Haikyuu! Es propiedad de Furudate Tadatoshi.
Saezuru
Por Aomine Daiki.
II
A su alteza, el rey Kageyama-no-soy-Luis-XIV-aunque-quisiera-Tobio. Por eso del rey Sol
Existe una provocación en el aire, Kageyama puede sentirla perpetrarle la carne. Y sin dudarlo un instante remueve su plumaje. El peligro se avecina para llegar impetuoso y fuerte. Sus ojos lo reflejan, cada parte de una anatomía lánguida que se ha vuelto peligrosa. Se encuentra allí, al frente. Besando las tiernas mejillas de Shouyou. Provocándolo al burlarse de él con dicho acto. La lenta reacción del afectado lo empeora todo, más cuando sus descuidos le permiten a ese gato chocar con solo la punta las narices. Si no fueran humanos abría sido el beso de un felino con el pico de un pájaro.
Kageyama no es capaz de explicar absolutamente nada. Ni siquiera su obsesión por Hinata. Tampoco el arrebato que le llega cuando en un movimiento automático jala del antebrazo al festejado. Sacándolo de balance, alejándolo de ese nocivo setter al que detecta escrutando su mirada.
"¿¡Q-", Shouyou se deja hacer, debido a su fuerza y al hecho de que las acciones de Kenma le han paralizado cierta parte de su sistema. Kageyama en cambio siente como la sangre en sus venas se quema igual que las velas encendidas por encima de la tarta. Sugawara se ha movido tras su jaleo para amenizar el cumpleaños y eso Tobio no logra notarlo debido a que el enfado lo mantiene ceñido al brazo de Shouyou, quien preserva la frente rota por la fuerza ejercida y el daño que esta le ocasiona. "Ngh. Oi, eso duele Kageyama-san, oi", conteniendo el dolor, buscando sonar jocoso y queriendo, sin querer realmente, arruinar su modo.
Pero pronto Koushi lo ameniza, con las velitas y una sonrisa que bien mostraría una madre ante el comportamiento vulgar e irracional de su hijo. "Er, ¿por qué no soplas las velas y pides un deseo?"; la propuesta libera a Hinata de la tensión generada por el mismo Kageyama, y así sin preocuparse tira de su extremidad para zafarse y entonces sí posicionarse ante el pastel iluminado por las bengalas ya chispeantes. Dibujándose una sonrisa alegre, deslumbrante como el sol de verano que los envuelve en sus mantos sofocantes.
"¡Yay!", Tobio ve la mueca en esos labios, el cómo las pupilas resplandecen cuando éstas encuadran las enardecidas flamas. Y sus ansias por aprisionarlo llegan fulminantes. Pero sabe que no puede, que Hinata no le pertenece ni siquiera cada vez que lo posee. Entiende que son algo similar a una pareja, que se besan y tienen relaciones que escandalizarían a cualquiera. Pero nada más.
Eso le frustra, tanto que lo irrita. Le vuelve violento, irracional y patético. Porque Tobio entiende, gracias a las pláticas con Sugawara que debe pensar y considerar los sentimientos y deseos de Hinata. Que no puede atropellarlos, ni imponerse a la fuerza. Mucho menos enjaularlo como a un pequeño pájaro. Por eso inspira hondo, pausado, cuando Nishinoya se cuelga del mocoso con ese entusiasmo tan propio del líbero. "Ne, ¿qué piensas pedir, Shouyou?"
"¿Por qué no pides ser alto?, así podrías convertirte en alguien genial como yo, ¿eh?"
"¿Pero qué dices Ryuu?, para ser cool no necesitas ser alto"
"Solo un idiota podría desperdiciar un deseo de esa forma"
"¡¿Hah?!, ¿qué dijiste Tsukishima?", la absurda perorata incluye tanto a Hinata que lo cercan con destreza, impidiéndole a Kageyama siquiera llegar hasta donde ahora se encuentra.
"Entonces, también tu, Tsukishima sueles hacer uso de tu derecho a desear algo en tu cumpleaños"
"No me ubiques en la misma categoría que ese idiota. Azumane-san"
Le tiene sin cuidado lo que los superiores digan o el bastardo de Tsukishima, pero no ese contacto físico que cualquiera de los presentes se obliga a mantener con el cumpleañero. ¿Cómo puede ignorarlo siquiera, el que toquen algo que no quiere sea tocado?
Aprieta los dedos, supurando los venenosos celos a través de sus retinas. Se contiene, lo que puede.
"¿No es normal?", pero todo se revienta cuando para él suena la pregunta como una afirmación. Se gira tan rápido, que está seguro Suga le habría roto el cuello, para enfrentarse a dichas palabras. Sus ojos, bien abiertos, amenazan inconscientes y Koushi se siente culpable porque pronto le dice: "Que Hinata no quiera ser más alto"
"¿Suga-wara-san?", el nombre sale con dificultad, con un gemido ronco que denota su desequilibrio emocional.
"¿Qué sucede, Kageyama?, ¿por qué esa cara?", Koushi se vuelve a Shouyou, pero Tobio no lo secunda porque es ahora cuando vuelve a su lado ese gato de Nekoma. Ese setter que devora al pajarito con esos enormes, silenciosos pero agresivos ojos. Aquel con quien Hinata no deja de enviarse mensajes. De contactarse. Y con el que se la ha pasado la mayor parte de este campamento que ha deformado todo. "Hinata nunca ha dicho que desea ser alto. Menos ahora que te tiene a su lado", el timbre calmo, el tacto paternal y la sonrisa amable le dan a Tobio una pauta para que se calme. Incluso si Hinata ahora tiene las manos de Kenma entrelazadas con las propias mientras se les escucha en mitad de ese mar de alegatos que se vierte por todos los presentes.
"La próxima vez será en mi casa. Y Kenma, estarás también allí", la sonrisa del idiota quema. Pero Kageyama aguarda esta vez, más tranquilo.
"Estaré", Kozume le mira con una pequeña sonrisa cargada a la derecha. Y de pronto una pausa les cae como avalancha. Los expresivos ojos chocolate reflejan el rostro del gato, mientras que en esas pupilas menguadas una avecilla aletea vivaz y radiante. Ambos de observan, Tobio siente una tensión emanar de ambos.
Y no puede dejar de pensar en cuándo el estúpido de Hinata piensa acercársele para que pueda estrecharlo entre sus brazos frente a todos sin siquiera hacer un escándalo. Todo porque es su cumpleaños.
Aguarda hasta que Hinata rompe el trance de su contacto visual con Kenma al decirle: "Quiero saber que clase de regalo será. Te sugiero que compres algo que solo yo pueda usar. Porque no quiero compartir algo que Kenma me dé con Nat-", y el delgado hilo de su paciencia con eso último soltado.
Kozume le mira con un ligero deje de sorpresa, en cambio Tobio lo hace de manera que pacta una tregua pese a su entusiasmo amenazante.
"Mhhmphmphmph", Hinata lucha por quitar liberar su boca aprisionada gracias al gran tamaño de su palma. Araña e inútilmente trata de morderle.
Kenma los mira, con esa pasividad que Kageyama no se traga. Para hablar en su usual tono relajado: "Shouyou, lo estás ahogando"
Hay una ruptura tras esas palabras. Hay algo oculto entre ellas. Tienen un significado más profundo. Tobio lo entiende, lo hace porque lo ha abofeteado. Lo ha herido. Por ello reacciona aturdido ante el eco que provoca lo dicho por Kozume: Lo estás ahogando. Ahogando. Su agarre pierde fuerzas, y esto le da la pauta perfecta a Hinata para escaparse y caer en los brazos de Kenma.
"Ha- ha- creí que iba a morir", Hinata respira hecho un caos.
"¿Quieres", Kozume parece no estar seguro, pese a ver herido fatalmente a Tobio, "salir?, a tomar un poco de aire", pero al final termina por explicarse.
"Grandioso. Que a este paso no conseguiré llegar a los 17 gracias a los extraños arranques de su majestad", Shouyou se va.
Se aleja, sin mirar al rey sangrar.
Sin que Kageyama lo haya podido felicitar.
Y cuando aún ni siquiera ha partido aquel pequeño pastel repleto de velas apagadas y un enorme girasol perdido al centro en busca de ese deslumbrante sol.
Continuará...
N/A El siguiente, y último, será POV de Hinata. Arara, esto es por ella. Que aprecia mi extraña y consufa narrativa. Y porque no puedo creer que años más tarde ande terminando esto. Chá.