Notas: ¡Ey! ¿Qué tal? Cuánto tiempo, ah. ¿Nos extrañaron? ;D
Como verán, no, no actualicé una semana después del primer capítulo, en realidad pensaba hacer solo dos, pero luego ya este se extendió mucho, no me gustaba como estaba quedando, escribí la segunda parte un montón de veces… mal, mal. PERO al fin les traigo la segunda parte, que no es el final, por cierto, para que se entretengan hasta la próxima semana.
En fin, quiero agradecer infinitamente todos sus comentarios, fueron ellos los que me convencieron de continuar esta historia y no dejarla solo en un oneshoot. Así que… nada pues, ¡disfruten!
Segunda parte
Sábado hasta el medio día
Sábado
6:09 a.m.
Dormitorios de Samezuka
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Sousuke Yamazaki apagó el despertador de cierto pelirrojo justo un minuto antes de que comenzara a sonar. Ya había memorizado el itinerario mañanero de Rin, desde la hora en que sonaba la alarma hasta cuánto tardaba al salir a trotar, la hora en que iba a ducharse, el desayuno y las clases. Generalmente se le unía durante el desayuno y pasaban juntos el resto del día, pero este día en particular no sería así: hoy no habría alarma, porque ya había encontrado la excusa perfecta para justificarse y ruborizar a Rin al mismo tiempo. Hoy se quedarían en la cama en lugar de ir a trotar.
Se quedó viendo al pelirrojo por largos minutos con una sonrisa pintada en los labios: había esperado tanto, tanto tiempo para tenerlo así, a su lado, suyo. Recordó cuando de pequeños Rin se quedaba en su casa y dormían así mismo, en la misma cama y a escasos centímetros de distancia, y él se le quedaba viendo por las mañanas antes de despertarlo para desayunar. En aquel tiempo no le gustaba, o al menos no lo sabía, pero le parecía relajante verlo dormir, tan tranquilo que hasta parecía no ser el mismo niño enérgico que lo llevaba de un lado a otro durante todo el día sin parar.
En su mente estaba grabada aquella expresión serena que tanto lo atraía, junto a todos aquellos gestos que hacía al intentar abrir los ojos a primera hora de la mañana, cómo arrugaba la nariz y se escondía bajo la almohada…
"Mmmhmir", decía, más dormido que despierto, girándose, apretando los párpados sin abrirlos y quedando en un ángulo que le impedía a Sousuke verlo a la cara.
"¿Qué dices?", preguntaba él siempre.
"… Mmmhmir, Sou…. mmir", acababa con dificultad, un poquitito más consciente, haciendo acopio de toda aquella mínima lucidez para levantar la almohada y esconderse bajo ella.
Sousuke le daba entonces un par de minutos antes de insistir y acabar haciéndole cosquillas.
—Rin —lo llamó bajito, aun mirándolo de lado.
Retiró los mechones de cabello que caían de forma rebelde sobre sus ojos y volvió a hablarle, deslizando su índice por el puente de su nariz para luego apretarla de forma juguetona. Rin se removió, apretando los párpados fuertemente y moviendo inconscientemente la mano de Sousuke.
—¿Piensas despertar o no? —bromeó, viendo cómo Rin se giraba y hundía la cabeza en la almohada.
—… mir —logró articular medio despierto.
—¿Qué dices? —preguntó el castaño entonces. Hubo unos buenos segundos de retraso entre la pregunta y el momento en que Rin al fin la procesó y logró hablarle.
—… Dormir…. Sou-chan…
"Sou-chan"
Aquel simple diminutivo lo hizo reír alegremente, con lo que Rin al fin se dignó a levantar la cabeza de la almohada para mirarlo adormilado.
—¿Qué? —preguntó desorientado.
—Sou-chan —repitió Sousuke, acomodándose en la cama.
Rin pestañeó repetidas veces sin comprender y se dejó caer de nueva cuenta sobre la almohada, tras unos segundos se volteó y comenzó a estirarse, destapando un poco a Sousuke, aun sin terminar de procesar la conversación anterior.
—Pareces un gatito, ¿sabes? —comentó el castaño sin dejar de mirarlo.
—Un tigre, si quieres, ¿cómo un gatito? —reclamó el pelirrojo en respuesta, acabando de estirarse con un sonoro quejido y quedándose con los ojos bien abiertos.
Sousuke estaba en su cama.
Acababa de llamarlo Sou-chan como si nada mientras estaba metido en su cama. A su lado. Con él.
—Noup, definitivamente un gatito y no un tigre —insistió Sousuke, sin alcanzar a ver el rubor en las mejillas del pelirrojo por estar acomodando la ropa de cama para quedar bien tapado. Alzó una ceja al regresar su mirada a Rin y atraparlo sonriendo pícaramente —. ¿Qué pasa?
—Estás en mi cama —respondió rápidamente, girándose hacia Sousuke para mirarlo de frente.
—Claro que sí, ayer tú…
—No. Tú me lo pediste —rió Rin, tras lo cual compuso su mejor cara seria y agregó —. Y aun estando en mi cama prefieres reírte de mí en lugar de darme mi beso de buenos días. Eres muy malo en esto, Sousuke —alzó una ceja para enfatizar su disconformidad, seguro de que se veía creíble.
Sousuke no pudo más que ruborizarse al darse cuenta de que tenía razón, aunque sin creerse su expresión fingida.
—Sabes que yo no voy a caer con eso, ¿cierto?
—Pero estás rojo.
—Yo no-
—No, no, no. Gano yo esta vez… —lo cortó Rin y acortando la distancia entre los dos, agregó — Sou-chan.
Se inclinó y le dio un beso lento, largo, durante el cual Sousuke lo regresó a la almohada y lo atrapó contra la cama de forma posesiva, fuerte, segura. Si Rin tuviese que enumerar las cosas que le gustaban del castaño, que lo besara y lo tocara así estarían entre las primeras de la lista. Llevó sus manos al rostro trigueño y repartió suaves caricias en sus mejillas, hasta que comenzó a sentir la falta de oxígeno y se apartó, jadeando quedamente.
—Podría… podría acostumbrarme a esto —comentó con los ojos cerrados.
—Podríamos acostumbrarnos a esto… —corroboró Sousuke— y a otras cosas.
Rin sonrió ampliamente, aun sin abrir los ojos.
—Eso también.
Paseó sus manos por los costados del castaño hasta alcanzar sus caderas, concentrado únicamente en sentirlo, en la firmeza de los músculos bajo sus dedos, en el casi imperceptible estremecimiento de su cuerpo y la repentina tensión que se produjo cuando deslizó un poco la banda elástica del pantalón para acomodar mejor sus manos. Sousuke volvió a besarlo de forma un tanto más posesiva y definitivamente más violenta. Llevó una de sus manos a la nuca del pelirrojo, sujetándolo, profundizando el beso. Rin regresó una de sus manos al rostro trigueño, inmerso en el húmedo sonido de sus bocas, sin notar que Sousuke se recargaba en él hasta que cada parte de su cuerpo estuvo en contacto con alguna del castaño. Dejó escapar un gemido que Sousuke ahogó, tras el cual descendió por su cuello, consiguiendo un notorio estremecimiento y una involuntaria risilla. Sousuke suspiró y se quedó mirándolo, frustrado.
—¿Es en serio? —cuestionó.
—¡Ya te lo había dicho ayer! —respondió Rin avergonzado a más no poder, inflando un poco las mejillas al hablar e intentando quitarse a Sousuke de encima—. No es como si quisiera hacerlo, ¿sabes? ¡Simplemente pasa!
—Ey, ey, basta —se defendió Sousuke deteniendo las manos de Rin antes de que de verdad lo hiciera a un lado. Entrelazó los dedos de una de sus manos con una de Rin —. Eres tan tierno —casi suspiró entonces, sonriendo.
—Ya cállate —Rin giró el rostro notoriamente rojo.
Sousuke rió ante su reacción y devolvió su rostro al centro, consiguiendo una mirada esquiva, y se inclinó para besarlo repetidas veces, con suavidad y sin apuro. Hubo tal ternura en aquel gesto, en la forma en que sus dedos jugueteaban con los de Rin y sus labios se encontraban una y otra vez; tal calidez, que Rin creyó estar con un hombre distinto al de solo unos minutos atrás. Sousuke depositó un beso en la punta de su nariz y luego otro en su frente, para finalmente quedársele viendo con una sonrisa en los labios, acariciando sus mejillas.
—Buenos días, Rin.
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10:30 a.m.
Sala de clases, Samezuka
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"¿Apagaste mi despertador? ¡Pero Sousuke! ¡Sabes que salgo a trotar todas las mañanas!"
"Pero hoy no necesitas hacerlo, Rin."
"¿Cómo que no? Tenemos el campeonato casi encima y-"
"Harás ejercicio de todas formas, idiota. ¿O es que no lo recuerdas? ¿Esta tarde? En realidad te estoy ahorrando el cansancio extra y sobre exigirte."
"Sou…"
"Harás todo el ejercicio que te estás saltando ahora, te lo prometo."
De esa forma Sousuke había justificado quedarse en la cama esa mañana cuando Rin se dio cuenta de que su despertador no sonaba. Eso y un guiño coqueto.
"En realidad te estoy ahorrando el cansancio extra y sobre exigirte"
"Harás todo el ejercicio que te estás saltando ahora, te lo prometo."
"Te lo prometo."
Rin intentó concentrarse por enésima vez en el libro que estaban estudiando, tratando de comprender sin buenos resultados los procesos químicos allí escritos. No podía sacarse de la cabeza la corta conversación y los besos que la acompañaron. Se giró disimuladamente con el libro cubriéndole el rostro para mirar a Sousuke, pero éste parecía estar concentrado de verdad en la clase. Estúpido Sousuke. Estúpida conversación. Estúpida "esta tarde" que no podía quitarse de la cabeza.
Apartó rápidamente la vista de Sousuke cuando este se giró hacia él, simulando escribir un par de notas en su libro como si su vida dependiera de eso.
"Harás todo el ejercicio que te estás saltando ahora, te lo prometo."
No podía, no podía, no podía. Su concentración definitivamente no estaba en clases. La frase pasaba una y otra vez por su cabeza y cada vez que lo hacía se imaginaba a Sousuke haciéndole cosas y los nervios se le disparaban, la temperatura a su alrededor parecía subir y le daban unas ganas casi irrefrenables de ir a gritarle al castaño que no le hiciera eso o aquello y tenía que recordarse que, aunque él tuviese unas imágenes mentales súper definidas, Sousuke ni siquiera estaba considerando todo lo que él imaginaba.
Y recién eran las 10:30.
¿Cómo haría para prestar atención al resto de sus clases si ya llevaba hora y media con la cabeza metida en los dormitorios, en su habitación, pendiente de su cama?
Maldijo a Sousuke por hablarle así, por impedirle ir a trotar y, ya que no lo dejó salir, por despertarlo temprano de todas formas.
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10:48 a.m.
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"Definitivamente mataré a Sousuke" fue su firme decisión al darse cuenta que acababa de escribir "sex" en una esquina de su cuaderno.
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11:16 a.m.
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¿Acaso él era un pervertido? ¿Era eso? ¿Por qué Sousuke no se veía nervioso? ¿O él era normal y Sousuke demasiado extraño? De seguro toda la gente se pasaba esa cantidad de películas cuando le decían "Harás todo el ejercicio que te estás saltando ahora, te lo prometo", no podía ser solo él, de verdad que no: de seguro más gente se imaginaba a sí misma en su dormitorio, arrancándole el uniforme a quién fuese que le dijera eso.
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11:52 a.m.
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Un papel volador cayó entre la mano con la que estaba tomando notas (por fin) y la goma. Echó una mirada alrededor y vio a Sousuke haciéndole gestos disimulados desde su puesto. Abrió el papel:
¿Te sientes bien? Hace rato que te veo extraño, ¿te duele el estómago o algo?
Estúpido.
Sousuke.
Yamazaki.
Escribió 3 palabras en el reverso y lo arrojó de vuelta, vio a Sousuke leer, escribir algo y volvió a aterrizar en su cuaderno.
"Estoy bien, idiota."
"Claro que no, ¿dejamos lo de esta tarde para otro día?"
Quizás el tema no era que Sousuke fuese extraño, sino solo idiota. Escribió una palabra en el papel, rayó cualquier espacio sobrante para que el castaño no respondiera y lo arrojó de vuelta.
"Estúpido"
Se aseguro de que lo había leído antes de comenzar con un nuevo plan para superar la mañana: ignorar a Sousuke y concentrarse en clases.
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12:15 p.m.
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Misión: ignorar a Sousuke.
Estado: Vamos, Rin, ¿de verdad?
Un nuevo papel aterrizó sobre su cuaderno, el quinto desde que le respondiera casi veinte minutos atrás, tentándolo a dejar su misión de lado ante el testarudo castaño. Se echó el papel al bolsillo tragándose la curiosidad, tal como había hecho con los otros.
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12:17 p.m.
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—¡Auch! —se quejó sin querer.
—¿Pasa algo, señor Matsuoka? —el profesor giró desde el pizarrón para verlo y, al no notar nada sospechoso y tras un "nada, profesor", siguió explicando las reacciones químicas escritas frente a él.
Al parecer Sousuke había comprendido que los papeles no estaban funcionando porque le había tirado su goma justo en la frente. Por algún milagroso motivo ésta cayó sobre la mesa y el mensaje que traía quedó hacia arriba.
"Te quiero".
Rin pestañeó repetidas veces y rápidamente buscó a Sousuke con la mirada, pero éste parecía estar concentrado en su cuaderno. Sacó discretamente los cinco papelitos de su bolsillo y abortó su misión de sobrevivencia: los leyó.
"No soy estúpido, idiota"
"¿Estás así por esta tarde, entonces?"
"Rin, respóndeme"
"Rin, deja de ignorarme"
"Si no quieres sólo dímelo"
Y finalmente aquel "Te quiero" volador.
No llegaron más mensajes durante el resto de la clase.
De la misma forma, tampoco regresó su concentración.
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12:51 p.m.
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Rin entró en pánico.
Tras la serie de mensajes y pensarlo un poco había decido confirmarle a Sousuke que todo era por lo de esa tarde, que en realidad era pésimo esperando y que, por supuesto, era su culpa por ser tan… él para sus cosas. Sin embargo, cada vez que intentaba imaginar cómo seguiría la conversación, de una forma u otra estaba seguro que acabarían escondidos por ahí, con Sousuke casi devorándoselo durante la hora de almuerzo justo antes de ir a entrenar.
No estaba en contra de la idea de Sousuke y él metidos en algún rincón de la academia besándose, el problema estaba en que no estaba dispuesto a permitir que esto que comenzaba a tener con el castaño entorpeciera los entrenamientos.
Y el entrenamiento de ese día era importante, las locales estaban a la vuelta de la esquina.
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1:01 p.m.
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Rin salió de su sala apenas la campana anunció el receso del almuerzo dejando a Sousuke atrás, sin dedicarle siquiera una mirada. Sabía que Sousuke lo seguiría. Sabía que Sousuke sabía dónde encontrarlo, si es que quería hacerlo tras ser ignorado durante media mañana, así que debía huir rápido para encontrar un buen lugar donde esconderse.
No consideró, dentro de su escape, la posibilidad de que Sousuke bloqueara su avance justo en la escalera que daba al primer piso, en vez de dejarlo huir y luego alcanzarlo.
—¿Te hice algo? —preguntó sin rodeos, mientras un grupo de chicos pasaba corriendo junto a ellos.
—¿Qué podrías hacerme, eh? —respondió Rin evasivo, evitando mirarle a los ojos al hacerlo.
—No sé, algo como forzarte a acostarte conmigo, por ejemplo.
Rin alzó la vista de inmediato, primero para verlo fijamente a él, incrédulo, y luego para asegurarse de que nadie había escuchado eso. Por supuesto, Sousuke no era tonto y no había nadie en el pasillo cuando lo dijo, todos seguían en sus respectivas salas, posiblemente recién levantándose de sus asientos y reuniéndose con sus grupos para ir a comer.
Intentó articular una respuesta, pero le parecía que la afirmación era tan tonta que no tenía como refutarla… que no fuera riéndose, claro.
—¿Y bien? —insistió Sousuke, conservando la distancia pero bajando el brazo con que tapaba la escalera.
—No me estás forzando a acostarme contigo, Sousuke —aclaró entonces, sin acercarse.
—¿Entonces? —frunció el ceño.
Una de las puertas cercanas a la escalera se abrió y unos cuantos chicos salieron, ambos se movieron de donde estaban, despejando el espacio. Unos segundos más tarde se abrió otra, con lo que Sousuke pensó que ya no conseguiría su respuesta y miró a Rin frustrado.
—¿Qué hice? —preguntó, su tono de voz un poco más alto de lo normal traicionándolo. Esa mañana habían estado abrazados en la cama, habían estado jugueteando incluso y Rin no parecía molesto. ¿Por qué ya no quería, entonces?
Rin se llevó una mano a las sienes y comenzó a masajearlas. Dios, por qué yo, por qué él.
—Mira, no es que hayas hecho algo… —comenzó, pasando junto a Sousuke —. Bajemos, ven —le dijo al hacerlo, esperando a que se moviera para seguir hablando —. Soy yo, ¿entiendes? No soy bueno emmh… esperando y… yo…
—¡Rin-sempaaaaaai!
La voz se escuchó relativamente lejos, pero bastó con que voltearan para que Mikoshiba les saltara encima e hiciera pucheros. Sousuke no alcanzó a entender qué vino después de "no soy bueno", pero sabía que lo mejor era no decir nada en frente de aquel revoltoso chiquillo.
—Rin-sempai, Nitori-sempai me contó que anoche lo ayudaron a entrenar, ¡qué injusto!
—¡Rin-sempai!
Ahora era la voz suave de Ai la que los alcanzó. Venía corriendo, justo detrás de Momo, y sus mejillas estaban rojas.
—Quería saber dónde estaba anoche y le dije, ¡no pensé que vendría así, lo siento!
—Aaaah, pero si Nitori-sempai no hizo nada malo, ¡no te disculpes! —alegó Momo golpeándolo en el hombro.
—No importa, Ai, en serio —le aseguró Rin entonces, revolviéndole el cabello con una sonrisa en los labios —. Pero como castigo te tocará mostrarle tu rutina hoy, para que se quede quieto unos minutos.
—¡Pero-!
—¿No quieres que se quede callado un rato?
—¡Rin-sempai, qué cruel! —reclamó Momo, entonces.
Ai vio la sonrisa divertida de Rin, luego el gesto infantil en Momo y rió.
—Sí… sí, claro que sí.
—¡Nitori-sempai!
—¡Ya para de quejarte, Momo! Vayan a almorzar, los dos. Nos vemos en un rato.
Ai agarró a Momotarou de un brazo, hizo una leve reverencia y lo arrastró lejos de allí.
Rin sonreía. Volteó a mirar a Sousuke y lo encontró sonriéndole de vuelta.
—De acuerdo, sigues siendo tú, al menos —sentenció, acercándose lo que le pareció "una distancia prudente" —. ¿Por qué intentaste escaparte de mí?
—Porque tenemos que ir a entrenar y no quiero que terminemos en ninguna otra parte.
—¿Ah?
Y ahí estaba, tendría que decirle todo y era precisamente eso lo que no quería. Comenzó a caminar hacia el comedor, consciente de que Sousuke, sin comprender, caminaba a su lado.
—Me pone nervioso pensar en esta tarde —susurró, en un tono con que estaba seguro Sousuke alcanzaba a oírlo —. Pensé que… si te decía todo lo que estaba pensando durante clases, te pondrías como anoche y eso afectaría la práctica.
Sousuke se detuvo al escuchar toda aquella explicación. Rin siguió caminando, sin siquiera considerar detenerse, cuando escuchó unas carcajadas a su espalda y luego Sousuke le pasó un brazo por los hombros.
—¿Sabes que te ves lindo cuando te pones rojo? —le preguntó sonriendo. Rin enterró un poco la cabeza, frunciendo los labios.
—No veo que tiene que ver eso con…
—Nada, solo que estás rojo ahora.
Estaban a punto de alcanzar el comedor cuando Sousuke jaló de él y lo guió hacia la derecha, Rin puso algo de resistencia, pero Sousuke no pareció prestarle la más mínima atención. Rin se dio cuenta de que iban hacia la piscina.
—¿No piensas ir a comer? —preguntó, mirando por sobre su hombro en dirección a la puerta que varios compañeros cruzaban.
—Voy a ir a comer —aseveró el más alto.
Sousuke no soltó su agarre durante todo el camino. No siguieron hablando, lo que alteró aun más los nervios de Rin. Entraron al edificio en que se encontraba la piscina y Sousuke lo guió por los pasillos hasta llegar a la pequeña y acogedora sala de reuniones más allá de los vestidores. Rin comenzaba a imaginar lo que Sousuke quería y estuvo a punto de escapar cuando este aprisionó su muñeca.
—¿Sabes que aquí no podemos comer, cierto?
—¿Sabes a qué me refería con comer, cierto?
—Sousuke no podemos-
—No vamos.
—¡Ves por qué quería evitarte!
Sousuke rió divertido con ese comentario mientras le echaba el seguro a la puerta y se alejaba de ella.
—¿De verdad era por eso que querías arrancar? No voy a entorpecer la práctica Rin, puedo esperar a tener sexo contigo una vez que terminemos, sabes que el entrenamiento me importa tanto como a ti, ¿no? —giró una silla de la mesa de reuniones y se sentó mirando a Rin. Este le devolvió la mirada, desconfiado —. Lo sabes, ¿cierto?
—… Sí —suspiró Rin, olvidando sus intentos de escape y acercándose al castaño. De pronto ya no le parecía tan mala idea estar ahí, después de todo. Él podía resistir y si Sousuke también podía… es decir, ya estaban solos, ya estaba ahí—. Entonces —comenzó, sentándose sobre Sousuke con una pierna a cada lado de su cuerpo, pasándole los brazos por el cuello —… comer, ¿ah?
Sousuke sonrió antes de atrapar sus labios en un necesitado beso.
—Comer, sí.
Si bien su preocupación por el entrenamiento era igual a la de Rin, eso no le impidió meter sus manos bajo la polera negra del uniforme del pelirrojo y pasarla por sobre su cabeza, dejándolo únicamente en pantalones sobre su regazo. Tampoco le impidió apretar sus caderas con fuerza ni verse tentado a desabotonarle el pantalón, pero resistió el último impulso y en lugar de eso paseó sus manos por su blanca espalda hasta alcanzar el borde de la tela de la única prenda que le quedaba puesta, metiéndolas luego dentro para, al mismo tiempo que soltaba un gemido que llevó a Rin a otro mundo y lo obligó a sostenerse con fuerza de sus hombros, aprisionar su trasero.
—Dijiste que-
—Créeme, sé muy bien lo que dije y ya lo estoy lamentando.
Apartó sus manos con dificultad, quedándose quieto un momento antes de que intentara algo que molestara a Rin, su cabeza se nublaba de solo tenerlo así de cerca. Para su sorpresa, fue Rin quien inició el siguiente contacto, sin reclamos porque volviese a mostrarse tan interesado en su trasero. Se había apartado un poco, solo un poco, pero también se había inclinado en busca de sus labios y, con sus propias manos, guiaba las de Sousuke hasta sus muslos.
—Allí… allí estás bien —susurró entre besos.
Sousuke hizo lo posible por mantenerse a raya y Rin por no decirle que mandaran todo al carajo y lo hicieran allí, en ese preciso instante. Después de todo, era un buen capitán y no quería fallar por algo que, de verdad, podía esperar un par de horas.
Finalmente, todas esas preocupaciones que tuviese durante la mañana habían desaparecido tras este encuentro: Sousuke podía hacer cualquiera de las cosas que había imaginado que le hacía, él estaba más que dispuesto a recibirlo.
Continuará…
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Notas finales:
¿Qué tal? Apuesto a que muchas quieren ir a comer con nuestros Samezuka ahora, ¿ah? Pero bueno, quiero que sepan que tengo un borrador del próximo capítulo, pero hay una duda existencial que no me deja terminarlo así que, si quieren darme un minuto de su tiempo para dejarme un comentario, me gustaría que me contaran: ¿Quieren a Sousuke esposando a Rin, a Rin esposando a Sousuke o que juguemos sin esposas? Hasta ahora el juego va sin esposas, pero las sugerencias son bien recibidas porque aun estoy indecisa. ;D
¡Muchas gracias por leer hasta aquí!
Estaré actualizando en una semana justa, es decir, el domingo 18 (a menos quue me vaya a la playa, ahí sería unos días después, so sad). Así que tienen unos días para decirme cómo prefieren a los chicos, muajajajajá.
PD: Ahora mismo terminaré de responder los comentarios de la primera parte, muchos cariños para todos quienes escribieron durante este tiempo.
Saku*
2015.01.11