La Digimon Encapuchada.

El Terrible Kopierer

En una habitación dormía tranquilamente un joven de 13 años, de pelo castaño, pero con un extraño mechón rojo, al lado de su almohada se encontraba un objeto color rojo oscuro, donde de repente empezó a brillar una luz en la pantalla verde.

-Oye, Tagiru- llamo Gumdramon desde el interior del xros loader a su compañero humano, quien seguía durmiendo.

-Cazar…digimon…vamos…Gumdramon…-murmuro el joven.

"Pero si será…acaso no ha visto la hora que es…por mi lo dejo dormir…pero no quiero andar discutiendo con el"-pensó el dragón morado.

-¡TAGIRU, DESPIERTA DORMILON!- grito el dragón, provocando que su compañero pegara un salto del susto, pero al hacerlo perdió el equilibrio y se cayó de cabeza de la cama.

-¡¿Qué, pero qué?!- murmuro asustado el joven viendo de un lado a otro sobándose la cabeza.

-Al fin despertaste, ya pensaba en tirarte un balde de agua- dijo satisfecho el dragón, llamando la atención de su amigo, quien miro molesto el aparato donde estaba Gumdramon, lo tomo y empezó a quejarse.

-Como se te ocurre despertarme de esa manera, ¿y qué significa eso de tirarme agua?-

-Era el plan B-dijo Gumdramon.

-Serás…-se molesto el joven

-Por cierto… ¿viste la hora que es?- lo interrumpió en tono burlón el digimon.

El joven vio su reloj de pared y sintió que se le caía el mundo encima "07:41"

-¡¿COMO PUEDE SER ESA LA HORA?! VOY A LLEGAR TARDE-exclamo desesperado el joven, caminando de un lugar a otro por la habitación poniéndose la ropa, sin darse cuenta que del interior de su xros loader salían unas risas por parte de su compañero.

-Al fin de dignaste a bajar, ¿has visto por casualidad la hora?- le pregunto molesta la mamá del joven cuando este bajo a tomar desayuno.

Tagiru llevaba su polera favorita debajo de una chaqueta manga corta medio abierta color azul claro, traía puesto una pequeña bufanda amarrilla, muñequeras con estrellas, unos shorts celeste oscuro, medias grises, zapatillas azules con marcas naranjas, y sus preciados googles verdes que cuidaba como oro desde que su mejor amigo se los regalo.

-No es mi culpa mamá- se defendió el niño agarrando unas tostadas de la mesa y corriendo a la puerta de salida- nos vemos más tarde- se despidió.

-¿Te vas sin tú bolso?- pregunto la madre, quien tenía el bolso rojo de su hijo en la mano.

-¡Ah! Gracias mamá- recibió el bolso de su madre, se despidió y se fue.

Tagiru iba corriendo a la escuela, mientras que de su bolsillo trasero del pantalón donde tenía guardado su xros loader se seguía escuchando la risa burlona de su compañero.

-Casi se te queda tu bolso…habría sido divertido verte llegar justo a clases sin el…-dijo entre risas Gumdramon.

-No es mi culpa-se quejo molesto el chico- ayer estuvimos un buen rato buscando digimon para cazar.

-Ahora que lo mencionas…-murmuro serio Gumdramon- ¿No crees que ya tenemos a todos los digimon que estaban en tu ciudad? Mira que hace un bueeeeen tiempo que no vemos a ninguno

-No, no lo creo- dijo el joven con su entusiasmo de siempre- Ya has escuchado lo que dice Shoutmon, pueden haber digimon bien escondidos por donde sea.

-Ah…bueno…-murmuro el dragón. Gumdramon pensaba que si el Rey decía eso, era por algo.

Habían pasado unas semanas desde el regreso de Gumdramon y los otros al mundo humano, a diferencia de ellos, Shoutmon, el Rey del Digimundo, no se podía quedar siempre junto a su compañero, Kudou Taiki, pues tenía que cumplir con sus obligaciones de rey. Pero hacia tres días que había vuelto después de esas semanas de ausencia, lo que ponía nervioso a Gumdramon, pues aun le tenía un poquito de miedo cuando se enojaba el rey con él cuando metía la pata.

-¿Pero entonces donde se esconderían esos digimon si ya no existe el digiquartz?- se pregunto en voz alta el dragón.

-No lo sé…pero eso lo hace más emocionante aún- dijo contentísimo el joven.

Pasó un tiempo hasta que el joven llego a su escuela (Parece que no ha tocado el timbre) corrió tan rápido como pudo para llegar a su sala antes que tocara el timbre (¡Estoy a tiempo!), llego a su sala, abrió la puerta y grito con triunfo:

-¡HE LLEGADO A TIEMPO!-grito alegre, luego se dio cuenta que lo miraban y se fijo que todos sus compañeros estaban en sus puestos y el profesor estaba al frente con una alumna que Tagiru no conocía, pero de algo estaba seguro, estaba haciendo el ridículo…otra vez…

-No creo que llegar a las 8:19 sea llegar a tiempo, Tagiru-kun- dijo en un tono comprensivo el profesor mientras que la clase se reía por la nueva metida de pata de su compañero, quien se ponía rojo de vergüenza. La única que no se reía era la chica nueva, quien no mostraba el más mínimo interés en lo que sucedía.

Fue ahí que Tagiru se fijo en ella. Una chica de pelo hasta los hombros color café oscuro con lentes color rojo metalizado, ojos café oscuro, usaba una polera manga larga y con cuello color naranja fuerte, una chaqueta pequeña con capucha sin mangas color plomo claro, guantes de bicicleta negros, pantalones verde oscuro, zapatillas rojas y llevaba una mochila triangular color rojo y negro.

-¿Eh…quien eres?- le pregunto Tagiru.

La niña lo miro por primera vez, y el joven se dio cuenta que ella se fijo por un momento en sus googles, sin cambiar de expresión.

-Eso era lo que nos iba a explicar el profesor-le informo su amigo Amano Yuu desde su banco, quien llevaba una chaqueta de cuero con bordes amarrillos, pantalones grises y zapatos grises con franjas verdes.

-Hasta que hiciste tu gran entrada- murmuro divertida Mami

-¡Oye!- se molesto Tagiru

-Cálmense niños- les pidió el profesor- Tagiru-kun, por favor ve a tu asiento, en silencio.

Tagiru se fue resignado y molesto al ver la cara de burla de Mami. La niña nueva en cambio, no mostro ninguna sonrisa por lo que pasaba, ni siquiera parecía molestarle estar frente a gente nueva, eso inquieto un poco a Yuu.

-Bien niños, como les decía, ha llegado una nueva compañera al curso- Se dirigió a la niña- Saluda a tus compañeros.

Todos creían que ella no se atrevería a hablar, porque la veían callada, y pensaban que era muy tímida, pero…

-Mi nombre es Samanta Wolf, soy alemana, tengo 13 años y espero no molestar a nadie del curso - dijo con voz fuerte y clara, como si estuviera acostumbrada a hablar con tanta gente.

Todos se quedaron sorprendidos por la "supuesta timidez" que creían que tenia la nueva compañera, solo algunos (entre ellos Yuu) se dieron cuenta de lo que dijo la niña.

-¿Eres alemana?- le pregunto Kiichi, el amante de los trenes.

-Si-contesto secamente.

-¡Genial!- dijo un compañero.

-Vaya, habla japonés como si nada- murmuro otro, algo sorprendido.

-¿Por qué viajaste a Japón?- pregunto una de las amigas de Mami

-Transfirieron a mi tío a esta ciudad, es científico- agrego con el mismo tono inexpresivo.

-¿Tú tío?- se extraño Tagiru, sin darse cuenta del poco tacto que tenia- ¿por qué tu tío? ¿No será tu papá?

-¡Tagiru, cierra la boca!- dijeron Mami y algunos otros.

-Mis padres murieron cuando tenía 8 años, por eso vivo con mi tío, es mi único pariente – dijo la niña con el mismo tono.

Se hizo un silencio incomodo.

-Ah…yo…-balbuceo Tagiru. Se sentía nervioso porque sabía que lo que dijo fue otra metida de pata y que sus compañeros le lanzaban miradas molestas.

-¿Alguien más quiere preguntarle algo a nuestra nueva compañera?- pregunto el profesor para romper el incomodo silencio.

-Yo si- dijo uno de los niños molestosos, eso le dio mala espina a Yuu- ¿acaso no tienes otra cara que mostrarnos, o eso es una máscara silenciosa?- el comentario hizo que su grupo de amigos se rieran como tontos.

-¡Oye!- saltaron al mismo tiempo Yuu y Tagiru, en cambio Samanta suspiro y comento.

-Prefiero llevar esta mascara silenciosa que esa cara de payaso natural que llevas para todos lados- dijo en tono tranquilo, provocando la risa del resto del curso (el profesor intento parecer imparcial y no reírse) lo que hizo que el niño quedara rojo como tomate.

-Ruto-kun, espero que no vuelvas a molestar a tu nueva compañera- lo regaño el profesor, dirigiéndose a su nueva alumna- Puedes sentarte donde quieras, hay algunos asientos vacíos.

Samanta asintió, y se sentó sola en la fila de la ventana.

Tagiru se había dado cuenta de algo, existía alguien más serio que Aonuma Kiriha, ya que al menos él hablaba, en cambio Samanta lo único que hacía era escribir y ver por la ventana. Algunos de sus compañeros, con la intención de hacerse amigos de ella fueron a conversar con ella, pero sin resultado, ya que respondía a sus preguntas de una manera que decía que quería que la dejaran tranquila. Así fue toda la mañana. Cuando toco la hora de la comida Samanta saco de su mochila una bolsa amarrilla y se iba del salón hasta que Mami decidió hablar con ella.

-Espera- le dijo, Samanta paro, se volteo y la miro con cara inexpresiva- ¿No quieres comer con nosotras? Sera divertido ya lo veras.

-No gracias- respondió dispuesta a irse pero Yuu se puso frente a ella.

-No es bueno aislarse, ¿porque no comes con todos? A si nos conoceremos mejor- le sugirió con una sonrisa.

-Ah…Yuu-sama, siempre tan bueno y amable- suspiraron el grupo fan del chico, lo cual lo puso un poco nervioso, y como siempre, molestaba a Tagiru.

-No gracias- respondió y se fue, dejando a Yuu y al grupo de fan del chico completamente sorprendidas.

-¿Ella…ella ha rechazado la invitación de Yuu-sama así como así?- dijo una de las chicas como si no pudiera creerlo.

-Ja Ja, sabia que algún día alguien te tenía que rechazar- se burlo Tagiru con lagrimas en los ojos.

Mami le dio un pisotón haciendo que el chico se agarrara el pie adolorido

-No te burles de Yuu-sama-

-¡Y dale con llamarlo con "sama"! ¿Cuál es tu manía de hablarle así?- pregunto el chico adolorido.

-También me pregunto lo mismo, pero no es para ponerse a pelear- dijo una voz desde la puerta, se dieron vuelta y vieron al líder del Xros Heart sonriéndoles. Taiki llevaba una polera celeste cortada diagonalmente con blanco y el resto rojo, tenía el símbolo del Xros Heart en esa parte de color amarrillo, tenia guantes blancos, llevaba shorts azules, medias blancas y zapatos rojos.

-¡Taiki-san!-dijeron al mismo tiempo Yuu y Tagiru.

-Hola, ¿quien era la niña que salió de la sala? No la ubico- pregunto Taiki, acercándose a sus amigos.

-Es una nueva compañera, se llama Samanta Wolf- informo Mami.

-¿Samanta Wolf? No será Wolf Samanta- se extraño Taiki.

-Es alemana- explico Yuu, a lo que Taiki dijo un Oh de sorpresa.

-Pero es más seria que Kiriha-san- murmuro Tagiru, a lo que Taiki rio.

-No lo creo, debe ser tímida. Que les parece si la invitamos a un partido de básquetbol- sugirió Taiki, a lo que sus amigos asintieron contentos.

Después de clases

-¡Samanta-san!- llamo Yuu corriendo por la calle junto a Tagiru, acercándose a ella- ¿Te gusta el basquetbol?

-… Si- dijo.

-¿Por qué no nos acompañas a un partido dos contra dos?- le sugirió Tagiru, acercándose.

-¿El otro jugador seria el chico del otro curso con el que se juntan? – pregunto

-Si, Taiki-san- dijo contento Tagiru.

-Pues…-la niña iba a responder, pero fue interrumpida.

-¡Tagiru, Yuu!- Taiki se acerco corriendo a los tres jóvenes -Hola, no me había presentado antes, soy Kudou Taiki- saludo el joven a Samanta.

-Samanta Wolf- respondió ella y dirigiéndose a Yuu y Tagiru- Quizás…un partido corto- les dijo sin mucho entusiasmo, a lo cual Tagiru se alegro muchísimo.

Ya en la cancha y dejado las mochilas en las bancas decidieron empezar el partido.

-¿Quién con quien?-pregunto Yuu.

-¿Con quién te gustaría jugar, Samanta?- le pregunto Taiki.

-Me da lo mismo-

-Ya…veo-contesto algo incomodo Taiki.

-¿Qué tal Taiki-san y yo, y Yuu con Samanta?- dijo Tagiru.

-Me parece bien, ¿te molesta, Samanta-san?-pregunto Yuu.

-Me da lo mismo-

A los tres amigos les cayó una gota en la cabeza, querían ser amigos de Samanta porque la veían demasiado sola, pero iba a ser más difícil de lo que creían.

Samanta era buena en ese deporte, como siempre la veía sentada, Tagiru pensaba que era algo lenta, pero se equivoco, la niña lo pasaba con facilidad y siempre le daba un pase a Yuu para que encestara, hasta Taiki tenía complicaciones con marcarla, y eso que era entre los tres el mejor en ese deporte.

Al final el marcador era 17-21 a favor de Yuu y Samanta

-Buen juego- dijo Yuu queriendo chocar palmas con Samanta, pero ella se fue a las bancas a recoger sus cosas.

-¿No quieres quedarte a otro juego?- pregunto Taiki.

-No gracias, tengo cosas que hacer- y sin más se fue.

-Tagiru, te dieron una paliza- dijo Gumdramon saliendo del xros loader.

-No es gracioso- dijo molesto el joven, pero sabía que su amigo tenía razón.

Shoutmon y Damemon también salieron de sus respectivos xros loader.

-Esa niña se ve triste-dame- opino Damemon.

-Me recuerda…un poco a Kiriha- murmuro Shoutmon sin dejar de ver el lugar por donde se fue Samanta.

-A mi igual…Pero como dice Damemon parece estar siempre triste, y yo…yo- empezó a decir Taiki.

-No puedes darle la espalda- repitieron todos haciendo que Taiki se sonrojara un poco.

-Pues no veo porque se comporta de esa manera con nosotros- murmuro Tagiru-

-Oye Tagiru, ella es nueva y sería difícil juntarse con otros siendo de otro país. Además que hoy es solo su primer día- le dijo en tono de reproche Taiki.

-¿Eh?...Si…si lo sé…- se intento disculpar Tagiru.

-Solo estás molesto porque te gano una chica- le comento Yuu.

-Eso no es bueno-dame- agrego divertido Damemon.

-Opino lo mismo- se rio Gumdramon

-Tú…-molesto Tagiru, le dio un coscorrón a su compañero- ¿Por qué siempre estás en contra mía?

-¡Ay! Eso dolió- el dragón le pego en el pie a su compañero con su cola/martillo, quien adolorido empezó a saltar sobándose su pie.

Los dos amigos empezaron a tirarse las mechas como siempre lo hacían cuando se enojaban.

-Me pregunto… ¿Se sentirá así porque es de otro país?- señalo Yuu, ignorando a sus amigos.

-Tal vez sea eso- opino Taiki con una sonrisa, también ignorando al dúo que peleaba- Pero espero que no esté así por mucho tiempo-agrego preocupado.

Damemon y Shoutmon escuchaban la conversación de sus amigos meditando un poco (Tagiru y Gumdramon seguían discutiendo)

-Sigo diciendo que es como Kiriha- murmuro Shoutmon.

-Es verdad- dijo Taiki dirigiéndose a su compañero- es por eso que no puedo darle la espalda.

Shoutmon al oír ese comentario esbozo una tranquila sonrisa.

-No has cambiado en nada-

-Me gustaría decir lo mismo- Taiki se sentó para estar más cerca de su amigo- pero realmente has madurado bastante, Shoutmon-le dijo con una sonrisa, la cual su amigo correspondió.

-Es cierto, Shoutmon ya no hace payasadas como antes- opino Yuu- es tan diferente a ese tiempo.

-Ser Rey debe ser un cargo difícil-dame- dijo Damemon

-No tanto como crees, especialmente ahora que son tiempos de paz, si no, no habría tenido tiempo para visitarlos- menciono Shoutmon, dándose un poquito de importancia.

Ninguno de ellos se dio cuenta que Tagiru y Gumdramon habían dejado de pelear, y los miraban un poco curiosos.

-¿El Rey haciendo payasadas?- pregunto Gumdramon a Tagiru totalmente sorprendido- No me lo creo, apenas el Rey sonríe y nunca lo he visto haciendo algún tipo de broma-

-Opino lo mismo, tal vez ahora quiera hacerle competencia a Samanta con quien es más gruñón- le comento Tagiru a su amigo a lo cual ambos rieron por lo bajo.

-¿Quién hará competencia con quien?- les pregunto Shoutmon tomándolos por sorpresa.

-Eh…no…nosotros…-empezaron a balbucear, temerosos de la mirada que les lanzaba Shoutmon.

-Ustedes dos no han cambiado en lo absoluto- los regaño el Rey- Gumdramon, esperaba que fueras un poco más responsable desde el incidente de Quartzmon, pero veo que sigues igual.

Gumdramon se quedo sin palabras ante eso.

-Bueno Shoutmon, no es para ponerse así- interfirió Taiki- Se un poco más comprensivo.

El digimon rojo solo miro para otro lado molesto, a lo cual su compañero suspiro.

Tagiru iba a defender a Gumdramon, hasta que vio una silueta extraña cerca de la salida de la cancha, se fijo bien que esa figura los veía desde ahí, era un…

-Oigan…-dijo en un susurro Tagiru- miren quien está viendo desde la salida.

Todos miraron, la figura se fue cuando la vieron.

-¡¿Pero si no es…?!-dijo Yuu.

-¡Sí! ¡Un digimon!-Grito de triunfo Tagiru, se dirigió a Gumdramon- ¡Vamos a cazarlo!

-¡Sí!- dijo con entusiasmo, y se fueron corriendo a por el digimon seguidos de sus amigos.

Se podía ver que el digimon tenía una capa con capucha que lo cubría, piel naranja y era un poquito más bajo que Shoutmon. Pero Tagiru sabía que habían pillado al digimon completamente desprevenido, porque se veía que estaba nervioso mientras corría.

-Tagiru ¿Qué hacemos? Es muy rápido- pregunto Gumdramon, ya que al objetivo lo estaban perdiendo de vista.

-Vuela hacia él, agárralo con tu cola y tráelo a la cancha para poder cazarlo- le dijo Tagiru, regresando con los demás a la cancha.

- ¡Bien!

Gumdramon emprendió vuelo y así alcanzo mayor velocidad llegando rápidamente a donde estaba el digimon. El dragón estiro su cola y atrapo al digimon.

-¡Te tengo!

Gumdramon se lo llevo con facilidad a la cancha aunque puso mucha resistencia.

-Fue muy fácil-murmuro Tagiru cuando Gumdramon llego con el digimon, quien seguía intentando zafarse de él.

-Tal vez sea porque somos muy buenos- respondió Gumdramon colocando al digimon en el suelo.

-No creo- murmuraron Damemon y Yuu.

De repente el cuerpo del digimon se encendió, provocando que Gumdramon lo soltara.

-¡¿Pero qué...?! –dijo asustado Gumdramon.

El digimon en llamas se dirigió a él y le dio una patada que hizo que el dragón se quemara mucho y chocara contra una de las rejas.

-¡Gumdramon!- se sorprendió Tagiru. Su compañero tenía algo quemado el pecho, no sabía si podía moverse bien por eso.

-¡Cuidado!- advirtió Yuu cuando el digimon en fuego le iba a dar un puñetazo al dragón. Este cerró los ojos esperando el golpe.

No lo sintió, abrió los ojos y vio a Shoutmon frente a él deteniendo el puño con su mano.

-¡Re…Rey!- se sorprendió Gumdramon.

-No debes bajar la guardia en un combate, aunque tu contrincante este atado- le informo Shoutmon.

El digimon en llamas dio un salto para alejarse y prepararse para pelear con Shoutmon.

-¡Gumdramon, ¿estás bien?!- Tagiru se acerco a su amigo, el cual solo asintió. No lo podía creer, aun era lo suficientemente débil para ser protegido por el Rey.

-Shoutmon, no es un digimon ordinario- informo Taiki

-No te preocupes, puedo encargarme de él-contesto Shoutmon. Dirigiéndose a Damemon- No necesito ayuda.

-¿Estás seguro?- pregunto Yuu.

-Sí- contesto el dragón rojo sacando su micrófono.

El digimon dejo de desprender fuego, por lo que se pudo ver que también tenía un cinturón cruzado en el pecho color negro, con cuatro paquetitos del mismo color, llevaba unos guantes negros y debajo de ellos unas vendas. No se podía ver nada debajo de la capucha. El digimon apretó uno de los paquetes, y de él salió un enorme martillo.

-¡So…sorprendente!- se entusiasmó Tagiru con estrellas en los ojos y echando un poco de humo de la nariz.

Shoutmon se sorprendió también, y pensó que los otros tres paquetes podrían contener otras armas, así que tendría que ir con cuidado.

El digimon encapuchado corrió en dirección a Shoutmon para atacarlo con el martillo, quien se protegió con su micrófono. Estuvieron un rato chocando sus armas, hasta que Shoutmon obligo a saltar al digimon intentando golpearlo en las piernas.

-¡Soul Crusher!- el ataque llego en el blanco al digimon, quien en el aire no lo podía esquivar.

El digimon cayó echando un poco de humo.

-¡Ahora, Shoutmon!- dijo Taiki.

-¡Ok!- respondió su amigo-¡Rowdy Rocker!

Shoutmon golpeo varias veces al digimon, el cual no pudo hacer nada.

Después de tantos golpes el digimon quedo exhausto en el suelo.

-¿Estará inconsciente?- pregunto Gumdramon, acercándose a Shoutmon.

-No lo sé…-Shoutmon miro un poco a Gumdramon-¿Te encuentras bien?

-¡Pues claro Rey! Solo me chamusco un poco- informo un poco apenado.

-¡Esta levantándose!- dijo Tagiru, y era cierto, el digimon de a poco se levantaba- ¡Ahora es nuestro turno, Gumdramon!

-¡Sí!- dijo el dragón acercándose al digimon, listo para luchar.

-¡Tiempo fuera!- se escucho una voz de chica de debajo de la capucha.

Todos quedaron en blanco.

El digimon se quito la capucha y se pudo apreciar quien era. Era una V-mon con un casco plomo con orificios para las oreja, el casco no cubría su boca blanca y se podían ver sus hermosos ojos rojo oscuro con unas cuantas lágrimas.

-Eso realmente me dolió- dijo sobándose la mejilla.

-Un…un minuto… ¿eres…eres una chica?- murmuro Gumdramon, totalmente perplejo.

-Si lo soy- dijo sobándose un ojo.

Shoutmon se quedo en blanco. Había golpeado a una chica.

-No sabía que en Japón los digimon se saludaran de esa manera- dijo la digimon.

-Creí…creíamos que eras un chico…- musito Tagiru, sin poder creerlo.

-¿Te refieres a la capucha?-pregunto la chica a lo cual Tagiru, Taiki, Yuu, Gumdramon y Damemon asintieron todavía perplejos- La Jefa me dice que si salgo a pasear fuera del xros loader debo ponérmela por seguridad.

-¡¿Jefa?! , ¡¿Tienes un compañero humano?!-se sorprendió más Yuu.

-Sí, ¿está mal?- pregunto curiosa, sentándose y sobándose la rodilla, uno de los puntos donde Shoutmon la golpeo.

-No, en lo absoluto- dijo Taiki perplejo.

-¡Ay, perdónanos! ¡Pensamos que eras un digimon salvaje, y como hace tiempo no nos habíamos encontrado con uno, nos emocionamos un poco!- se disculpo agachándose Tagiru.

-No te preocupes, estoy acostumbrada a los golpes- dijo y de su mano con la que se sobaba su rodilla apareció un círculo verde.

-¿Tienes poderes de curación?- se sorprendió Taiki, a lo cual la digimon sonrió y asintió con la cabeza.

Tagiru vio que la digimon parecía un peluche que daban ganas de abrazarla, en especial por los ojos.

-Pareces un peluche- murmuro Tagiru sorprendiendo un poco a la digimon. En ese momento Gumdramon lo piso- ¡Ay! ¿A qué vino eso?

-No…no la molestes- dijo Gumdramon, algo rojo, sorprendiendo a su compañero.

-No te preocupes, antes la Jefa me decía eso- dijo alegre la digimon, revisando si su rodilla estaba completamente curada.

-Eh…ya veo…-dijo Tagiru.

-Disculpa… ¿Pero quién eres?- pregunto Yuu.

-Me llamo Kokoromon- dijo con una sonrisa,

-Mi nombre es Akashi Tagiru, y él es Gumdramon- Se presento Tagiru, a lo que su compañero sonrió tímidamente.

-Me llamo Amano Yuu, y mi compañero es Damemon-Continuo Yuu y Damemon dijo "dame" como saludo.

-Soy Kudou Taiki, un gusto, y él es Shoutmon, mi compañero y amigo- termino Taiki, quien miro a Shoutmon esperando a que la saludara, pero el digimon miraba para otro lado con los brazos cruzados.

-Es tímido- murmuro Kokoromon.

Shoutmon sintió como si le cayera una roca en la cabeza ¿Él tímido? Taiki rio por lo bajo por eso.

-… Esta atardeciendo- murmuro Kokoromon mirando el cielo, y soltó un suspiro- La Jefa se molestara por verme tan lastimada.

-Lo…lo siento…es mi culpa…- se disculpo Gumdramon, quien seguía rojo.

-No te preocupes- le sonrió- Y perdón por chamuscarte, pero me asuste y perdí los estribos.

-No se preocupe Kokoromon-sama, que estoy bien- dijo apresuradamente el dragón.

-¿Ko…koromon…sama…?- se sorprendió la digimon

-¿Kokoromon-sama?-pregunto Tagiru mirando a su compañero.

-Le…le debo mis respetos por haberla tratado mal- murmuro Gumdramon.

-Eh…-dijo Shoutmon mirando a Gumdramon el cual enrojeció más-… aquí me huele a gato encerrado.

-¡Rey! ¡También usted debería disculparse!- dijo Gumdramon muy nervioso.

-¿Ah?- dijo Shoutmon molesto acercándose a Gumdramon, quien retrocedió- No ha llegado el día en que me vengas a dar órdenes, no te olvides de quien soy.

-No…no lo…no lo he olvidado…-tartamudeo Gumdramon.

-¿Rey? ¿Rey de qué eres tú?- pregunto Kokoromon, quien estaba al lado de los dos dragones sorprendiéndolos, ya había guardado su martillo.

-¿…Eh…?-dijeron al mismo tiempo los dragones.

-¿No sabes…quién es él?- pregunto perplejo Taiki. A lo cual ella movió la cabeza negativamente.

-¿No se te hace su rostro conocido?- pregunto Yuu.

-Nop-

-Eso es malo- menciono Damemon.

Kokoromon se dirigió a Shoutmon.

-Pero si eres Rey, debes de ser el Rey de los Gruñones, Enojones y Cornudos- dijo entre risas.

Todos se quedaron en blanco.

-Tú… ¡¿No sabes quién soy?!- pregunto claramente molesto Shoutmon.

-Hasta ahora podría decir que eres un digimon enojón que le pega a las chicas- dijo tranquilamente.

-¡No le pego a las chicas!- le dijo molesto.

-¿Y que soy yo? Ni siquiera has dicho un "Lo Siento", ¿realmente eres un Rey?- murmuro molesta dejando a Shoutmon sin palabras.

-¡Tú…tú…tú…tú fuiste la que empezó! ¡Ni siquiera dijiste "Para, soy una chica y ya tengo un compañero"!- se defendió el dragón rojo.

-La Jefa me dice que no hable con extraños, y entre ustedes el más extraño eres tú- dijo como si nada.

-¡Tú…!- murmuro enojado Shoutmon.

Era la segunda vez que Gumdramon veía tan molesto a su Rey, y tan humillado, la primera vez que lo vio así fue cuando Betsumon se disfrazo de él.

Tagiru empezó a reírse con lágrimas en los ojos.

-Esta chica me cae bien, su compañera debe ser igual de agradable-

De repente la cancha, más bien todo el paisaje se disturbio por unos segundos.

-¡¿Pero qué?!- dijo Taiki mirando para todos lados, todo era como antes.

-¿Taiki-san eso era…?-pregunto Tagiru.

En ese momento, debajo de todos se hizo un portal verde, en el cual antes que se dieran cuenta caían en él.

Cayeron en la misma cancha, pero al mismo tiempo era diferente.

-¡¿Estamos en el Digiquartz?!- exclamo sorprendido Tagiru encima de Yuu.

-Tagiru…bájate-

-Lo siento- se levanto de un salto.

Shoutmon intento levantarse, pero sintió que alguien estaba encima de él.

-Esos túneles siempre me han mareado- murmuro Kokoromon echada encima de Shoutmon.

-¡¿Tengo cara de almohada para que te eches encima mío?!-

-Pues si fuera así, serías una almohada muy feíta- murmuro cansada Kokoromon.

-¡ALQUIEN QUE ME LA QUITE DE ENCIMA, O LA HARE VOLAR POR LOS AIRES!- estallo Shoutmon.

-Y así demuestras lo poco caballeroso que puede resultar un…eh…"Rey"- dijo Kokoromon levantándose con la ayuda de Taiki- Gracias-

-No te preocupes- respondió mientras su compañero se levantaba fulminando con la mirada a Kokoromon.

-Pues no eres lo que se podría decir…una dama- murmuro Shoutmon.

-¡¿Eh?! ¿Qué dijiste?-

-¿Tu qué crees?-dijo Shoutmon y empezó a chocar cabeza con Kokoromon.

-Cálmense un poco, no es bueno pelearse-dame - intento calmarlos Damemon.

Gumdramon no sabía porque estaba más sorprendido, porque estaban en el Digiquartz, o por cómo se comportaba el Rey.

-¿Cómo es posible que siga existiendo el Digiquartz?- murmuro Yuu mirando a todos lados.

-Vamos a la calle- dijo Taiki, a lo cual todos lo siguieron.

También afuera de la cancha era Digiquartz.

-¿Cómo es posible? Se supone que este lugar ya no existe- dijo Gumdramon a su compañero, el cual estaba igual de confundido.

Kokoromon miro a todos lados, dio un gran salto hacia uno de los faros de la calle y empezó a mirar desde ahí si veía lo que creía que podía llegar.

-No veo…nada de nada- murmuro.

-¿Eh…Kokoromon, qué es lo que pasa?- le pregunto Taiki desde el piso.

Kokoromon no respondió, seguía buscando algo que solo ella sabía.

-Actúa demasiado sospechosa- murmuro molesto Shoutmon.

Se escucho el grito de una bestia que sorprendió a todos, menos a Kokoromon.

-¡Aquí viene!- dijo sacando su martillo.

-¡¿Qué es lo que se supone que viene?!- pregunto alarmado Tagiru mirando para todos lados- ¡¿Un digimon?!

-No, no es un digimon- dijo Kokoromon.

En ese momento frente a ellos apareció una sustancia viscosa morada desde un portal gris que apareció en el suelo.

-¡¿Qué es eso?!- preguntaron Yuu y Tagiru al mismo tiempo.

-Un Kopierer- dijo Kokoromon. Ella dio un salto y bajo, colocándose frente al grupo para pelear.

De repente la digimon empezó a tambalearse y cayó de rodillas.

-¡Kokoromon-sama!- dijo Gumdramon acercándose a ella.

-…Lo siento…es solo que me duele mucho el cuerpo…- murmuro sobándose un moretón que tenía en el brazo.

Taiki, Tagiru, Yuu y Damemon miraron con cara re probativa a Shoutmon.

-¡¿Qué?! ¡No es mi culpa!- se defendió el dragón muy nervioso.

-¡Miren!- señalo Yuu.

Todos vieron que la sustancia viscosa tomo la forma de un gorila enorme.

-¡¿Un gorila morado?!- se sorprendió Tagiru.

El Kopierer emprendió una carrera hacia sus objetivos. Kokoromon con esfuerzo se puso de pie en frente de Gumdramon.

-¡Kokoro Hammer!- de los bordes de su martillo aparecieron unas llamas. El martillo rozo una de las rodillas del Kopierer, quien salto hacia atrás a tiempo.

-Si no estuviera tan adolorida…le hubiera dado por completo-murmuro

-¡Nosotros te ayudamos!- dijo Tagiru acercándose a ella junto con Gumdramon.

-Para derrotar a un Kopierer hay que quemarlo por completo, antes de que pueda regenerarse- les aviso Kokoromon.

-¿Se pueden regenerar?- pregunto Yuu, quien junto con Damemon, Taiki y Shoutmon se habían acercado para ayudar.

-Sí, mira, su rodilla esta como nueva- dijo señalando al Kopierer, y era cierto.

El Kopierer ya recuperado, se abalanzo hacia ellos.

-¡Soul Crusher!- el ataque de Shoutmon solo hizo que retrocediera, pero no le hizo mucho efecto.

-¡¿Cómo?!- se sorprendieron Taiki y Shoutmon.

-Si el ataque de Shoutmon no funciona…Gumdramon- dijo Tagiru.

-¡Sí!- respondió Gumdramon-¡Firex Vortex!

Gumdramon se abalanzo al "gorila" con su técnica, pero el Kopierer lo paro con sus grandes manos.

-¡¿Qué?!- se sorprendió asustado Tagiru.

El Kopierer atrapo a Gumdramon, y cada vez lo apretaba con más fuerza, lastimando al pequeño dragón.

-¡Suel…tame…!- murmuraba adolorido Gumdramon, intentando zafarse.

-¡Gumdramon!- dijo Tagiru corriendo a ayudar a su compañero, pero Kokoromon se interpuso.

-No puedes hacer nada- intento tranquilizarlo.

En ese momento Shoutmon se adelanto junto con Damemon para salvar a su compañero.

-¡Rowdy Rocker!- el ataque de Shoutmon obligo al Kopierer soltar al dragón quien fue atajado por Damemon- ¡Sácalo de aquí!-

Justo cuando dijo eso el Kopierer golpeo a Shoutmon, quien no alcanzo a esquivarlo siendo lanzado a unos metros chocando con una vitrina de vidrio y rompiéndola.

-¡Rey!- dijo asustado Gumdramon.

-¡Shoutmon!- dijo Taiki acercándose a su compañero-¡Shoutmon, despierta por favor!

El dragón rojo empezó a abrir los ojos, movió un poco la cabeza para despejarse.

-Estoy bien…solo me distraje un poco- dijo levantándose sin problemas.

-¿Seguro?- pregunto todavía preocupado el joven, su compañero solo asintió.

-¿Gumdramon, te encuentras bien?- pregunto Tagiru a su amigo cuando Damemon lo llevo junto con él.

-Estoy…bien…-murmuro adolorido el dragón.

-¿Solo funcionan contra él ataques de fuego?- pregunto Yuu a Kokoromon, quien asintió mientras guardaba su martillo. La digimon apretó otro de los paquetes, del cual salió un boomerang negro.

-¡Kokoro Bumerang!- al igual que el martillo, el boomerang empezó a desprender fuego. Kokoromon lo lanzo hacia el Kopierer mientras corría hacia él.

El Kopierer detuvo el boomerang con sus manos. Pero no detuvo el puñetazo que le dio Kokoromon, quien volvía a estar en llamas. De repente de ella se desprendieron unas llamas que rodearon al Kopierer.

-¡Feuerlöschpumpe!- las llamas alrededor del Kopierer explotaron, dejando el lugar donde él estaba en llamas.

Kokoromon salió de esas llamas con su boomerang en mano.

-¡Listo!- dijo guardando su arma- Trabajo terminado.

-¿Estás…estás segura?- se inquieto Yuu, acercándose a ella, quien afirmo con la cabeza.

-Sí, mira- señalo el lugar que había incendiado, el cual poco a poco se apagaba. Se pudo apreciar una masa oscura que se desvanecía en polvo verde- Ya fue derrotado y ahora desaparece.

-Sorprendente-murmuraron asombrados Gumdramon y Tagiru.

-Es un alivio que haiga terminado todo- opino Taiki. Dirigiéndose a su compañero- ¿Seguro que no estás herido?

-¡Estoy bien, Taiki!- dijo Shoutmon- Un ataque como ese no…no puede…con….-

Shoutmon empezó a tambalearse y perdió el equilibrio, pero no logro caerse por completo, porque Taiki lo sujeto a tiempo.

-¡SHOUTMON!- grito Taiki asustado.

-¡Rey!- dijo Gumdramon, acercándose a él junto con los demás.

-¿Qué…qué me…pasa?- murmuro Shoutmon, Taiki había puesto su cabeza en sus rodillas para que estuviera más cómodo- Todo…me da…vueltas…

-Eso no es bueno-dijo Damemon preocupado.

-¿…Rey…?- dijo Gumdramon muy preocupado.

Kokoromon se agacho y empezó a examinar a Shoutmon, hasta que encontró lo que buscaba.

-Le lanzaron una "Espina"- informo al grupo, señalando una aguja grande color morada clavada en el brazo derecho de Shoutmon.

-¿Espina? ¿Eso es grave?- pregunto preocupado Yuu.

-No tanto, los Kopierer la utilizan para debilitar a sus enemigos o mantenerlos fuera de combate si ven que son demasiados para ellos, es como un sistema de defensa. De seguro se la clavo cuando lo golpeo- Dirigiéndose a Shoutmon- Deberías estar orgulloso, ellos solo usan eso cuando ven a un digimon muuuuuuuy peligroso para ellos.

Shoutmon no hizo caso al comentario, empezaba a sudar y parecía muy mareado.

-¿Puedes ayudarlo?-pregunto muy preocupado Taiki.

-Pues claro- dijo con una sonrisa Kokoromon- Se requiere una gran habilidad y mucha delicadeza para curar heridas de este tipo.

Kokoromon se acerco el brazo de Shoutmon, sujeto la espina, y de un tirón muy fuerte la arranco. El grito de dolor de Shoutmon resono en todo el lugar.

-¡ESO NO TUVO NADA DE DELICADEZA!- reclamaron al mismo tiempo Gumdramon y Tagiru molestos y sorprendidos.

-Dije que se necesitaba habilidad y delicadeza…pero yo no tengo lo segundo, recién estoy aprendiendo- dijo muy apenada mientras usaba sus poderes para curar la herida.

-…Nunca…dejas…de…fas…fastidiar…me…- murmuro molesto Shoutmon, con los ojos fuertemente cerrados.

-Oye ¿quieres que te cure o no?- pregunto molesta Kokoromon.

Shoutmon no contesto, se había quedado dormido.

-…Rey…-murmuro preocupado Gumdramon.

-No te preocupes, estará bien- dijo Kokoromon después de curar al dragón rojo.

Kokoromon saco de un bolsillo interno de su capa un rollo de vendas y empezó a vendar la herida con cuidado.

-Estas heridas no se curan del todo con el xros loader o con poderes curativos, por el veneno que tienen, pero al menos se puede disminuir el daño. Estas vendas tienen impregnadas una medicina que curara por completo la herida- informo la digimon mientras cortaba la venda de un tirón, y hacia un nudo para terminar.

-¿Está bien que haiga perdido el conocimiento?- pregunto muy preocupado Tagiru mirando a Shoutmon.

-Es mejor dejarlo descansar un rato, esas Espinas debilitan cada vez más dependiendo del tiempo que estén clavadas, hay que agradecer que no la tuvo mucho tiempo. Habría que agregar que cada espina tiene una habilidad diferente, en este caso, provoca fiebre-respondió Kokoromon.

Taiki no dijo nada, pero se quedo mirando preocupado a su compañero, quien seguía dormido, pero igual sudaba mucho.

-¿Cómo sabes tanto sobre esos seres? ¿Sabes acaso porque estamos en el Digiquartz?– le pregunto Taiki.

Kokoromon le sonrió y dijo:

-Eso es información clasificada- pego un salto hacia uno de los postes y desde ahí agrego- Sugiero que el Rey de los Cornudos tome un buen descanso, no tiene que pasar rabia y dale de beber té de hierba de limón. De seguro tendrá un poco de fiebre, así que ponle con regularidad un paño mojado en la frente para que se refresque, hasta entonces sácalo del ring de pelea. Si quieren saber cómo salir de aquí solo usen el xros loader como lo han usado hasta ahora.

Y sin más la digimon se puso la capucha y se fue saltando entre los postes, dejando al Xros Heart con mucho en que pensar.