Holaaa. No me pude aguantar las ganas de escribir un fic sobre estos tres, así que aquí lo tenéis. Quería deciros que como se escribió antes de que se decidiesen los miembros de los relevos para la competición no sé si los miembros serán los mismos que en el fic, pero aún así espero que lo disfrutéis y agradecería todas las reviews, follow o favs que me pudieseis dar si os gusta.


Me levanté de la cama y recogí la ropa que había tirada en el suelo para empezar a vestirme de nuevo. Siempre que teníamos sexo era lo mismo, las cosas acababan por todas partes y algunas veces era toda una aventura encontrar ciertas cosas.

-¿Por qué vas tan rápido? No tenemos prisa.-Dijo el muchacho que estaba recostado desnudo en MI cama.

-Tú estarás tan relajado después de todo esto. Pero yo como capitán tengo que llegar antes a la piscina para prepararlo todo.

-Que capitán más atento tenemos. Me alegro de compartir cuarto con alguien como él.-Empezó a levantarse y se quedó sentado allí encima, mirando.

-Déjate ya de bromas y mueve el culo, que tú no te salvas del entrenamiento aunque compartamos cuarto. A todo esto, ¿no habrás dejado ninguna marca?-Empecé a mirar por mi pecho y lo que podía observar de mi espalda antes de ponerme la camiseta.

-Si te preocupas porque alguien las vea no hay problema, no he hecho más allá de la línea del bikini.

-Eso quiere decir que has hecho.

-No las verá nadie, de todas maneras llevas un bañador hasta los tobillos, ya sería mucha casualidad que se viese algo. Además, si hablamos de marcas, comentemos el mordisco que me diste en el hombro el otro día. En el club tuve que decir que había sido un perro.

-¡Espero que no vayas hablando más de la cuenta sobre el "perro" que te mordió!-Acerqué mi puño a su cara para aplastarle la mejilla con cuidado, haciendo como si le daba un puñetazo.

-Nunca hablaría de más de la cuenta de ese "perro". De todas maneras es mío y mío exclusivamente.

-Déjate ya del coqueteo después del sexo y empieza a vestirte de una vez. Además tampoco soy tu posesión.

-Sí, sí, lo que diga, mi capitán.

Salí de la habitación ya con la bolsa con el equipo de natación y vestido al fin. Un poco más allá de mi puerta, exactamente en la puerta de mi anterior cuarto, me esperaba Ai para ir a practicar. Levanté la mano para saludarlo y me acerqué a él.

-¿No está Momo aquí?

-Decía que tenía que ir a llamar a su hermano y luego se pasaría por la piscina.

-Ese enano, siempre intentando escabullirse de las prácticas…

-¿Y Yamazaki-senpai? Tampoco lo veo contigo.

-So-sosuke…Se ha quedado durmiendo la siesta y lo acabo de despertar, aún tardaría un rato en prepararse así que lo he dejado.

-Está bien. ¿Entonces nos vamos ya ha practicar?

Cuando llegamos a la piscina preparamos todo el equipo necesario y fuimos a cambiarnos. Yo decidí hacerlo en la ducha con la excusa de mojarme un poco y así habituarme a la temperatura del agua, en verdad no quería que Ai viese ninguna marca de las que Sosuke había hecho. Estaba claro que si veía alguna preguntaría qué era y no sabría como esconderlo.

Los demás miembros del club empezaron a llegar y con ellos Momo y Sosuke. Me reuní con ellos después de explicarle al resto del equipo cómo sería el entrenamiento de hoy. Más que nada lo hacía porque después de anoche y esta tarde el dolor de caderas que tenía no era pequeño y así gastaba algo de tiempo.

-Vosotros ya sabéis que tenéis que centraros en el entrenamiento para los relevos. Simplemente dad lo mejor de vosotros cada día y conseguiremos ganar esa carrera.

-¡Seguro que lo conseguiremos! Total, he estado comentando con Sosuke-senpai, mientras veníamos para acá, que los dos estábamos muy emocionados con todo esto. Parece mucho más animado que ayer.

-Eso es porque todas las noches y alguna tarde ejercito bastante, eso le sienta muy bien al cuerpo, chaval. Y encima mato varios pájaros de un tiro, porque me mejora el humor y estoy más preparado para la práctica.

Yo lo mato, como llegase a contarle algo a Momo sobre nuestra relación lo dejaba a pan y agua durante dos semanas enteras.

-Bueno, vamos a dejarnos de hablar que tenemos que entrenar.

Ai parecía bastante molesto con la conversación de hace un momento. No habría entendido a que se refería Sosuke, ¿no?

Después del entrenamiento decidí acercarme a preguntarle porque se había molestado antes. Me respondió que preferiría hablarlo en un lugar más privado, como su habitación, que se le hacía algo incomodo decirlo en un lugar como los vestuarios. Aunque preferiría descansar después del día que había tenido no tenía otra opción nada más que ir a ver que le pasaba. De todos modos éramos amigos y compañeros del equipo.

Llegué a su habitación, estábamos él y yo solos, ni siquiera estaba Momo, aunque se suponía que este era su cuarto, sus cosas sí que estaban, tiradas por toda la habitación básicamente.

-¿Y eso que Momo no está aquí?

-Le he pedido a Momo-kun que nos dejase un rato solos porque quería hablar contigo de algo serio.

-Ya…ya veo. Entonces, Ai, ¿qué era lo que te pasaba?, ¿hay algún problema?

-No diría que tengo algún problema con el club ni con nada de eso, ni si quiera con mis compañeros de clase. Más que nada es un problema de celos.

-¿Celos? ¿A qué le tienes celos?

-A tú relación con Yamazaki-senpai… Hace ya tiempo que sabía que entre vosotros dos había algo y todo. Pero el hecho de que él pueda estar ahora más cerca de ti que yo y que con él hayas compartido más recuerdos que conmigo también me pone celoso. Ya sabes que me llevas gustando bastante tiempo. Pero el solo hecho de pensar que tenéis sexo y que hacéis muchas más cosas juntos me da envidia.

Se sentó en su cama apoyando los codos sobre las rodillas y sosteniendo su cabeza con ambas manos. Por lo que había dicho, el tema parecía que llevaba carcomiéndole por dentro bastante tiempo. Me senté a su lado y empecé a frotarle el pelo con una mano, suavemente.

-No tienes por qué preocuparte tanto por estas cosas. A mí el Ai que más me gusta es el Ai que está siempre feliz y apoyándome no importa que pase, el que siempre está feliz. La verdad es que me ha pillado algo de improviso que supieses lo mío con Sosuke y lo que pasa en nuestra relación. Pero aún así era cuestión de tiempo. Que tenga sexo con él no significa que no esté abierto a tener otra relación. Me gusta el Sosuke que me ayuda y me quiere tal como soy, pero de la misma manera me gusta el Ai que me apoya y es tan dulce como siempre.

-¿Eso no sería jugar a dos bandas?

-No lo tomaría como algo así, no sería más algo tipo, ¿tener una relación abierta? Ahora ese tipo de cosas se ven mucho. Y si me puedo permitir el querer a dos personas a la vez no me importaría hacerlo, siempre que estés de acuerdo, claro.

-No…no me importaría. ¿Pero de verdad te gusto? ¿Lo que dices es verdad?-Me miró con los ojos llenos de lágrimas, no quería que llorase, pero no podía negar que me parecía que estaba muy mono cuando lo hacía.

-Si no estuviese en serio no diría estas cosas.

Se abalanzó a mi cuello para abrazarme, de la fuerza con la que se había lanzado los dos nos caímos a la cama.

-¿No se molestará Yamazaki-senpai con esto?

-Puede que al principio no le haga demasiada gracia, pero se acostumbrará, total ya se lo comenté cuando empezamos de lío.

-Entonces, no pasa nada si…ya sabes.

-¿Quieres hacer algo?

-No me importaría…

Cogí algo de impulso y lo tumbé en la cama debajo de mí, justo de la manera contraria a la que estábamos antes. Me acerqué a su boca para besarlo, rocé sus labios primero suavemente, luego fui besando sus labios inferior y superior y después las comisuras de estos. Cuando me separé de él para poder coger algo de aire me di cuenta de que toda su cara estaba roja y respiraba de manera nerviosa. Al fin y al cabo no había hecho nada de esto nunca, es normal que estuviese nervioso al respecto. Lo siguiente que hice fue acercarme otra vez a sus labios, pero está vez saqué la lengua. Intenté que me dejase entrar, pero cerraba los labios por culpa de los nervios.

-No te tienes que poner nervioso, solo relájate.

-Va…vale.

Abrió su boca y esta vez sí que pude entrar. Rocé su lengua con la mía, empecé a acariciarla poco a poco y también rocé su paladar. Él también movía poco a poco la lengua, entrelazándola con la mía. Me separé de él y lo miré a los ojos.

-¿Quieres que siga?

-S-sí.

Empecé a introducir mi mano por su camiseta para llegar a su pecho, con la otra mano fui subiéndola poco a poco hasta que su pecho quedó completamente expuesto. No lo tenía tan tonificado como otros miembros del equipo, pero no se podía decir que no se notase el entrenamiento diario. Con mi lengua, empecé a pasar desde lo alto de su pecho hasta que poco a poco fui bajando. Justo cuando mi mano se dirigía a sus pantalones alguien aporreó la puerta.

Rápidamente nos incorporamos, Ai se bajó la camiseta y yo intenté parecer lo más natural posible, cerré las piernas y me arreglé el pelo con las manos para que no pareciese tan despeinado. Ai intentó taparse como pudo pero no lo logró hasta que se sentó sobre sus piernas y puso las manos en la entrepierna para que no se viese nada.

Al momento entró Momo. Parecía enfadado. Se venía quejando de cómo Ai lo había echado de la habitación y había tenido que estar fuera dando vueltas durante minutos cuando lo que quería era descansar. Lo último que queríamos en este momento era un sermón de alguien como él por lo que dijimos que ya se había hecho tarde y yo tenía que volver a mi cuarto y Ai tenía que ir a ducharse o cerrarían las duchas. Nos quedamos en la puerta sin saber que decirnos el uno al otro, así que solo nos despedimos hasta mañana a la hora de desayunar.