Hey! ¿Cómo les va? ¿Cómo los trata el hiatus? Me tienen de regreso con la temporada 8 y rogando que mis head canons no interfieran con los canon de la temporada 10... San Carver no lo permita. Si llegara a suceder, bueno me tomaré esa licencia si no les molesta ;) y seguiré adelante con mi propia historia a pesar de todo.

Antes de empezar, dos cosas:

La primera los agradecimientos. A Zereika por el follow y los fav. Te doy la bienvenida oficialmente :D Estuve un poco distraída y se me pasó agradecertelo por PM. Y a mis seguidor s y opinólog s de siempre: A Yani, A Raii Y a Ninablack17 quienes hace mucho que no se dejan ver por aquí pero sepan que las tengo presentes a ustedes y a sus opiniones :) De gual forma a todos los que leen anónimamente.

Lo segundo era que estaba pensando en escribir para esta temporada 8 un cap al estilo "The real Ghostbusters" con una comic con o algo parecido. Aún no lo empiezo pero todavía estoy a tiempo y me gustaría que me tirasen sus dardos de fangirls sobre Erika y su rol en la historia. No sean tímidos ¿OK? Todo lo que se les ocurra... Anónimo o firmado. Como les plazca. Si les interesa pueden dejar sus comentarios en mi Tumblr. Si los firman les daré el crédito si están de acuerdo. Necesito esto porque mi mirada de la historia como autora es subjetiva. Quiero saber cómo se ve desde afuera más allá de los reviews. Así que ya saben. Los estoy esperando ;)

Un saludo y gracias por sus visitas.


La calma después de la tormenta.

Sam Winchester miró a su alrededor con impotencia. Sus ojos examinaban desesperadamente cada rincón del laboratorio. Buscaban a su hermano y a Castiel, quienes segundos antes estaban justo ahí. Rodeando a Dick mientras él perdía la vida.

–Sam. Deberíamos irnos. –advirtió Kevin sin ser escuchado por el gigante.

– ¿Qué carajo? –balbuceó el menor de los Winchester respirando furiosamente.

–Más masticadores –volvió a advertir el joven profeta –en cualquier momento, Sam.

–No te preocupes –interrumpió la animada voz de Crowley.

Sam se volvió hacia él, aún con la furia invadiendo todo su ser.

–Tengo una pequeña armada de demonios ahí fuera –comentó el rey del infierno, con su clásica postura relajada y sus manos en los bolsillos de su abrigo, avanzando hacia el cazador –Cortas la cabeza, el cuerpo se tambaleará, después de todo. Piensa si sólo hubieras tenido un rey desde el primer amanecer. Tú también estarías en un problema.

–Que es exactamente lo que querías. –observó Sam.

–Y tú también. –comentó sabiamente el demonio, encogiéndose de hombros. –Sin un plan maestro, los Leviathan son solamente otros monstruos. Pisan fuerte, eso seguro, pero adoras los retos. Tu trabajo es mantenerlos desorganizados.

– ¿Dónde está Dean? –preguntó el cazador tratando de contener su enojo.

Crowley volvió a encogerse de hombros, esta vez más efusivamente.

–Ese hueso –comentó sarcásticamente –tiene un fuerte retroceso. Las armas de Dios lo hacen a menudo. Deberían poner una advertencia en la caja –se burló.

– ¡¿Dónde están, Crowley?! –exigió Sam una vez más.

El rey respondió la pregunta a medias:

–No puedo ayudarte, Sam.

Inmediatamente chasqueó sus dedos. Dos demonios tomaron a Kevin ante la incrédula mirada del hermano menor.

–Lo siento, Sam. –advirtió el de negro –El profeta es mío.

Kevin y los demonios desaparecieron ante un nuevo chasquido de sus dedos y la inagotable desesperación y confusión del castaño.

–Tienes lo que querías –Crowley continuaba con su sarcástico pero veraz discurso. –Dick está muerto. Salvaron el mundo. Y yo quería un pequeño profeta –agregó intensificando sus ademanes. –Lo siento, alce. Ojalá pudiera ayudar. Tienes mucho de lo que ocuparte ahora mismo –le advirtió –Parece que estás verdaderamente…por tu cuenta.

Y como si deseara ilustrar sus afirmaciones, el rey del infierno desapareció de la vista de Sam con un nuevo chasquido, dejándolo completa y desesperadamente solo.


Erika corría furiosamente por el pasillo. Pulsó el botón del elevador con furia, pero éste parecía no responder. Quizá estuviese bloqueado. Buscó otra salida. Debía haberla. Escaleras de incendio. Escaleras normales. ¡Una ventana por la que saltar! ¡Lo que fuera! Pero que la llevara directamente a sus compañeros de combate. ¡Algo muy malo acababa de pasar!

Finalmente dio con la escalera. ¡Pero la maldita puerta tenía llave de seguridad! ¡No tenía el código! De modo que optó por lo más simple. Tomó el taser del guardia que había knockeado minutos antes y descompuso la cerradura. La puerta se abrió. Bajó furiosamente las escaleras. Los muslos le dolían de tanto correr y sus pulmones ardían y el sudor inundaba su cuerpo.

Finalmente alcanzó los niveles inferiores. Buscó desesperadamente la última habitación en la que había visto a los chicos antes de que todo se descompusiera. Rebanó varias cabezas casi sin parpadear.

¡Al fin! Al cruzar una puerta, una imagen familiar. Sam. Parado ahí, en medio de ese laboratorio totalmente manchado de esa asquerosa baba negra, que estaba por todos lados.

– ¡SAM! ¿¡Estás bien?! –preguntó.

Pero no obtuvo respuesta.

– ¿Sam…?

Otra vez silencio. Se acercó al enorme cuerpo de Winchester y lo sacudió furiosamente.

– ¡SAM! ¿Qué pasó aquí? ¿Dónde están Dean y Cas…?

–Yo… no lo sé…

– ¿Han ido a por Dick? Tenemos que encontrarlos… creo que algo malo le pasó a Castiel…

–Estaban aquí… –balbuceó el gigante –Y ya no están….

– ¿Qué dices…? No te entiendo.

–Que estaban aquí…

– ¿Dónde…?

–Justo ahí… -señaló con su dedo índice el sitio exacto donde los había visto momentos antes –y ahora…. Dick….

–Dick… ¿Dick qué? ¿Les ha hecho daño? ¿No ha funcionado? –preguntó con desesperación maldiciendo anticipadamente a Crowley.

–Dick… estaba ahí… el hueso en la yugular… y luego… explotó… y…Dean Y Cas ya no estaban…

– ¿Cómo que ya no estaban? –indagó al borde de una crisis nerviosa.

– ¡DESAPARECIERON ERIKA! –gritó llorando angustiosamente –¡NO SÉ DÓNDE ESTÁN!

–Tenemos que irnos, Sam. –dijo ella tratando de mantener la calma – ¿Has encontrado a ese chico, Kevin?

–Tampoco está… Crowley se lo llevó…

–Bien, de a una cosa a la vez. Salgamos de aquí. Yo me ocuparé de Crowley, te lo prometo. Ahora vámonos.

Salir del edificio totalmente colapsado no fue tarea difícil. Al parecer alguien ya había pasado por ahí antes. Imaginó quienes habían sido. Intuía ojos negros por doquier. Estaba tan fácil que salieron por la entrada principal sin que nadie lo notase.

Llegaron hasta el exterior y la imagen del imponente Impala estrellado contra lo que una vez había sido un cartel de identificación de la empresa rompía el alma.

Sam se puso tras el volante. Parecía estar ya en sus cabales. Intentó poner el Chevy en marcha pero éste no quiso arrancar. Parecía que se negaba insistentemente a irse sin su dueño.

– ¿Lo ves? ¿No te dije que esa desgraciada no debía conducir el coche…? –protestó ella.

– Erika…por favor… – le suplicó silencio tácitamente.

Finalmente el motor cedió ante la insistencia de Sam. Arrancó marcha atrás y se largaron de ahí.

Sam se detuvo repentinamente en medio de la carretera. Bajó del coche cerrando la puerta con furia tras de sí. Se paró en medio del camino, avanzó unos pasos hacia un lado, luego hacia el otro pasando reiteradamente las manos por su melena color castaño. Finalmente se quedó quieto, con el puño tensamente cerrado apoyado con fuerza sobre sus labios que apretaba furiosamente. Parecía extraviado.

Erika bajó del coche, el que como de costumbre protestó con un rechinido al moverse la puerta. Lo contempló en silencio unos momentos. Luego se acercó a él. Le acarició el brazo.

–Sam… -murmuró –vamos a algún sitio tranquilo. Tienes que serenarte. Porque necesito que me cuentes con detalle lo que ha pasado… en cuanto te sea posible… por favor sube al auto. Yo conduciré. ¿Bien?

Arrastró al gigante del brazo y lo ubicó en el asiento del acompañante. Se puso tras el volante y arrancó. Condujo varias horas hasta su casa.

Sam dejó caer todo el peso de su inmenso cuerpo en la cama. Ella arrimó una silla y se sentó frente a él. Sacó su petaca, que como buena cazadora y siguiendo la tradición y necesidad de la profesión llevaba siempre consigo, y se la ofreció.

–Sam… ¿qué pasó?

Winchester bebió varios tragos sin detenerse, cosa que asombró a la chica. Finalmente empezó a hablar.

–No sé lo que pasó… cuando entré Dick tenía el hueso en su cuello. Dean y Castiel estaba a su lado… luego estalló derramando esa porquería negra por doquier…fue un estallido enorme… con gran violencia… cerré mis ojos instintivamente y me protegí y cuando los abrí… no había nadie…

– ¿Mencionaste algo sobre Crowley…?

–Si… se llevó a Kevin.

– ¿Alguna otra cosa que recuerdes… aunque parezca insignificante?

–No… ¡Si! Dijo algo acerca de…que las cosas de Dios tenían… retroceso… o algo...

–Bien. Yo me ocuparé de eso. Sam, voy a averiguar qué les pasó a Cas y a tu hermano… ¿Crees que puedas esperarme aquí…? Por favor, no te vayas. –le rogó.


N de la A:

"Piensa si sólo hubieras tenido un rey desde el primer amanecer. Tú también estarías en un problema." Es una frase cuyo significado no logro terminar de entender. La busqué en inglés pero no logré darle un sentido al traducirla yo personalmente. De modo que opté por ponerla así como estaba en el subtítulo del episodio que yo tenía.