Disclaimer: Fairy Tail pertenece a Hiro Mashima.

Prompt: Tabla Leyes de Newton. #01 Ley de la inercia. [cafetcigarettes]

"Todo cuerpo permanece en su estado de reposo o movimiento uniforme y rectilíneo a no ser que sea obligado a cambiar su estado por fuerzas impresas sobre él."

Personajes/parejas: Lucy!centric, Natsu/Sting, Natsu/Lucy unilateral (oh sí, NaTing centrado en Lucy, tan normal (?)).

Extensión: 1060 palabras.

Notas: Esto inicialmente iba a ser un NaLu, pero Sting se me coló (?) También iba a completar esta tabla con tres one-shot independientes, pero de alguna manera al final se me convirtió en three-shot (?) así que sí, falta las otras dos partes con las otras dos leyes respectivas.

So, los dejo.

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Paso uno, la inercia.

Lucy quería a Natsu, por supuesto que lo hacía, era ridículamente obvia en sus sentimientos como para que todo Fiore no lo hubiera notado ya. Con la única y estúpida excepción de Natsu, porque era un idiota con el cerebro quemado, en sabias palabras de Gray. Lucy lo quería y por eso lo miraba con ese brillo especial en los ojos que se supone tienen las enamoradas, que todo mundo a tu alrededor ve menos tu misma, ese brillo actuaba de formas un tanto extrañas. Y quizás Lucy no notase el brillo, pero si era capaz de notar otras cosas que la hacían percatarse de cuan enamorada estaba. Como que si Natsu tomaba su mano y saltaba al vacío ella no dudaría en saltar también, porque confiaba ciegamente en él.

El problema –sí, había un problema porque sin problemas la vida no sería vida– era que Natsu no la miraba de la misma forma que ella lo miraba. No, Natsu no la miraba con ningún brillo especial ni desconocido e inexplicable en los ojos, Natsu la miraba exactamente igual como miraba a Erza, a Gray, a Happy, a Mirajane. Y eso Lucy también lo sabía, así como sabía el motivo por el que Natsu no la miraba de forma especial, y no importaban los es un idiota de Gray, ni los aún es inmaduro de Mirajane o los ya se dará cuenta de Erza, porque nada de eso serviría para que creyera una mentira.

Natsu no estaba enamorado de ella, punto. Natsu estaba enamorado de alguien más, punto. Sí, Lucy tenía claro que el Salamander quería a alguien más y por eso no la notaba.

El problema –sí, nuevamente había un problema, porque la vida de Lucy estaba llena de problemas y estos solo aumentaban junto a Fairy Tail– era que por más que lo dijera todos la miraban como si estuviera loca. ¿Era acaso tan raro para todos imaginar a Natsu enamorado de alguien, que tristemente no era su persona? Para Lucy la respuesta era no, porque era obvio.

Lo notó durante su estadía en Crocus, en la que el Dragneel solo parecía ser capaz de hablar de una persona y decir lo decidido que estaba a derrotarlo. Vamos, ni con Erza parecía tan obsesionado, ni mucho menos lo comentaba con tanta ilusión en sus ojos. Lucy al comienzo considero que se estaba volviendo loca, que era una teoría demente de su parte y nada más, pero estaba segura de que esa ilusión en los ojos de su compañero era aquello conocido como el brillo de enamorado, ese que supuestamente ella tenía cuando miraba al mago. Brillo que Natsu también tenía, cuando miraba a otro mago. Sí, mago, con o final.

Y entonces, cuando Lucy soltaba esa parte de su teoría, sus compañeros parecían listos para internarla. ¿Era tan raro imaginar a Natsu enamorado de alguien, que encima era un chico? Para Lucy la respuesta era no, porque era extrañamente obvio.

Vamos, era claro que en el fondo Natsu ni odiaba a Sting Eucliffe ni le era indiferente, era claro que en el fondo le agradaba (y que quería derrotarlo de más de una forma, según la mente de Lucy). Sino de que otra forma se explicaba su insistencia durante su estadía en el castillo de enseñarle la corona al mago, a él y a nadie más que a él, como un niño que muestra un trofeo para impresionar a la chica que le gusta (que en este caso era un chico). Lucy estaba segura que si Natsu no fuera tan denso habría invitado a bailar al Eucliffe, pero Natsu no hacía esas cosas.

Ya, Natsu no estaba enamorado de ella, era gay y le gustaba Sting Eucliffe, punto. Y Lucy no aceptaba miradas de extrañeza ante lo dicho, porque ella estaba enamorada de Natsu y por eso le prestaba mucha atención a su persona, motivo de que notara el enamoramiento de su compañero. De paso también notó que era reciproco, si os interesa.

Sí, Sting Eucliffe también quería a Natsu, pero ahí Lucy no tenía que decir nada ni dar teorías porque eso si que era obvio. Vamos, la admiración es una cosa, la idolatría otra, la obsesión otra distinta, lo de Sting algo bien diferente a las tres anteriores y bastante más potente. El rubio estaba enamorado de Natsu, era tan obvio que no notarlo sería estúpido. Irónicamente de nuevo era Natsu el único que no lo notaba, porque ciertamente tenía el cerebro carbonizado. ¿Alguien lo dudaba? Porque aquello era lo más indudable de todo lo dicho hasta ahora, que Natsu era un idiota sin cerebro era verdad universal.

Entonces, Natsu quería a Sting, Sting quería a Natsu. Lucy lo había confirmado, pero no estaban juntos. ¿Cuál era el problema?

Simple, Natsu era un estúpido y Sting un idiota en negación. Pero ya se les iba a pasar, Lucy lo creía firmemente.

El problema –nuevamente porque su vida era un cúmulo de problemas– es que lo que creía no parecía estar tan cerca de suceder, porque el par de idiotas seguía tal y como estaba al comienzo. Pero ya, no era problema suyo y no estaba para meterse en la vida ajena. Y aunque se pudiese pensar Lucy no estaba celosa, es más, le hacía feliz la idea de que ambos magos llegasen a estar juntos (que no venía a tener nada que ver con las cosas que acostumbraba leer, en lo absoluto), después de todo ella pensaba en un inicio que Natsu era asexual, ahora se enteraba que en realidad era gay, pero a fin de cuentas no le hacía diferencia alguna.

En resumen, que los magos se mantenían donde estaban y ella también e iba a ser así por mucho tiempo, tal vez, porque la Heartfilia ya había dicho que no le molestaría ver a ambos chicos juntos y si ellos se mantenían como estaban quizás si decidiese finalmente imprimirles algo de impulso.

Quizás, cuando terminase de aburrirse de que todo siguiese sin movimiento. Al fin y al cabo, ella quería a Natsu, pero no tanto como la idea de demostrar su teoría antes expuesta y cerrarle la boca a todos los que osaban desmentirla.

Ella estaba cien por ciento segura de que Natsu y Sting se querían y lo iba a demostrar si ellos no lo hacían por sí mismos.


So, espero les haya gustado y nos leemos.

Bye's.