Hola!
No he podido resistirme a Frozen! Por fin se me ha ocurrido una idea que tengo muchísimas ganas de escribir y compartir con todos vosotros. Espero que la disfrutéis ^^
Disclaimer: Frozen no me pertenece para nada, lástima!
CAPÍTULO 1
Las puertas de la Sala del Trono se abrieron con firmeza, dejando ver una sala majestuosa y con grandes ventanales. Los cuadros y pinturas de reputados artistas y artesanos decoraban la habitación dándole ese toque distinguido y pomposo que solo un rey podía poseer.
Sus pasos, carentes de toda firmeza, se veían amortiguados por las mullidas alfombras rojas de la sala dejándole escuchar la fuerza con la que su corazón latía fuertemente y con nerviosismo dentro de su pecho.
Le acompañaba un guardia a cada lado y por si esto fuera poco también le habían esposado como a un vulgar criminal. Su plan había fracasado, si, pero este no tenía nada de vulgar.
―¿Hans? ―la primera en hablar fue su madre, la reina Hilde, una mujer de ya edad avanzada pero que todavía conservaba en su rostro la belleza que algún día poseyó en su juventud, entre ellos el cabello caoba y ojos verdes heredados por su hijo menor― ¿Qué hace esposado? Soltadle ahora mismo.
Con algo de reticencia, los guardias acataron la orden de la reina. Al verse liberado de las cadenas Hans no pudo evitar masajearse levemente sus muñecas adoloridas.
―Majestades, lamentamos tener que informarles de los crímenes cometidos por su hijo pero…
―¿Crímenes? ―preguntó esta vez el rey. También entrado en años, pero con una severidad en su rostro que en ningún momento dejaría ver una mínima debilidad a causa de su edad.
―Uhm… se acusa al príncipe Hans de… doble intento de asesinato contra la Reina y la Princesa de Arendelle, además de intentar apoderarse del trono del país… ―les explicó el guardia con poca seguridad.
Escuchó a su madre proferir un grito ahogado de sorpresa e incluso su padre, siempre tan estoico, no pudo evitar una mueca de sorpresa e incredulidad. En ese momento Hans tuvo que reprimir una ligera sonrisa, al fin había podido asombrar a sus padres.
―¿Y la Reina de Arendelle? ¿Ha enviado algún mensaje? ―preguntó el rey con seriedad.
―No, señor.
Se produjeron unos segundos de silencio. La reina se llevó la mano al rostro tratando de evitar sus lágrimas, y lo conseguía bastante bien.
―Guardias, eso será todo. Podéis retiraros ―ante la duda de los mencionados, añadió―. Dejadnos con él a solas.
Dicho esto, los guardias hicieron un saludo de respeto y se marcharon de allí a paso rápido cerrando las grandes puertas de la sala tras ellos.
Nuevamente, el silencio. Con calma y sin levantar la vista de su hijo menor, el rey se levantó de su sitio y bajó los escalones que separaban el trono del suelo de la sala. Su mirada era intimidante y severa pero Hans, quizá porque su estado tampoco era el más adecuado, supo mantenerla. Cuando llegó a su altura, el rey preguntó:
―¿De verdad lo has hecho?
El joven príncipe se permitió unos segundos para componer su mayor rostro de indiferencia, adornado con una pequeña sonrisa torcida, antes de contestar.
―Sí.
El golpe no se hizo esperar. En el mismo instante en que Hans sintió su rostro arder, sus piernas flaquearon y cayó al suelo sin gracia. Escuchó un grito de su madre y movimiento tras el rey, señal de que ella se había levantado y se dirigía también hacia allí. El príncipe intentó reponerse rápidamente pero sus fuerzas no eran las mejores tras el largo viaje como presidiario en el barco que le trajo de vuelta a las Islas del Sur.
Trató de ponerse de nuevo en pie mientras la severa y furibunda voz de su padre no se hacía esperar.
―¿Cómo has podido hacer algo así? ―espetó― ¿¡Qué clase de estúpido razonamiento te ha llevado a hacer algo así!? ¡Arendelle es un aliado importante y tú y tu idiotez podríais haberlo echado a perder!
―Harald, por favor… ―dijo la reina con un hilo de voz y tratando de calmar a su marido mientras lo tomaba del brazo.
Este, en vez de apaciguar su ánimo, se enfureció incluso más. Volvió a acercarse a su hijo y comenzó a golpearle con la mano abierta. Hans sólo podía taparse con los brazos para que los golpes no volvieran a caer en su rostro. En cualquier otra situación él mismo se habría encargado de devolver el golpe, pero en este caso se dejó golpear, pues Harald era el Rey, era su padre y en el fondo sabía que se lo merecía.
―¿¡Cómo puedes ser tan inconsciente!? ¿Matar a una reina? ¡Esa no es la clase de educación que te hemos dado!
Esta vez sí, algo despertó dentro de Hans, una rabia incontenible que luchaba por salir. Evitó el golpe y sujetó las muñecas de su padre con fuerza. Este no pudo evitar sorprenderse, e incluso su rostro mostró una mueca de temor al ver la mirada furibunda y decidida de su hijo. Hans le soltó con fuerza haciendo que este retrocediera hasta donde se encontraba la reina.
―¿Que me habéis… educado? ―comenzó en un suspiro de voz cargado de ira― ¡Que Sus Majestades me han educado! ―exclamó con burla mientras hacía una leve reverencia― ¡No habéis tenido nada… NADA… que ver en mi vida NUNCA! ―gritó esta vez― ¿¡Cómo podéis ser tan cínicos!?
―Oh, hijo mío… ―consiguió articular la reina entre lágrimas y miedo.
―¿Cómo ha dicho, madre? ―preguntó Hans fuera de sí― ¡Oh! ¿Acaso… acabas de acordarte de que tenías un hijo? ¡Justo ahora!
El joven príncipe comenzó a caminar por la sala, cargado de ira y resentimiento. Se movía a un lado y a otro sin un rumbo fijo mientras los reyes de las Islas del Sur trataban de mantener la distancia.
―¿De modo que de eso se trata? ―preguntó el rey Harald tratando de mantener la compostura― ¿De llamar la atención?
Ante lo dicho, nuevamente Hans no pudo más. Agarró lo que tenía más cerca, un jarrón de "no sé qué" reino regalo de "no sé cuál" rey hacía siglos a su familia, un tesoro familiar, y lo lanzó con todas sus fuerzas cerca de donde estaban sus padres. La reina profirió un grito y el rey la ocultó tras de sí mientras Hans no podía ocultar el placer de ver tal reliquia romperse en mil pedazos.
―¡NO! ¡Lo que quería era ser rey! ¡Lo que quería era tener el poder y ser mejor que todos los inútiles de mis hermanos!
Mientras Hans se desquitaba con el mobiliario de la sala, el rey llamaba a gritos a los guardias, los cuales entraron con rapidez y apresaron al todavía príncipe contra el suelo. Pese a que se intentó resistir fue en vano, y en medio segundo se vio arrastrado fuera de la sala sujetado por los brazos.
―Lleváoslo al calabozo ―ordenó el rey recuperando su tono autoritario.
―¡Si antes no me veíais, ahora me habéis visto bien! ―exclamó Hans a sus padres pateando el suelo apenas un segundo antes de desaparecer de allí.
Cayó al suelo del calabozo, sintiendo la dura roca contra su costado. Apenas se inmutó mientras escuchaba la puerta cerrarse con un quejido y la cerradura girar hasta estar totalmente cerrada.
Todavía tardó unos minutos más en recuperarse, sentarse en el diminuto catre de la celda y pensar en todo lo que acababa de ocurrir hacía apenas unos momentos.
Ahora sí, lo había echado todo a perder. Durante el viaje de vuelta había estado pensando en qué contarle a los reyes para que estos se apiadaran de él. Conociendo a su padre nada le hubiera evitado un castigo, pero al menos este habría sido menor.
Ni siquiera sabía muy bien qué acababa de ocurrir, tan sólo que al escucharles algo en su interior había explotado definitivamente y no se había podido contener más. Debía reconocer que jamás en su vida se habría atrevido a hablar así a los reyes con tanta contundencia y decirles por una vez lo que pensaba de verdad.
A fin de cuentas, estaba completamente perdido, cualquier posibilidad de perdón había desaparecido y probablemente su destino iba a ser el pudrirse en esa celda gracias a su estúpida reacción. Sin embargo, jamás en su vida se había sentido tan liberado.
Ya no tenía por qué fingir ni agradar a nadie. Ya no tenía que esforzarse. Había fracasado en todo lo que se había propuesto pero al menos no tenía absolutamente nada más que perder.
Ahora que el príncipe perfecto se había ido, ya sólo quedaba Hans.
Bueeeno! Este es el inicio de lo que tengo intención de que sea un multichapter. Por favor! Decidme si os interesa para que lo continúe, pues como he dicho planeo que tenga unos cuantos capítulos. Le tengo muchas ganas a la historia pero si no resulta interesante quizá publicarla sea perder el tiempo... ¡Espero que no y que os guste! Al menos en mi mente tiene muy buena pinta jaja
Debo decir, que será un fic Helsa y que amo a Hans al máximo! Me pareció un personaje tremendo, tiene tantos matices que lo adooro y no he podido remediar escribir este fic, es oro puro del fanfiction este Hans jajaja
Bueno, por el momento me despido, si tenéis alguna duda, o sugerencia, crítica constructiva, lo que sea! No dudeis en dejarme un review, todos serán bien recibidos ^^
Un saludo!