Disclaimer: The lost canvas no me pertenece.


El otro día oí cómo el caballero de la armadura alada le recordaba a mi hermano que estaría bien que escribiera alguna confesión. He pensado que, ya que no creo que Aspros lo haga, podría escribirla yo mismo con algo que pasó recientemente.

Hace unas noches me encontré con alguien mientras paseaba a la luz de la luna. Pensaba que estaba solo, pero un caballero de oro en miniatura me sorprendió cuando volvía a casa. Al principio me puse nervioso; no me gusta que la gente me vea. Luego me di cuenta de que el cachorro me había confundido con Aspros porque no dejaba de hacer comentarios estúpidos como "¿Qué llevas en la cara, Aspros?" o "Se te ve como diferente. Es raro". Recordé que el crío había llegado al Santuario esa misma semana y era probable que nadie le hubiera hablado de mí todavía, así que le seguí el rollo y fingí ser Aspros. Le conté que me habían echado una maldición y por eso, en las noches de luna llena, necesitaba llevar una máscara para no convertirme en un violento ogro sin corazón. El enano se tragó cada una de mis mentiras e incluso prometió guardarme el secreto. Qué chaval más inocente. Qué lástima que esté en un lugar donde todos aprendemos a crecer rápido.

Al día siguiente Aspros me comentó que el pequeño le había abrazado efusivamente diciéndole que lamentaba mucho que fuera un maldito. Él se piensa que el crío escuchó a alguien hablar mal de él y se quedó con lo de que era un maldito. Mejor eso a que averigüe que me hice pasar por él, supongo.