Intimidación

Cuando Murdoc era niño, siempre fue abusado de una u otra manera.

Desde su padre quien lo obligaba a cantar en una jodida taberna a altas horas de la noche, con el único objetivo de seguir manteniendo el alcohol y las prostitutas en su vida; su hermano Hanibal que solo lo usaba como un saco de arena para mitigar su propio y retorcido sentido de satisfacerse a si mismo con el dolor de su hermano.

Los niños de la escuela, los profesores (pese a su deber de ser la imagen de aceptación) y ¡Por dios! Hasta la señora de la cafetería, con promesas de comida gratis logro hacer que el tuviera relaciones sexuales antes de tener siquiera diez años.

Pero solo basto una cosa en esta vida para que el entonces pequeño Murdoc averiguara que necesitaba hacer para que todos lo respetaran. Claro solo fue cuestión de suerte (y de un desafortunado niño que lo jodio demasiado)

Llenando sus pulmones con aire y su cerebro de insultos; exclamo su discurso, consiguiendo dos cosas en el proceso. Numero uno: una nariz rota y Numero dos: aprendió que la intimidación era el medio más veras para conseguir lo que quería.

Pero tras años en los que aparte de obtener trabajos ilegales, vender su alma, y varias bandas en las que siempre terminaba todo con el crudo en una cárcel. No había obtenido realmente algo de provecho, pero eso solo cambio después de un año bastante interesante en el cual tuvo que cuidar a un desafortunado chico que se cruzó en su camino.

Cuando este chico al cual le dio el nuevo apodo de 2D mostro su talento, lo primero que hizo fue negociar, esto resulto bien. Pero con el tiempo tuvo que recurrir a medidas un poco más fuertes para que el chico lo siguiera. La intimidación contaba entre ellas, amaba como los ojos de bola ocho del joven se teñían con el miedo, siendo obediente con él.

Amaba como la intimidación le ayudaba tanto, ya fuera cantar o en que dejara a la chica con la que salía para él. Negándole en muchas ocasiones la medicina para sus dolores crónicos. Ese chico lo hacía sentir completamente como un dios omnipotente, cruel y que nadie más podía verlo con esos ojos.

Pero después de un tiempo el chico de cabello azul tuvo otras reacciones ante la intimidación. Sus ojos si bien seguían mostrando miedo, ahora parecían analizarlo hasta el alma; ya no había chicas frecuentes en su vida y aunque el bajista le quitara las pastillas el cantante se las ingeniaba siempre para tener barias otras escondidas en lugares diferentes.

La separación del grupo ocurrió y todos a sus caminos distintos, el bajista a la cárcel por dieciocho meses y el cantante a su pueblito donde seguía siendo la estrella. El tiempo curo las heridas de todos y con ellas ya cicatrizadas la banda tuvo su segundo disco.

Murdoc Trato de intimidar nuevamente al chico pero este jamás respondió como lo hacía antes; el hombre piel olivada se sentía peor que el propio cantante al cual dejaba magullado.

No fue hasta una de las tantas noches en las que estaban en su gira mundial, que el significado de intimidación cambio para Murdoc Faust Niccals.

Había una tormenta eléctrica esa noche, las ráfagas de lluvia y viento se azotaban contra las ventanas, generando un ruido que suprimía todo dentro del hotel. Murdoc trataba de dormir un poco, ya había bebido demasiado, había tenido sexo con muchas mujeres hace horas en un pub. Sus ojos bi color estaban cansados, y su cabeza amenazaba con estallar en una prematura resaca.

Lo intento, por satán que intento dormir, después de todo mañana había concierto. Después de tortuosos minutos lo había casi conseguido pero… Un ruido lo saco del trance en el que estaba cayendo.

La voz de cierto cantante peliazul se apreciaba por las paredes que separaban sus habitaciones.

Con gran pesar y un aun mayor enojo, se puso un par de pantalones y tomo la llave de la habitación. En menos tiempo del que es necesario mencionar el hombre estaba tocando la puerta a punto de derribarla

El chico de ojos negros apareció frente a el en menos tiempo, siendo empujado a la parte interior de la habitación cerrando la puerta.

¡Estoy tratando de dormir!- fue lo que dijo el bajista antes de soltar un golpe al rostro del cantante, este no pudo esquivarlo, el impacto lo llevo de lleno a la base de la cama.- Tratas de hacerme quedar mal, para que tú te lleves todo el crédito en el concierto de mañana!

Murdoc se acercó, pero al intentar lanzar otro golpe el cantante lo pateo con toda su fuerza, tirándolo al piso. El más joven se levantó y le dio otra buena patada al líder de la banda; este se retorció pero trato de levantarse a seguir la pelea. El peliazul le dio otra patada esta vez en la boca del estómago y, puso su pie sobre el cuello verde.

-¡Yo estoy tratando de ensayar un poco para el concierto!, ¡yo soy la voz de las canciones! Tú no tienes derecho de tratarme así- dijo con la voz más firme que pudo escucharse de él.

El hombre maduro solo se limitó a ver el rostro serio, tratando de quitar el die de su cantante de en sima. 2D sabía que si lo dejaba levantarse no tendría otra oportunidad así. Apretó más el pie contra el hombre.

-Maldito ..hijo de puta, yo soy quien te hizo lo que eres… te matare juro que lo hare- bramo Murdoc, forzándose en algunas partes, pero 2D no desistió, sin quitar presión de su pie se inclinó hasta quedar en frente al hombre verde y le dio un golpe a la cara que hizo que saliera sangre oscura de su nariz.

- No me interesa, haz lo que quieras…. Yo seguiré practicando para mañana y si "su majestad" le molesta póngase audífonos- tras decir esto, tomo las manos de Murdoc en un agarre fuerte y quito el pie, con toda su fuerza levanto el cuerpo verde de su bajista y como pudo abrió la puerta y lo arrojo fuera, procurando cerrar rápido.

Todo paso de manera rápida para el satanista, le dolía el cuerpo, estaba enojado a más no poder con el chico de cabello azul y sobre todo sus sentimientos (el los tenía) estaban revueltos entre sí.

Jamás vio a 2D así, y de cierta manera aunque le dolía que su método de intimidación se viniera abajo, pero también le había gustado la manera en la que el tecladista había actuado, y de una manera bastante bizarra le había provocado algo más que un par de moretones.

Pero eso se quedaba entre él y sus pantalones