Hola chicas aquí vengo con un nuevo fic... Este fic lo tenia guardadito jejeje, cuando entre al grupo de Candy Brujas Andrew tenia solo unos cuantos capítulos, después quise entrar a la Guerra Florida 2014 y era el único aporte que tenia jeje, pero por razones un poco sentimentales no quise publicarlo en el Foro Rosa, y como estamos en el mes de Junio, mes del cumpleaños de mi wero hermoso o sea ALBERT jejeje decidí publicarlo por fin, espero que les guste, yo me divertí mucho escribiéndolo.

Este primer capitulo quiero dedicarlo a una seguidora que ha leído mis locos fics jejeje y nunca la he mencionado... es Nandumbu, gracias por todos tus comentarios tan lindos.

Una Linda Prueba De Amor

By Chiquita Andrew

Disclaimer: Los personajes de Candy Candy no me pertenecen, pertenecen a Kyoko Mizuki y Yumiko Igarashi, este Fic es de entretenimiento sin fines de lucro

¿Qué haces cuando la vida te pone muchas pruebas? ¿Qué pensar cuando todo está en tu contra? ¿Qué puedes hacer cuando el destino juega contigo? estarías dispuesta a rendirte o podrás enfrentar todas las pruebas que la vida te pone... Luchando con todas tus fuerzas para alcanzar lo que tanto anhelas ¿Estas preparada para Una Linda Prueba De Amor?

Capítulo 1.

Candy se encontraba en la colina de pony, arriba del padre árbol, donde sus pensamientos, sus emociones y sus sentimientos eran libres.

Habían pasado seis meses desde la hermosa comida del hogar de Pony, seis meses donde había encontrado a su príncipe de la colina, no podía creer que después de tantos años, su príncipe fuera... Albert. El príncipe que siempre estuvo con ella, el que la salvo de morir ahogada en la cascada, el que le dio una familia, le brindo una oportunidad de conocer otro continente y estudiar en uno de los mejores colegios de Londres, donde encontró una buena amiga, donde paso momentos inolvidables y recupero a su hermana del alma, pero sobre todo el que le dio aliento para seguir su propio camino.

Albert, su amigo, su compañero de vida que estuvo con ella muchos años, el vagabundo que considero la mejor persona y que hizo que los días de dolor fueran más llevaderos, Albert siempre había estado con ella en los momentos más importantes de su vida, ya fuera en los más tristes o en los más alegres, con quien compartió un verdadero hogar. Nunca le importo ser señalada por la sociedad por vivir con él, ella sabía que los dos se necesitaban.

Después de que dejo aquel departamento donde habían pasado días muy felices se sintió muy sola, ella sabía que Albert era una persona libre, él se había ido en muchas ocasiones y ella sabía que algún día lo volvería a ver, pero esa ocasión fue devastadora para ella, tenía la necesidad de encontrarlo, de seguir viviendo juntos sin importar que diría la gente, estaba decidida a aventurarse junto con él para seguir teniendo bellos momentos, momentos de completa felicidad.

Después de que la comprometieran con Niel Leagan se sintió tan perdida, tenía que hacer algo para zafarse de ese ridículo compromiso, acudió a la persona que ella consideraba un padre… George. Cuando George Johnson le dijo dónde encontrar al tío abuelo William se sintió tan feliz, por fin iba a conocer a su tutor legal, por fin podría darle las gracias por todo el apoyo que le brindo sin que la conociera, fue donde ahí lo descubrió… El tío abuelo William era nada más que su gran amigo Albert, sintió como perdía las fuerzas al escuchar esa voz que tanto conocía, con solo las palabras "¿Acaso es todo lo tienes que decirme, Candy?" sintió que su corazón se le saldría por la boca, ahí estaba su gran amigo, su tutor, su confidente… su todo.

Pasaron momentos juntos, ella se sentía tan agradecida con él, pero lo que más le gustaba era que su amigo había regresado a su vida, cuando impidió su compromiso se sintió más protegida que nadie en el mundo, sabía que Albert nunca dejaría que hicieran una injusticia con ella, sintió la libertad que siempre le había dado el tío abuelo, pero esta libertad siempre fue la que le dio su gran amigo Albert,. Era difícil decirle William Albert Andrew, sabía que ese nombre pesaba mucho, ella siempre prefirió verlo como Albert, después regresó al hogar de pony y ahí fue donde él se presentó como el príncipe de la colina... el príncipe que amo desde que tenía seis años, el príncipe por el cual emprendió su aventura, acepto todos los desplantes y malos tratos que tuvo, tan solo por estar cerca de la familia Andrew, sabía que el medallón que tenía pertenecía a la familia Andrew, pero nunca se imaginó que su príncipe fuera su gran amigo.

Ese mismo día que supo que su príncipe era Albert, ese día él se despidió de ella, como su presentación como el patriarca del clan Andrew se anticipó, el debería de viajar para atender los negocios de su familia, Candy sintió mucha tristeza el despedirse de su amigo sentía un vacío en su corazón.

Seis meses habían pasado, su corazón había sanado de aquella relación que casi la destroza por completo, se dio cuenta de que sus sentimientos habían cambiado desde que dio la media vuelta en aquel teatro en Rockstown. Ver a Terry tan cambiado e inmaduro le dolió muchísimo, pero el tomo la decisión de estar con Susana mucho antes de que ella llegara a New York, no comprendía porque esa inmadurez de su parte, sabía que era doloroso, pero ella había aprendido a vivir sin él y se preguntaba ¿Por qué Terry no?... ¿Por qué se dedicó a beber y actuar en un lugar tan deplorable? Su corazón le dolió al verlo así, pero ella no podía hacer nada más, su corazón estaba en busca de otra persona, una persona que era muy importante en su vida, ella ya había cerrado el capítulo con Terry, sabía que solo era cuestión de tiempo para que solo lo guardara como un bello recuerdo de juventud, jamás iba a olvidarlo y esperaba que Terry hiciera lo mismo que ella.

Ella misma se preguntó ¿Por qué el encontrar a Albert fue más importante, que hablar con Terry?

-Albert… te extraño tanto, han pasado seis meses de nuestra despedida y cada día que pasa te extraño más, siento la necesidad de estar contigo, de abrazarte ¿Por qué no puede ser todo como antes? Quisiera regresar al magnolia y que jamás hubieras recuperado la memoria Albert, me sentía tan bien a tu lado, que no necesitaba a nadie más. Tan solo una carta he recibido de ti, sé que estas viajando mucho, si tan solo de aquí pudiera verte sería tan feliz… (Candy suspiro)

Candy fue interrumpida por Clean

-Clean amigo ¿No te parece maravilloso el atardecer? Como quisiera que Albert estuviera conmigo, sentado en esta misma rama del padre árbol y ver este hermoso atardecer… Clean ¿Qué puedo hacer si lo extraño tanto?, Sabes Clean, regresare a Chicago, al magnolia... Comenzare a trabajar en el hospital y me sentiré mucho más cerca de mi príncipe, viviendo en el mismo lugar donde compartimos tanto… ¡Sí, eso haré!

Candy bajo corriendo de la colina de pony y fue hablar con la hermana María y la Srta. Pony sobre su decisión

-¿Estas segura Candy?

-Sí, Srta. Pony, además así podre visitar a Annie y Archie más seguido, claro también vendré a visitarlas a ustedes

-Está bien Candy, nosotras te deseamos siempre lo mejor y si esa es tu decisión, adelante

Al día siguiente Candy preparo su maleta se despidió de los niños del hogar y de todos y tomo un tren para Chicago, llego al magnolia, todo lucia tal como lo recordaba

-Se dirigió a la casera- Buenas tardes Señora

-Buenas tardes Candy

-¿Quisiera saber si tiene disponible el departamento que ocupe hace tiempo?

-¡Oh, Candy!, claro que sí, pero pasa por favor, el Sr. Andrew me pago dos años completos y me dejo esto para ti

-Candy abrió los ojos, Albert había dejado pagado dos años el departamento para ella, sus ojos se le llenaron de lágrimas- Gracias Señora

-No hay de que Candy y bienvenida, por favor salúdame mucho al Sr. Andrew

-Gracias, yo le daré sus saludos

Candy subió al departamento, abrió la puerta y no podía creer todo lo que estaba viendo, el departamento estaba muy cambiado; había muebles nuevos, todos muy finos, la cocina era realmente hermosa, entro al baño y todo estaba tan cambiado parecía su habitación-suite del real colegio San Pablo. Entro a la recamara y ya no estaba aquella litera que compartieron los dos, ahora había una hermosa cama con sabanas de seda... Abrió el armario y encontró hermosos vestidos, muy contenta y tarareando una canción abrió todas las ventanas y la luz hizo que todo se viera realmente hermoso, dio varias vueltas de felicidad y cayó en el enorme y cómodo sillón.

Candy comenzó a leer la carta que Albert le había dejado:

Bienvenida Candy:

Si estás leyendo esta carta es porque no me equivoque y decidiste regresar a Chicago para seguir viviendo en el departamento y seguir trabajando como enfermera, en la pequeña mesa se encuentra una carta dirigida al director del hospital para que de inmediato seas reinstalada como enfermera, también dejo dinero y por favor no quiero que me digas que no, espero que te haya gustado como decore el departamento, yo mismo escogí todos los muebles, espero que te gusten.

Me da mucho gusto saber que quieres continuar superándote, ser la Candy que tanto me gusta, ser esa hermosa jovencita que le gusta luchar por todo y que no se deja vencer ante cualquier adversidad en la vida, estoy tan orgulloso de ti. También quiero decirte que desde que eres una Andrew se abrió un fideicomiso a tu nombre, Archie te dará los papeles, por favor ocupa ese dinero para tus gastos personales pequeña, es lo que te corresponde y no quiero que me digas que no lo aceptas, yo sé que eres muy independiente Candy y por eso es que estoy más que orgulloso de ti, pero no puedo dejarte así, por favor entiende mi posición también pequeña, no quiero que pases ninguna incomodidad... Pero te conozco tanto que sé que no tocaras ningún centavo de ese fideicomiso, así que como quiera estará a tu disposición.

Espero poder verte pronto Candy, no sabes cómo te extraño, extraño ser solo Albert... Espero que esos días regresen, como cuando era cuidado por un hermoso ángel vestido de enfermera, gracias por estar en mi vida Candy, cuídate y nunca dejes de sonreír.

Amo tu sonrisa Candy, jamás dejes de sonreír.

Te quiere… Albert

-Candy suspiro- Albert, tú siempre pensando en mí y como siempre te anticipas a todo, me conoces muy bien, mi príncipe, mi príncipe de la colina… Albert yo también amo tu sonrisa, amo todo de ti (Candy se quedó estática ante sus palabras)… Pero que estás diciendo Candy… Albert es… es… es… tu tutor, el abuelo William… el… es tu padre adoptivo… ¿Cómo puedes amarlo?... Por Dios… No, no, no, quítate esos pensamientos, Candy White eres una cabeza dura (dándose de golpes en la cabeza)… además solo te ve como una amiga, como su hija adoptiva y es el patriarca del clan Andrew de una de las familias más importantes, no Candy, jamás tendrías una sola oportunidad con él, la tía abuela nunca lo permitiría, es mejor que te olvides de Albert (Sus lágrimas caían una a una, lloro tanto que se quedó dormida en el sofá)

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Al día siguiente Candy fue al hospital Santa Juana, hablo con el Doctor Lenard para poder entrar a trabajar de nuevo, le mostro la carta de Albert y el doctor enseguida la reinstalo en su puesto, le pidió una disculpa por todo lo que hizo en su contra y le dijo que fue amenazado por Sarah Leagan, Candy lo disculpo y le dijo que no guardaba ningún rencor, que ella solo quería volver a trabajar como enfermera.

Después de su primer día de trabajo, Candy salió muy feliz del hospital, caminaba por las calles cuando un auto le toco la bocina.

-Candy, Candy, Candy (Annie le hablaba con tanto entusiasmo)

-Candy volteo al escuchar su nombre- ¡Annie, Archie! Que gusto me da verlos, iba a mandarles una carta para que supieran que estaba en Chicago

-Bueno gatita, nosotros supimos que estabas de vuelta en Chicago porque la Srta. Pony me envió un telegrama, por eso venimos al hospital, sabíamos que te encontraríamos aquí

-Si Candy, me da mucho gusto volver a verte (Annie bajo del auto y abrazo a Candy)

-Archie bajo y la abrazo- Vamos gatita, te invitamos a cenar ¿Qué te parece?

-Uhmmm que rico, la verdad es que tengo mucha hambre

-Jajaja sabía que no te negarías gatita, tú siempre tienes hambre

-¡Archie!

-Jajaja es broma gatita, sube (Archie como buen caballero ayudo a subir a ambas damas)

Los tres fueron a cenar a un hermoso restaurant muy cerca de ahí

-Candy me da tanto gusto saber que regresaste a Chicago (decía Annie muy contenta)

-A mí también Annie, la verdad me sentía muy bien en el hogar de Pony, pero ya sabes me gusta la aventura (le guiño un ojo)

-¿Regresaste al magnolia?

-Si Annie, llegue ahí mismo y para mi sorpresa, Albert dejo pagado la renta por dos años y decoro todo el departamento

-Bueno gatita, es que el tío siempre pensó que volverías y no se equivocó, por eso dejo pagado todo

-¿Tu sabias Archie?

-Si gatita, también te traigo esto, son unos papeles que Albert me dejo para ti

-Candy abrió la carpeta y comenzó a leer, quedando sorprendida- Pero… pero… es… esto es demasiado

-¿Qué es demasiado gatita?

-Es un fideicomiso que Albert me dejo, por ser una Andrew hay un fidecomiso a mi nombre (Candy le mostro a Archie los papeles)

-Archie al ver la cifra casi se ahoga con el agua que bebía- Wow, esa sí que es una enorme cantidad gatita

-Es… es… que yo no puedo aceptar tanto dinero, jamás en la vida había visto tal cantidad junta

-Jajaja, vaya gatita, pero no puedes decir que no, es algo que te pertenece por ser una Andrew y además eres la única heredera del tío William

-¿Su única heredera?

-Si gatita, como el tío no tiene hijos, Dios no lo quiera y le llegara a pasar algo, toda la fortuna Andrew estaría en tus manos, ¿Por qué crees que los Leagan querían que te casaras con Niel? Porque pensaban que el tío William era un viejito, que estaba muy enfermo y ya se iba a morir

-Pero, yo no quiero que le pasa nada a Albert (Sus ojos se llenaron de lágrimas, Annie y Archie se vieron entre sí) a mí el dinero no me importa, me importa que Albert siempre este bien, yo no quiero su dinero… solo lo quiero a el

-¿Solo lo quieres a él? (Annie pregunto con una sonrisa)

-Candy se sonrojo- Es… decir… que… que… no quiero que nada le pase, él y yo siempre hemos sido buenos amigos

-Ah… ya veo Candy (Annie sonrió por el sonrojo de Candy)

-No te preocupes gatita, mi tío estará muy bien, él se sabe cuidar solo, ya ves tanto tiempo viviendo como vagabundo y logro sobrevivir sin dinero, él sabe cómo cuidarse

-Sí, lo se Archie, pero yo no quiero este dinero (Candy le regreso los papeles a Archie)

-Candy ese dinero está a tu nombre, aunque me regreses los papeles ahí seguirá, mejor guárdalos y cuando mi tío regrese, tu misma se los devuelves

-¿Cuándo regresa Albert?

-Aun no lo sé gatita, tiene que viajar mucho por los negocios de la familia, yo estoy estudiando la universidad para poder ayudarle, después de todo lo que ha hecho por nosotros es justo que le ayude

-Qué bueno Archie, me da mucho gusto por ti, Albert se sentirá muy orgulloso de ti…. Y bueno si no tengo otra opción tendré que esperar a que regrese para decirle que no es necesario este fideicomiso tan grande

-Si gatita, espera a que regrese

-Candy, cambiando de tema ¿Qué días descansaras?

-Ahmm creo que los sábados y domingos Annie

-Que bien Candy, así podremos vernos más seguido

-Si Annie

-Candy, yo quiero invitarte a un curso de tres meses al que asistiré, será los fines de semana

-¿Curso?

-Si Candy, mi madre quiere que asista es de protocolo, pero también de moda

-Pero Annie, yo soy muy cabeza dura para eso

-Anda Candy, no perderás nada, ahí aprenderás de moda, buenos modales y solo son dos días a la semana, no como en el colegio

-Jajaja, está bien Annie, pero solo lo hago por ti

-Gracias Candy, yo pagare tu inscripción

-No Annie, yo tengo dinero y si voy a asistir yo lo pagare

-Pero… Candy… ese curso es muy caro

-Si me lo imagino, pero Albert me dejo dinero en el departamento y es mucho, yo no sé qué voy hacer con tanto dinero

-Oh, ya veo Candy… bueno pues aprovéchalo en este curso y así cuando Albert regrese, estarás muy cambiada, más bonita de lo que eres y lo sorprenderás (Annie le guiño un ojo)

-¡Annie!

-Jajaja ¿Qué?, apoco no te daría gusto que Albert te viera más bonita y convertida en toda una dama

-Bueno… si

-Entonces no se diga más gatita, acepta el curso

-Está bien chicos, iré a ese curso… (Candy pensaba, Albert quiero verme bonita para cuando regreses y no me veas como una amiga nada más… quiero estar a tu nivel, te amo tanto Albert, sé que eres inalcanzable, pero con solo verte soy feliz, no importa que mi amor por ti no pueda ser)

Así pasaron los primeros dos meses del curso, Candy trabajaba mucho en el área de pediatría, era feliz con todos los niños a su cuidado y los niños se encariñaron mucho con ella, los fines de semana se iba con Annie, había aprendido mucho, cambio su peinado, ya no usaba sus coletas, ahora usaba una sola cola y dejaba unos cuantos rizos coquetos, su manera de vestir también cambio, usaba todos los finos vestidos que Albert compro para ella, se maquillaba muy poco, aprendió muchas cosas sobre buenos modales, ya no era la Candy salvaje, pero su esencia era la misma, le gustaba seguir trepando los árboles, cada día extrañaba más a Albert, quería escribirle pero Archie le decía que Albert siempre andaba de una ciudad a otra, que él le había mandado un telegrama diciéndole que ella estaba de nuevo en Chicago, todos los días esperaba alguna carta o que Albert llegara a su puerta… su corazón saltaba de alegría cuando tocaban a su puerta.

Candy pedía toda las noches por él, aún conservaba su medallón, siempre lo llevaba puesto, sentía que Albert estaba a su lado, cuando dormía no dejaba de ver la foto que ellos se tomaron cuando vivían en el departamento, todos los días le daba un beso de buenas noches a la foto de Albert, su amor era cada día más grande, pero también su miedo, sus complejos de inferioridad no dejaban que gritara ese amor a los cuatro vientos, sabía que todo era tan imposible, Albert debería de casarse con una señorita de sociedad fina y con clase, ella era una simple huérfana enfermera que había aprendido buenos modales pero nunca estaría al nivel de las señoritas de sociedad.

-Albert, si tan solo pudiéramos ser de nuevo Candy White y Albert el vagabundo, sería la mujer más feliz del mundo, me he enamorado de ti como una tonta, me enamore de ti desde hace mucho tiempo, por eso mi corazón sufrió mucho cuando partiste de mi lado, sabía que me hacía falta tu compañía, tus abrazos, tu cara, tus hermosos ojos y tu amor. Te amo Albert, te amo mi hermoso vagabundo.

El sábado por la mañana Candy estaba lista para su curso, se dio cuenta que había una carta en su buzón

-Una carta- sonrió feliz- veamos ¿De quién será? (vio el remitente de la carta y su cara cambio por completo- es… es… de Albert (rápido abrió la carta y comenzó a leer)

Hola pequeña

Me da mucho gusto poder saludarte Candy, esperando que te estés adaptando de nuevo a tu trabajo, yo por mi parte estoy muy bien, hace meses estuve en Escocia donde pude presentarme como el patriarca del clan Andrew, los ancianos del consejo me dieron una buena bienvenida.

Ahora estoy en Sudamérica Candy, exactamente estoy en Rio de Janeiro, sabes, estoy invirtiendo en nuevos negocios para nuestra familia, la verdad no sé qué consecuencias nos traiga la guerra pero quiero estar un poco protegido y sobre todo proteger a mi familia, estos nuevos negocios son un éxito, George me ayuda en mucho, él siempre ha sido mi mano derecha y mi mentor, no sabes lo difícil que es estar de reunión en reunión, conociendo mucha gente nueva, quisiera ser aquel vagabundo que era antes, pero no puedo fallarle a mi familia, ellos confían en mí y pues nada queda que seguir adelante, a veces me doy mis escapadas a los zoológicos de la ciudad, sabes que me gusta mucho la naturaleza.

Candy te extraño tanto, este viaje se me hace eterno, quisiera poder verte y subir a un árbol para ver el atardecer juntos, mi viaje será de un año aunque ya me quedan pocos meses, espero poder terminar pronto para volver a verte, no tengo exactamente la fecha, pero el día menos esperado estaré en Chicago, cuídate mucho Candy y nunca dejes de sonreír.

Te quiere Albert.

-Candy suspiro y se llevó la carta al pecho- Albert, yo también te quiero mucho, no sabes lo mucho que te extraño, si tan solo pudiéramos ser Candy la enfermera y Albert el vagabundo sería tan feliz

-Candy, ¿Y esos suspiros?

-¡Annie!

-Jajaja Candy, deberías de ver tú cara, ¿De quién es la carta?

-Es de Albert Annie, me dice que está por Sudamérica y que pronto regresara a Chicago

-Ah, por eso son tantos suspiros

-¡Annie! (Candy se sonrojo)

-Jajaja oh vamos Candy, dime la verdad ¿Qué sientes por Albert?

-Annie Brither, no sé de qué me hablas... Mejor vámonos al curso porque llegaremos tarde

-Uhmmm está bien, pero creo que tu silencio dice mucho... Candy

Candy se quedó pensando en las palabras de Annie, ¿Sera verdad que Annie se dio cuenta que ama a Albert?... claro que lo ama, pero sabe bien que no es un amor para gritar a los cuatro vientos, es como si fuera un amor platónico, un amor que tiene que guardarlo en lo más profundo de su corazón, un amor casi imposible.

CONTINUARA...