Hola n.n/ como les va, criaturitas del yaoi? Yo estoy nuevamente aquí para reportarme con el prologo de esta tierna historia.
Lo sé, me tarde mucho pero no encontraba la inspiración ni por debajo de las piedras hasta que escuche la canción de Bjork "I've Seen It All" y dije ¿Por qué no? Este es el resultado y espero sinceramente que les guste y les quite el sabor amargo del capítulo anterior. Ya me alargue, mejor continuo abajo.
Enjoy!
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2014
Doscientos años después…
Los fríos edificios se imponían en una sociedad agitada por el vertiginoso ritmo de la vida urbana, todas las personas caminaban apresuradas a pesar de que había obscurecido hace unas horas. Pero entre todo ese ajetreo había un joven que caminaba a paso lento, a su propio ritmo, ignorando y siendo ignorado por la gente a su alrededor.
Este joven era nada más y nada menos que Eren Jaeger, el mismo joven al que el amor le fue negado hace ya dos siglos; paso un infierno sobre la tierra ya que la melancolía y la devastación de su alma lo atormentaban constantemente desde la perdida de su amante, todo parecía como un difuso y lejano sueño, un sueño que él destruyo, un hermoso y preciado tesoro que se había escapado de sus manos como la arena, cada día se atormentaba por haber hecho eso pero sabía perfectamente que nada podía hacer.
Por mucho tiempo se refugió en los cálidos recuerdos de su vida pasada pero desgraciadamente el tiempo comenzó a borrarlos de su mente lentamente sin que él pudiera hacer nada para evitarlo, había ya olvidado a sus padres, a Mikasa, incluso había olvidado su ciudad de origen pero nunca olvidaría a Rivaille, aun si muriera, sin embargo a esas alturas ni la casi extinta calidez de su amante podía salvarlo de la soledad. Había intentado incontables veces acabar con su existencia pero le era imposible ya que en su cuerpo se alojaba la sangre de un ángel y un demonio las cuales lo hacían inmortal y solo alargaban su tormento; su cuerpo ya no envejecía, era más viejo que cualquiera en aquella calle pero aun así aparentaría ser un joven de veinte años por toda la eternidad.
El clima, en conspiración con aquella agitada vida, hizo que una agitada y fuerte lluvia se creara en segundos, la gente a su alrededor corrió a refugiarse pero Eren permaneció con su lento andar, dejando que la lluvia lo empapara de igual forma que hace años, cuando Rivaille sacrifico su vida para salvarlo.
El joven se detuvo ante una avenida para esperar el cambio en el semáforo y poder pasar, el flujo del tráfico era escaso pero los vehículos que transitaban iban a una velocidad considerablemente alta; a su lado llego un hombre cuyo rostro no alcanzo a ver ya que el paraguas lo cubría, Eren decidió no prestarle atención; la carretera quedo en silencio por unos instantes por lo que aquel hombre comenzó a caminar hacia la otra calle cuando a pesar de que el semáforo aun no cambiaba de color, de repente un auto salió de una calle continua a una gran velocidad, Eren supo que el hombre no alcanzaría a llegar por lo que corrió hasta donde se encontraba y lo tacleo en el preciso instante en el que el auto pasaba a su lado pitando la bocina como loco.
Ambos aterrizaron en la acera de enfrente con un sonoro golpe, el paraguas callo y se alejo de su dueño. El joven se incorporo lentamente pero al mirar a la persona a la que había salvado su sangre se helo en sus venas y su corazón se detuvo por algunos segundos. Frente a él estaba su amado Rivaille.
-¡¿Qué te sucede, descerebrado?!- Rivaille permaneció con los ojos cerrados mientras lo regañaba, buscando su paraguas a tientas.
Al fin después de tanto años por fin volvían a encontrarse pero Eren nunca creyó que se verían en aquellas circunstancias por lo que permaneció en shock algunos segundos.
-Estuvieron a punto de arrollarte- logro murmurar apenas el atónito joven.
-No pedí tu ayuda. Puedo cruzar perfectamente por mí mismo, ese maldito auto salió de la nada.
-¿Eres acaso un suicida? El semáforo aun no cambiaba de color. Además cruzar la calle con los ojos cerrados es muy peligr…
- Soy ciego, imbécil- lo interrumpió Rivaille encontrando finalmente su paraguas.
El joven se quedo sin palabras, ¿había escuchado bien? Su amado Rivaille ¿ciego?
El mencionado se levanto y se cubrió con el paraguas aunque ya estaba empapado, intento seguir su camino pero Eren lo detuvo tomándolo del brazo.
-¿Y ahora que quieres?- pregunto irritado.
-Lo siento, no quería ofenderte- se apresuro a explicar- Déjame acompañarte a tu casa en compensación por mi grosería.
-Olvídalo, jodido loco- trato de soltarse pero Eren lo detuvo nuevamente.
-Por favor, permíteme acompañarte- no sabía que Rivaille había sido así de grosero en el pasado pero aun así no se iba a dar por vencido.
-Si te lo permito ¿dejaras de molestarme?- tal parecía que el joven un tenía cierta influencia en Rivaille.
-Lo prometo.
-Bien- Eren lo soltó del brazo y ambos comenzaron a caminar siendo guiados por Rivaille.
Eren recorrió las calles tratando de recordar el camino con cada paso que daba mientras su mente se perdía en toda clase de pensamientos: si bien Rivaille seguía siendo igual físicamente su carácter había cambiado drásticamente, además estaba el inminente hecho de su ceguera, ¿como lo haría recordar si ni siquiera podía ver su rostro? Mientras caminaban se exprimió el cerebro intentando encontrar alguna excusa para verlo nuevamente, era lo único que podía hacer ya que si le decía la verdad su relato no tendría ninguna lógica haciendo que Rivaille solo se riera de él y nunca más podría verlo nuevamente.
-Llegamos- lo detuvo Rivaille, sacándolo de sus pensamientos.
Era una casa sencilla de un solo piso con paredes de color gris obscuro con una puerta de madera frondosa adornada en las orillas y se encontraba en uno de las más tranquilas residencias de la ciudad. Ambos se refugiaron de la lluvia debajo del pórtico.
-Muy bien, ya puedes irte- Rivaille lo corrió sin mucho tacto.
-Este…-dudo- Bueno, me preguntaba si hay algo en que te pueda ayudar.
-Soy ciego más no retrasado, mocoso.
-¿Mocoso? No te ves mayor que yo.
-Tu voz es la voz de un mocoso de diecisiete años.
-Tengo veinte- Desde hace dos siglos.
-Y yo veinticinco así que eres un mocoso.
-Mi edad no es el problema; a lo que me refería desde un inicio es que quiero saber si hay alguien que te ayude en tu vida cotidiana.
-Puedo cuidarme a mí mismo perfectamente. A todo esto ¿por qué tanto interés? Ni siquiera nos conocemos.
-Porque yo… - Te he buscado por más de cien años y ahora que te encuentro n quiero volver a perderte –Estoy estudiando medicina y quiero especializarme en oftalmología- Obviamente no iba a decirle la verdad aunque quisiera.
-¿Y no tienes ningún otro conejillo de indias?- ¿Por qué era tan difícil convencer a Rivaille?
-No puedo tratar con parientes, políticas del hospital- mintió.
-No eres acaso muy joven, ¿en qué año vas?
-Segundo, pero quiero empezar a tratar con gente con problemas oculares.
-¿Y que harás si te dejo ayudarme?
-Estudiare sus sentidos en relación con su entorno, le hare estudios psicológicos e incluso puedo hablar con mis superiores para atender su vista.
-Está bien, puedes hacer tu trabajo pero nada de operaciones- parecía incomodo y algo irritado por el tono de su voz.
-Pero puedo…
-No, no puedes; esas son mis condiciones, tómalo o déjalo.
-Comprendo ¿le molesta si empiezo mañana?
-Haz lo que quieras- Rivaille saco sus llaves del bolsillo de su pantalón y abrió la puerta-. Si eso es todo lo que querías entonces vete.
Eren asintió lentamente y se giro dispuesto a irse pero se detuvo un momento.
-Por cierto, mi nombre es Eren Jaeger.
La puerta estaba a punto de cerrarse cuando escucho claramente desde el obscuro interior de la casa.
-Levi Ackerman.
¿Levi? Era mucho esperar que tuviera el mismo nombre pero aun así le resultaba extraño.
Su amado ángel quien había dado su vida por él, ahora no la recuerda y su carácter ha cambiado pero nada le asegura que ese no era su verdadero carácter, después de todo no pudieron conocerse más a fondo.
Mientras Eren regresaba a su departamento pensó que tendría que conseguir muchos documentos para los próximos estudios de Rivaille, es decir, de Levi; le costaba acostumbrarse al nuevo nombre de su amado.
Mintió para poder estar con él pero no era mentira que había estudiado medicina, de hecho ya es medico hecho y derecho con varias especialidades entre ellas oftalmología complementada con estudios de optometría, el mismo podía operar a Levi pero su rotunda negativa no tenia explicación.
Pensar que volvería a ver a Rivaille lo alentaba, no sabía cuánto le iba a costar hacer que lo recuerde, pero estaba dispuesto a dar todo de él para poder estar de nuevo con él, para poder amarlo una vez más.
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Con el paso del tiempo Eren se dio cuenta de lo difícil que resultaba hacer a Levi recordar, había pensado mil y una formas de explicarle la verdad a su antes amante pero no importaba cuantas veces repitiera uno de los diálogos en su cabeza, siempre sonaba ilógico y disparatado, nadie le creería, mucho menos Rivaille, lo sacaría a atadas de su casa aun sin terminar su relato. Si tan solo pudiera ver las cosas no serian tan fáciles, tal vez lo recordaría al instante pero Levi no accedía ni se mostraba interesado en conocer el rostro de Eren, prefería que su relación no se estrechara pero el joven no iba a darse por vencido tan fácil, procuraba alargar su tiempo juntos, tratando de entablar una conversación, algunas veces funcionaba pero la mayor parte del tempo Levi se enfocaba en hablar solo lo necesario.
Una tarde, cuando terminaron una de sus sesiones Eren le hablo a Levi sobre una posible operación para devolverle la vista; los jóvenes se encontraban sentados en la sala de la casa de Levi mientras Eren guardaba sus papeles.
-Hable con uno de los maestros y accedió a hacerle unos estudios y planificar una futura operación- la verdad era que Eren había arreglado lo necesario para operarlo personalmente.
-Olvídalo, no lo hare- contesto cortante el joven ciego- Prometiste que no insistirías en ese tema.
-Pero Levi…
-¿Es que acaso no fui claro? Mis condiciones fueron nada de operaciones. No sé por qué insistes.
-Porque en mis manos esta poder ayudarte y devolverle lo que perdiste.
-No he pedido tu ayuda.
Eren se masajeo las sienes, no comprendía por qué Levi se oponía tan rotundamente, ¿acaso lo había ofendido?
-Levi-lo llamo-, me dijiste una vez que perdiste la vista a los cuatro años ¿verdad?
-Correcto.
-A esa edad no pudiste ver relativamente nada, ¿No quieres ver lo que te falto por conocer de este mundo?- Eren se arrodillo frente a sillón donde Levi permanecía sentado y tomo entre sus manos las cálidas manos del ciego joven- ¿Nunca te has preguntado como seria tu vida si volvieras a ver?
- Lo he hecho, pero sigo adelante- respondió tranquilamente Levi- Además… Ya lo he visto todo
-¿Todo? ¿Has visto las cataratas del Niágara?- le cuestiono Eren.
-He visto el agua, la misma clase de agua que corre por ellas. He visto lo que era y sé lo que seré.
-No has visto elefantes o reyes.
-Me alegro de decir que vi mejores cosas.
-¿Y la persona con la que te casaras?
-Eso no me interesa- Levi se soltó del agarre de Eren y volvió a colocar sus manos entrelazadas en su regazo- Lo he visto todo, no tengo nada más que ver.
-Pero hay tanto que no has visto, tanto…
-Querer ver más seria codicioso de mi parte.
-Aun así, yo…- el joven intento tomar nuevamente las manos de Levi pero él las acerco más a su cuerpo, anticipando el movimiento.
-No podrá ser, Eren- respondió en un murmullo el joven- Aun si quisiera…
-¿Por qué?
Levi guardo silencio, dudando por algunos instantes y después respondió:
-Naci con un corazón muy débil, mis padres acudieron a muchos médicos pero ninguno pudo hacer nada por mí: años después murieron debido al brote de una nueva enfermedad, llevándose con ellos mis esperanzas de ver nuevamente.-Aquello era nuevo, Levi nunca antes había hablado de su familia anteriormente, además de que Eren no quería incomodarlo.
-Con la tecnología actual podríamos hacer tu deseo realidad.- insistió el joven.
-Mi deseo es vivir tranquilamente- Levi hizo una pausa, hablar de temas tan personales le resultaba sumamente incomodo-. Estoy cansado, será mejor que te vayas.
-Entiendo, nos veremos mañana- el joven tomo sus cosas y salió en silencio de la casa.
Lo que Eren no sabía era que Levi tenía miedo de recuperar su vista, dejando de lado su corazón débil. Desde que tenia memoria había soñado con un atractivo joven de piel tostada, cabello castaño alborotado y brillantes ojos verdes, pero no cualquier verde, él nunca había visto un color como ese ni en la copa de los arboles ni en el pasto ni en ningún otro lugar que no fuera la dulce y amable mirada de ese desconocido. Había deseado encontrarse con aquel misterioso joven con cada fibra de su ser pero conforme perdía su vista su deseo fue evaporándose, cuando se entero de la debilidad de su corazón y la muerte de sus padres algunos años más tarde toda la esperanza se esfumo de su alma, sin su vista jamás sería capaz de encontrarse con aquel joven pero lo destrozaba más el hecho de que tal vez nunca lo conocería aun si volviera a ver. Debido a la conversación que tuvo con Eren los recuerdos antes olvidados regresaron a su memoria, siendo encabezados por el rostro del joven, atormentándolo nuevamente.
Conforme los días pasaban su cuerpo comenzó a inundarse con la tristeza y la melancolía de los años, su salud comenzó a empeorar: comía muy poco por lo que adelgazo peligrosamente, la falta de sueño había creado unas profundas ojeras bajo sus cerrados ojos, su piel se había vuelto varios tonos más blanca, su cabello había perdido brillo al igual que sus uñas. Eren, quien se había mudado a casa de Levi sin que este pudiera evitarlo, se sentía cada vez más desesperado, intentaba todo lo que sabía para poder traer de nuevo a la vida a ese muerto cuerpo pero sus esfuerzos eran inútiles.
Cuatro días después de aquella platica Levi se encontraba postrado en su cama víctima de una fuerte fiebre que filtraba sus fuerzas, pegado a la cama debido a los espasmos que su cuerpo sufría; como era de suponerse Eren estuvo al pendiente de él, colocando trapos húmedos sobre la frente del enfermo, dándole de comer aunque sea un poco, pero el joven se encontraba desesperado, ya no sabía qué hacer para recuperar la salud de Levi, ya no le importaba que lo recordara o no, podía iniciar nuevamente con él pero si su amado Levi moría no podría soportarlo.
-Eren- lo llamo Levi desde la cama, vestía un delgado pijama blanco- Tengo frio- su voz tembló afirmando su estado.
-No puedo taparte, la fiebre subiría- le explico tomando el trapo de su frente, enjuagándolo en un recipiente con agua fría y volviendo a colocarlo en su lugar.
-Tengo… Frio- repitió el enfermo.
Eren se mordió el labio, no podía cubrirlo con una cobija ya que podría estropear el ligero equilibrio de temperatura que había conseguido, por lo que decidió recostarse a un lado de Levi, este, al sentir el calor, se acurruco a su lado, siendo envuelto en los protectores brazos del joven.
La mente de Levi estaba nublada, le costaba hilvanar una idea en concreto, por lo que, aun aturdido, decidió romper con su regla de no profundizar con Eren: llevo sus manos lentamente hasta el rostro del joven quien permaneció quieto mientras aquellas frías manos recorrían sus mejillas, sus pómulos, descendían nuevamente hasta sus labios y volvían a elevarse acariciando los parpados, la frente y enredado sus dedos en su cabello.
-¿Cómo eres, Eren?
El joven dudo, no era muy bueno describiendo cosas.
-Pues…- se tomo unos segundos para pensar- mi piel es morena, algunos dirían trigueña, mi cabello es castaño obscuro y como te has dado cuenta permanece desordenado la mayor parte del tiempo- se rio suavemente-, mido un metro con sesenta centímetros, soy de complexión delgada…
-¿De qué color son tus ojos?- interrumpió Levi la descripción, mientras una llama extinta volvía a nacer en su pecho, una llama llamada esperanza.
-Verdes, mucha gente me dice que nunca habían visto una mirada como la mía, dicen que es profunda y mis ojos son tan llamativos que la gente voltea a verlos dos veces- respondió apenado.
Levi permaneció estático entre los brazos de Eren, le había pedido que se describiera pero él estaba describiendo al misterioso joven de sus sueños, incluso sus manos lo habían corroborado pero no supo hacer más que permanecer quieto en completo silencio, simplemente era imposible creer que se encontraba en brazos del joven que tanto quería encontrar, lo más probable era que su mente le estuviera jugando una mala broma. Pero de repente un extraño y repentino dolor de cabeza le sobrevino, era tan intenso que su cuerpo se estremeció violentamente; Eren, al sentir el violento temblar y al mirar la mueca de dolor en las facciones de Levi tomo aquel rostro entre sus manos.
-Levi- lo llamo suavemente.
Pero el joven Ackerman no escucho aquello ya que en sus recuerdos la suave voz de Eren lo llamo por su verdadero nombre, como anteriormente lo hacía:
Rivaille…
El cuerpo de Levi comenzó a temblar de forma descontrolada, un torrente de viejos recuerdos comenzó a abarcar su mente, eran recuerdos de una vida pasada teñidos de un color sepia. Eren se preocupo, al instante se levanto de la cama, causando un extraño vacio en Levi.
-Iré por tu medicina- Levi contuvo la respiración, algo en su interior le dijo que no debía dejarlo ir de su lado; haciendo acopio de sus pocas fuerzas logro estirarse y por suerte, tomo la muñeca del joven antes de que se alejara de la cama.
-No…- jadeo- Eren.
-¿Qué sucede?- él volvió a sentarse en la cama- ¿Levi?
-¡Soy Rivaille!- exclamo, pocas veces se había exaltado así en su vida, pero la desesperación le hizo gritar-¡Soy yo!- pero para su sorpresa Eren no respondió, aumentando su terror a no ser reconocido por el que una vez fue su amante- ¿Acaso no me reconoces?- murmuro, con su alma inundada por el pánico.
Pero Eren solo lo miro, estupefacto, ¿había escuchado bien? Nunca le conto nada ni a Levi ni a ningún humano su pasado, así que le costó un poco encajar las piezas de aquella situación. Esos segundos fueron una eternidad para Rivaille quien no podía ni imaginar la reacción del joven, a cada segundo su frustración amentaba haciendo que un leve temblor de pánico estremeciera su cuerpo, ¿y si no lo recordaba?
Sin embargo sus dudas se despejaron en el preciso instante en el que sintió las conocidas manos de Eren tomar su rostro con tanta suavidad y delicadeza que por un momento creyó que moriría de felicidad.
-Rivaille- escucho la voz rota del joven- ¿Realmente me recuerdas?
-¡Sí! ¡Te recuerdo!
Entonces Eren se arrojo sobre él, ambos cayeron en la cama nuevamente y, un instante después sintió la nostálgica sensación de los cálidos labios de su amante sobre los suyos en un beso desesperado el cual correspondió al instante, colocando sus manos sobre la ancha espalda de Jaeger. Eren logro impregnar en aquel beso aquellos doscientos años de soledad, pero también Levi se percato del amor y la suavidad con la que sus labios se movían sobre los suyos, sintiendo las saladas lagrimas del joven rozar su piel. Después de una efímera eternidad se separaron, jadeantes, las lagrimas del joven caían sobre el rostro de Rivaille.
-No llores, Eren- lo consoló atrayéndolo a su pecho, acariciándole el cabello.
-No sabes cuánto te he extrañando- sollozo el joven, después se incorporo lo suficiente como para ver nuevamente el rostro de su amante- Yo…
Pero Rivaille lo silencio tomando su rostro y atrayéndolo al suyo.
-Ahora estoy contigo- sus labios se rozaron mientras Rivaille intentaba distraerlo de su pena- No pienses en nada más…
Y volvió a juntar sus labios en un beso más profundo, sus lenguas se encontraron después de tanto tiempo, redescubriéndose mediante un contoneo lento y apasionado, Rivaille rodeo el cuello de Eren con sus brazos, manteniéndolo apegado a él, colocando una de sus manos en la nuca ajena; las manos del joven comenzaron a recorrer con la yema de los dedos el cuerpo de su amante quien se estremecía deseoso de sentir aquella calidez tan anhelada en su piel desnuda. Cuando se separaron Eren se separo a regañadientes de Levi se quito la camisa, arrojándola a un lado de la cama y tomo una de las manos de su pareja colocándola sobre su propia mejilla, Rivaille deslizo su mano lentamente hacia abajo, pasando sus dedos por las clavículas, el pecho, hasta llegar al vientre sintiendo los trabajados músculos debajo de la piel.
Mientras las caricias y los besos se intensificaban las ansias de tocar la piel desnuda de su amante llevaron a Eren a desnudar con lentitud a Rivaille quien lo permitió gustoso, sintiendo como el joven besaba, acariciaba y probaba su piel; cuando toda barrera de tela desapareció de ambos cuerpos continuaron con las caricias y los besos apasionados. Eren se esforzaba en dar placer a su pareja, adorando cada parte de su cuerpo con devoción, sintiendo la culpa por haber esperado tanto tiempo para disfrutar de Rivaille en su forma original, si ninguna clase de prohibición entre ellos. Cuando el joven procedió a preparar su cuerpo, Rivaille fue invadido por nuevas y abrumadoras sensaciones, pero él las disfruto todas, sabiendo que era Eren el que se las provocaba.
Ambos supieron cuando fue el momento adecuado por lo que Rivaille abrió las piernas lo más que pudo, permitiendo que Eren se acomodara a placer entre ellas; el joven se inclino un poco sobre el cuerpo de su amante y se sostuvo de la cabecera de la cama con una mano, mientras que la otra sostenía la cadera de Levi para facilitar la unión, lo beso nuevamente y lo penetro sin cortar la unión de sus labios en ningún momento. Por primera vez estaba en el interior de Levi. La espalda de Rivaille se encorvo de placer, las sensaciones se hicieron tan intensas que se desbordaron de sus ojo como lagrimas las cuales limpio Eren con dulces besos, tomo la mano del joven debajo de su cuerpo y le enseño la manera en la que estaban unidos antes de comenzara a moverse.
Aquella noche se amaron profundamente, hechos un solo ser como nunca antes lo habían sido, incluso sus almas se fusionaron esa cálida noche. Se detuvieron después de que el sol se asomara por las ventanas del cuarto de Rivaille, exhaustos y saciados, recostándose uno al lado del otro jadeando juntos.
-¿Tú también reencarnaste, Eren?- le cuestión su pareja cuando sus respiraciones se normalizaran, siendo envuelto por aquellos protectores brazos que tanto amaba.
-No- respondió el joven besando el cabello de Rivaille-. Yo he permanecido vivo desde aquel día.
-¿Qué?
-En mi cuerpo reside la sangre de un ángel y de un demonio, tú sangre- explico.
-No creí que fuera a pasar esto- Rivaille se oculto en el pecho de Eren- Has sufrido por mi culpa.
-Ambos cometimos errores que lastimaron al otro, pero lo importante es que por fin estamos juntos… No sabes cuánto espere por ti, he muerto cada día esperándote- susurro el joven.
Eren busco nuevamente los labios de su pareja, siendo bien recibido por los brazos de Levi.
-Tu vida no ha sido fácil, ¿verdad Rivaille?
-Ninguna vida es fácil en este mundo- lo distrajo.
Pero Eren sabia que, aun si se habían encontrado Rivaille era un humano ahora, en cualquier momento podría morir y desaparecer nuevamente, él no podría soportar perderlo nuevamente por lo que se le ocurrió una idea.
-Rivaille- lo llamo intentado tantear la situación- Tal vez mi sangre pueda devolverte la vista.
-¿Qué te dice que funcionara?
- Una vez lograste traerme de vuelta a la vida, hay muchas probabilidades de que funcione.
A Rivaille no le agradaba la idea pero sabía que Eren era sumamente persistente cuando algo se le metía a la cabeza
-Bien, hay que intentarlo.
Al instante el joven se incorporo y mordió con fuerza su mano hasta hacerse sangrar, lleno su boca de su propia sangre y finalmente se inclino para besar a Rivaille, el sabor metálico de la sangre se expandió por la boca de ambos mientras que Levi se obligaba a tragar; una extraña sensación comenzó a recorrer su cuerpo.
-Rivaille- lo llamo Eren- ¿Cómo te sientes?
-Extraño
Eren se dio cuenta del cambio en el cuerpo de su pareja: su piel comenzó a colorearse volviendo a su tono normal, además su cuerpo comenzó a volver a ser el mismo, sin que su piel se pegara a sus huesos, devolviendo la vida a aquel moribundo cuerpo. Aun inseguro Rivaille comenzó a abrir los ojos, la obscuridad se disipo pero su vista estaba nublada, tuvo que parpadear varias veces para poder ver por primera vez su habitación. Al fin podía ver. Titubeante, enfoco su vista a la persona que había frente a él; se sorprendió al ver que Eren no había cambiado en nada, dudando de lo que sus ojos veían acerco sus manos al rostro de su amante.
-Te veo- susurro con los ojos cargados de lágrimas- Después de tanto…
Eren tomo una de aquellas manos que sostenían su rostro y la acerco más a su piel.
-Te amo, Rivaille.
-Y yo a ti, Eren.
No tengas miedo,
Te he amado durante doscientos años y te amare por otros mil más.
Seré valiente
No dejare que me alejen de ti, nunca más…
Te amo
Fin…
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Que les pareció? Ya me perdonaron :D?
Agradezco mucho su apoyo para esta historia, espero y me dejen su opinión en un lindo comentario, no importa que sea, ya sea una lechuga, un jitomate, lo que quieran.
Gracias! Nos leeremos pronto nuevamente! ;3