Ahora necesito ponerme al día con esto. No puedo actualizar seguido, este es mi último año en el colegio y estoy saturada de exámenes, exposiciones, trabajos, etc.

Prácticamente no he dormido casi nada.

:'v -sufre- por suerte hoy solo tengo un examen de educación física y antes de partirme el cuerpo actualizo y finalizo este fic.

Disfruten el extra final de "Eres soltero?", muchas gracias a todas las que siguieron esta historia hasta el final. Mi primer Ereri

*inserte emoción*

Estos dos extras se centran en Rivaille y Eren

DISCLAIMER: Los personajes de shingueki no kyojin no me pertenecen, su autor es Hajime

TIPO: Romance/drama/Mpreg/Ereri/hurt-comfort/AU/ Extra


POV RIVAILLE

Llegamos a la mansión Jaeger en media hora, Darling está dormido en el asiento delantero e Issie no deja de llorar en la parte trasera del coche. El viaje resulta aún más incómodo cuando logro visualizar la entrada de la casa, es enorme, y varios empleados nos reciben de manera amable.

La dueña de casa, una mujer que es la versión femenina de Eren, está parada a escasos metros de la puerta principal. Tiene el típico aire de gente fina y mira con impaciencia el interior de mi auto. Es ella quien corre a recibirnos con entusiasmo casi fingido.

Sus ojos color miel me examinan cuidadosamente.

—Levi —saluda con una sonrisa forzada— ha pasado mucho tiempo...veo que creciste.

—No soy Levi —la corrijo de manera educada, intentando bloquear mi cargamento de insultos— mi nombre es Rivaille y soy el primo de Levi.

—¿Y Eren donde esta?

—Fue de viaje con su esposo. Yo cuido a los niños.

Mientras mantenemos esta conversación extraña un hombre se acerca por detrás, puede que sea Grisha Jaeger. Me saluda cordialmente repasando con curiosidad mi rostro. Su esposa lo tranquiliza al decirle que yo no soy Levi, entonces Demi despierta y toda la atención se vuelca hacia él.

Los sirvientes se encargan de trasladarlos, a Demi e Issie, por la casa además de darles un recorrido. Carla se ha encargado de contratar una niñera que cuide de Issie y Grisha no deja de hacerle preguntas a Darling. Una empleada me lleva a la habitación de huéspedes y decido quedarme ahí hasta la hora de la cena, Eren no contesta el teléfono y tampoco puedo llamar a papá.

—¿Rivaille? —Demi me llama desde la puerta, me he quedado dormido— Carla dice que es hora de cenar.

—Gracias —me levantó de la cama repasando mi atuendo, estoy presentable pero la camiseta de Guns N' Roses que llevó no dice nada bueno sobre mi forma de ser. Decido quitármela y buscar alguna camiseta normal entre mis cosas.

Escucho un respingo de sorpresa, Demi se acerca por detrás y pone su mano sobre mi espalda.

—No te pareces a mamá Levi —susurra acercándose para repasar mi pecho con las manos

—No podemos hacer esto en este lugar —le digo alejándolo y dándole un beso en la frente, me gusta besarlo. Darling siempre me pide más y perdemos quince minutos de tiempo en una lucha tira y afloja donde Demi quiere que lo toque pero yo no puedo hacerlo porque los padres de Eren podrían vernos y eso no nos conviene a ninguno de los dos.

—Papá y mamá Levi no están —me susurra al oído, no sé en qué momento él terminó sobre mis piernas— quiero que me lo hagas.

—No

Mi respuesta es definitiva, no pienso ceder ante un adolescente. Quiero apartarlo pero entonces Carla nos interrumpe, Demi pega un salto bajando de la cama y parece avergonzado, muy avergonzado.

—La cena está servida —dice ella señalándole a Demi que salga de la habitación— Rivaille, sería bueno si nos acompañaras vestido.

Mierda. Carla me mira de forma extraña, como si fuera un invasor, suspiro en voz baja buscando la maldita camisa y la levanto para que la vea. Ella se queda parada hasta que coloco el último botón y bajamos juntos.

...

Grisha compró regalos, algo para Eren y un paquete pequeño para Levi. Cenamos en silencio, Issie recibe toda la atención de parte de Carla y el señor Jaeger se concentra en Demi, preguntándole cosas sobre sus estudios y amistades.

—¿Cómo están ellos? —me pregunta Carla refiriéndose a Levi y su esposo.

—Bien —picoteo mi comida sin levantar la vista al frente— Levi estuvo hospitalizado pero ahora está mejor.

—¿Y mi hijo?

—Es un buen maestro —respondo— Demi se parece a él.

El timbre toca y tenemos un invitado, su nombre es Armin Arlet, fue un amigo de Eren en el pasado. Él también se queda callado al verme pero se da cuenta de que yo no soy Levi.

La conversación gira en torno a Issie y su parecido con Mikasa, ellos aún creen que es hija de esa mujer. De vez en cuando Armin voltea a verme, su cabello rubio está recogido en una coleta pequeña y usa anteojos que no hacen nada más que denotar sus grandes ojos azules.

Cuando todo termina me despido y vuelvo a mi habitación, al parecer continúan hablando pero Demi me sigue y se recuesta a mi lado, estiro una mano para que pueda apoyar su cabeza y ambos nos quedamos en silencio observando el techo.

—¿Qué crees que estén haciendo? Hablo de papá y mamá Levi

—No lo sé ¿relajándose?

Comenzamos a hablar en susurros, como si las paredes nos escucharan, entonces vuelvo a besarlo y lo posiciono sobre mi cintura. Me es imposible apartar las manos de él, no puedo hacerlo. Necesito a Darling tanto como el aire.

—Podemos hacerlo rápido —jadea— no será nada malo, de todas formas te casarás conmigo el año que viene.

Me encanta su actitud, entre lo infantil y lo rebelde.

—¿Quieres dejar solos a tus padres? —le digo antes de bajar mis pantalones, Demi no me responde, solo se emociona y retrocede hasta quedar entre mis piernas. Baja la cabeza y puedo sentir su aliento en mi parte baja.

No puedo vencerlo. Demi utiliza todos sus encantos para conseguir lo que quiere, no puedo negarle nada.

—No puedo quedarme con ellos para siempre —responde al fin mientras juguetea con las manos sobre mi miembro, se cuánto le gusta hacer esto. Es como un preciado fetiche para él.

—Sigue —le ordeno obligándolo a bajar la cabeza— no hables.

Darling asiente obedientemente y trata de hacer que me sienta bien, puedo sentir el interior de su boca y tengo que obligarme a no forzarlo mucho.

—El hombre rubio —comienzo a decir— ¿lo recuerdas? Levi me dijo que estaba enamorado de tu padre.

Demi se detiene, levanta la cabeza mirándome con sus incrédulos ojos verdes. No puedo evitar sonreírle, es un niño muy lindo, y lo tendré por siempre.

Más tarde terminamos de hacerlo, le limpio la boca y el decide quedarse a dormir en mi cama. A Carla no parece importarle mucho de todas formas.

Me pregunto cómo estará Levi y su esposo.

Me pregunto si Demi y yo podremos pasar la vida juntos como ellos lo hacen.


Ƹ̴Ӂ̴Ʒ

Eren despierta en un cuarto de hotel, ha dormido mucho anoche. Una suave música fluye desde el piso de abajo y Levi está sentado cerca de la ventana, mirando el mar.

—Podemos salir a pasear esta tarde —le dice el ojiverde levantándose para darle un beso en la nuca, lo abraza por detrás y acaricia su mejilla con el cabello del pelinegro.

—Olvídalo —Levi no lo aparta, continua mirando la calle

—Si —Eren acaricia los hombros desnudos de su esposo— ¿Dónde está mi ropa?

—Donde la tiraste anoche

El ojiverde la busca, es curioso que Levi no lo regañe por eso o haya doblado todo. Ni siquiera desempaco las maletas.

—Nuestra casa era idéntica a esta habitación —menciona Eren buscando ropa interior limpia en el bolso.

—Si

Un empleado interrumpe la conversación al traer el desayuno de ambos, lo dejan pasar y el hombre se sonroja al ver el desastre que hicieron la noche anterior, pide una disculpa y se va rápidamente.

Levi se levanta de la silla, él ha despertado temprano ya está vestido con unos pantalones ajustados y la camiseta de Eren. Revisa cuidadosamente cada cubierto indicándole a Eren que todo está limpio. Eren decide quedarse tal y como esta, el calor en la costa suele ser demasiado fuerte.

—Me gusta la idea de viajar —habla con la boca llena ganándose una mirada de odio departe del pelinegro— podríamos hacerlo una vez al mes. Issie se quedaría en casa de mis padres y Demi siempre pasa tiempo con tu primo.

—No Eren

—Piénsalo, solos tu y yo.

—Calla y come

Terminan de desayunar y Levi llama al servicio para que se lleve todo, le ordena a Eren que se ponga algo de ropa.

—¿Dónde dejaste el dinero?

—En tu abrigo —responde el ojiverde terminando de ordenar las maletas. Prepara todo para partir y baja a pagar la cuenta, Levi continua buscando la chequera, la encuentra junto con el celular de Eren.

Al parecer Rivaille los ha estado llamando. Tiene un mensaje, lo abre y lee en silencio. Vuelve a cerrar el celular sentándose al borde de la cama en tanto Eren regrese.

Tiene razón, ese diminuto cuarto se parece a casa, en realidad se parece más a su habitación. Aunque no lo recuerda muy bien ¿Cómo era la casa de Isabel?

La gente no ha cambiado en todo ese tiempo. Sus compañeros de clase no los reconocieron y el pesado aire de la costa continúa siendo tan triste. No, no es triste, solo que los recuerdos que nacieron en ese lugar lo convierten en algo nostálgico.

—Levi ¿te sucede algo? ¿Necesitas tú medicina?

El pelinegro niega, solo se siente cansado. Hay veces en las que quisiera apoyar la cabeza en el hombro de Eren y dormir para siempre.

—...vamos por nuestros hijos —Eren interrumpe sus pensamientos

—¿Qué?

—Quiero verlos ¿tú no?

Toman un taxi y Eren carga las maletas al interior, bajan al llegar a casa. La mansión Jaeger, una vivienda enorme que se puede ver a través del portón negro.

Es extraño. Levi nunca visito la casa de su esposo.

Eren era rico en aquellos tiempos, su relación siempre fue un secreto mal guardado Pero Eren siempre quizo llevarlo a conocer el jardín, o la limpiadora automática. A conocer su cuarto, a conocer a sus padres. Un noviazgo normal.

Ninguno de los dos puede decir con exactitud a quien le duele más.

A Eren porque no sabe si esta es su casa todavía.

A Levi porque le trae malos recuerdos.

—Siempre quise enseñarte mi habitación —dice el castaño parándose frente a la casa— recuerdo que teníamos un estudio enorme.

Se adelanta unos pasos para tocar la aldaba de la puerta, la mano del castaño roza la superficie de ladrillos y comienza a recordar, la nostalgia lo envuelve al recordar algunos trucos, como el silbido para llamar al perro o la llave escondida debajo del tercer ladrillo oscuro.

La cámara frontal se enciende y Eren deja la aldaba en su lugar para oprimir el botón y hablar.

—¿Mamá? Soy Eren —dice en voz alta.

Se escucha un jadeo de sorpresa y segundos después la puerta se abre de manera automática. Eren todavía duda en pasar, los años no cambiaron sus recuerdos pero para él, aquella casa no es más que un lugar extraño. Siempre lo fue.

Voltea para mirar a Levi, el pelinegro no se ha movido de su lugar y tampoco parece interesado en entrar. Está a la defensiva y observa con desconfianza cada rincón, ese lugar tampoco es de su agrado.

Pero es la casa de Eren, nada de lo que haya sucedido ahí cambiara el hecho de que para Eren volver a casa y volver a ver a su familia es...

—Perdónalos

Levi se da cuenta de que el ojiverde quiere tomarlo de la mano, también tiene miedo. Miedo de permanecer aferrado al pasado y vivir con resentimiento.

A él también le habría gustado visitar la casa de Eren, estudiar juntos, convertirse en una buena persona para sus padres.

Es tarde.

Demasiado tarde para retroceder en el tiempo y cambiar las cosas.

Pero todavía puede perdonarlos. La vida es muy corta para desperdiciarla.

—¿Por qué no? —es su respuesta.

Toma de la mano a Eren y aunque no lo diga en voz alta sabe que si ambos entran juntos nada va a separarlos.

Entran en silencio, tomados de la mano. Las pisadas de unos tacones los distraen de su atención en el jardín, Carla abre la puerta.

Parece avergonzada. Evita hacer cualquier tipo de contacto visual con Levi, detrás de ella se puede ver la sala de estar donde Grisha y Rivaille juegan una partida de cartas. Armin se encuentra sentado observándolos y Demi ayuda a su hermana a terminar un dibujo.

Esto no es entre Levi y esa familia. Sino entre Eren y su madre. Ninguno inicia algún tipo de saludo, el ojiverde parece vacilar y decide quedarse ahí mientras Carla no lo invite a pasar.

"Perdónalos"

"Perdóname"

—Eren —Carla parece indecisa, no entiende porque su hijo no quiere pasar. Su único hijo, ella siempre lo quiso más que a nada en el mundo, pero nunca pudo demostrarlo.

—¿No saludaras a Levi, mamá?

Ella sonríe, no tendría porque sonreír. No hay razones. Hizo de su vida un mundo miserable.

Levi oprime la mano del ojiverde, el primer encuentro con Carla no fue del todo bonito y los recuerdos se acumulan, suman números y quieren ajustar cuentas.

—Levi —su voz es dulce casi apenada. Su expresión lo dice todo— esta es tu casa.

Ahora es el turno de Eren, la bienvenida de Carla no fue fingida, más bien fue una súplica pausada por mucho tiempo. La ojimiel acaricia el rostro del ojiverde, le da un abrazo sin exigirle que suelte la mano de Levi.

Hasta ahora no se dio cuenta que Eren fue el que dejó más cosas por él, de que el amor hacia su madre y su amor mismo fue puesto a prueba y Eren lo eligió a él.

—Mamá —susurra el ojiverde intentando contener el llanto, su cara se hunde en el hombre de la mujer que nunca tuvo el tiempo suficiente para escucharlo pero siempre lo protegió en secreto.

Cubriéndolo con una manta por las noches, cuando llegaba demasiado tarde para poder verlo jugar.

Dejando notas rápidas en la bolsa de comida de Eren.

Se separan y Carla observa el juego de anillos que tienen Levi y Eren.

Solo puede decir que hacen una buena pareja. Nunca conseguiría el perdón total de Levi, aun así no estaría mal intentarlo. Darles la bendición que nunca pudo sacar de su rencoroso corazón.

Eren piensa lo mismo, tal vez incluso ahora podría mostrarle su habitación a Levi y empezar de nuevo.

FIN