Exhaló y miró al cielo —Ten, la hemos jodido.
El demonio volvió a cerrar su ojo derecho.