Creo que si les gustó la historia, aquí les traigo la continuación, Eren actuará normal, en realidad, es extraño, pero no tanto, y tiene razones para ser así... ya verán cómo era su vida y comenzará a narrar o a verse qué piensa el respecta al escenario ahora planteado, sólo sena pacientes.


Levi no lo creyó, se quedó mirando a ese "diabólico" monstruo recostado en la cama como un universitario después de una prueba agotadora, su respirar era demasiado tranquilo y normal que ni siquiera se le podría ocurrir en otra situación que corría algún peligro o algo pasaría.

Levi se sintió subestimado, pero más que nada, se sintió estúpido, muy muy estúpido, el tacto de los dedos del menor sujetaban parte de su vientre. Ese maldito estaba tocándolo, ni a su mama la dejó tocarle cuando niño y lo haría ese niñato.

Se decidió mover un poco no importándole el ruido que cometería, es más, hacía más que el necesario para molestar esa cara tan estúpida y asquerosa allí. A Levi no le pareció a gusta esa situación, que ese "Eren" actuara tan normal... no se sentía cómodo, debía ser ese despiadado muchacho asqueroso y repugnante de la otra noche para que Levi no dude... con esa apariencia de niño bueno, ese monstruo podría distraer en un cinco por ciento de su misión a Levi.

Cuando vio el alcance de las cadenas y quiso moverse para bajar de la cama la mano que rodeaba su cintura se estrechó, gruñendo un poco y acariciando su rostro sobre la parte posterior de su costilla derecha.

—No...—susurró aquel hombre que aún dormía con cierta angustia en su rostro.

—¿No?—susurró con una risa cortada e irónica. —¿No qué, hijo de puta?—escupió de manera ácida mientras agarraba el suficiente impulso para implantar un fuerte golpe con su codo al muchacho en pleno rostro.

El muchacho se despertó mientras se llevaba una mano sobre la zona donde acababa de ser golpeado, sus ojos grandes y verdosos miraron rápidamente de un lado para otro, en un pestañeo eran de un intenso color verde, y en el otro, de un color amarillento casi irreal, el muchacho agitó la cabeza de lado a lado y sonrió suavemente mientras sus ojos volvían a adquirir ese tono verde que lo hacía lucir algo risueño e inocente.

—Ya despertó, oficial Levi. —mencionó mientras estiraba los brazos y bostezaba. —No tenía que ser tan rudo en la mañana… ¿Es consciente de que me duele, no? —le reclamó el muchacho, mientras se revolvía sus cabellos.

Levi le miró sin dar respuesta a ninguno de sus repugnantes comentarios que de seguro estaban cargados de cinismo, en serio, ese mocoso no podía estar hablando y actuando de manera tan ligera después de todo lo que había hecho segundos atrás. Sentía la sangre hervir en su cuerpo, quería molerlo a golpes, hizo fuerza contra sus molestas amarras, sólo provocando el sonido metálico que resonó en la habitación.

Se cansó de conservar el silencio al ver como el maldito muchacho no hacía más que mirarlo.

—De qué te quejas puto monstruo… no creo que te duela. Ayer te agujeré por completo, te abrí el estómago… y ni siquiera mostrarte algún reflejo de algo "semi-normal". —volvió a escupir. —Mientras más oportunidades tenga de hacerte mierda y causarte aunque sea un poco de dolor, lo haré.

—Dolor…—siguió Eren, levantando sus manos y mirándolas por un par de segundos. —Duele… siento dolor, incluso su agradable buenos días dolió… pero bueno, estoy bastante acostumbrado a ello. Supongo que disimular el dolor es cosa de costumbre ¿Verdad? además, si me dejo llevar mucho por el dolor, puedo descontrolarme…

—¿Descontrolarte tú? —escupió acabando con una risa corta y seca. —Cómo crees, cada vez que apareces matando a más de veinte oficiales debe ser sólo un "ligero" arrebato de descontrol.

—No puedo hacer más…—susurró bajando la cabeza. —Ellos se meten…

—Suéltame.

—¡Buen intento oficial!

—¿Cómo que buen intento pedazo de mierda? Te ordeno que me sueltes.

—¡Cómo cree que lo dejaría ir! No soy tan estúpido, además, parece ser mucho más ágil que yo, salir a perseguirlo como un estúpido por mi casa… ¿En serio, qué cree que soy?

—Un puto monstruo. —susurró sin el más mínimo tacto, mostrando el mayor asco que pudiera por la criatura.

—¡Pero no un tonto…!—se rió de una manera tan jovial y animada que a Levi le desconcertaron un poco, su risa era humana, no demente como la que le conoció, era como la de un muchacho emocionado del mundo.

Parecía… que estuviera emocionado por conversar con él.

—Mocoso…—advirtió mirando de manera incluso más helada al mocoso, sabía que era uno de sus peores planes pedirle que le soltara, pero su orgullo no le permitía estar callado allí viendo como ese mocoso lo mira como si fuera una puta exhibición.

—Es cálido…

—¿Eh?

—Su cuerpo señor Levi…—susurró acariciando suavemente su rostro con el dorso de su mano izquierda. —Es verdaderamente cálido…—susurró con cariño y asombro.

Levi abrió los ojos un momento, sin entender qué puta idea pasaba por la mente de ese sujeto. Quizás tuviera una fijación sexual a él o algo parecido, rechistó los dientes y cuando la mano intentó bajar de su mejillas a su cuerpo movió con rapidez la cabeza abriendo la mandíbula para encajarla con fuerza en uno de los dedos del muchacho.

Eren abrió los ojos, Levi sentía como la carne empezaba a romperse con la fuerza de su mordida, lo hizo tan fuerte que alcanzó a tocar el hueso con sus dientes antes de que el menor lograra sacar el dedo.

Levi tenía un pedazo abundante de la carne del dedo índice de Eren.

Vio la expresión de Eren, sus ojos brillaron de color dorado una vez más, mientras su expresión se veía un tanto preocupada, pero ni siquiera un poco adolorida.

—¿Por qué hizo eso? —susurró mientras miraba a Levi confundido.

Sin embargo, la vista del oficial no subió al rostro de ese mocoso, se mantuvo en su dedo que empezaba a desprender suaves oleadas de humo, miraba de forma increíble como el resto de piel que faltaba se iba regenerando por arte de magia, como si estuviera cubierto de poderosas células madre todo su puto cuerpo.

—¿Te gusta ser lo que eres…?

—¿Yo? —sonrió un poco. —¿A usted le gustaría ser como yo? —comentó con tranquilidad.

La respuesta del muchacho otra vez volvió a desconcertarlo, agachó un poco el rostro sin dejar de mirarlo para que el chico continuara hablando.

—Mi vida… es y será más larga que la de ustedes, mire mi piel, mis huesos… se regeneran, el miedo a la muerte existe, pero es casi como una fantasía que se haga realidad para alguien como yo…

—Suena como una ventaja bastante favorable, pero eso te hace un monstruo, además… la manera en que pareces ocupar aquello que te hace un repugnante mutante… ja, yo jamás llegaría a pensar en ser tan enfermo como tú. Sería una verdadera maldición vivir como tú, ser como tú… estar tan enfermo como tú.

—Maldición eh…—susurró con una pequeña sonrisa, algo más alargada y tétrica. —Pensaba lo mismo señor Levi… que era una maldición nacer como yo nací. —suspiró vagando en sus memorias, saboreando el dolor de cada una de ellas con una fuerza que se vio obligado a tomar. —Pero mi madre… me decía que era una bendición ¿Sabe? La verdad, en ese momento… quería creerle… pero no podía, era tan, tan horrible ser lo que era… pasar por lo que pasamos. Y mucho tiempo después lo descubrí… ¡Esto, esto me hace realmente feliz!

—¿Feliz? —susurró Levi arrastrando sus palabras.

—Mientras esta mutación me permita matar gente… soy realmente feliz…—volvió a reír, mientras esa siniestra sonrisa desesperada se vislumbraba de manera aterradora en su boca. —Soy afortunado… de ser lo que soy, porque así, puedo… ¡Puedo matarlos a todos!

—Definitivamente estás enfermo fenómeno…—susurró Levi mientras hacía retumbar el sonido de las cadenas una vez más, analizando donde se encontraba a pesar de ya haberle echado un vistazo previo, nada.

Nada podría sacarlo de allí, excepto ese puto mocoso. Y la verdad, su actitud prepotente no servía de nada, otro loco… ya lo hubiera matado, sin embargo, ese muchacho no. Lo necesitaba, lo recordó al dar marcha atrás en el tiempo en su pequeño "encuentro".

—Para qué demonios me tienes aquí… no quieres matarme. ¿Qué mierda quieres de mí?

—¿Por qué quiere morir señor Levi? —sonrió el muchacho. —Pero bueno, supongo que debo decírselo. Le conozco, sé de usted por el primer cuerpo de oficiales que asesiné aquí… usted… lo necesito. Usted es conocedor de un perímetro al que no puedo entrar… no sólo sabe las claves que necesito, sino que también conoce el cómo moverse…

—¿Quieres asesinar a alguien de la base? ¿Tu cerebro está cubierto de mierda? —rió prepotente. —Es imposible, mocoso.

—Lo necesito…—suplicó el muchacho. —Piénselo.

—¿Piénselo? ¡NO HARÉ TAL MIERDA JAMÁS!

—No tiene que estar de mal humor…—suspiró el muchacho. —Cuando usted dormía…—susurró Eren mientras los dedos vagaron de la piel del cuello en un primer momento hasta cercano al pecho, desprendiendo los botones que sellaban el lechoso pecho.

—Mn…—murmuró suavemente cuando el tercer botón se abrió y el menor deslizó con suavidad la yema de sus dedos por sus pezones.

—Qué mierda… haces…—gruñó tratando de adquirir distancia y sacar esa mano de su cuerpo, más donde el hijo de puta estaba tocando.

—Cuando dormía… era muy cálido y lindo, ahora… está tan de mal humor.

—¿Qué mierda haces…?—repitió de manera seca cuando vio como el menor terminaba de abrir la camisa con una sonrisa ladeada. —¿Eres un puto homo? ¿Quieres follarme? ¿Crees que liberaré tenciones y accederé a ayudarte si me follas por el ano?

—¿Follar? —susurró Eren como si no supiera realmente el significado de esa palabra. —Eso es… ¿Hacer el amor no…?

—¿Un maldito asesino que no sepa follar? ¿Eres un puto virgen mocoso? ¿O es primera vez que quieres clavarte en un ano?

—Lo he hecho…—susurró con la vista algo intranquila, abriendo suavemente los ojos en una mirada un tanto amenazadora mientras los labios le temblaron. —Hacer el amor… duele demasiado, me dolió mucho…—susurró.

—¿Te violaron, no? —rió el mayor, burlándose de su desgracia, trataba de ser lo más ácido posible con ese chico. No le importaba morir y provocarlo, no importaba mientras ese chico no lo manipulara ni lo usara para otras cosas, provocarlo era lo mejor.

—¿Violar? —abrió los ojos, luego una sonrisa siniestra se posó en sus labios. —¿Los humanos, violarme? —ahora, una pequeña risa se apoderó de su garganta mientras las manos se apartaban para ir a su rostro y reír con más fuerza y violencia. —¡Señor Levi, usted es tan gracioso! —volvió a soltar, ahora acercándose peligrosamente a él con la sonrisa rasgada sobe el rostro de Levi. —Ni siquiera me tocaban… ¿Cómo me iban a llegar a violar? les causaba repulsión… miedo, pánico… y más asco… ¿Cómo ellos, esos seres inmundos iban a tocarme? —repitió con crudeza, manteniendo su sonrisa y apretando sus labios contra sus dientes mientras comenzaba a sangrar al romperse con facilidad.

Levi se quedó mirándolo, lo observó hazta que la sonrisa del muchacho poco a poco se iba desvaneciendo.

—Si quiere saber… la historia es corta… me gustaba alguien… hicimos el amor… y luego…—suspiró prolongado, mientras la angustia movió sus siguientes palabras. —Lo asesiné, me lo comí.

—Tú…—botó otra risa prepotente. De alguna manera, debió preverlo con ese muchacho. —¿Cómo te supo su carne?

—A amor…—sonrió un poco, siguiendo la broma, pero con una risa desanimada, sin embargo, ningún comentario parecía alterarlo del todo.—No tendré sexo con usted…—continuó mientras su mano iba por detrás de su espalda, sus dedos vagaron un momento hasta llegar debajo del hombro. —Si no me equivoco aquí debería…

Levi le miró extraño, sin embargo, abrió los ojos cuando el dedo índice empezó a masajear una zona extraña debajo del hombro, apretó los ojos y sintió como los dedos de sus pies comenzaban a arquearse y enroscarse de manera nerviosa, trató de removerse, sin embargo, el tortuoso lugar seguía siendo apretado haciendo círculos parciales y apretando nuevamente.

—¿Q-qué… m-mierda haces? —su voz empezó a agitarse, sentía un pequeño dolor, sin embargo, aquella zona estimulada comenzaba a causarle suaves estremecimientos en su cuerpo.

—Nunca he tocado un cuerpo humano…—continuó de manera natural. —No por mucho tiempo…—divagó mientras Levi no paraba de removerse, sintiendo como sólo con aquel dedo incrustándose entre su piel y huesos comenzaban endurecer suavemente su entrepierna. —Pero conozco todo sobre el… me hicieron estudiarlo, sé mucho de anotomía humana…—volvió a pronunciar, mientras la mano libre iba acariciando la espalda, deteniéndose en huesos, costillas, omoplatos y otras zonas que hicieron que el oficial apresara con fuerza la boca contra sus dientes, cada vez estaba sintiendo más escalofríos, la coordinación de ese muchacho se hacía devastadora, cómo demonios podía sentir tanto placer al ser frotado de esa manera en la espalda.

—P-para…—murmuró apenas, sintiendo como su voz se volvía rasposa. Ni siquiera le estaba masajeando el pene… ¿Qué demonios era eso? Su voz salió en un pequeño jadeo de su boca y el muchacho sonrió.

—Sólo relájese…—murmuró mientras con su boca comenzaba a soplar suavemente los pezones erectos del mayor, Eren pasó la lengua con cuidado por uno de los rosados botones, Levi gruñó y agachó la mirada tratando de reprimir un gemido.

—M-Maldito mocoso… mnghh…—Irguió suavemente la espalda cuando los dedos acariciaron sus costillas y llegaron hasta la espada baja, su respiración comenzó a hacerse húmeda y cada vez dolía más la erección que empezaba a crecer entre sus piernas.

Eren sonrió mientras su mano se posaba suavemente sobre el vuelto del mayor.

—Mngh…—resistió otro jadeo, mientras su mirada entrecerrada trataba de mirar con resentimiento al muchacho.

—Su pene está duro…—acarició suavemente el bulto de la erección contraria, mientras las piernas del mayor trataban adorablemente de cerrarse y extinguirle la entrada, sin embargo, la posición de Eren estaba claramente en ventaja.

—En el pene… hay varios puntos sensibles… el glande suele ser el más conocido. —soltó jugando con la erección sobre la tela, presionando sus dedos por los testículos, Levi empezó a gruñir bajito mientras la mano daba pequeñas caricias. —¿Se siente bien, señor Levi? Sus ojos se cierran… trato de ser delicado… nada de esto le causa dolor…—murmuró con una sonrisa. —Si se llena de placer, quizás esté de mejor humor y quite esa fea cara…

—B-Bastardo…—sus ojos se abrieron suavemente cuando sintió como la parte posterior de sus pantalones y ropa interior era bajada.

—NO TE ATREVAS HIJO DE PUTA…—gruñó desesperado, viendo como los dedos acariciaban las nalgas, sin embargo, en ningún momento los dedos abrieron sus nalgas.

Eren bajó un poco más, en una zona entre el ano y el pene, incrustó sus dedos allí empezando a masajear. Los ojos de Levi se abrieron y se cerraron, sus piernas se movían, sus dedos se enroscaban y su cuerpo comenzaba a tener pequeños temblores involuntarios, la sangre poco a poco se iba a su cabeza y su miembro comenzaba a doler más encerrado en su tela.

—¿Conocía este lugar Señor Levi? ¿Se había tocado antes allí? —susurró soltando la erección mientras tanteaba entre bajar la parte de adelante del bóxer o no, mirando con ternura como un pequeño hilillo de saliva se le escapaba a Levi por el esfuerzo y resistencia que aún mostraba. —Se ve lindo así… su piel es tan suave señor, para ser un humano… usted tiene algo que me encanta.

Joder… ese puto mocoso estaba sonriendo, y Levi sabía porque era… su cuerpo, toda partícula de su ser respondía a aquellos dedos.

—Termina de una puta vez…—gruñó Levi con el rostro enrojecido y con los dientes apretados, frustrado, joder, su concentración se había ido a la mierda con aquellos toques… ¿Pero cómo demonios podía evitarlo? Ese puto mocoso parecía conocer cada articulación, poro y punto sensible de su cuerpo, incluso sobre la tela el frote sobre su miembro era devastadoramente bueno.

No sabía que le jodía más, si disfrutar aquello… o que ese chico ni siquiera parecía sentir algo al tocarlo, sólo estaba allí, con esa sonrisa traviesa, sin siquiera una puta erección, no parecía tener ninguna otra intención…

—¿Se siente más de ánimos como para ayudarme? —reiteró mientras bajaba el pantalón y calzoncillos de Levi hasta la cintura para terminar amarrando el erguido y duro pene entre sus manos.

—B-bastardo…—gimió ahogado al sentir la presión de los dedos sobre su erección mientras aun estimulaban aquella extraña parte entre su ano y su pene. —H-Hacer esto no… mngh…—su espalda ce arqueó cuando el menor empezó a frotar su glande, tocando cuidadosamente la corona y el frenillo.

—No, sé que no. Pero hay otra forma de que me ayude. —susurró con tranquilidad. Levi abrió los ojos cuando la mano que se encargaba del perineo abría suavemente sus nalgas y rozaba con le yema de los dedos su rozada entrada.

—Tú… n-no te atrevas.

—No follaré con usted, Señor Levi, no se la meteré, ni violaré ni esas cosas, porque debe gustarme alguien para eso… pero verá… su cuerpo es hermoso, sensible y… siempre quise tocar a alguien así…—murmuró retirando su dedo índice de la entrada, mientras dejaba caer saliva sobre sus dedos haciendo que Levi sintiera un leve escalofrío y gruñera enfurecido sabiendo lo que vendría. —Sé dónde tocar… no tema.

—SUÉLTAME. —volvió a bramar con fuerza, apartando el rostro cuando la mano sobre su miembro volvió a frotar su sensible zona dura.

—Cuando se corra, sabrá lo que haré para convencerle, no podrá negarse. Mataremos humanos juntos… Levi. Mataremos a esos monstruos juntos…

—Tú aquí er-eres el único monstruo.

—¿Lo soy? —respondió el menor, mientras insertaba uno de sus dedos dentro del oficial. —Lo soy. —susurró reiterando la idea con certeza.


Próxima actualización: No soy tan malo, Levi.

Hasta aquí... no habrá penetración, bueno, sí... pero Eren no la meterá, porque no tiene deseo sexual o atracción hacia Levi propiamente dicho, pero eso se arreglará después. Eren es muuuuy bueno, puede estimular el cuerpo humano como si fuera un juguete, por eso pudo noquear a Levi con un sólo golpe, sabía donde hacerlo... luego se explicará también cómo sabe estas cosas.

Si les gustó el fic por favor háganmelo saber en comentarios, así me inspiro y sé si alguien aún lee esto o si no he metido la pata...