Un hermano, un amor, un todo
Splinter:-Hijos míos, hay algo que debo contarles- decía mientras los invitaba a tomar asiento.
Splinter:-Leonardo-
Leonardo:-Si maestro-tomo aliento- Hermanos, nuestro maestro me ha pedido que salga de nuestro hogar para hacer un entrenamiento especial-
Mikey:-¡Genial!-
Leonardo:-No Mikey, tendré que ir solo-
Donnie:-¿De qué hablas?-
Leonardo:-Hablo de que saldré hacia Centroamérica, debo entrenarme para ser un líder aún más capacitado-
Raphael:-¿Cuándo vas a regresar?-
Leo:-Aun no lo sé, pero chicos… quiero pedirles que a falta de mi ausencia ustedes sigan entrenando, y sigan siendo unidos-
Mikey:-¿Que vamos a hacer sin ti Leo?-
El líder sonrió.
Leo:-Solo ustedes lo sabrán…
Solo ustedes lo sabrán
Esas fueron sus últimas palabras antes de irse, antes de dejar a sus hermanos.
Por lo tanto ellos habían hecho lo que su hermano mayor les dijo, habían entrenado, solo que no constantemente, se habían hecho holgazanes y habían abandonado el entrenar por conseguir empleos, esto último no le simpático al ninja de rojo. Raphael pasaba el día en la cama mientras sus dos hermanos trabajaban, Donnie era técnico industrial, en cambio Mikey era una mascota para fiestas infantiles, a decir verdad les iba bien.
En alguna parte de Centroamérica Leo se encontraba sentado entre las ramas de los árboles, ya habían pasado seis meses de lo sucedido, ya estaba acostumbrado a dormir de esa manera, aunque a veces extrañaba su confortable cama, sus entrenamientos con sus hermanos y su padre, además de visitar a Casey y Abril, también extrañaba a su único amor platónico, Cris. Le resultaba difícil concentrarse en lo debido, por supuesto no eran unas vacaciones sino un entrenamiento, para ser un líder a seguir, pero era más difícil de lo que pensaba. Se recostó entre su cama de hoja y con su capa que había encontrado se tapó su cuerpo, ya era tarde, mañana seguiría entrenando.
Buenas noches a todos, espero regresar pronto
Fue su último pensamiento.
Su último anhelo antes de caer profundamente dormido.