¡Hola, bomboncitos! Vengo con un nuevo fic de Free! (tengo un problema con éste anime, ya lo he aceptado), y esta vez no es un drabble ni un one-shot :D. Como leyeron, éste pequeño tiene planeados por lo menos dos o tres capítulos más, y será un hermoso HaruGou nacido de muchas de insomnio.
Dedicado especialmente a Gaby, que cumplió años recientemente. ¡Muchas felicidades! Espero que te guste tu regalo.
Disclaimer: Los personajes de Free! pertenecen a su creador, Koji Oji.
Ahora sí, sin más palabrería, espero que disfruten la lectura.
—.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Haru miró de un lado a otro, aturdido por el bullicio en la sala. Y pensar que solamente eran cuatro personas, incluido él. Nagisa y Rei discutían tan ruidosamente como siempre, alegando sobre las desventajas y desventajas de llamar a la policía; Makoto, por su parte, trataba de calmarlos agitando las manos suavemente, pero su voz solamente contribuía a empeorar la atmósfera.
—¿Qué está pasando aquí? —la voz de Gou fue como un regalo cuando acalló a todos los demás en una sola oración.
—¡Gou-chan! —chilló Nagisa, e ignoró la mirada fatal que ella le dirigió por llamarla de ese modo—. ¿Podrías decirle a Rei que llamar a la policía es una mala idea? Ellos sólo empeorarán las cosas
—¿La poli…
—Nagisa-senpai, lo correcto en este tipo de situaciones es remitirse a las autoridades —Rei no dejó terminar a Gou, empeñado como estaba en defender su postura.
El sonido del silbato retumbó en las paredes del salón, aturdiendo a todos los presentes, que hicieron una mueca de disgusto.
—Makoto-senpai— llamó con voz exigente, suponiendo que el castaño sería la persona más confiable en ese momento—. ¿Qué es todo esto? ¿Por qué Rei quiere llamar a la policía¿
Makoto le dirigió una mirada dubitativa, luego miró a Haru que tenía el ceño tan ligeramente fruncido, que la mayoría no lo hubieran notado. Pero ellos no eran la mayoría.
—¿Haruka-senpai? —No necesitó preguntarle nada más, la expresión en sus ojos lo decía todo. El moreno suspiró pesadamente y miró a su amigo, que se apresuró a poner en claro la situación.
—Haru tiene… una acosadora
La pelirroja se quedó con la boca abierta y los ojos, redondos como platos, clavados en la pared. Le tomó un segundo procesar las palabras, uno más hacerse una idea de su significado, y poco menos que eso dar señales de vida otra vez. Miró a Haru, que permanecía con la vista clavada en la piscina como si añorara algo que nunca podría volver a tener.
—¿A qué te refieres con "una acosadora"? —frunció el ceño, dirigiéndose de nuevo a Makoto.
—Bueno…—el chico movió nerviosamente las manos, como si nada más tocar el tema lo asustara. ¿Qué clase de acosadora podía ponerlo así? Mako no era reconocido por su valor a la hora de ver filmes de terror, pero nunca lo había visto ponerse así por un ser humano… o no por uno vivo, al menos —. Hace un par de semanas, Haru comenzó a recibir extrañas notas con forma de corazón y con su nombre escrito; las dejaban en su lugar en el salón de clases o en su casillero, incluso hubo una entre sus libros.
Gou puso toda su atención en él, formándose una imagen mental de cada cosa que le contaba; en su imaginación, una silueta anormalmente larga y oscura avanzaba flotando hacia las cosas que Haru cuando nadie miraba, olía sus libros y luego depositaba un pequeño corazón (de muchos que llevaba en una bolsa transparente) entre sus hojas. Tuvo que sacudir la cabeza para aterrizar sus pensamientos en la realidad, justo a tiempo para no perderse el resto de la historia.
—Al principio no le prestamos mucha atención, pensamos que era solamente alguna chica tratando de ganar su atención unas semanas antes del día de San Valentín, pero luego…—hizo una pausa que le provocó un tic en la ceja a la chica— las cartas comenzaron a multiplicarse, aparecían en todos lados, hasta bajo la puerta de su casa. Y hoy en la piscina, encontramos todos esos formando la palabra "love"— señaló una bolsa plástica transparente llena de figuritas de papel rojo.
A su lado, la víctima de los agravios pareció estremecerse ligeramente. Ya entendía todo. Esa chica, quien quiera que fuera, había cruzado el límite de lo aceptable al colarse en la piscina, el único lugar donde Haru se sentía completamente libre. Gou caminó hasta sentarse cerca de él.
—¿Haruka-senpai, tienes alguna idea de quién puede ser? —su voz sonó mucho más dulce, más bajita de lo normal, como si le estuviera tratando de convencer a un gatito asustado de salir de su escondite. Él negó con la cabeza, su mirada todavía fija en la piscina.
—Está claro lo que debemos hacer— dijo Rei al fin, luego de haberse mantenido meditabundo durante toda la explicación—. Tenemos que llamar a la policía.
—Rei-chan, no podemos llamar a la policía sólo por unos cuantos corazones de papel— se quejó el rubio, haciendo un gesto de impaciencia
—Me temo que Nagisa tiene razón—admitió Makoto—. No creo que la policía quiera hacer algo respecto a esto.
Todo eso le parecía inverosímil. Sabía –y no iba a negarlo- que Haru era un chico apuesto y que eso, junto con su personalidad misteriosa, atraía a algunas chicas de la escuela, pero normalmente era una emoción pasajera.
Al menos son sólo corazones de papel. Por ahora.
—Aún así tenemos que hacer algo— Rei se llevó la mano a la barbilla y frunció el ceño, tratando de ordenar sus ideas—. Si las cosas siguen así, Haruka-senpai podría comenzar a recibir fotografías y mensajes insinuantemente peligrosos.
Al menos no era la única escandalosa.
—Gou-chan, tú eres mujer. ¿Qué te haría abandonar tu obsesión por un chico? —la pregunta de Nagisa hizo que todas las miradas, incluido un par de bonitos ojos azules, se dirigieran a ella.
¡Cómo si alguna vez hubiera acosado a un chico!
No, su profesor de preescolar no contaba.
Se frotó el puente de la nariz, tratando de mantener la compostura. Tal vez…
—Que él tuviera una novia— soltó. Era lo mejor que se ocurría en ese momento—. Supongo que si a mí me gustara alguien y él tuviera una novia, terminaría por resignarme, pero en este caso eso es…
—¡Brillante! —Nagisa saltó de su lugar con los ojos llenos de apremio—. Tenemos que conseguirte una novia, Haru-chan.
El aludido parecía perplejo y Gou se preguntó si tendría idea de lo que estaban sugiriendo en realidad. Eso despertó su curiosidad. ¿Haru habría tenido novia alguna vez? No lo creía, pero ya estaban en la preparatoria y la mayoría de los chicos habían salido con alguna chica por lo menos. ¿Lo habría hecho él? ¿O al menos le habría gustado alguien?
Estaba tan ocupada siendo curiosa que se perdió la parte de la conversación en que los muchachos discutían quién sería la novia de mentira ideal para Haru. Pero escuchó la conclusión.
—Gou-chan, tienes que ser tú.
Tú. Tú. Tú. La palabra resonó en sus oídos como un eco interminable.
—¡¿Eh?! —Rei la sujetó por un brazo y Nagisa por el otro, mientras Makoto intentaba calmarla antes de que le arrojara cualquier cosa al rubio. No tenía sentido, ¿por qué ella? Convivía demasiado con Haru para hacer algo así sin que las cosas se volvieran incómodas.
—Gou-san, Nagisa-kun tiene razón. Nadie más está enterado de esto, si se lo pedimos a otra chica, los rumores podrían esparcirse, y entonces la acosadora se enteraría de que el noviazgo es una farsa— Rei se acomodó los lentes como hacía normalmente, pero en ese momento pareció una táctica para hacer parecer más convincente su argumento.
—Además, creo que Haru se sentiría más cómodo contigo que con una desconocida— añadió Makoto, con su voz tranquilizadora y gentil.
—Y seguro que ninguna chica querrá acercarse a tu novio—concluyó Nagisa, como lanzándole un enorme bloque de cemento encima.
—Pero yo no… ¿Qué quieres decir con eso? —le lanzó una mirada furiosa al pequeño rubio que sonreía con fingida inocencia.
Miró a Haru buscando auxilio, y en ese momento algo la hizo olvidar todas sus quejas. ¿De verdad le afectaba tanto? Normalmente él se hubiera marchado a nadar sin más, pero seguía ahí, escuchando sus gritos y gruñidos sin mover ningún músculo. Y esa mirada que le había dado… había sido sólo por un momento, pero la había captado perfectamente, como si, por primera vez desde el día en que se conocieron, pudiera entender sus sentimientos. Suspiró.
—Mi hermano va a matarme— dijo al fin, y pudo jurar que él la había mirado otra vez.
—.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
¡Cha chan! ¿Qué les pareció? ¿Les gustó? Espero que sí. Vale, la acosadora es terriblemente cursi (lo que la hace terriblemente creepy para mí) y al parecer inofensiva, pero supuse que eso sería suficiente para espantar al pobre Haru (?) y se los juro, cambié esa parte por lo menos diez veces antes de publicarlo.
Recuerden que pueden plasmar su opinión en los reviews, incluidos zapatazos y verdurazos, y que siempre los tomo en cuenta a la hora de volver a escribir. También pueden hacer sugerencias o pedidos sobre fics con tramas/parejas en específico; quién sabe, podría tomar el reto de escribirlo a ver cómo me va.
Espero que tengan un hermoso día. Y recuerden: larga vida a los lectores.
¡Besitos! (: