Hola aqui vengo con una nueva historia y espero les guste.

Veremos a Bella sufrir- pero no como lo hizo en Mia- sino mas bien va a ser algo distinto.

Edward va a ser un patán y bueno prometo un final lindo y con mucho dulce.

Crepúsculo pertenece a Meyer.

Pov. Bella.

Cada paso que daba era un martirio, y su mirada me destrozaba cada día más. Yo no quería llegar al altar de esa manera. Él no me amaba, me creía una oportunista que solo quiso amarrarlo cuando yo ni siquiera estaba pensando en eso.

Su mirada destilaba su odio hacia mi y eso me partía el corazón. Yo no quería obligarlo a esto. Miré a mi padre y le supliqué con la mirada que por favor cancelara todo, pero simple y lanamente, como siempre me ignoró.

Él solo quería deshacerse de mi, y yo no tenía más que hacer.

Mis ojos se posaron en mi amiga Alice, ella trataba de darme ánimos, y es que maldita sea éste debía ser mi día! Me iba a casar con el hombre que amaba.

Si tan solo él no me mirara como si fuese la peor escoria que existiese, las cosas serían tan distintas.

Yo jamás imaginé que las cosas terminarían así. Solo me había acostado con él una sola vez y para mi fue fantástico, pero yo solo había sido una más, cuando se lo conté a Alice, mi padre para mi desgracia escuchó y ahora me gano todo este desprecio.

Cuando llegué al altar, me miró como si fuese lo más asqueroso que existe, dañando aún más mi maltrecho corazón.

-. Estamos aquí...- empezó el cura.

La ceremonia pasó y nos escuché aceptarnos como marido y mujer, la recepción me la pasé con Alice, no sabía en donde estaría Edward, pero dentro de mi, sentía mi corazón hecho trizas al tener la certeza de donde estaba.

Y lo comprobé cuando fui al baño y escuché gemidos...

Cerré los ojos y cuando estaba por irme, la puerta se abrió, respiré profundamente para tragarme mis lagrimas.

Era él, abrochándose la camisa y subiendo la cremallera, detrás de él, estaba su secretaria, acomodando el bajo de su mini vestido.

-. Está libre ahora- me iba a ir cuando él me lo impidió-. Mira niña estúpida, mi vida es un infierno ahora pero te aseguro que no me quemaré solo. Tu vas a sufrir igual o más que yo, toda esta mierda- se alejó y salí corriendo.

Cuando estaba por llegar a la puerta que daba al jardín, tomaron mi mano, era él.

Intenté soltarme, el que me tocara después de haberse revolcado con esa me enfermaba.

-. Ni lo intentes- me haló y un dolor me recorrió.

-. Me lastimas!- asió de mi con más fuerza, causandome un daño mayor.

-. Esto es nada niña voy a destruir tu vida como tu has destruido la mía con este matrimonio- en estos momentos me arrepentía de amarlo como lo hacía.

Me sacó de la fiesta luego de agradecerles a todos y me aventó al asiento trasero del auto, él me tiró la tela del vestido a la cara y subió.

Me la pasé el camino llorando y cuando el auto se detuvo, como pude me bajé del auto y corrí a la casa.

Entré y corrí al piso de arriba en donde habían varias habitaciones y me encerré en la última del pasillo.

Rompí a llorar y desgarré este costoso vestido, hasta quedar en ropa interior, me quité el maquillaje y entré en la ducha.

Cuando salí de la ducha, me encontré con mi ahora esposo, que me miraba.

-. Sal de aquí- sonrió y se acercó a mi.

-. El que da las órdenes soy yo. Tú solo obedeces- dijo soltando el laso de mi bata.

Gracias por leer espero les guste