Capítulo 5


Lukas permaneció mudo, de pronto todo a su alrededor tomó una densidad diferente y a la vez inexacta, difícil de describir y todo, el silencio incluido, hizo un extraño ruido. Las hojas del libro que leía una persona metros más adelante, el llanto de un niño, el tacón de un par de zapatos, la respiración de Tino y del Dr. Oxenstierna, todos aquellos ruidos estaban ahí pero para Lukas todo eso solo podía describirse de una sola forma: Incomprensible.

¿Sería acaso que Mikkel Densen, el hombre al que había estado tratando de ayudar, quedase para siempre en un estado vegetativo? ¿Qué pasaría con su conciencia? Lukas cerró los ojos incapaz de siquiera formularse una respuesta a ello – y negando la realidad, desde luego. Miró al frente, imperturbable y estoico aunque por dentro todo era un caos, su mente, sus sentimientos e incluso el latido de su corazón errático y frenético después de quedarse anonadado y lento, pausado después de la noticia.

— ¿Lukas? ¿Estás bien? — La voz de Tino, suave y dulzona hizo eco en su mente, pero Lukas no supo cómo responder, su cuerpo ni siquiera podía responder, el shock incluso parecía haberle nublado la vista; adormecido el cuerpo; entumecido la lengua.

El Dr. Oxenstierna tronó los dedos delante de los ojos violáceos del chico y aplaudió una vez logrando que Lukas alzase la vista y de facto moviese las manos del doctor. — Estoy bien — respondió de manera simple y llana pero completamente deshonesta. — ¿Puedo pasarle a ver?

El Dr. Oxenstierna y Tino compartieron una mirada incierta. Claro que no podrían prohibir a Lukas que entrase a ver a un paciente y menos si se había presentado en calidad de acompañante, pero sabían que la reacción de Lukas le ponía en peligro a sí mismo.

— Escúchame… no creo que-

— Voy a pasarlo a ver — dijo poniéndose de pie, sacudiendo y alisando sus ropas con la mano, como si hablase de ir a hacer una actividad cotidiana, y dirigió una mirada a los otros dos — No pueden evitarlo…

¿Áspero? Tal vez pero por ahora la marejada de emociones lo estaban haciendo difícil sobrellevar la misma estancia en el lugar, ya se había controlado lo suficiente para no explotar en el frente del Doctor debido a la incapacidad – por injusto que pareciese – de salvar a Mikkel; así pues, caminó hacia la habitación que ya bien conocía y se adentró, caminando hasta la cama, sentándose en la orilla y acariciando con el pulgar la mano del hombre.

— Perdóname…— murmuró tratando de mantener la voz firme aunque ésta amenazaba con quebrarse en cualquier momento — te fallé… no pude evitarlo, llegué tarde… demasiado tarde… — apretó los labios y miró la faz de Mikkel, recostado en la cama, con los ojos cerrados ¿Durmiendo quizás? Posiblemente después de tan severo y cansado tratamiento. - ¿Negación?- Miró a los alrededores, a la eterna pared de hormigón con su pintura de un desgastado color gris, a la ventana cuyo marco acumulaba el polvo y afuera se escuchaba el ruido de los autos, ahora todo era más crudo, más repugnante, como si hubiese todo lo bello pasado a segundo grado.

Se levantó y anduvo por la habitación, prendió y apagó la luz del sitio con las parpadeantes lámparas de estilo viejo, por mucho que la institución no fuese tan pasada, pero no podía evitarlo, para Lukas todo eso formaba parte de un mundo que de la noche a la mañana había pasado a formar parte de uno de los peores escenarios de su vida, casi incoherente y apocalíptico; rozó la mano por la sábana de algodón de la cama, por los barrotes de la misma hasta tomar de la caja al pie, el expediente clínico de Mikkel, de nuevo, de nuevo.

«Mikkel Densen paciente de...» palabras, palabras « Suministro de calmantes para controlar al paciente en ataques de ira y violencia.» Drogas, lo habían drogado para mantenerlo adormilado y lo seguirían manteniendo así. Mikkel Densen no era un hombre naturalmente violento – era impulsivo, pero no violento – para Lukas, aquello solo podía significar que habían actuado con alevosía, lo habían drogado para impedir que hablase, lo habían electro choqueado para dejarlo padeciendo de sus facultades, para hacerlo a un lado, para quedarse con todo. Lukas rechinó los dientes y el único sentimiento en su corazón en ése momento, fue la venganza.

Si por el fuese, los padres de su amigo, morirían de la forma más despiadada posible, los haría confesar sus crímenes mientras los hacia presa del pánico; pero tenía que pensar más claramente, más fríamente, más certeramente…

Con más realismo.

Mikkel respiró profundamente entre sueños y balbuceó y entonces sucedió, Lukas parpadeó, saliendo de momento del estado que se encontraba. Mikkel estaba durmiendo. Ciertamente en el estado de inconsciencia crónico –o vegetativo- las personas se duermen pero no reaccionan y Mikkel había balbuceado. Su corazón se aceleró, tanto con esperanza como con miedo, su conocimiento médico, no en vano lo tenía. ¿Y si era algo peor?

— ¿Mi...Mikkel?

Pero Mikkel no despertó y por el momento Lukas no tuvo más remedio que especular hasta que el tiempo avanzase.

Si Mikkel se encontraba soñando, significaba que no estaba en estado vegetativo, pero si había habido un daño cerebral, significaba que en realidad iba a padecer de sus facultades mentales.

Le habían discapacitado a propósito.

De pronto hizo mucho frio, un viento helado que le caló los huesos se coló por el marco de la ventana, le erizó la piel. ¿Era efecto del miedo? Lukas se aferró a la mano de su amigo, se acomodó un poco y pensó durante lo que el creyó, fueron horas, y dentro de su tristeza infinita, cayó dormido.


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La música de un cuento de hadas épico sonó de pronto, el tono del mensaje del celular de Lukas sonó de pronto y él abrió los ojos sacando el teléfono de su bolsillo, abriéndolo. Lukas, por alguna razón no se sentía del todo cómodo cargando con un Smartphone en el trabajo, así que optaba por una versión más sencilla.

«De: Emil
¿Dónde estás? Llamé a tu casa y no te encontré. No es que esté preocupado por ti, sólo curiosidad»

De nuevo esa forma de 'hablar'. Lukas se talló la cara — ya se debe haber reconciliado con ese otro escuincle...— suspiró y se detuvo a tallarse los ojos al notarlos pesados, los limpió y se quedó en silencio unos instantes.

— ¿Me... dormí llorando? — alzó la vista y entonces sucedió, se percató de que Mikkel Densen permanecía con la vista perdida al frente. Había despertado.

— ¿Mi...kkel?

El chico en cuestión volteó a verle con mirada perdida y luego juntó sus propias manos, señaló la ventana.

— ¿la...ventana? ¿Quieres que la cierre?

Pero Mikkel no dijo más, sólo volvió a señalarla y Lukas se puso de pie para ello y de inmediato el ruido del exterior dejó de filtrarse. ¿Le molestaba? Pensó para sí mismo a plena conciencia de que jamás obtendría una respuesta.

— ¿Cómo te sientes? ¿Te sientes bien? —preguntó regresando a su lado y Mikkel emitió un gruñido leve. Lukas sonrió con tristeza — Te sentirás mejor pronto...

Otro gruñido.

— ¿Tienes hambre? — preguntó, intentando comunicarse con su amigo y obtuvo un parpadeo como respuesta. —... vamos a estar así, ¿verdad? — su voz se cortó un poco, solo un poco, lo suficiente para hacerle pausar pero lográndose controlar — Tal vez deberíamos... ir pensando en una forma de comunicarnos... ¿Qué dices? Asiente o sacude la cabeza, lo que sea…

Mikkel asintió levemente y Lukas sonrió sintiendo una vez más el nudo en la garganta. — B...bien... — respiró a profundidad. — Voy a pedir ayuda a... una enfermera para… saber si puedo traerte algo… — habló dispersa y vagamente, como si él mismo estuviera dudando de sus palabras, con una falta de seguridad en sí mismo y todo lo que lo rodeaba.

Salió de la habitación 223 y se dejó caer una vez afuera, deslizándose por la puerta en vertical.

— ¡Lukas! — Tino se acercó de inmediato.

— No está en estado vegetal — Dijo cubriéndose la cara y ahogando el llanto, negando levemente. — Es peor...

Una persona que no puede actuar ya de su propia conciencia, perdida en el mundo, lejos de sus memorias, de su propia personalidad, una persona perdida por completo.

— Lukas…

El aludido negó suavemente —Dudo que siquiera me recuerde… Tino, yo estaba dispuesto a ayudarle a recuperar su vida cuando saliera de aquí... y ahora míralo… como un…

—No lo digas…

— Como un tonto... — acertó la última palabra en su frase, y se abrazó de rodillas. Mikkel Densen era ahora un discapacitado mental más en esa institución.

Tino abrazó a su amigo, asombrándose. Si Lukas estaba permitiendo un abrazo, debía significar que realmente se encontraba quebrado. Lukas, el inquebrantable Lukas, se resquebrajaba en mil pedazos, sollozando y "rasgando" el piso con sus uñas, las lágrimas continuaron recorriendo sus mejillas de forma abundante.

Pronto dejó de rasgar en el piso para aferrarse a la ropa de Tino.

— No es justo… — dijo ahogando su pena en la ropa — nada de todo esto es justo, ¿Cómo esperan que crea en la justicia? ¿Cómo esperan que crea en lo que sea? ¡No es justo!

— No, la vida no siempre es justa, pero recuerda que incluso lo malo tiene que llegar a su final.

— No me jodas…

— ya... no te alteres... mira, prometo que te ayudaré… le pediré a Berwald que no sé... algo se tiene que poder hacer…

—Voy a hablar con el director de este jodido lugar… ¡Me la debe!

— Lukas, no creo que él sea quien… — Suspiró, su amigo ya se había puesto de pie.

— Me importa una mierda…— respondió cortante y se limpió la cara con el antebrazo —Sé que posiblemente ni él está enterado de la porquería de hospital que dirige o de cuán cerdo es su subdirector, pero yo se lo voy a restregar en la cara…

— Tra...trata de calmarte Lukas… ¡Estás muy alterado!

— ¿Y cómo demonios quieres que esté?— le miró un tanto enfadado.

— No lograrás nada si tu sólo te pones en contra del instituto en ése estado… por favor… espera el dictamen de Berwald. ¿Si?

—… Ah— Lukas respiró agitadamente y se dio la vuelta.

— A... ¿A dónde vas?

— Al estúpido comedor— Dijo alejándose, con su suéter moviéndose con la velocidad de sus pasos — Voy a traerle algo de comer, algo de dignidad humana.


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— ¿En realidad se puso así? — Berwald caminaba con Tino por los pasillos del lugar, recién terminada la ronda de revisión.

— Muy alterado, ya sabes lo difícil que es alterar realmente a Lukas.

Berwald asintió — Aunque, de nuevo, Lukas es una persona que tuvo que pasar por mucho, un día fue el niño más feliz del mundo y al día siguiente ofrecía junto a su madre las cosas que le habían quedado, no me sorprendería que tenga un miedo reprimido.

Tino le miró, curioso — ¿Miedo?

— Tú lo conoces mejor que yo, así que tú dime…

— Sólo lo conozco del tiempo que empezó a trabajar aquí… pero recuerdo que su mamá había fallecido…

—… ¿Es todo? Entonces se ha abierto más a mí…

— ¡¿EH?!

— Sólo se lo que te he dicho, que siendo un niño él y su madre vendieron sus joyas, muebles, y juguetes para subsistir cuando su padre los abandonó, aunque después llegó la estabilidad, esos dolores de la infancia nunca se borran— Su voz era seria, era un profesional después de todo.

— Ya veo, y luego la señora falleció…

— Pero no puedes decir que se haya quedado solo, tiene a su hermano y a la madre del muchacho, entonces dime ¿De qué más sospechas? — midió a su compañero.

Tino se quedó en silencio por largos segundos — Hace un año, recuerdo que llegaron varios accidentados… uno de ellos perdió el brazo y cuando despertó entró en un ataque de pánico… Lukas estaba ahí, y se congeló.

Una señora pasó a su lado y ambos guardaron silencio hasta que hubo pasado. Tino continuó — Se paralizó y nos costó trabajo sacarlo de ese trance…

— Lukas tiene un miedo irracional a ver sufrir a otros, le da terror que no pueda hacer nada porque nunca pudo salvar a su madre… no teme a la muerte, teme a la pérdida…

Tino suspiró— tal vez por eso se desespera de pensar…que alguien a quien planeaba salvar…

—… jamás volverá a la normalidad — Berwald asintió terminando la frase de Tino.


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— ¿Sabes Mikkel? Creo que el día que realmente me dé por vencido, será el día que en verdad, todo sea oscuro.

Mikkel lo observó mientras Lukas se paseaba por toda la habitación.

— Lamento tanto lo que te pasó, pero escúchame, ¿Si?— Mikkel parpadeó una sola vez y asintió dándole a entender que, efectivamente, le escuchaba. — No volveré a dejarte… voy a sacarte adelante…

Mikkel le miró confundido pero de inmediato empezó a balancearse.

Lukas lo observó detenidamente, Tenía una duda en la cabeza que no hacía más que atormentarle, indispuesta a dejarle, le aterraba saber la respuesta, le aterraba que sus suposiciones fueran ciertas. ¿Qué pasaría entonces?

La única manera de saber, sería preguntando.

— ¿Me recuerdas? ¿Sabes quién soy?

Mikkel le miró fijamente, como si tratase de buscar ese rostro en sus recuerdos. Negó levemente. Abrió sus enormes ojos azules, le miró con pena. ¿Se estaba disculpando? Lukas sintió una punzada en el pecho que le amenazaba con rasgarle desde adentro. Se relamió los labios y juntó sus manos cerca de su boca.

Tragó saliva con pesadez.

— No es tu culpa, Mikkel… no te preocupes, lo importante es que… te voy a ayudar ¿sí? Te voy a sacar adelante…— repitió.

Se sentó a su lado y acarició su mano, le miró a los ojos —Me llamo Lukas... y soy tu amigo… ¿Me crees?— Mikkel asintió. Lukas sonrió levemente, algo forzado pero lo hizo, dejando ver que empezaría a dar una tregua al dolor, tenía que hacerlo por quien estaba ahí. De pronto, en un impulso un tanto fuera de su persona, lo abrazó — Quiero que seas feliz… y quiero ser mejor…

Mikkel cerró los ojos, por alguna razón ese momento se sentía correcto y enteramente disfrutable en el buen contexto. Se sentía a salvo. Le devolvió el abrazo, frágilmente como sus torpes movimientos se lo permitían. No recordaba al chico que tan obstinadamente le prometía una realidad distinta.

— Ya una vez vi sufrir a alguien, no dejaré que tu sufras…

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Fin del capítulo 5

¡Muchas gracias por tomarse la molestia de leer!

Les debo una disculpa a todos los que leen esta historia. He tenido una vida algo complicada últimamente y eso ha afectado en mi estado de ánimo y motivación , además de mi falta de tiempo, pero que sepan que hago lo que puedo y que nunca ha sido mi intención decepcionarlos :c

Muchas gracias si has leído hasta acá! Que sepan que no dejaré de escribir ni dejaré esta historia ni nada y que sigo trabajando en las continuaciones de las demás.

¡Muchas gracias por sus comentarios! Me animan mucho a seguir trabajando porque me ayudan a sentirme que sirvo de algo xD, uwu asi que esto va para todos aquellos que me siguen impulsando aunque yo me caiga y siguen ahí.

PD: Cuando dije que está basada en una historia real, no mentía xD mi madre es enfermera y ella se encontró con una situación similar. Yo misma he trabajado en el ambiente hospitalario como auxiliar y se ven muchísimas cosas... u.u