Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, únicamente los utilizo con fines de entretenimiento y sin ánimo de lucro.

Advertencia: Slash, si no gustas no leas.

N/A: AU Este fanfic participa en el reto "En otra vida" del foro "I am SHER locked"... Espero lo disfruten.

Capitulo 6

Mycroft se frota los ojos cansado, la noche anterior recibió un reporte del comportamiento errático que estaba mostrando su hermano y no había podido dormir bien. Se levanta adormecido del escritorio donde seguía revisando la información, estirando ligeramente la espalda y el cuello; se dirige muy decidido a ponerse un vaso de whisky y sí él sabe que es demasiado pronto para eso, pero lo necesita. Siempre supo que su hermano era especial, nunca fue bueno con las personas, pero de ahí a encerrarse en su cuarto varios días; intentaba comprender que le ocurría, pero con Sherlock todo parecía demasiado complicado. En el fondo se arrepiente de haberlo enviado a él, pero necesitaba alguien de total confianza…

Su teléfono emite el sonido de mensaje que tiene para Sherlock, ¿y ahora qué? lleva el vaso a su boca mientras mira distraído el móvil y queda congelado en el acto, el vaso jamás rozó sus labios, cayó al suelo rompiéndose en mil pedazos… la sangre abandona el rostro de Mycroft, un escalofrío recorre todo su cuerpo y el miedo se instala en su corazón, casi deteniéndolo.

—No, no, ¡NO! —el móvil casi se le cae al suelo mientras intenta llamarlo desesperadamente, pero no da señal…

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Apoyada en su gran coche negro, Anthea espera; por una vez no está perdida mirando su móvil, no, su mirada esta puesta en John Watson, que cabizbajo y con caminar pesado se acerca a la puerta de salida de la propiedad, cargado con su petate verde; observa cómo antes de alcanzarla se para, gira ligeramente a la derecha y su mirada se pierde en algo muy lejano. Extrañada sigue con la mirada aquello que ha cautivado a su agente, pero no hay más que bosque y un lago al fondo, bastante lejos, tanto que apenas si se ve.

— ¡Watson!— interfiere en sus pensamientos de manera autoritaria, como la jefa que es— ¡Vamos!, ya he enviado a alguien a sustituirte—John la mira sin ver, y avanza perdido.

El teléfono de Anthea suena, ¡no suele sonar! lo mira extrañada, era su superior, descuelga rápidamente y no puede decir ni una palabra.

— ¡Anthea! ¿Está el Capitán Watson en su puesto?—le gritaba a través del teléfono.

—Eh… no, no él tuvo una crisis y…—la mirada de Anthea era de pánico, John se giró.

—No, no, ¡INACEPTABLE!— Mycroft sonaba desesperado y continuo angustiado—mi hermano me mandó hace escasos minutos un mensaje, decía "arma"… ¡Quiero a TODO el personal disponible dentro de la casa, ¡YA!

John podía escuchar los gritos desesperados de Mycroft desde donde estaba, dejo caer su petate al suelo.

—Anthea dame tú arma—determinación, ira y temor se agolpaban en sus ojos y ella no sabía si debía— ¡Vamos!... soy más rápido que nadie, llegare en pocos minutos corriendo, atravesaré el bosque, nadie me verá… ¡ANTHEA!... Ahora.

Anthea sacó su arma y se la cedió, cuando John iba a alcanzarla lo agarró de la mano.

—John…—con una voz dulce lo llamó, John sonrió sardónico.

—Gracias Anthea, por… todo— besó su mano y salió corriendo, tan rápido como sus piernas lo dejaban, no huía, ya nunca más huiría, solo tenía una idea en la cabeza, encontrar a Sherlock.

oOo

John se adentró rápidamente en el bosque, corría dando el alma en cada zancada, atravesando ramas, saltando plantas; el bosque era muy cerrado realmente, varios arañazos surcaban ya sus brazos y piernas, pero no pararía, no cuando lo buscaba a él, necesitaba ponerlo a salvo.

El palacio emergía ante sus ojos, desafiante, en silencio; él agazapado entre los últimos árboles intentando decidir por dónde empezar, pues aunque el objetivo era claramente el príncipe Ausan la voz de alerta la había dado Sherlock, ¿dónde habría ido Sherlock tras su encuentro? ¡Las habitaciones de servicio!

En un alarde de fuerza y agilidad John trepó hasta la terraza del ala B, donde cada noche había estado Sherlock, la que le daba acceso a las habitaciones, sin pasar por escaleras ni puertas, que tal vez estén vigiladas. Agachado cerca de la puerta acristalada, se detuvo y escuchó, nada, silencio. Intentó controlar su respiración y secó su cara con el brazo. Acomodó el arma en su mano, se irguió un poco y miro dentro, ¡despejado! Rápidamente se introdujo.

Empezó a abrir desesperadamente todas las habitaciones, puerta tras puerta y nada, ¡nadie!, ¿dónde está todo el mundo? Corría por todos los pasillos. No hacía más de treinta minutos que él se había ido…Estaba empezando a descorazonarse.

oOo

Sherlock abre lentamente los ojos, está en el comedor, al parecer lo han arrastrado hasta allí, le duele todo el cuerpo tanto que le da miedo moverse.

Desde donde está puede ver a la señora Hudson, está atada a una silla, amordazada, puede observar algún rasguño en sus ropas y un golpe bajo su ojo derecho; pero parece estar bien. A su izquierda Sally tiene a Anderson encima, en su camisa hay una gran mancha de sangre y Sally intenta apretar sobre ella desesperadamente, llorando.

— ¡CALLATE!— Sherlock solo puede ver unos pies bajo la mesa, de hombre— ¿o prefieres que termine el trabajo ahora mismo?— el hombre se acercó a ellos, apuntando a Anderson a la cabeza, Sally callo aterrorizada— ¡já! Ya me imaginaba yo.

Sherlock conoce a ese hombre, lo había visto muchas veces, por los pasillos y en el comedor, no recuerda su nombre.

—Por favor… James…— suplica Sally— ¿qué…

— ¡He dicho que te calles!—Sally recibió una bofetada, su cara se volteó hacia Sherlock y le miró, ¡mierda, mierda! James se percató inmediatamente.

—Así que has decidido honrarnos con tu presencia, profesor—James escupía cada palabra mientras se acercaba a Sherlock— ¿a quién avisaste?—se acercó rápidamente y comenzó a patearle— ¡Contesta nenaza!

Sherlock no contestaba, apenas si podía respirar, James le cogió la cara y le obligo a mirarle a los ojos...

—Sabes iba a pegarte un tiro, pero creo que no…no, no, no… ¡mejor te romperé las dos piernas! Para que no me olvides jamás…

En ese momento la señora Hudson volcó con su silla estruendosamente y James se giró por instinto, Sherlock aprovechó ese segundo para salir corriendo con todas las fuerzas que le quedaban hacia el pasillo; mientras James empezó a disparar su arma… una bala pasó muy cerca de su cabeza rompiendo el cristal de la puerta de servicio mientras Sherlock la atravesaba. Miles de cristales saltaron de esta por el impacto y se sintieron como agujas en su piel, no pudo llegar mucho más lejos.

James salió inmediatamente al pasillo dónde vio a Sherlock, apunto su arma, ¡y disparó! Dos disparos surcaron el aire, el ruido fue estremecedor y después silencio…

Sherlock miró hacia James, tirado en el pasillo, sus ojos sin vida, con un tiro en la cabeza, ¿cómo? Al voltear hacia el otro lado, lo vio...

— ¡JOHN!—Sherlock intentó llegar hasta él como pudo, arrastrándose, los cristales se hundían más en su piel con cada movimiento, pero no cesó. John estaba tan quieto… Sherlock lo volteó, sangre, mucha, demasiada— no, no, no…John —buscaba su pulso con manos temblorosas— ¡oh dios si!—lo había sentido, tenía pulso, pero John no reaccionaba.

Le subió la camiseta buscando la herida y solo veía sangre, como pudo intentó hacer presión sobre ella con una mano, mientras con la otra le retiraba el pelo de la cara, se acercó a él— respira John, respira, si me oyes concéntrate en respirar…— y le besó en la frente— John…—le besó los ojos— por favor John no te vayas a ningún lado— las lágrimas lo desbordaron— ¡IDIOTA! ¡ESA MALDITA BALA ERA PARA MI!

En ese momento el pasillo se lleno de agentes uniformados, al menos quince irrumpieron en el pasillo, controlando la amenaza, la que un único hombre había detenido, aquel que yacía inmóvil en sus brazos.

—Ayúdenlo—fue un susurro, que apenas se escuchó, pero cuando uno de ellos empezó a atenderlos él simplemente se adormeció sin soltarlo.

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Sherlock abrió los ojos, la luz le era realmente desagradable; estaba siendo atendido por lo que parecían paramédicos en una ambulancia y a su lado estaba Mycroft, ¿cuánto había estado inconsciente?

—Mycroft—le dolía la garganta, su voz apenas se oía— yo... lo estropee todo, ¿verdad?— Mycroft le dio un poco de agua— era todo tan obvio y yo estuve tan ciego…

—Yo…—Mycroft titubeo con la voz turbada—no debí ponerte en esta situación, lo siento...

—Schsss— apenas si pudo mover una mano para pedirle silencio— ¿John?

Mycroft permaneció en silencio, Sherlock se giró y lo miró con ojos inundado y enrojecidos; Mycroft observaba el suelo— ¿Myc?

—El esta… muy grave Sherlock— susurró—lo están trasladando ahora mismo en helicóptero, no sé si…

—Schsss—le mandó callar con verdadera cara de pánico—vamos, llévame con él… ¡Mycroft, quiero que me lleves con él de inmediato!

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Un sonido metálico lo despertó, volviendo poco a poco de lo que parecía haber sido un largo viaje; vagamente recuerda un hospital, una enfermera morena… tenía el cuerpo entumecido.

Los tenues rayos del amaneciente sol acariciaban su rostro y poco a poco abrió sus ojos, intentando enfocar su vista, ¡ok, vale…no estoy muerto! Esto tan feo no puede ser el cielo… La estancia pintada en verde oscuro, no podía ser la de un hospital, por no mencionar el horroroso papel de la pared de enfrente. Llevó su mano hacia el costado y sí, allí estaba su herida aun punzante, ¡augh! bien al menos no llevo siglos en la cama.

Valoró su estado ligeramente; ni goteros, ni oxigeno por lo tanto estable, la herida limpia, no sangraba, en la habitación todo lo necesario como si le hubieran estado atendiendo allí, ¿pero dónde? Se quitó el pulsímetro del dedo y el aparato se silenció.

John se sentó en la cama y se mareó ligeramente, no debe y lo sabe pero no puede simplemente esperar, tiene que saber qué pasó. Bebe un poco de agua de un vaso próximo y se levanta.

Unicamente vestido con un pantalón de pijama, avanza por lo que parece una enorme casa, va cogiéndose a las paredes para no caer, está débil, pero no piensa parar. Al voltear una esquina la escucha, música, pero no cualquier música, no… su música. El corazón le dio un vuelco, avanzó lo más rápido que pudo y atravesó la última puerta del pasillo… y su cara se iluminó.

Sherlock estaba enfrascado en su mundo de maravillosos movimientos, melodiosos, volcando todos sus sentimientos en un baile triste. Y lo sintió, sintió el momento exacto en el que John entró en la habitación, un escalofrío le recorrió de arriba abajo y se volteó. John lo miraba con esos ojos azul profundo, con esa cara redondeada y esa sonrisa infantil.

John se acercó como pudo. Sherlock lucía verdaderamente mal, con golpes y arañazos casi curados, y grandes ojeras bajo sus ojos; el corazón quería salirsele del pecho, su respiración se aceleró y un ligero temblor se instaló en sus piernas, pero continuó avanzando lo suficientemente cerca para tirar de él y lo besó, porque lo quería como nunca había querido a nadie, volcó todo lo que pudo su sentimiento en ese beso y Sherlock le correspondió, abrazándose a él, profundizando el beso…

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N/A: Ooooh! Qué pena se ha terminado :(

¿Os ha gustado? ¿cómo lo habríais terminado vosotros? Con un lemon seguro XD

Comenten ¡Por favor! insisto

Os recuerdo que la historia era para un reto ¡con un máximo de seis capítulos!

Gracias mil gracias sinceras a:

Setsuka. , mashimaro111, BlueArcana, leptina, addictedtosomethig, NessaRrc, emishuperloka, lolitaredhead, Midna-L, azrael-nothing, Yiyukimo-ak, kaedeneko, Atolotl, y mi lindo Guest!

Sin vosotros la experiencia no habría sido ni la mitad de gratificante, gracias por estar ahí y hacérmelo saber.

Mil besos y hasta la próxima… Lord.