Hola chicas. Comenzamos con este fic que sé que lo vais a amar. No es muy largo, son solo 16 capítulos, y es una historia llena de amor y de pasión. Este fic se titula en francés Juste toi et moi escrito por EvilQueen3381. Yo lo traduciré con el título Solamente tú y yo.

Disfrutad y ya me iréis contando.

Un abrazo a todas. Es imposible recordar los nicks de cada una , así que permitidme que no os nombre una a una, pero sabed que he leído todos y cada uno de vuestros comentarios dejados en las traducciones anteriores.

Un encuentro que cambiará sus vidas

«Mamá, ¿es hoy cuando voy a conocer a las reinas y reyes de los otros reinos?

«Sí, Emma, por tu decimoctavo cumpleaños, estarán todos aquí»

«¿Todos todos?»

«Sí, desgraciadamente»

«¿Por qué desgraciadamente?»

«Porque hay algunos a los que no me gustaría ver»

«¿La Evil Queen?»

«Sí»

«¿Vendrá?»

«Sí, hace dos años que regresó del País Imaginario, y en cuanto no nos hemos interesado por ella, no ha causado demasiados problemas, ha permanecido en su reino. Tu padre ha creído apropiado invitarla para no crear conflictos políticos. Pensábamos que no iba a venir»

«Quizás tiene ganas de volver a ver el Reino Blanco, vivió mucho tiempo aquí»

«No creo que ella esté apegada al lugar»

«Estoy ansiosa de ver cómo es»

«Emma, no te acerques a ella, puede que esté madurando un plan para hacernos mal»

«¿Por qué la detestais tanto, mamá?»

«Son historias del pasado, Emma. Historias de adultos»

«Pero yo cumplo 18 años hoy»

«Eres joven, Emma»

«Siempre dices eso y al final nunca hago anda. No quieres que aprenda a luchar o a cazar, apenas me dejas montar a caballo y no puedo nunca ver a nadie»

«Es para protegerte Emma, eres la princesa, hay mucha gente con malas intenciones ahí fuera»

Emma refunfuña y se sienta en su trono, esperando que los reyes y reinas desfilen delante de ella, impaciente por ver a la que la hacía temblar de excitación.

Las personalidades de cada reino desfilan, cada uno de ellos con una pomposa frase para ella, regalos y reverencias que la repugnan. Aquellos que tienen un heredero susceptible de convertirse en su esposo no dejan de remarcarlo y Emma mira, impotente cómo su madre comenzaba a hacer las elecciones. Snow ya le había explicado que cuando el momento llegara, con su mayoría de edad, ella debía encontrar un príncipe entre sus pretendientes y que debía casarse. Al verlos allí, en fila, en la sala, comprende que su madre pretende acelerar las cosas en ese baile. Tiene la sensación de haber caído en una trampa, arrastrada a ese destino que ella no quiere. Quiere su libertad, es demasiado joven, muy joven. Tiene ganas de gritar cuando ve entrar a la Evil Queen.

Se incorpora en su asiento y la observa. Es bella, el tiempo no ha hecho mella en ella durante su estancia en el país imaginario, parece incluso más joven que Snow, 35 o 40 años como mucho. Lleva un largo vestido rojo que marca sus formas perfectas y exhala un aura de fortaleza y una belleza que corta la respiración de la joven princesa.

«Buenos días, princesa, os deseo un feliz cumpleaños de mi parte y de parte de mi reino»

Su voz electriza a Emma, que no puede separar su mirada de ella. No consigue ni siquiera formular una respuesta correcta y escucha a su madre responder por ella. La reina, majestuosa, la mira a los ojos y el mundo se ralentiza a su alrededor. Cuando ella rompe el contacto, para dirigirse a Snow, Emma siente cómo una bola se forma en su estómago, quiere que la reina la siga mirando, que no tenga ojos nada más que para ella.

«Snow White…que…placer…volver a verte»

«Regina» dice la reina fríamente

«Vuestra invitación me ha sorprendido, me alegra infinitamente ver que seguís hacia delante» dice ella con una sonrisa sádica y vencedora.

«Presta atención, Reg…»

«¿Atención?» La reina explota en una risa oscura «Atención, ¿a qué? He venido a celebrar el cumpleaños de la princesa, ¿a qué debería prestar atención durante las fiestas?» Se gira hacia Emma y dice «Nos volveremos a ver, princesa» Y se aleja dejando un pesado silencio en la sala donde nadie se atrevía a moverse.

Una vez en su habitación, Emma espera a estar sola con su criada para hablar

«Oh, Ruby, si la hubieses visto, ella es tan bella y tan…regia. Yo no la imaginaba así. Después de todo lo que me ha dicho mi madre, la veía…no sé…deformada por su maldad, quizás envejecida o con un halo sádico. Pero ella es bella, Ruby, totalmente hermosa»

«Venga, Emma, es de la Evil Queen de quien hablas, y se diría que ella te fascina»

«ELLA me fascina, Ruby. ¿La has visto?»

«Sí. Es verdad que es una mujer magnífica»

«Es más que magnífica» dice Emma no pudiendo dejar de pensar en las perfectas curvas de la reina.

«Princesa, dejemos de hablar de ella. ¿No se ha fijado en algún apuesto príncipe entre los que se han presentado? El príncipe August es un hombre apuesto, según dicen»

«Sí, no está mal, pero casi tiene 30 años y yo no quiero casarme»

«Pero tendrá que hacerlo»

«¿Por qué? ¿Por qué no puedo vivir mi vida como yo quiero? Y Ruby me gustaría que dejaras de tratarte de usted»

«Pero Emma, eres la princesa, debes casarte con uno de los pretendientes que te hna presentado»

«Entonces, me gustaría no ser una princesa» dice saliendo de su habitación.

Recorre el castillo buscando un lugar tranquilo y percibe un ruido lento de tacones. Camina despacio y ve a la Evil Queen que se encaminaba hacia la antigua habitación de su abuelo. La observa y se da cuenta de que la reina está presa en un conflicto interno. La reina respiraba con dificultad y parecía intentar controlar su corazón. Pone su mano sobre el pomo y abre después de un largo instante. Emma se queda estática ante la pena que atraviesa su rostro cuando ve el interior de la habitación, la reina retrocede rápidamente, dejando que la puerta se cierre mientras ella intenta recuperar su respiración.

Emma se acerca y se da un golpe contra un mueble llamando la atención sobre ella

«Perdonadme» balbucea rápidamente

«No tengas miedo, Emma, no te haré daño»

La mira a los ojos y en seguida siente que puede creerla.

«Puede entrar si quiere»

«Realmente no quiero»

«Era la habitación de mi…»

«abuelo…lo sé…te recuerdo que era mi marido, también era mi habitación»

«¿Tenéis buenos recuerdos?»

«Recuerdos, sí…» dice la reina con tristeza

«¿Podemos dar un paseo?»

«No deberías acercarte a mí, Emma»

«¿Por qué?»

«Porque hay que huir del mal cuando se lo tiene delante. ¿Tu madre no te he enseñado eso?»

«Mi madre desea sobre todo hacer de mí una buena esposa»

«¿Una esposa?»

«Toda esta fiesta no es más que una mascarada para encontrarme marido»

«Oh…¿y tú no quieres casarte?»

«No, solo quiero ser libre y enamorarme»

Emma ve cómo la reina la mira expectante

«Todo el mundo debería tener derecho a eso» dice la bella morena en un suspiro «Voy a dejarte, Emma»

«No, quiero estar un poco más con usted»

«Nos veremos esta noche en el banquete»

«Por favor, su majestad»

«Tu madre no estará contenta si sabes que estás conmigo»

«No tiene que saberlo»

La reina parece dudar, a continuación su rostro se dulcifica ante el gesto suplicante de la joven.

«Vale, está bien, vayamos entonces al parque, nunca me gustó el interior de estos muros»

Emma la sigue caminando silenciosamente y penetran en el parque del castillo. Una vez en un claro, Regina se sienta y Emma hace lo mismo tímidamente

«¿Cómo es vuestro reino?»

«Grande, y bonito»

«Me gustaría verlo»

«Tus padres no están especialmente inclinados a visitarme y yo tampoco a que ellos vengan»

«Mi madre dice que es para esconder lo que sucede ahí abajo»

«¿Ella cree que torturo a mi pueblo?

«Sí» responde Ema tímidamente

«No es así, Emma, incluso creo poder decir que mi pueblo es feliz, así lo espero en todo caso»

Emma está en shock, la reina parece amable y sin perversión, contrariamente a todo lo que le habían dicho de ella. Permanecen hablando casi dos horas, la reina responde a todas las preguntas de la muchacha sin

mentir, sin esconder sus acciones pasadas

«¿Ha estado enamorada?»

«Joven princesa, es una cuestión muy personal»

«Yo nunca»

«Ya llegará»

«No, estaré casada antes»

«Tu madre no debería repetir los errores del pasado»

«¿Qué quiere decir?»

«Nada Emma, creo que es hora de que vuelvas, tus idi…padres van a preocuparse»

«¿Nos volveremos a ver?»

«Sí, esta noche»

«¿Solamente vos y yo?»

«Me quedaré tres días, quizás nos volvamos a encontrar»

«Encontrémonos mañana aquí a la misma hora»

«Joven princesa, tenis mejores cosas que hacer que buscar la compañía de una reina demoniaca»

«Pero, yo quiero volver a verla»

«Creo que sería mejor evitarlo» dice ella al ver las confusas emociones de la princesa «Ha sido un momento agradable que será mejor dejarlo así antes de que haya consecuencias nefastas»

«Sé que usted no me hará daño» dice Emma sin comprender de dónde le vienen esas palabras.

«No voluntariamente, princesa. No voluntariamente» dice ella pasándole su mano sobre su mejilla. Emma presiona su rostro contra su palma y la mira, la reina retrocede rápido, con temor en sus bellos ojos marrones «Adiós princesa»

«Pero reina… Yo no os encuentro demoniaca» Emma ve cómo se gira y desaparece. Regresa despacio al castillo y se encuentra con su madre en estado de pánico que la hace subir inmediatamente para prepararse para el banquete. Cuando entra en su habitación, una cantidad incontable de paquetes se desperdigaban por el suelo.

«Aquí están los regalos de todos los reinos» dice Ruby. «Hay vestidos, perfumes, objetos. Vuestra madre cree que podríais poneros uno de esos vestidos para el banquete para demostrar que apreciáis estas atenciones»

«¿Hay regalos del Reino oscuro?»

«Hm…Sí…» dice Ruby acercándole varios paquetes. «Estos tres»

«Déjame abrirlos»

«Por supuesto, Emma»

La joven rubia abre el primer paquete y descubre un vestido de baile magnífico, es azul cielo y bordado con encajes plateados. Emma se lo pone rápidamente y dice que llevará ese.

«Emma, vuestra madre pesaba más bien…»

«Quiero llevar este»

«Bien, princesa»

En el segundo paquete se encontraba un magnífico set de maquillaje

«Maquíllame con él, Ruby»

«Sí, princesa»

Finalmente, en el tercer paquete, Emma encuentra un imponente libro sobre el que no había nada escrito. La cubierta en madera estaba delicadamente tallada, pero cada página estaba en blanco. Emma cierra el paquete antes de que Ruby lo vea, y se prepara para salir.

Una vez en la recepción, Emma tiene su espíritu totalmente obnubilado por la Evil Queen y su corazón se acelera cuando ella entra en el salón de baile. La reina le sonríe de lejos haciéndole un gesto de aprobación al ver el vestido que llevaba, y ella le responde antes de verse empujada por su madre.

«No hables nunca con ella, no creas nada de lo que pueda decirte, es peligrosa, Emma, muy muy peligrosa»

«Yo no creo que sea peligrosa, no lo parece»

«Es porque sabe muy bien manejar las almas, es el mal, Emma, ella solo te traerá desgracias»

«Déjame tranquila» die Emma enfadada. «Me forjaré mi propia opinión» Y se suelta del agarre de su madre para ir a sentarse en el trono.

Emma se aburre ante los discursos de fidelidad y las promesas de cada familia, tuvieran o no un heredero para proponerle como marido. Pronto ve que su mirada se dirige a la Eviel Queen que los miraba a todos con disgusto. Su negra mirada se suaviza cuando se cruza con los ojos de la princesa y le sonríe en señal de apoyo. Ella hace una mueca ante una frase interminable de uno de los pretendientes y Emma no puede sino reírse. Su corazón se acelera al ver a la Evil Queen retener una risa y le sonríe a su vez cuando Emma eleva los ojos al techo en señal de aburrimiento.

Emma ríe sarcásticamente al darse cuenta de que sus padres no veían la conversación silenciosa y los intercambios que ella tenía con la Evil Queen, están muy ocupados eligiéndole marido.

Después de la comida, ve que la reina se retira y la sigue discretamente. Había pocas personas y sus padres estaban enfrascados en una conversación con otros reyes y reinas. La encuentra en un balcón, magnífica, observando las estrellas.

«Son magníficas, ¿no es verdad? Tan lejos de nosotros y sien embargo, tan visibles a nuestros ojos»

«Sí…Magnífico» dice Emma sin dejar de mirar a la reina

La Evil Queen se da cuenta y no puede evitar sonrojarse

«Ha sido una velada muy…»

«¿aburrida?»

«Yo no me atrevía a decirlo»

«Tenía ganas de…»

«¿gritar?»

«Sí»

«Ya se veía»

«No para mis padres, en todo caso. Ni para nadie más en la sala»

«La gente os ama y se preocupan por vos, princesa»

«No hasta el punto de querer mi felicidad»

«Creen que haciendo esto os están ayudando a encontrarla»

«Pero yo no quiero casarme»

«Lo sé, Emma, y no tendríais que hacerlo»

Emma se funde en lágrimas y se lanza a los brazos de la reina que la acoge contra toda previsión.

«Me gustaría poder hacer algo por ti»

«Sáqueme de aquí, lléveme con vos a su reino»

«Emma, no digas esas cosas, no sabes ni siquiera si yo te quiero hacer bien o no»

«Sé que nunca me haría daño»

«Pero, ¿cómo lo sabes? Yo soy la Evil Queen»

«Lo sé, es todo»

«Tus padres te quieren, tu lugar está aquí»

«Pero quieren casarme» dice Emma estrechándose aún más.

«Puedo intentar hablarles, pero no me escucharán, Emma»

«Por favor»

«Te prometo intentarlo»

Emma se relaja en sus brazos y levanta la cabeza para besarla tímidamente en la mandíbula. No sabe por qué actúa de esa manera, pero todo su cuerpo muere por sentir a la reina pegada a ella.

«Princesa, es hora de que regreséis»

Ella la separa dulcemente y retrocede, y es en ese momento en que Snow aparece como una furia en el balcón.

«Emma, aléjate de ella»

«Mamá, yo…»

«Emma, obedece»

«Solo estábamos conversando, Snow, no te pongas hecha una furia»

«¿Qué quieres de mi hija?»

«Ningún mal, te lo aseguro»

«Emma, ve a tu habitación»

«Pero, yo…»

«Emma» la corta dulcemente la reina «Tengo que hablar con tu madre, hazle caso»

La joven princesa se va a regañadientes bajo la mirada extrañada de su madre

«Snow, estás cometiendo un grave error»

«¿Disculpa?»

«¿Por qué la obligas a casarse? Es joven y no lo desea»

«¿Qué sabes tú?»

«Soy una extraña y ella me lo ha dicho, está claro que verdaderamente no lo quiere»

«Es su destino»

«Después de todo este tiempo, deberías saber que obligar a alguien a casarse y vivir una vida que no quiere no es el mejor de los destinos posibles»

«Yo sé lo que es mejor para mi hija. Lo hago por su bien»

«Parece que escucho a mi madre»

«No me compares con tu madre»

«Sin embargo, te estás comportando como ella. Tú, la embajadora del amor verdadero, no le deseas lo mismo a tu propia hija»

«Yo…»

«Ella es joven y tiene tiempo para casarse, déjala que se enamore, Snow, no le ofrezcas esa vida, sé lo que es y mira en lo que me he convertido»

Regina sale, dejando a Snow aturdida y confusa.

Una vez en su habitación, Emma saca el libro, regalo de la reina oscura. Lo mira y se sobresalta al ver cómo aparecen palabras escritas en la primera página.

Princesa, haría bien en tirar este libro, no debería habérselo ofrecido, lo hice con malas intenciones. Deseaba manipularos para hacer sufrir a vuestros padres, pero después de nuestro encuentro ya no puedo hacerlo. He hablado con vuestra madre, deseo en lo más profundo de mi corazón que me haya escuchado y que no os fuerce a una vida de amargura.

Regina

«Mi reina, ¿está ahí?

Emma»

«Sí, princesa, no pensaba que estuviera delante del libro a esta hora»

«¿Qué es este libro?»

«Un diario que he hechizado para poder comunicarme con vos. Deseaba introducirme en vuestra alma, pero ya no tenéis nada que temer»

«Lo sé….Gracias por haber hablado con mi madre»

«No es nada. Dormid princesa, tiene un largo día mañana»

«No se vaya, quiero hablar con vos»

«Destruid este libro, princesa, si vuestros padres lo encuentran, tendremos problemas»

«No, quiero poder hablaros»

«¿Y si yo no respondo?»

«Continuaría escribiendo, porque sé que me leería»

«¿De qué quiere hablar, princesa?»

«¿Vos no deseabais casaros con mi abuelo?»

«No»

«¿Es por eso que le matasteis?»

«Sí, y para ser finalmente libre»

«Os comprendo»

«No deberíais decir eso»

«Pues lo digo»

«Sois testaruda»

«Y muy determinada»

«Eso es bueno, hay que agarrarse a los sueños, princesa»

«Quiero veros»

«Nos veremos mañana»

«¿Solo vos y yo?»

«Ya he escuchado eso en algún lado…»

«¿Solo vos y yo, mi reina?»

«No tendremos la oportunidad, tenéis muchas obligaciones mañana»

«Temprano, antes de que el panadero comience a elaborar el pan, encontrémonos en el claro. Por favor, mi reina»

«Muy bien, princesa. Hasta mañana…solo vos y yo»

«Dormid bien, mi reina»

«Dulces sueños, princesa»

Emma se duerme estrechando el libro contra su pecho y sueña con la mujer que ahora ocupa por entero sus pensamientos.