Hola!

¿Qué puedo decir? Es el final!

Espero que les guste!

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Z de Zafiro

Hinata al crecer rodeada de los miembros de su familia, estaba acostumbrada a recibir siempre la misma mirada… con los mismos ojos. Es por eso que la primera vez en que pudo salir del compuesto y se encontró con un chico rubio de ojos azules quedó tan impresionada. Ella nunca había visto unos ojos como aquellos… parecían zafiros… tan azules… esos ojos que le gustaron tanto fueron visitantes cada noche en sus sueños. Puede ser que en el día viera ojos blancos, fríos y llenos de desprecio, pero en las noches esos ojos blancos cambiaban a unos azules que brillaban felices y la hacían ser libre. Libre de quien era en realidad.

Tanto soñó con esos ojos de zafiro que termino creyendo que tan solo aparecían en sus sueños y que en la realidad no existían.

Eso creyó hasta el momento de ingresar a la Academia. Un día en que daría un paso más para convertirse en una kunoichi. No esperaba que ese día volviera a ver esos ojos de sus sueños.

El sonrojo de sus mejillas no se hizo esperar y tan solo pudo alzar un poquito su vista de forma tímida sin creer lo que sus ojos le mostraban. Ahí frente suyo se encontraba el dueño de esos ojos tan diferentes a los que había visto todos los días en su corta vida.

Esos ojos estaban llenos de vida.

Esos ojos hicieron que Hinata cambiara...

Poco a poco… paso a paso… Hinata Hyüga cambio.

Busco la forma de mejorar, queriendo ser más fuerte y estar al nivel de él. Al nivel de Naruto Uzumaki el dueño de ese par de ojos que conoció y soñó desde pequeña.

Ella se enamoró.

¿Quién podía culparla? Naruto era todo lo contrario a lo que ella había conocido, a todo lo que le habían enseñado. La mejor forma de llevarle la contraria a su familia fue fijarse en un chico como él. Sin querer Hinata mostró su rebeldía al enamorarse de Naruto.

–Hinata-chan… ¿en qué piensas? –Esos ojos la miraban curiosos.

–En tus ojos Naruto-kun… son bellos… tan bellos.

Un sonrojo fue la respuesta de Naruto.

–Pues a mí me gustan los tuyos dattebayo –fue la respuesta que le dio con una mirada llena de amor.

¿Sus ojos? ¿Cómo podían gustarle a Naruto-kun? Esos ojos eran fríos y desprovistos de emociones, no tenían nada que pudiera llamar la atención de alguien.

–Te equivocas Naruto-kun. – ¿Cómo Hinata podía decirle lo que ella veía en los ojos de los Hyüga? ¿Cómo explicarle lo que había significado para ella desde su niñez los ojos de Naruto?

Podía ser que él supiera que llevaba muchos años enamorada de él… admirándolo desde lejos…queriéndolo sin atreverse a confesarlo, pero de ahí a decirle que lo primero que le había llamado la atención habían sido sus ojos era algo que todavía no podía decir. Algún día le diría eso… por el momento sería su secreto… solo suyo.

–Espero que nuestros hijos tengas tus ojos Naruto-kun.

Si… eso era lo que Hinata quería… verse rodeada de zafiros.

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Hemos llegado al final de un fic. Quiero agradecer a todas/os las (los) lectores que estuvieron en este largo camino. Ademas de comentarles que aunque voy de forma lenta no dejaré ninguno de mis fic de lado. Los terminaré. Todos. Asi que les pido que no se desesperen y me tengan paciencia.

Gracias una vez más.

Así que por última vez haré esta pregunta...

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