TU MIRADA EN MÍ

Es cierto que te fuiste, que ofrecí mi amor incondicional, que pedí que me llevaras contigo, es cierto que me dejaste sola en esa banca.

Intentamos matarnos, creí que esa era la única forma para que dejaras la obscuridad que te había consumido, y sin embargo después de tanto prepararme a mí misma no pude.

Lloré porque no fui capaz de lograrlo, lloré porque tú sí estuviste a punto de lograrlo.

A tu regreso me sentí tan feliz, habías cambiado. Pero no sabíamos por qué. Incluso después de salvarme, después de tanto… desconfié de ti. Creí que planeabas hacer las cosas a tu modo, que algo de obscuridad había quedado en tu corazón. Después todo me dolió, tu indiferencia, tu falta de tacto conmigo. Creí… creí que me odiabas, creí que yo era nada para ti.

Y aquí estás, sano y salvo conmigo. Tus brazos son cálidos, me sujetan de forma fuerte, sin lastimarme. Tu corazón tiene el mismo compás que el mío. En tu mirada hay algo, hay una verdad. Algo que me hace sentir que siempre estuve a tu lado a pesar de no saberlo.

Te he buscado por tanto tiempo, te he amado desde aquel momento. Y ahora lo sé, creo que finalmente veo todo muy claro. Te pertenezco, Sasuke.


Te hice tanto daño, te alejé durante tanto tiempo. Te dejé a pesar de todo lo que me ofrecías.

Mantuve la distancia, intenté todo para no esperanzarte. Dije muchas cosas hirientes a pesar de que sé que has mejorado tanto.

Eres tan terca e impulsiva y tan amable, preocupándote siempre por los demás, preocupándote por mí aunque no lo merezca. Aunque no merezca nada de ti.

No pude contra mis impulsos ésta vez, no pude dejarte caer. Puedo ser tan débil cuando se trata de ti.

Estamos demasiado cerca, tus ojos tan brillantes como siempre, temí que se opacaran ésta vez.

Fue tu chakra, tus habilidades para manejarlo lo que mantuvo esa entrada abierta. Mientras yo dije que estabas de más aquí.

Testaruda mujer, ¿tenías que poner en riesgo tu vida por mí? ¿¡Acaso no ves que me distraigo, que me salgo de control cuando te haces daño!? Estás tan débil, tan frágil. Diste todo lo que tenías por mí. Ninguna palabra bastaría para agradecer, para agradecer todo lo que has hecho por mí… siempre.

—Gracias a ti lo logré.